¿Enseñó Pablo la justificación por la SOLA fe?

USOZ

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16 Julio 2000
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Queridos coforistas:


Lamentablemente, mis responsabilidades familiares y laborales me impiden dedicar todo el tiempo que desearía a participar en este Foro.


No obstante, he podido traducir, de forma bastante libre, el siguiente artículo, que es de R.A. Sungenis. Os ruego lo leáis con atención, sin olvidaros de orar pidiendo al Señor que os ilumine.


Espero vuestras respuestas.


Gracias,


USOZ


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¿ENSEÑÓ PABLO LA JUSTIFICACIÓN POR LA “SOLA” FE?


I. INTRODUCCIÓN


1. Como sabéis, es enseñanza común entre los evangélicos la de que el hombre se justifica ante Dios por la sola fe. Los protestantes pretenden que el hombre debe simplemente creer que Cristo ha hecho todo lo que se requiere para la justificación. Y, una vez que el hombre cree en Cristo, está salvado para siempre. Consecuentemente, los protestantes entienden que las buenas obras son meramente el fruto del estado justificado, pero no que sean meritorias para la justificación. Del mismo modo, las malas obras no amenazan el estado justificado. Han sido ya perdonadas.


2. La Iglesia Católica enseña que aunque la importancia de la fe es crítica, la fe sólo inicia el proceso de justificación, un proceso que tiene sus etapas y un final. Ni la justificación es un acontecimiento singular de sola fe, ni las obras son meramente el fruto de semejante fe, sino un proceso por el cual el individuo crece en justificación por su fe y buenas obras, un crecimiento que puede ser retardado, o incluso terminado, por la infidelidad y las malas obras, y finalizar en la perdición.


3. Para ambas partes, conviene previamente clarificar lo que entendemos con la palabra “justificación”. Básicamente, “justificación” es el término teológico usado para referirse a la base sobre la que el hombre puede ir al cielo. Es el medio por el cual un pecador es “justificado” o “hecho recto ante Dios”. Como Dios es perfecto, transcendente y santo, y el hombre imperfecto, mortal y pecador, debe haber una razón “justificable” por la que Dios permita a tan baja criatura vivir con Él para siempre. Como Dios tiene que preservar su honor y santidad, no puede aceptar sin más a los hombres en el cielo sin una buena y “justificable” razón para hacerlo, pues, de otra manera, estaría comprometiendo su propio carácter divino. Para justificar nuestra entrada en el cielo, Dios debe permanecer también justo, honorable y santo (Romanos 3:26).


II. “FE” Y “SOLA”


1. Pues bien, empecemos planteando una pregunta importante: ¿Enseñó el apóstol Pablo la justificación por la sola fe? Y si así fue, ¿por qué no usó Pablo la expresión específica “sola fe” en ninguna parte de sus escritos neotestamentarios? San Pablo usó la palabra “fe” más de doscientas veces en el Nuevo Testamento, pero ni una sola vez la juntó con las palabras “sola” o “sólo”. ¿Qué es lo que le impediría tan importante unión si la “soledad” de la fe para la justificación estaba en un primer plano de su mente?


2. La segunda razón que nos lleva a sugerir tan importante pregunta es que Pablo usó las palabras “solamente” “sólo” o “lo único” (en la traducción de LBLA, e.g.) muy frecuentemente. En muchos de estos casos aparece justo al lado de los mismos textos que contienen enseñanzas sobre la fe y la justificación (Romanos 3:29, 4:12; Gálatas 2:10, 3:2, 4:18, 5:13). Por tanto, justo cuando Pablo estaba enseñando acerca de la naturaleza de la justificación, debía estar vivamente consciente de la palabra “sola” y de sus propiedades calificativas. Su unión con la palabra “fe” habría dejado esta cuestión indiscutiblemente resuelta.


3. Y, a pesar de que el Espíritu Santo no consintió, al parecer, que Pablo usara la expresión “sola fe” u otra equivalente, sí que se lo permitió a Santiago, y, además, de forma clara y enérgica, al declarar que “… el hombre es justificado por las obras y NO sólo por la fe” (Santiago 2:24 LBLA). Esta negación aparece justo cuando Santiago se plantea en la epístola si la fe, por sí sola, es suficiente para la justificación. Sólo podemos concluir que la inspiración del Espíritu Santo de la igualmente importante expresión “no… por” claramente demuestra que Dios estaba preocupado de que alguien pudiera malinterpretar que el énfasis de la Escritura en la fe frente a las obras equivalía a la “sola fe”. Pero, dicho esto…, ¿acaso no dijo San Pablo que la fe estaba “aparte de” las obras?


4. Si Pablo no pretendió enseñar la “sola fe”, entonces, ¿cómo explicamos su afirmación en Romanos 3:28 de “… que el hombre es justificado por la fe aparte de las obras de la ley”? No podría argüirse que la expresión “aparte de” es muy parecida a la palabra “sola”, y así concluir que S. Pablo realmente enseñó que la fe está sola en la justificación?


