En Pos de Lo Supremo

Sin embargo, para algunos, estas benditas operaciones, influencias y revelaciones, pueden ser dadas para prepararlos para esa obra, y deben esperar pacientemente bajo la mano formadora del Alfarero hasta que se cumpla el tiempo. Esto se verá claramente, si el ojo se mantiene puro hacia Él.

Pero hay grandes motivos para creer que algunos se han lanzado al ministerio público antes de que se estableciera un verdadero fundamento, cuando todavía estaban bajo la mano preparadora del Señor, y así han traído (de manera dolorosa) oscuridad sobre sí mismos, y algunas veces sobre otros también.

Estos, también han demostrado ser solamente ministros de la letra (aunque quizás pretendan sentir la inspiración del Espíritu), y de este modo, han sido instrumentos de mucha ansiedad y angustia para la iglesia verdadera, que no puede saborear nada con deleite, excepto lo que proviene del poder de la Palabra de vida.

Puede ser casi imposible hacer que estos ministros reconozcan el verdadero juicio de Dios en el actual estado de degeneración de nuestra sociedad, especialmente cuando tienen una apariencia agradable, y nada que reprocharles en cuanto a su conducta.

Pero algunas veces ha ocurrido, que sucede algo que permite exponer su fundamento defectuoso, aliviando de este modo el dolor de los afectados que se sientan bajo el viento solano de su ministerio.

Ibid.
 
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Abril 20
¿Puede un santo calumniar a Dios?


"Porque todas las promesas de Dios son en él «sí», y en él «amén»", 2Co_1:20

La parábola de Jesús acerca de los talentos, narrada en Mat_25:14-30, nos advierte sobre la posibilidad de juzgar mal nuestra capacidad. Esta parábola no tiene nada que ver con los dones y habilidades naturales, sino con el don del Espíritu Santo, como fue dado por primera vez el día de Pentecostés. Nunca debemos medir nuestra capacidad espiritual por la educación o el intelecto, sino por las promesas de Dios. Si obtenemos menos de lo que Él quiere para nosotros, en poco tiempo lo calumniaremos como hizo el siervo con su señor: "Esperas de mí más de lo que me das poder para hacer. Me exiges demasiado, no pudo serte fiel en el lugar donde me colocaste". Cuando se trate del Espíritu Omnipotente de Dios, jamás digas: "No puedo", y no le des cabida nunca al tema de las limitaciones de tus habilidades naturales. Dios espera que la obra del Espíritu Santo se manifieste en nosotros, si ya hemos recibido a su Espíritu.
El siervo se justificó en cada una de sus acciones y condenó a su señor en todos los puntos: "Lo que me exiges está fuera de toda proporción con lo que tú das". ¿Hemos estado calumniando a Dios al atrevernos a preocuparnos, cuando Él ha dicho: "Buscad primeramente el reino de Dios y su justicia y todas estas cosas os serán añadidas", Mat_6:33?
Preocuparnos significa exactamente lo que este siervo insinuó: "A mí no me han dado una oportunidad adecuada". El perezoso espiritual critica a Dios, pues la gente perezosa siempre culpa a los demás.
Nunca olvides que nuestra capacidad y habilidad en los asuntos espirituales se mide por las promesas de Dios. ¿Puede Dios cumplir sus promesas? Nuestra respuesta depende de si hemos recibido o no Espíritu Santo.
 
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Reacciones: Ricardo
Abril 21
¡No hieras al Señor, ahora!


"¿Tanto tiempo hace que estoy con vosotros y no me has conocido, Felipe?", Juan 14:9

El Señor debe asombrarse de nosotros una y otra vez por nuestra falta de sencillez.
Nuestras opiniones personales son las que nos vuelven torpes y lentos para entender.
Sin embargo, cuando somos sencillos, nunca somos necios y constantemente tenemos discernimiento.

Felipe esperaba la revelación de un misterio extraordinario, pero no en Jesús, la persona a quien creía conocer.
El misterio de Dios no radica en lo que sucederá en el futuro, sino que es presente, aunque nosotros lo buscamos en un futuro cercano, en un acontecimiento sobrecogedor y trascendental.

No somos renuentes a obedecer a Jesús, pero es muy probable que le estemos causando dolor con las preguntas que le hacemos: "Señor, muéstranos el Padre", Juan 14:8. Su respuesta no se hizo esperar: "¿No, puedes verlo? Él siempre está justo aquí, no hay otro lugar donde puedas encontrarlo".

Esperamos que Dios se manifieste a sus hijos, pero Él lo hace solamente en ellos. Y mientras otras personas pueden ver la evidencia, los hijos de Dios no.

