Engañados
David Burchkartd
Esta es la palabra más adecuada que puedo encontrar para la iglesia moderna, los siervos del Señor que sinceramente están trabajando para el servicio de Dios no saben otra forma de hacerlo que la forma que ellos vieron a sus maestros. Yo mismo durante mucho tiempo me sumergí en actividades que solo tenían que ver con mantener el sistema, aunque debo reconocer que dentro mío siempre hubo cosas que no me encajaban muy bien.
Los Templos
Siempre nos dijeron que estos eran los templos del Señor, creyendo esto nos esforzamos en que cada vez se vea mas grandioso, esto mismo infundimos en los miembros de nuestras iglesias, diciéndoles que era necesario “hermosear la casa del Señor” grandes ofrendas eran destinadas a este fin, hasta éramos capaces de realizar semanas especiales (cantábamos y adorábamos pero el verdadero fin era otro) con tal de recoger más ofrendas para “pintar el templo”. Y ni hablemos de los “sobres Pro-Templo” que con tanta vehemencia promocionábamos para que la gente dé lo que no tenia. A esto se le anexaba el sostenimiento pastoral, “si no diezmas estas bajo maldición, y dejas bajo maldición a toda la iglesia, si te encaprichas en no diezmar mejor retírate,” (pues no vamos a perder tiempo con alguien que no me reditúa) lo cual también era una carga extra.
Las reuniones se transformaban en cultos al dinero, pedir para esto y para aquello, cuando no eran los ventiladores eran las estufas “para el Señor”
A raíz de esto comenzó el movimiento de la prosperidad, claro había que decir algo para incentivar el dar, encontramos bastantes pasajes bíblicos para esto. No importa el contexto, pero sí que servia a nuestros propósitos.
Las Comisiones
Estos son los que ayudan a mantener la gente en la iglesia, las que crean los recursos para sostener la estructura, delegamos en ellos, siempre y cuando se sometan a la visión de la iglesia. Son los departamentos como los que se usan en las empresas seculares (rudimentos del mundo) para el desarrollo de las distintas áreas de la corporación. Todo esta bien si la gente(laicos) se sujeten a ellos y ellos a mi(pastor)
Estas comisiones se esmeran para hacer trabajos para el templo, las damas en las cortinas, los caballeros en la edificación, los jóvenes en la pintura, etc.
Todo “para el Señor”
El gran esmero y esfuerzo de todo el año que la comisión permanece en su puesto es un continuo esfuerzo por hacer meritos para salir votados en la próxima asamblea, esto es presentar un buen informe económico, mostrar las tareas realizadas en el templo y quizás alguna comisión se interese si viene alguien mas a las reuniones de damas, esto es alguien mas de la congregación, que el año pasado no asistía a tales reuniones.
El Clero
Este es el orgullo de los llamados, vestir traje negro o de colores llamativos, y marcar así la diferencia entre “los comunes laicos” nos enseñaros que éramos los que mandábamos, claro, mayormente El Pastor, si alguien no estaba de acuerdo conmigo le debía decir “chau amigo” y así despedirlo de la iglesia, pues interrumpía “los planes de Dios” nadie podía estar en desacuerdo conmigo, yo era el jefe, el portavoz de Dios, el único, tenía libros de liderazgo que me enseñaban a persuadir a la comisión de diáconos o comisión local a que ellos hagan conforme a mis planes, baya que aprendí con esos libros, todos muy similares a los de empresas seculares. Les confieso que me compre toda una colección de libros de administración de empresas y he aprendido mucho de estos.
Cuantos más libros muestras en tu biblioteca más temor infundes, pues eres un “Hombre de Dios”
¡Que tremendas cosas que nos metieron, directa o indirectamente!