5. Para contestar a esto, debemos caer en la cuenta de que “justificado por la sola fe” no significa lo mismo que “justificado por la fe aparte de las obras de la ley”. Gramaticalmente, la expresión “sola fe” significa que la fe es el ÚNICO instrumento de justificación, mientras que la afirmación “fe aparte de las obras de la ley” meramente significa que “las obras de la ley” -sea lo que sea lo que S. Pablo quiere decir con esto- son la única cosa que no puede juntarse con la fe para la justificación. En otras palabras, “sola fe” excluye que se añada cualquier cosa a la fe, mientras que “fe aparte de las obras de la ley” impide sólo que a la fe se añadan las “obras de la ley”. Esto deja abierta la posibilidad de que haya algo que no sea considerado “obra de la ley” que tal vez pueda ser añadido a la fe, o de que podamos entender la “fe” asociada con otras virtudes que no estén técnicamente relacionadas con las “obras de la ley”.


6. De aquí que aunque debamos dar la debida justicia al dicho de Pablo de que la fe debe estar aparte de las obras de la ley, esto no quiere decir necesariamente que la fe esté completamente sola, especialmente de otras virtudes como el amor y la obediencia (Gálatas 5:6; Romanos 1:5, 16:26). Según ciertas Escrituras, algo pasa con las “obras de la ley” que fuerza a Pablo a separarlas de su concepto de fe; sin embargo, otros pasajes autorizan, incluso exigen, la adición de otras obras virtuosas, que no están necesariamente asociadas con las obras de la ley, para procurar la justificación.


III. LA CLAVE: EL PRINCIPIO DE “OBLIGACIÓN” DE SAN PABLO


1. Para empezar a descubrir la verdadera relación entre fe y obras, necesitamos entender uno de los más fundamentales principios en la teología de Pablo -el principio de obligación legal o deuda. Vemos este principio establecido en aquél pasaje tan conocido, Romanos 4:4: “Al que trabaja, el salario no se le cuenta como favor, sino como deuda” (LBLA).


2. Para ayudarnos a entender este principio, Pablo usa el ejemplo del empleador que está obligado a pagar a su empleado por su trabajo. “Obligación” se refiere a una compensación medida que es legalmente debida por el empleador al empleado. Como entendemos el trabajo como algo que requiere el arduo uso de nuestras facultades, el trabajador es alguien que debe ser remunerado, en alguna manera, de forma igual a sus esfuerzos. Hablando vulgarmente, por un trabajo de una hora, debe ser pagado un salario de una hora. Salvo que el empleador quiera quebrantar la ley, está legalmente obligado a pagar al trabajador lo que le es debido. No importa si el empleador ama u odia al empleado, o si éste le gusta o disgusta. Está bajo la obligación legal de pagarle.


3. Estableciendo este principio de obligación legal, Pablo introduce la regla fundamental para cualquiera que intente “trabajar” su camino a Dios. Si la apelación a Dios está basada en la obligación, entonces la relación entre Dios y el hombre se vuelve una en la que la parte que trabaja (el hombre) está legalmente obligando a la parte para la que el trabajo es hecho (Dios) a pagarle por la obra realizada.


4. Por ello, en lo que a la justificación se refiere, un hombre que se acerque a Dios esperando ser remunerado legalmente por sus esfuerzos pone a Dios en la posición de ser “obligado” a reputarlo recto y aceptable, merecedor de vivir con Dios y de ser bendecido por Él por toda la eternidad. Como en esta situación Dios sería forzado a deber un deuda legal al hombre que trabaja, la relación se basaría en la ley, esto es, en un contrato legal. Si se basara en la ley, entonces no podría basarse en la benevolencia personal de Dios, también llamada gracia.


5. Esto es precisamente el motivo por el que Pablo, en Romanos 3:28, dice “… que el hombre es justificado por la fe aparte de las obras de la ley”. En una perspectiva más amplia, “las obras de la ley” consisten en “obras hechas sólo bajo contrato legal” que demandan pago por su cumplimiento, sin tener en cuenta si la persona que hace la obra cree o no ni si ama o no a su benefactor.


6. A la inversa, si el hombre apela a la gracia de Dios, Dios le paga de su benevolencia, sin estar legalmente obligado a hacerlo así. Esta es la distinción primaria entre gracia y obras. S. Pablo reitera este principio en Romanos 11:6, cuando dice: “si es por gracia, ya no es a base de obras, de otra manera la gracia ya no es gracia”.


IV. LA FE: EL COMIENZO DE LA SALVACIÓN


1. En contraste con las obras realizadas en un intento de obligar a Dios, Pablo habla de la justificación por la gracia de Dios por medio de nuestra fe (Romanos 3:22-24). Dios es un ser personal que quiere que el hombre se relacione con Él personalmente. Dios no es un empleador impersonal a quien acudimos por nuestra “paga” espiritual para después olvidarnos de Él el resto del día. Por eso, porque la fe es intrínsecamente personal, es la palabra ideal para describir a quien reconoce la verdadera identidad de Dios; a quien se interesa sinceramente por los propósitos y planes de Dios; a quien confía en que Dios es bueno y está cuidando de nuestros mejores intereses (Romanos 4: 18-22; Hebreos 11:1-40).