Queremos ser totalmente conscientes de lo que Él está haciendo en nosotros, pero no podemos tener esa plena conciencia y al mismo tiempo seguir siendo razonables o equilibrados en nuestras expectativas acerca de Él.

Si todo lo que le estamos pidiendo son experiencias, o si el camino se bloquea cuando nos hacemos conscientes de ellas, entonces herimos al Señor.

Las preguntas mismas que le formulamos lo hieren porque no son las preguntas de un hijo.
"No se turbe vuestro corazón", Juan 14:1, Juan 14:27.

¿Estoy hiriendo a Jesús al permitir que mi corazón se turbe? Si creo en Él y en sus atributos, ¿vivo de acuerdo con mis creencias? ¿Permito que algo perturbe mi corazón, o le doy cabida a preguntas malsanas?

Debo llegar a una relación plena, sin restricciones, que reciba todo tal como venga de Él.

Dios jamás nos guía para un futuro cercano, sino que siempre nos guía ahora. Comprende que el Señor se encuentra aquí, ahora, y recibirás libertad inmediata.

Oswald Chambers
 
Abril 15
La concentración descarriada


"Con todo esto, los lugares altos no desaparecieron de Israel, aunque el corazón de Asa fue perfecto en todos sus días", 2Cr_15:17

Asa no fue completamente obediente en las áreas externas o visibles de su vida. Obedeció en las que consideraba más importantes, pero no fue recto del todo. Cuídate de pensar: "Oh, ese defecto en mi vida no es muy importante". El hecho de que a ti no te importe mucho puede significar que a Dios le importa bastante. Un hijo de Dios no debe considerar nada como trivial. ¿Cuánto tiempo más vamos a impedir que Dios trate de enseñarnos al menos una cosa? Pero Él lo sigue intentando y nunca pierde la paciencia. Tú dices: "Yo sé que estoy bien con Dios", pero aún permanecen los lugares altos en tu vida. Todavía queda un área de desobediencia. ¿Afirmas que tu corazón está bien con Dios y, sin embargo, hay algo en tu vida sobre lo cual Él te ha hecho dudar? Siempre que exista una duda, abandona de inmediato el asunto en cuestión, sin importar lo que sea. Nada en nuestra vida es apenas un detalle insignificante para Dios.
¿Hay algunas áreas relacionadas con tu vida física o intelectual a las cuales no les has prestado ninguna atención? Si este es tu caso, tal ver pienses que te encuentras bien en las áreas importantes, pero eres negligente. Te has descarriado en cuanto a tu concentración. Así como tu corazón no necesita tomarse un descanso y dejar de palpitar, tampoco necesitas unas vacaciones en tu concentración espiritual. No te puedes tomar unas vacaciones morales y seguir siendo íntegro, y tampoco puedes tener vacaciones espirituales y continuar siendo espiritual. Dios quiere que seas completamente suyo, lo cual implica que tienes que estar alerta para mantenerte en forma para Él. Esto requiere muchísimo tiempo. Sin embargo, algunos de nosotros esperamos levantarnos por encima de todos nuestros problemas y escalar las numerosas pendientes en tan sólo dos minutos.

Norberto7, para mi los lugares altos por lo general pertenecen a todo el pueblo, y "todo el mundo", por facilitarse la vida, en vez de ir a Jerusalén en el templo, usaba los lugares altos como si esto es lo que el dios quiere. Lo que digo es, que para mi estos lugares hoy en día son las iglesias, como cosas no escritas, pero cosas que te fasilitan la vida -- porque el templo del dios somos nosotros.​

 

Norberto7, para mi los lugares altos por lo general pertenecen a todo el pueblo, y "todo el mundo", por facilitarse la vida, en vez de ir a Jerusalén en el templo, usaba los lugares altos como si esto es lo que el dios quiere. Lo que digo es, que para mi estos lugares hoy en día son las iglesias, como cosas no escritas, pero cosas que te fasilitan la vida -- porque el templo del dios somos nosotros.​

-Si te habituaras a escribir "Dios" con mayúscula nos facilitaría no pensar que pudieras tener algún dios desconocido.
 
-Si te habituaras a escribir "Dios" con mayúscula nos facilitaría no pensar que pudieras tener algún dios desconocido.
LO QUE SI PUEDO ES ESCRIBIR ASÍ, SI NO TE PARECE "GRITAR". O SEA SERA: EL DIOS DIJO: SEA LA LUZ!