Uno de los más famosos mensajes pulpitorianos es el de “Ay de mi si tocare al ungido de Jehová” por supuesto que no hablamos de nosotros mismo, sino de otros (mensaje subliminal)
Esto se transforma en un gran peligro, pues, no sabemos que si los que anhelan ministerio, realmente quieren servir o quieren plataforma, pulpito, pertenecer al clero, ser honrado, lograr lo que no han logrado en el mundo secular, o qué quieren en realidad, la verdad es que ni ellos saben lo que quieren.
Estos ministros, al los del clero me refiero, enseñamos que se deben hinchar la cabeza de conocimiento bíblico, deben ir a un seminario, claro esta al de nuestra denominación, si tenemos.
Me han enseñado que los pastores debemos ser los mejores pagados, mejores aun que los intendentes municipales, pues nuestra tarea es mayor que la de ellos.
Otra horrenda cosa es el consejo que recibí a pocos días de mi pastorado “no puedes hacerte amigo de los hermanos de la iglesia, pues perderás el respeto de ellos”. ¿Pueden creer esto? A mi todavía me cuesta.
El Pulpito
El sagrado pulpito, mucho cuidado quien es el que pasa detrás del pulpito, puede que caiga muerto si no es digno. Sin darnos cuenta se transformó en nuestro dios, pues ante en nos postramos, y lo veneramos mas que a nuestro mismo Dios.
A algunos que no creemos dignos los hacemos hablar desde un costado o debajo de la plataforma, pues, el pulpito es sagrado.
El Altar
El altar es donde esta la unción especial, ¡cuando pisas aquí Dios te llena! ¡Ven al altar a recibir de Dios! Y cosas semejantes se escuchan continuamente desde los pulpitos. Es allí donde imponemos manos y “caen bajo el poder” (no juzgo el caer bajo el poder de Dios, pero si la exclusividad del altar), no hay poder mágico en ese suelo, solo mentalización.
El Sermón del Sábado o Domingo
Los libros sobre “el pastor” enseñan que toda la semana se trabaja para elaborar el sermón, “debes hacer visitas, porque allí conocerás la necesidad de la grey a la cual ministras” cosas como estas he aprendido.
Es aquí donde exponemos todo nuestro conocimiento y carisma, más aun si aprendes hermenéutica (reglas de interpretación bíblica), homilética y oratoria, en mi opinión los libros seculares enseñan mejores que los evangélicos con respecto a los sermones que tienen éxito hoy día.
El bosquejo, ahí va el tradicional y el de siempre:
Ten claro el tema, el texto elegido para tu tema, y el propósito de tu sermón
Introducción, rompe el hielo, un poco de humor no viene mal
Punto 1
Punto 2
Punto 3
Conclusión, aquí golpea fuerte, has un repaso del los puntos y remata con llamado al altar
(Fui profesor de hermenéutica, homilética, y oratoria)
También hay libros dedicados a la postura que debes tener al dar el sermón detrás del pulpito. ¿Puedes creer eso?
Libertad
Herencia Evangélica
Esta es la herencia evangélica, todas estas cosas nos han dejado nuestros antepasados cristianos evangélicos que con tanto esfuerzo intentaron hacer la voluntad de Dios, pero que lamentablemente se han dejado influenciar con ideas seculares.
Nuestros padres espirituales hicieron lo mejor que supieron, (espero), digo espero porque a veces creo que algunos recibieron luz y lo han acallado, otros no quisieron abandonar la estructura que los levantaban como ministros.
Dios nos llama a una renovación que no será transferida verbalmente, sino el Espíritu mismo lo revelará a los corazones dispuestos, y que realmente aman a Dios.
El gran sistema, la gran Babilonia caerá, esta profetizado, existe un llamado a salir de ella.
Todos aquellos que están fundamentados en Jesucristo son nuestros hermanos y son parte del Cuerpo de Cristo, pero lamentablemente muchos siguen esclavizados en Egipto trabajando como esclavos a favor del sistema.