2. A la inversa, S. Pablo usa a menudo “obras” u “obras de la ley” como términos contractuales que connotan un tipo de relación impersonal empleador/empleado: a alguien que está sujeto a un contrato para hacer un trabajo, pero que no está interesado en una relación personal con su empleador. Trabaja u obra con el solo propósito de la remuneración, pero no tiene auténtico respeto por las metas y aspiraciones de quien le paga. Se jacta de sus cumplimientos y aguarda ser pagado generosamente por su trabajo. Tales pretensiones son un insulto a Dios.

3. Para S. Pablo, los judíos de su tiempo eran el perfecto ejemplo de esta tesis. Los judíos realizaban sus obras ceremoniales en presencia de Dios y pretendían que por tal observancia meticulosa del pacto legal que Dios estableció con Abraham, Dios les debía la salvación, sin tener en cuenta su estilo de vida (Romanos 2-4). La respuesta de S. Pablo es clara: “¿Quién le ha dado a Él primero para que se le tenga que recompensar?” (Romanos 11:35 LBLA).


V. ¿PERO ACASO JUSTIFICAN LAS OBRAS?


1. A pesar de que en muchos pasajes de la Escritura Pablo se esfuerza grandemente por distinguir lo más posible entre fe y obras, en otros crea la más íntima conexión entre fe y obediencia a la ley de Dios. Esta conexión es tan fuerte que es verdaderamente bíblico afirmar que sin obediencia a la ley es imposible ser justificado y entrar en el Reino del Cielo. El mismo S. Pablo dice en Romanos 2:13: “No son los oidores de la ley los justos ante Dios, sino los que cumplen la ley, ésos serán justificados” (LBLA).


2. A algunos les puede parecer esta conclusión contradictoria, ya que parece que estemos diciendo que la ley es, a la vez, condenatoria y salvífica. Sin embargo, una vez que entendemos la base para la distinción de Pablo entre obras hechas meramente por la remuneración legal como opuestas a las obras realizadas bajo los auspicios de la gracia de Dios, la aparente contradicción desaparece.


3. Para ayudar a entender el concepto de obras realizadas bajo la gracia, o lo que ya podemos introducir como “mérito gracioso”, podemos tomar prestado de la analogía de S. Pablo del empleador/empleado en Romanos 4:4. Ya hemos aprendido que si el empleado contrata con el empleador el pago por su obra, este arreglo es formalizado en un contrato escrito y es hecho vinculante por la ley, esto es, es un contrato legal.


4. Si, por otra parte, el empleador pide al empleado que le haga un trabajo personal para él fuera del contrato legal - digamos que un trabajo fuera de horario- y promete recompensarle, tal acuerdo no está sometido a un contrato legal ni, por tanto, el empresario está contractualmente obligado a pagar al empleado.


5. A pesar de eso, por la integridad personal del empleador, y quizás por la relación personal que ha cultivado con el empleado, aquél puede pagar gustosamente a éste lo que siente que se merece el trabajo extra incluso aunque no esté legalmente obligado a hacerlo. El empleador podría retractarse fácilmente de su promesa de pagar por el trabajo realizado fuera de horario, si no fuera porque es honesto y precisamente incapaz de rebajarse a una conducta tan innoble.


6. La relación de Dios con el hombre es muy parecida. A pesar de que el hombre no puede obligar legalmente a Dios a pagarle por su obra, Dios puede recompensarle por su obra “fuera de la ley”. Por su integridad personal y porque ha cultivado una relación personal con el individuo por la fe, Dios le reembolsará con su benignidad. Para Dios, que es recto, justo y compasivo, recompensar graciosamente las buenas obras del hombre es lo más apropiado.


7. No hay otro pasaje donde este principio en el trato de Dios con el hombre esté mejor enunciado que en Hebreos 6:10: “Dios no es injusto como para olvidarse de vuestra obra y del amor que habéis mostrado a su nombre…” (LBLA).


8. Una vez que nos esforzamos por ver nuestras obras ante Dios desde la perspectiva correcta, debemos concluir que Pablo no enseña que las obras de la ley, entendidas en el sentido apropiado, sean siempre la antítesis de la justificación. Debemos mantener que S. Pablo está condenando la justificación por la fe sólo con respecto a la obligación legal, es decir, cuando se intenta reclamar a Dios el pago por las obras, sin realmente preocuparse personalmente de Dios. Fuera del terreno de la obligación contractual, la obediencia a las leyes de Dios, en la forma que se expresa y practica en la virtud, coopera plenamente con la gracia en la justificación.