1. Además os declaro, hermanos, el evangelio que os he predicado, el cual también recibisteis, en el cual también perseveráis;
2. Por el cual asimismo, si retenéis la palabra que os he predicado, sois salvos, si no creísteis en vano.
3. Porque primeramente os he enseñado lo que asimismo yo aprendí: Que el Ungido fue muerto por nuestros pecados, conforme a las Escrituras;
4. y que fue sepultado, y que resucitó al tercer día, conforme a las escrituras;
5. y que apareció a Cefas, y después a los doce.
6. Después apareció a más de quinientos hermanos juntos; de los cuales muchos viven aún, y otros son muertos.
Esto es lo que yo creo, sin duda alguna.
 
SECCIÓN 3

La Naturaleza de la Verdadera Adoración.

La naturaleza de la adoración aceptable está claramente establecida por nuestro Señor y Salvador Jesucristo en unas pocas palabras, a saber, que debe ser llevada a cabo en espíritu y en verdad. El motivo de esto es porque “Dios es Espíritu;” y, por lo tanto, “los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren.” Esta no es la adoración que consistía en ceremonias, tipos y sombras de los judíos, que fue dispensada a ellos por causa de la debilidad, sino que es la más excelente adoración de la dispensación del Evangelio, por la cual el hombre tiene una “mejor esperanza,” un acceso más cercano a la Divinidad, y un mejor entendimiento de sí mismo. Aquí en el nuevo pacto, aparece tal resplandor de la gloria celestial, que disipa todas las señales, figuras, y tipos, y la adoración es llevada a cabo en la verdad, y en la sustancia real de todo lo que estaba tipificado y prefigurado por la ley ceremonial de Moisés; porque la justicia de esa ley se cumple en los que andan y adoran en el Espíritu.

El alma debe inclinarse en absoluta sinceridad, en humilde postración y con un profundo sentido interno de su propia fragilidad, carencia, e indignidad, siendo al mismo tiempo impactada con un sentido vivo de la grandeza y la digna bondad del Señor. A partir de esta conciencia renovada en la mente por Aquél que es el único objeto de adoración, la acción de gracias, y las alabanzas ascienden debido a Sus abundantes misericordias recibidas, acompañada de una oración reverente (ya sea en la mente o vocal, según el alma se sienta influenciada o dirigida por la santa unción) por la continuidad de Su misericordiosa preservación en el camino de justicia; según Efesios 6:18: “orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos.”

Es claro lo que nuestro Señor manifestó a la mujer de Samaria en Juan capítulo 4, que la adoración aceptable no está sujeta a ningún lugar, modo, forma, o ceremonia en particular; lo cual era un engaño en el que la humanidad en general había caído y del cual era muy necesario salir, siendo entonces, así como ahora, inclinada a complacerse a sí misma y a descansar satisfecha en las prácticas externas. Si bien algunas de estas sombras externas fueron dispensadas en condescendencia a los judíos, estas nunca fueron dadas con la intención de sustituir la adoración espiritual, ni tampoco fueron en absoluto aceptables sin una humilde inclinación del alma. Sin embargo, el Señor nos muestra claramente aquí, que la adoración externa debía ser dejada a un lado, y que no continuara más en Su gloriosa dispensación espiritual. Pero difícilmente podría esperarse que una cantidad tan grande de observaciones externas pudiera ser desechada de una sola vez; aun así en el tiempo de los días de los apóstoles, la iglesia fue progresivamente librada de ellas, como se muestra con las pocas cosas que fueron impuestas sobre los gentiles (ver Hechos 15:22-29). Pero ¡ay! La iglesia cristiana (así llamada), en lugar de abandonarlo todo y volverse puramente espiritual, fue decayendo gradualmente en cuanto a la vida y el poder, y se ha incrementado en cuanto a las ceremonias y las observancias externas, hasta llenarse tanto de ellas como lo estuvo una vez la iglesia judía. Así, ella obtuvo toda la posesión del atrio externo, no teniendo nada para disfrutar más que sus propias invenciones, y nada de qué gloriarse excepto de Babilonia, que había edificado en lugar de Sion, y así permanecerá, hasta que su medida se llene y su destrucción tome lugar.

(Tomado de: "La senda antigua" por John Griffith.)
 
Abril 22
La luz que se apaga


"Por tanto, nosotros todos, mirando con el rostro descubierto... la gloria del Señor", 2Co._3:18

Un siervo de Dios llega a encontrarse tan solo que nunca se da cuenta de su soledad. En las primeras etapas de la vida cristiana se presentan desilusiones: se apagan algunas personas que solían ser luz y se van los que permanecían a nuestro lado.
Es necesario que nos acostumbremos tanto a estas situaciones que no nos enteremos nunca de que estamos solos.