Mitos, mitos y mitos, herencias evangélicas que nos han atado fuera de la verdadera vivencia cristiana
David Burchkartd
[email protected]
David Burchkartd
Esta es la palabra más adecuada que puedo encontrar para la iglesia moderna, los siervos del Señor que sinceramente están trabajando para el servicio de Dios no saben otra forma de hacerlo que la forma que ellos vieron a sus maestros. Yo mismo durante mucho tiempo me sumergí en actividades que solo tenían que ver con mantener el sistema, aunque debo reconocer que dentro mío siempre hubo cosas que no me encajaban muy bien.
Los Templos
Siempre nos dijeron que estos eran los templos del Señor, creyendo esto nos esforzamos en que cada vez se vea mas grandioso, esto mismo infundimos en los miembros de nuestras iglesias, diciéndoles que era necesario “hermosear la casa del Señor” grandes ofrendas eran destinadas a este fin, hasta éramos capaces de realizar semanas especiales (cantábamos y adorábamos pero el verdadero fin era otro) con tal de recoger más ofrendas para “pintar el templo”. Y ni hablemos de los “sobres Pro-Templo” que con tanta vehemencia promocionábamos para que la gente dé lo que no tenia. A esto se le anexaba el sostenimiento pastoral, “si no diezmas estas bajo maldición, y dejas bajo maldición a toda la iglesia, si te encaprichas en no diezmar mejor retírate,” (pues no vamos a perder tiempo con alguien que no me reditúa) lo cual también era una carga extra.
Las reuniones se transformaban en cultos al dinero, pedir para esto y para aquello, cuando no eran los ventiladores eran las estufas “para el Señor”
A raíz de esto comenzó el movimiento de la prosperidad, claro había que decir algo para incentivar el dar, encontramos bastantes pasajes bíblicos para esto. No importa el contexto, pero sí que servia a nuestros propósitos.
Las Comisiones
Estos son los que ayudan a mantener la gente en la iglesia, las que crean los recursos para sostener la estructura, delegamos en ellos, siempre y cuando se sometan a la visión de la iglesia. Son los departamentos como los que se usan en las empresas seculares (rudimentos del mundo) para el desarrollo de las distintas áreas de la corporación. Todo esta bien si la gente(laicos) se sujeten a ellos y ellos a mi(pastor)
Estas comisiones se esmeran para hacer trabajos para el templo, las damas en las cortinas, los caballeros en la edificación, los jóvenes en la pintura, etc.
Todo “para el Señor”
El gran esmero y esfuerzo de todo el año que la comisión permanece en su puesto es un continuo esfuerzo por hacer meritos para salir votados en la próxima asamblea, esto es presentar un buen informe económico, mostrar las tareas realizadas en el templo y quizás alguna comisión se interese si viene alguien mas a las reuniones de damas, esto es alguien mas de la congregación, que el año pasado no asistía a tales reuniones.
El Clero
Este es el orgullo de los llamados, vestir traje negro o de colores llamativos, y marcar así la diferencia entre “los comunes laicos” nos enseñaros que éramos los que mandábamos, claro, mayormente El Pastor, si alguien no estaba de acuerdo conmigo le debía decir “chau amigo” y así despedirlo de la iglesia, pues interrumpía “los planes de Dios” nadie podía estar en desacuerdo conmigo, yo era el jefe, el portavoz de Dios, el único, tenía libros de liderazgo que me enseñaban a persuadir a la comisión de diáconos o comisión local a que ellos hagan conforme a mis planes, baya que aprendí con esos libros, todos muy similares a los de empresas seculares. Les confieso que me compre toda una colección de libros de administración de empresas y he aprendido mucho de estos.
Cuantos más libros muestras en tu biblioteca más temor infundes, pues eres un “Hombre de Dios”
¡Que tremendas cosas que nos metieron, directa o indirectamente!