VI. ROMANOS 2: 5-10: LA RECOMPENSA DE LAS BUENAS OBRAS ES LA VIDA ETERNA


1. Observemos cómo S. Pablo ve la distinción, la oposición, entre las obras realizadas bajo la gracia y las obras realizadas por obligación legal. Elabora esta distinción cuando describe la bendición de Dios por las buenas obras y el juicio de Dios por las malas obras. Una de las primeras expresiones de Pablo del punto de vista positivo sobre las obras en orden a la salvación es la de Romanos 2: 6-8 (LBLA):


“… del justo juicio de Dios, el cual pagará a cada uno conforme a sus obras: a los que por la perseverancia en hacer el bien buscan gloria, honor e inmortalidad: vida eterna; pero a los que son ambiciosos y no obedecen a la verdad, sino que obedecen a la injusticia: ira e indignación”.


2. S. Pablo es claro al afirmar que Dios salva o condena basándose en las obras realizadas por el individuo. Consecuentemente, es también verdad que “ira e indignación” se refiere a lo contrario a la vida eterna, a saber, a la condenación eterna. Es el mismo contexto que usa en Romanos 6:23, donde dice: “porque la paga del pecado es muerte, pero la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro”.


3. Al decir esto, tenga claro el lector que no estamos diciendo que S. Pablo enseñe en Romanos 2 que un hombre pueda “ganar” (en el sentido estricto, legal, de la palabra) la recompensa de la vida eterna. Insistimos, Romanos 4:4 deja incuestionablemente claro que, cuando uno intenta “ganar” su salvación basado en las obras, está obligando a Dios a “pagarle” con la vida eterna, lo que es anatema.


4. Por eso debemos concluir que las obras que Pablo requiere en Romanos 2:5-10 no son las que considera que ponen a Dios en una posición de obligación a pagar al individuo con la vida eterna. Antes bien, se presume que aquéllos que “perseveran en hacer el bien” y que “buscan gloria, honor e inmortalidad” están haciéndolo bajo el impulso de la gracia y misericordia de Dios.


5. La gracia de Dios es introducida justo un versículo antes en Romanos 2:4, donde Pablo dice: “¿O tienes en poco las riquezas de su bondad, tolerancia y paciencia, ignorando que la bondad de Dios te guía al arrepentimiento?” Las cualidades divinas de “bondad”, “tolerancia” y “paciencia” son virtudes de Dios que fluyen de su gracia (Efesios 2:7; Tito 3:4; Romanos 11:22). Si Dios no estuviera mostrando la gracia, su respuesta sería no mostrar misericordia hacia los hombres y, así, destruirlos al menor signo de desobediencia. Aún más, Dios no está obligado a “guiarles al arrepentimiento”, o a tolerarles su pecado. Es la gracia de Dios la que da a los hombres la oportunidad y los guía a arrepentirse y hacer buenas obras.


6. Como Pablo habla de “arrepentimiento” en Romanos 2:4, y sigue con Dios dando “vida eterna” a los que se han arrepentido y “perseveran en hacer el bien”, e “ira e indignación” a los que no se han arrepentido, todos los elementos del evangelio del Nuevo Testamento están presentes en este pasaje.


7. A esta luz, las buenas obras de Romanos 2:6-8, hechas en el contexto del arrepentimiento del pecado, son obras que presuponen la fe en Dios, así como un reconocimiento del pecado personal. Uno no puede arrepentirse ante Dios y hacer buenas obras (esto es, obras que son hechas con el propósito de “honrar a Dios y buscar inmortalidad”) sin creer verdaderamente en Dios. Por eso, las obras de Romanos 2:6-8, acompañadas por la fe y el arrepentimiento, NO son obras hechas bajo el principio de deuda u obligación que Pablo repudia en Romanos 4:4, sino obras hechas con una actitud devota y que buscan el reconocimiento y la recompensa desde el interior de la gracia de Dios.


8. Si Pablo eleva hacer obras para obtener la vida eterna a la altura a la que lo hace en Romanos 2:6-10, ¿qué podemos entonces concluir sobre el entendimiento de Pablo de las obras en relación con la justificación? La conclusión debe ser que las obras son necesarias para la justificación, y, de hecho, son uno de los fundamentales factores determinantes para obtener o no la salvación. Decimos esto con la salvedad de que Pablo condena rotundamente las obras hechas jactándose con la intención de obligar a Dios a pagar al trabajador con la salvación (Efesios 2:8-9; Tito 3:5).


9. La única forma en que Dios puede aceptar nuestras obras es por Su gracia, del mismo modo en que acepta nuestra fe por Su gracia. Las obras hechas bajo los auspicios de la gracia de Dios, esto es, las obras que no reclaman pago de Dios, sino que son recompensadas sólo debido a la bondad y misericordia de Dios, son las obras que Pablo exige para la salvación. Éstas obras deben continuar a lo largo de nuestras vidas para que seamos justificados (Romanos 2:13; Santiago 2:1-26).
 
