¿Confías más en el "HACER" o en lo que está "HECHO"?
Con estas dos cortas expresiones verbales, como son el "hacer" y el está "hecho", hacemos balancear la más profunda verdad acerca de verdadera o falsa religión.
Déjenme empezar con la palabra "hacer". Esta palabra expresa mandato u orden a cumplir, para todos aquellos que permanecen en la parte central, como acción humana, en las reli giones, cultos o denominaciones. Una aceptación de la persona con Dios y "el grupo" gira, entonces, sobre lo que esa persona está preparada a "hacer".
Usted debe hacer esto. Usted debe hacer aquello. Usted no debe hacer eso. Lo que puede o no puede hacer depende de las reglas o normas expuestas por el grupo, por su líder, o por su jerarquía organizada.
Cumpliendo con estas reglas establecidas, y que se le diga que Dios está contento y feliz y que el grupo le acepta, ¡usted, entonces, está aprobado!
Las reglas o normas establecidas por los grupos religiosos, frecuentemente varían. Algunos requieren muy poca cosa de sus seguidores. Haciendo un poco más que asistir a la reunión con alguna frecuencia, y poniendo algún dinero en la bolsa de las ofrendas para que puedan satisfacerles.
Otros tienen una lista sobre lo que se tiene que "hacer", la cual se extiende desde cuán larga la falda de una mujer debe de ser; o, sí o no, un hombre puede dejarse crecer la barba; sí o no, un televisor es permitido en el hogar, y la clase de bebidas que uno pudiera beber (o no beber).
El resultado final de esta clase de acercamiento a la religión y a Dios es, que contribuye a que las personas produzcan, quienes son los altaneros justos y orgullosos virtuosos. Los tales están convencidos de que por haber cumplido precisamente los requerimientos de su grupo, Dios debe aceptarles, y también, cualquiera que no participe como se debe es des preciado.
¡Pero estos errores, el mismo corazón y alma del mensaje de la Palabra de Dios, lo registra en la Biblia! ¡La verdadera religión no enfoca las cosas en el "hacer", sino en lo "hecho"!
Como pecadores, ningún acto de los que estemos "haciendo" sirve para ganar para siempre el favor y la aprobación de nuestro santo Dios. Podemos ir a la iglesia cada domingo duran te toda nuestra vida. Podemos entregar dinero conforme a nuestras normas y posibilidades. Pero nuestros corazones pueden aún estar llenos de pecado.
Y ese es el porqué Dios, con Su gran amor y misericordia, envió a Su propio Hijo dentro de nuestro mundo. Y ese es el porqué Jesús vivió una vida perfectamente santa. Y ese es el porqué Jesús sufrió una agonía, tan grande e inmensa, cuando Él murió en la cruz del Calvario.
Jesús estuvo viviendo la vida santa, que nosotros pecadores, deberíamos haber vivi do. Él estuvo agonizando hasta la muerte, que nosotros pecadores merecíamos morir, a cau sa de nuestros pecados. Y cuando todo el peso descargó sobre Él, Jesús dijo: "Consumado es". Entonces todo fue "HECHO".
Vemos, pues, que la aceptación de Dios no viene por confiar en lo que uno puede "hacer", sino en confiar plenamente en el Señor Jesucristo y en lo que Él ha "HECHO". ¡Y esto es UNA BUENA NUEVA!
Francisco Fernández Marín
http://www.epos.nl/ecr/
Con estas dos cortas expresiones verbales, como son el "hacer" y el está "hecho", hacemos balancear la más profunda verdad acerca de verdadera o falsa religión.
Déjenme empezar con la palabra "hacer". Esta palabra expresa mandato u orden a cumplir, para todos aquellos que permanecen en la parte central, como acción humana, en las reli giones, cultos o denominaciones. Una aceptación de la persona con Dios y "el grupo" gira, entonces, sobre lo que esa persona está preparada a "hacer".
Usted debe hacer esto. Usted debe hacer aquello. Usted no debe hacer eso. Lo que puede o no puede hacer depende de las reglas o normas expuestas por el grupo, por su líder, o por su jerarquía organizada.
Cumpliendo con estas reglas establecidas, y que se le diga que Dios está contento y feliz y que el grupo le acepta, ¡usted, entonces, está aprobado!
Las reglas o normas establecidas por los grupos religiosos, frecuentemente varían. Algunos requieren muy poca cosa de sus seguidores. Haciendo un poco más que asistir a la reunión con alguna frecuencia, y poniendo algún dinero en la bolsa de las ofrendas para que puedan satisfacerles.
Otros tienen una lista sobre lo que se tiene que "hacer", la cual se extiende desde cuán larga la falda de una mujer debe de ser; o, sí o no, un hombre puede dejarse crecer la barba; sí o no, un televisor es permitido en el hogar, y la clase de bebidas que uno pudiera beber (o no beber).
El resultado final de esta clase de acercamiento a la religión y a Dios es, que contribuye a que las personas produzcan, quienes son los altaneros justos y orgullosos virtuosos. Los tales están convencidos de que por haber cumplido precisamente los requerimientos de su grupo, Dios debe aceptarles, y también, cualquiera que no participe como se debe es des preciado.
¡Pero estos errores, el mismo corazón y alma del mensaje de la Palabra de Dios, lo registra en la Biblia! ¡La verdadera religión no enfoca las cosas en el "hacer", sino en lo "hecho"!
Como pecadores, ningún acto de los que estemos "haciendo" sirve para ganar para siempre el favor y la aprobación de nuestro santo Dios. Podemos ir a la iglesia cada domingo duran te toda nuestra vida. Podemos entregar dinero conforme a nuestras normas y posibilidades. Pero nuestros corazones pueden aún estar llenos de pecado.
Y ese es el porqué Dios, con Su gran amor y misericordia, envió a Su propio Hijo dentro de nuestro mundo. Y ese es el porqué Jesús vivió una vida perfectamente santa. Y ese es el porqué Jesús sufrió una agonía, tan grande e inmensa, cuando Él murió en la cruz del Calvario.
Jesús estuvo viviendo la vida santa, que nosotros pecadores, deberíamos haber vivi do. Él estuvo agonizando hasta la muerte, que nosotros pecadores merecíamos morir, a cau sa de nuestros pecados. Y cuando todo el peso descargó sobre Él, Jesús dijo: "Consumado es". Entonces todo fue "HECHO".
Vemos, pues, que la aceptación de Dios no viene por confiar en lo que uno puede "hacer", sino en confiar plenamente en el Señor Jesucristo y en lo que Él ha "HECHO". ¡Y esto es UNA BUENA NUEVA!
Francisco Fernández Marín
http://www.epos.nl/ecr/