Uno de los más famosos mensajes pulpitorianos es el de “Ay de mi si tocare al ungido de Jehová” por supuesto que no hablamos de nosotros mismo, sino de otros (mensaje subliminal)
Esto se transforma en un gran peligro, pues, no sabemos que si los que anhelan ministerio, realmente quieren servir o quieren plataforma, pulpito, pertenecer al clero, ser honrado, lograr lo que no han logrado en el mundo secular, o qué quieren en realidad, la verdad es que ni ellos saben lo que quieren.
Estos ministros, al los del clero me refiero, enseñamos que se deben hinchar la cabeza de conocimiento bíblico, deben ir a un seminario, claro esta al de nuestra denominación, si tenemos.
Me han enseñado que los pastores debemos ser los mejores pagados, mejores aun que los intendentes municipales, pues nuestra tarea es mayor que la de ellos.
Otra horrenda cosa es el consejo que recibí a pocos días de mi pastorado “no puedes hacerte amigo de los hermanos de la iglesia, pues perderás el respeto de ellos”. ¿Pueden creer esto? A mi todavía me cuesta.
El Pulpito
El sagrado pulpito, mucho cuidado quien es el que pasa detrás del pulpito, puede que caiga muerto si no es digno. Sin darnos cuenta se transformó en nuestro dios, pues ante en nos postramos, y lo veneramos mas que a nuestro mismo Dios.
A algunos que no creemos dignos los hacemos hablar desde un costado o debajo de la plataforma, pues, el pulpito es sagrado.
El Altar
El altar es donde esta la unción especial, ¡cuando pisas aquí Dios te llena! ¡Ven al altar a recibir de Dios! Y cosas semejantes se escuchan continuamente desde los pulpitos. Es allí donde imponemos manos y “caen bajo el poder” (no juzgo el caer bajo el poder de Dios, pero si la exclusividad del altar), no hay poder mágico en ese suelo, solo mentalización.
El Sermón del Sábado o Domingo
Los libros sobre “el pastor” enseñan que toda la semana se trabaja para elaborar el sermón, “debes hacer visitas, porque allí conocerás la necesidad de la grey a la cual ministras” cosas como estas he aprendido.
Es aquí donde exponemos todo nuestro conocimiento y carisma, más aun si aprendes hermenéutica (reglas de interpretación bíblica), homilética y oratoria, en mi opinión los libros seculares enseñan mejores que los evangélicos con respecto a los sermones que tienen éxito hoy día.
El bosquejo, ahí va el tradicional y el de siempre:
Ten claro el tema, el texto elegido para tu tema, y el propósito de tu sermón
Introducción, rompe el hielo, un poco de humor no viene mal
Punto 1
Punto 2
Punto 3
Conclusión, aquí golpea fuerte, has un repaso del los puntos y remata con llamado al altar
(Fui profesor de hermenéutica, homilética, y oratoria)
También hay libros dedicados a la postura que debes tener al dar el sermón detrás del pulpito. ¿Puedes creer eso?
Libertad
Herencia Evangélica
Esta es la herencia evangélica, todas estas cosas nos han dejado nuestros antepasados cristianos evangélicos que con tanto esfuerzo intentaron hacer la voluntad de Dios, pero que lamentablemente se han dejado influenciar con ideas seculares.
Nuestros padres espirituales hicieron lo mejor que supieron, (espero), digo espero porque a veces creo que algunos recibieron luz y lo han acallado, otros no quisieron abandonar la estructura que los levantaban como ministros.
Dios nos llama a una renovación que no será transferida verbalmente, sino el Espíritu mismo lo revelará a los corazones dispuestos, y que realmente aman a Dios.
El gran sistema, la gran Babilonia caerá, esta profetizado, existe un llamado a salir de ella.
Todos aquellos que están fundamentados en Jesucristo son nuestros hermanos y son parte del Cuerpo de Cristo, pero lamentablemente muchos siguen esclavizados en Egipto trabajando como esclavos a favor del sistema.
Mitos, mitos y mitos, herencias evangélicas que nos han atado fuera de la verdadera vivencia cristiana
David Burchkartd
[email protected]