Usoz:
Un "forum-man" como tú en vez de copiar estas cosas debería entrar al tema dónde se mantiene una interesante discusión al respecto y aportar ahí. O es el típico caso de los católicos que cuando ya no pueden responder empiezan otra vez con el mismo tema????
 
Querido Usoz,¿que tal por Santander?,...y por roma ¿como van las cosas?.

¿teneis lluvia estos dias?.

Cordial saludo.


P.D.Las OBRAS que valen,son las que DIOS ha preparado de antemano para su Pueblo,solo.
 
!Ah!amigo Usoz,estimado montañes...

Si lees Isaias63:6,verás lo que valen "nuestras obras","nuestras justicias"y"nuestras justificaciones",el profeta las asemeja a trapos ensuciados por mujer en menstruo.

Cordial saludo y bien a tus familiares.
 
Estimado USOZ, claro que Pablo enseño la sola FE,lo puedes ver claramente en Romanos, Galatas, Efesios, Principalmente en el libro de Romanos, que fue escrito especialmente para los Judios, tambien lo puedes ver con mayor detalle en el el libro de los Hebreos.

El articulo que citas es muy interesante, pero como siempre prefiero basarme solamente en la escritura que a teologos humanos.

Tu Amigo:

Jose Manuel
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YO SOY EL CAMINO, LA VERDAD Y LA VIDA, NADIE VIENE AL PADRE SI NO ES POR MI
 
Juan Manuel


Toda la Biblia habla que la salvación es por la sola Fe, Santiago no esta hablando de la Fe que Dios da como don para salvación, si no que aquí Santiago habla de una fe falsa, de una fe que no obra, de alguien que “DICE” tener fe (ver.14). Santiago No dice que esta persona fuera una persona de fe en Dios sin obras.

Para demostrar que Santiago no habla de obras para salvación sino mas bien de obras que perfeccionan una fe que ya se tiene desde antes, Santiago pone el ejemplo de Abraham que dice:


21 ¿No fue justificado por las obras Abraham nuestro padre, cuando ofreció a su hijo Isaac sobre el altar?

22 ¿No ves que la fe actuó juntamente con sus obras, y que la fe se perfeccionó por las obras?

23 Y se cumplió la Escritura que dice: Abraham creyó a Dios, y le fue contado por justicia, y fue llamado amigo de Dios.

24 Vosotros veis, pues, que el hombre es justificado por las obras, y no solamente por la fe.


Si leemos bien estos cuatro versículos que aclaran lo que Santiago quiere decir vemos sin duda alguna que Abraham YA era SALVO antes de ofrecer a su hijo Isaac. Por lo tanto este pasaje en resumen no dice que las obras hayan salvado a Abraham por consiguiente no nos salva tampoco a nosotros. Si no que las obras nos justifican ante Dios como buenos siervos, y creo que en el Cielo unos recibirán mayores premios que otros dependiendo las obras que uno haya echo. No se discute las obras, ellas son importantísimas pero yo no podré ir a Dios y decirle YO merezco el cielo por mis obras.


Bendiciones
 
Usoz,estimado contertulio...

Creo que pueden ayudarnos a todos,dos vers...

Ef.2:8 al 10.

"Porque por Gracia sois salvos por medio de la FE;y esto no de vosotros,pues es DON DE DIOS;NO POR OBRAS,para que nadie se glorie,Porque somos hechura suya,CREADOS EN CRISTO JESUS para BUENAS OBRAS,las cuales Dios PREPARO DE ANTEMANO para que anduviesemos en ellas".

Por tanto,a su pregunta,creo que nos podemos responder que Pablo claramente expone que las obras no intervienen en la salvación,sino que son consecuencia de la misma,es distinto.

"NUNCA NADIE SE HA SALVADO POR OBRAS,pues su corazón se podría ensoberbecer contra El Señor.

"EL CONVERTIDO OBRA DE OTRA MANERA,pero no para salvarse,sino porque es salvo,es distinto".

PABLO dice esto y no otra cosa,¿llueve por Cantabria?,aquí si lo hace debilmente,cordial saludo.

En la misma tónica encontrará usted:
Rom.4:6
Rom.9:11
Rom.11:6
Gal.2:16
Gal.5:19
Fil.1:6
2 Tim.1:9(el cual resalto):

"QUIEN NOS SALVO Y LLAMO CON LLAMAMIENTO SANTO,...nO CONFORME A NUESTRAS OBRAS...,sino según el propósito suyo y la Gracia que nos fué dada en Cristo Jesús ANTES DE LOS TIEMPOS DE LOS SIGLOS,...y siguientes".

Si,si,si LA SOLA FE de Lutero es Paulina 100%,según todos podemos comprobar con suma facilidad.
 
USOZ, lamento no haber tenido paciencia, para leer tan gran trabajo, solo para hablar si la sola fe es suficiente para justificar al hombre.

A mi me parece que la Biblia es muy clara, y los apoyos recibidos a la "sola fe" que pretenden basarse en la Biblia, me parecen la interpretación más libre que nunca he escuchado (perdón, leido) es como el refran que dice "ganaté la fama y echate a dormir", muy contrario a la recomendación de Jesús de mantenerse despiertos hasta el final, podría cojerme a la frase de: "Caminante no hay camino, se hace el camino al andar", o al refran más apropiado de: "Hechos son amores y no buenas razones", incluso más apropiado todavía "Por sus frutos los conocereis".

Cierto que hay una discusión entre cristianos sobre el tema de la fe o los actos, pues ciertos grupos judios, seguían insistiendo en la necesidad de la circuncisión (y/o posiblemente en las ofrendas) son estos los actos de la ley de los que se dijo que no eran necesareos para la salvación, pero también se dice que: "la fe sin actos, nada es" (o algo parecido, perdonad pero no dispongo de una Biblia a mano)

En Daniel, ya se anuncia, que el Mesías, aboliria el sacrificio y la ofrenda, ¿Pretendeis decir, que los 10 mandamientos, están abolidos?

He leido, que los buenos actos, se realizaban como consecuencia de la justificación, pero que los malos actos no afectan ella.

¿Que es ese galimatías? ¿Quereis decir, que cuando era ateo, y hacía buenas obras, ya estama justificado? ¿Y ahora como Cristiano, si mato, robo, miento, etc. siguiría siendo salvo?

A mi entender, creer en esto, además de ser muy cómodo, es dar una importancia escesiva a los apóstoles, y ninguna a Jesús, os habeis creado una "autopista hacia el cielo", envez del camino angosto que nombra Jesús.

Otro día, espero poder aportar las referencias Bíblicas en las que me baso.

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Josep M. Casalta alias "Catalá"
 
Apreciado hermano USOZ: En realidad, hubiera sido mejor dialogar con el propio autor del artículo, ya que leyéndole SÓLO A EL, pues
parecería asistirle toda la razón; sensación que va menguando hasta
desaparecer totalmente no bien vamos observando la secuencia de
imprecisiones. ¡Claro, lo mismo también podría decirse de nosotros!
De ahí la importancia que revisten actualmente los debates en los Foros. II-1. Por ejemplo, cuando el Sr. R.A. Sungenis (al no sernos presentado ignoro quien sea), observa que el apóstol Pablo no
usó la expresión específica "sola fe" (tan usada luego por los protestantes), no toma en cuenta que todavía no había surgido el
catolicismo romano para agregarle otras cosas a aquella fe. Apenas se
enfrentaba Pablo en aquel entonces a los juzaizantes y legalistas que
pretendían atar a los cristianos con el cumplimiento de los preceptos
mosaicos. 2. Mostrar que Pablo empleaba el término "solo" o "solamente" es un
argumento risible, ya que ningún escritor podría redactar prácticamente nada presciendiendo del uso de adjetivos comunes y frecuentes en la conversación. De todos modos, en el contexto de algunos de los
versículos que cita de ejemplo, es obvia la suficiencia de esa fe.
3. El Espíritu Santo tampoco consintió en incluir el término "Trinidad"
en pasajes que habla de Dios como Padre, Hijo y Espíritu Santo, pero
tal concepto es claro para quien no haga una lectura prejuiciada. En
cuanto al aspecto complementario a la salvación por fe, no por obras,
en la enseñanza de Pablo, en la de Santiago aborda el asunto de la
justificación por las obras. No advierto contradicción alguna: una fe
auténtica, genuina, viva, que basta para justificar al hombre ante Dios
(que conoce nuestro corazón), ha de justificarse ante los hombres por
las obras que necesariamente ha de producir. Aunque Abram salió de
Ur creyendo a Dios y a su promesa, sin embargo primero consideró
que su sobrino Lot le heredaría, y luego volvió a equivocarse al
procrear a Ismael. Estas no eran las obras que probaban la esencia
real de su fe; pero sí lo fue su disposición a proceder al sacrificio de
Isaac. Lo mismo con Rahab; lo que ella creía no fue un secreto íntimo
que moriría con ella al ser exterminada con su familia y toda Jericó,
sino que lo confesó a los mensajeros y actuó en consecuencia, salvándose a sí misma y a los suyos.
El artículo es demasiado extenso como para responder ahora todos los
puntos, y además, creo que la forma más eficaz para mantener el interés de un debate no es dispersarse en muchas cosas simultáneas,
sino concentrarse en la consideración de unos pocos puntos.
El Señor sea contigo y con nosotros todos.
Ricardo.
 
Usoz:

¿ Contestarás a mi último e-mail y me darás la prueba que te solicité ? ; te lo vuelvo a pedir por favor y en el nombre del Señor, LLAMAME .


Maripaz
 
Querido haaz:


1. Bueno, yo no me considero todavía un “forum-man”. Con mis 159 participaciones estoy todavía muy lejos de tus 2191…
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En fin, Dios mediante, todo se andará…


2. Fíjate en que no me he limitado a copiar “esta cosa”, sino que me he esforzado por traducirla, por juzgarla de interés para los miembros del Foro, muchos de los cuales no entienden el inglés.


3. ¿Y a qué tema te refieres…?


Tuyo, en Cristo ,


USOZ


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Querido MANUEL MORA:


1. Ahora, cuando empiezo a escribir en mi procesador de textos mi respuesta a las tuyas, son las siete y cuarto de la tarde, y está lloviendo en Santander. Después de unos días en que ha hecho muy bueno, parece que el tiempo se ha vuelto a torcer, pero ya conoces cómo es el otoño aquí.


2. Te agradezco, querido Manuel, el interés y la gentileza que has mostrado al contestarme, a pesar de que no se te ha pasado por alto el cambio que el Señor ha operado en mí. Te ruego me tengas presente en tus oraciones, como yo te tengo todos los días en las mías.


3. ¿Que qué tal van las cosas por Roma?
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Muy bien, gracias. Aunque no sabes inglés, creo que no vas a tener dificultad en entender el título del libro de unos famosos conversos al catolicismo, con el que me identifico: “Rome Sweet Home”.


4. Fíjate, Manuel, en la conclusión del artículo que he traducido:


La única forma en que Dios puede aceptar nuestras obras es por Su gracia, del mismo modo en que acepta nuestra fe por Su gracia. Las obras hechas bajo los auspicios de la gracia de Dios, esto es, las obras que no reclaman pago de Dios, sino que son recompensadas sólo debido a la bondad y misericordia de Dios, son las obras que Pablo exige para la salvación.


5. Después de todo, es posible que no estén tan alejadas nuestras posturas como tú crees…


6. No entiendo la cita de Isaías 63:6. Debe de haber algún error…


7. Repara, Manuel, en que Sungenis, tras manifestar que “decimos esto con la salvedad de que Pablo condena rotundamente las obras hechas jactándose con la intención de obligar a Dios a pagar al trabajador con la salvación”, cita expresamente Efesios 2:8-9.


Y en su obra más amplia, Not by Faith Alone (Queenship Publishing Company, 1997, página 18), parafrasea Efesios 2:8 de la siguiente forma (la traducción es mía):


Porque es por gracia por lo que habéis sido salvados, gracia que es reconocida y confesada por vuestra fe; no estáis salvados por vuestras propias obras cumplidoras de la ley que intentan obligar a Dios; antes bien, la salvación es un don de la gracia de Dios de forma que nadie sea capaz de gloriarse ante Dios por haber logrado la salvación por sus propios esfuerzos.


8. En cuanto al otro pasaje que expresamente citas (2 Timoteo 1:9), es uno de los que explícita o implícitamente enseñan la predestinación, que no es exactamente el tema de este mensaje. Baste decir de momento, y estoy seguro de que estarás de acuerdo conmigo, que la doctrina de la predestinación no es, como se acostumbra a decir, una doctrina “calvinista”, sino, antes bien, bíblica.


Dios os bendiga a ti y a tu familia.


Tuyo, en Cristo ,


USOZ


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“Amemos a Dios nuestro Señor y amemos a su Iglesia: a Aquél como a padre; a ésta como a madre; a Aquél como a Señor, a ésta como a su servidora... Pero fijaos que se trata de un matrimonio fundado en un gran amor. Por eso, nadie ama al uno y ofende al otro" (San Agustín).

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No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará. Porque el que siembra para su carne, de la carne segará corrupción; mas el que siembra para el Espíritu, del Espíritu segará vida eterna.(Galatas 6:7-8)
 
Querido JOSÉ MANUEL:


1. Creo que es ésta la primera vez que hablo contigo. Así que te agradezco que me ofrezcas tu amistad.


2. Claro, yo también prefiero basarme en la Escritura antes que en teólogos humanos.


3. Pero advierte que el fundamento de Sungenis es únicamente escritural.
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Tuyo, en Cristo ,


USOZ


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Hola, català:


1. ¡Benvingut al Foro! ¿Que fa un noi castellonenç com a tu anomenant-se català? ¿Com es possible? Mira que els valencians i els catalans no s’estimen molt, ¿oi?
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2. jejejé


3. Bueno, ahora en serio; me dices: “lamento no haber tenido paciencia, para leer tan gran trabajo, solo para hablar si la sola fe es suficiente para justificar al hombre”.


4. Y lo que me dices a continuación confirma que, efectivamente, no lo has leído, y eso que creo que merece la pena y que puede interesarte…


Tuyo, en Cristo,


USOZ


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Cierto es ISAIAS 64:6
"Si bien todos nosotros somos como suciedad,y todas nuestras justicias como trapo de inmundicia;y caimos todos nosotros como la hoja,y nuestras maldades nos llevaron como viento".

Ahora si va bien.

Aquí ha chispeado todo el dia,cosa que en Castilla central es un garn privilegio,pues ya sabes que quitando la cordillera,todo es bastante seco.

Respecto a tu comentario:

La única forma en que Dios puede aceptar nuestras obras es por Su gracia, del mismo modo en que acepta nuestra fe por Su gracia. Las obras hechas bajo los auspicios de la gracia de Dios, esto es, las obras que no reclaman pago de Dios, sino que son recompensadas sólo debido a la bondad y misericordia de Dios, son las obras que Pablo exige para la salvación.

Ay,ay,ay,...me cachis en la mar,casi ,casi llegas,te falta un pelín infinito;no son nuestras obras,son Sus Obras las que a El solo agradan,
y esto no es calvinismo(aunque lo enseña el tal)sino doctrina bíblica;"obras preparadas por El de antemano para los suyos".

Respecto a nuestra "fe",en realidad no es nuestra sino solo suya,veo una distinción.

Evidentemente debemos distinguir entre las gestiones humanas comunes,y la Justificación Eterna;en la primera y por el conocimiento social y ambiental y la base de nuestra naturaleza,estamos capacitados para desarrollar acciones corrientes y comunes,pero en la Salvacíon Eterna
del espíritu,alma y cuerpo(por decirlo de alguna manera)estamos mas "MUERTOS"que Lázaro,así que amigo debemos empezar a quitar
la palabra "nuestro"o "nuestras"y empezar a poner"Suyo"o "Suyos",es distinto el enfoque inicial que nos permita observar adecuadamente la Verdad Biblica;tu piensa que si en el humano(hombre-mujer)existiese algo que definitivamente agradase a Dios,no hubiese sido necesaria la muerte de Cristo.

Toda dádiva perfecta viene de Dios,no del supuesto contenido del hombre,y es ai,donde veo la distinción de contenido de las frases
que espones y de la verdad Biblica.

Cordial saludo.

A tus escritos (es mi entender)le faltan un "pelín"infinito para alcanzar la doctrina sistemática de Calvin.
 
Usoz:


¿ Y a mi me pasas de largo ?
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¿ Por que no me contestas ?
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Maripaz

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La sangre de su Hijo Jesús nos limpia de todo pecado.(1 Juan 1:7)

Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho.(Juan 14:26)

He aquí que tú eres hermoso, Amado mío, y dulce. (Cantares 1:16a)
 
Querido Ricardo:


1. Robert A. Sungenis fue protestante reformado hasta 1992, en que se convirtió al catolicismo. Educado en la Universidad George Washington (B.D.) y en el Westminster Theological Seminary (M.D.), sirvió como anciano, predicador itinerante, director de educación de adultos y maestro radiofónico de Biblia.


2. Has de comprender que lo que yo he traducido, con mayor o menor acierto, no es sino un breve artículo, resumen del capítulo 1 de igual título que se contiene en su obra Not by Faith Alone, que tiene ¡774 páginas! Dudo mucho que el Webmaster me hubiera permitido publicarla en este Foro, en el inverosímil supuesto de que me hubiera propuesto traducirla en su totalidad…
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3. No te extrañe, pues, hallar imprecisiones. Con todo, me sigue pareciendo suficientemente interesante como muestra de lo que es la postura católica, expuesta por un apologeta contemporáneo y más matizada de lo que comúnmente se cree entre los hermanos evangélicos.


4. Por cierto, ¿qué son los Foros. II-1?


5. Fíjate, Ricardo, en que me estás reconociendo que el leit-motiv “Sola Fides”, tan querido por los protestantes, no es bíblico, al menos en su expresa o semejante formulación, no obstante la pretensión de aquéllos de fundarse sólo en la Escritura. Si, según tú, “todavía no había surgido el catolicismo romano para agregarle otras cosas a aquella fe”, ¿cómo es posible -añado yo- el recurso permanente a San Pablo en contra de ese mismo catolicismo?


6. Dices que “mostrar que Pablo empleaba el término "solo" o "solamente" es un argumento risible, ya que ningún escritor podría redactar prácticamente nada prescindiendo del uso de adjetivos comunes y frecuentes en la conversación”, pero creo que no reparas en que lo que Sungenis trata de mostrar no es la utilización de tales adjetivos o adverbios, sino que, a diferencia de Santiago, Pablo nunca los une al término “fe”, y creo que lo consigue plenamente.


7. Creo también que lo que dices acerca de la Trinidad no viene al caso, puesto que, en el que nos ocupa y como te he dicho, en la Escritura sí que se emplea la expresión “sola fe” (o análoga), en Santiago, y precisamente para negar la suficiencia de la fe.


8. Bueno, no creas que pretendo agotar el tema de la fe y las obras…
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Ni tan siquiera convenceros…
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Sólo intentar poner de manifiesto que hay otras formas de interpretar a San Pablo distintas de las comunes en la teología evangélica, y no necesariamente infundadas…
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Tuyo, en Cristo,


USOZ


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“Amemos a Dios nuestro Señor y amemos a su Iglesia: a Aquél como a padre; a ésta como a madre; a Aquél como a Señor, a ésta como a su servidora... Pero fijaos que se trata de un matrimonio fundado en un gran amor. Por eso, nadie ama al uno y ofende al otro" (San Agustín).

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