Pablo dijo: "
Ninguno estuvo a mi lado, sino que todos me desampararon... Pero el Señor estuvo a mi lado", 2Ti_4:16-17.
Debemos edificar nuestra fe no sobre las luces que se desvanecen, sino sobre la Luz que jamás se apaga. Nos entristece la partida de un hombre o una mujer "grande", hasta que nos damos cuenta de que debía irse, y lo único que queda es mirar al rostro de Dios por nuestra propia cuenta.

No permitas que nada te impida mirarlo al rostro fijamente, con respecto a ti mismo y a tu doctrina. Y cada vez que prediques, asegúrate primero de contemplar su faz. Entonces, la gloria permanecerá a lo largo del mensaje.


Un siervo cristiano es alguien que mira perpetuamente el rostro de Dios, y luego sale a hablarle a la gente. El ministerio de Cristo le caracteriza por una gloria perdurable de la cual el siervo es totalmente Inconsciente. "La piel de su rostro resplandecía por haber estado hablando con Dios, pero Moisés no lo sabía", Ex. 34:29.
Nunca somos llamados a hacer alarde de las dudas que tenemos o a expresar los goces y deleites ocultos de nuestra vida con el Señor. El secreto de la vida del siervo es que permanece en armonía con Dios, todo el tiempo.
 
Abril 23
La adoración del trabajo

"
Nosotros somos colaboradores de Dios", 1Co. 3:9

Ten cuidado con cualquier trabajo que realices para Dios, que te lleve a dejar de concentrarte en Él.
Muchos obreros cristianos adoran su trabajo, pero el único interés de un obrero debería ser concentrarse en Dios.
Esto significa que cualquier otro límite de nuestra vida diferente a éste, ya sea mental, moral o espiritual, será un límite completamente libre, con la libertad que Dios le da a sus hijos -los hijos que lo adoran a Él, no los rebeldes.

Un obrero que carece de este rasgo predominante y solemne de concentración en Dios corre el peligro de que su obra se convierta en una carga. Es esclavo de sus propios límites, y al cuerpo, la mente y el espíritu no les queda un espacio de libertad.
En consecuencia, queda consumido y aplastado, y no es libre ni tiene gozo en la vida. Sus nervios, mente y corazón se encuentran tan agobiados que la bendición de Dios no puede reposar sobre Él.

Pero, el caso opuesto es igualmente cierto.

Una vez que estamos concentrados en Dios, todos los límites de mi vida son libres y están dominados únicamente por Él.

Ya no hay ninguna responsabilidad sobre ti por causa del trabajo. Tu única responsabilidad es la de mantenerte en un contacto vivo y permanente con Dios, y la de cuidar que nada estorbe tu cooperación con Él.

La libertad que experimentaste después de la santificación es la libertad de un hijo, y lo que sujetaba tu vida desaparece.

Pero ten cuidado de recordar que has sido libertado con el único propósito de estar absolutamente consagrado a Aquel que es tu compañero de trabajo.

No tenemos ningún derecho a decidir cuál es el lugar donde Dios nos debe colocar, o a tener ideas preconcebidas con respecto a aquello para lo cual Él nos está preparando. Dios está a cargo de todo.

Dondequiera que nos ubique, nuestro único objetivo debe ser derramar nuestras vidas con una devoción incondicional a Él en aquella obra en particular. "
Todo lo que te venga a mano para hacer, hazlo según tus fuerzas", Ecl_9:10.

 
Abril 24
Una advertencia contra los deseos desordenados

"
Pero no os regocijéis de que los espíritus se os sujetan", Luc. 10:20

Como obreros cristianos, la mundanalidad no es la trampa más peligrosa para nosotros, ni tampoco el pecado. Es el deseo inmoderado de obtener éxito espiritual, es decir, el éxito cuyo molde y medida es la época religiosa en que vivimos.

Busquemos únicamente la aprobación de Dios, y salgamos "
fuera del campamento, llevando su oprobio", Heb. 13:13. En Luc. 10:20, Jesús les dijo a sus discípulos que no se alegraran por el éxito en su servicio y sin embargo, esto parece lo único en lo cual la mayoría de nosotros nos regocijamos. Tenemos punto de vista comercial: Contamos cuántas almas se han salvado y santificado, damos gracias a Dios y luego pensamos que todo está bien.

Pero nuestro trabajo parte del fundamento que la gracia de Dios ya ha colocado. Nuestro deber no es salvar almas, sino discipularlas. La salvación y la santificación son la obra de la gracia soberana de Dios y nuestra labor como sus discípulos es discipular a otros hasta que estén rendidos por completo a Él.

Una vida totalmente consagrada a Dios es más valiosa para Él, que cien vidas que simplemente hayan sido despertadas por su Espíritu.

Como trabajadores del Señor, debemos reproducir nuestro propio género espiritual, y esas vidas serán el testimonio que Dios dará de nosotros como sus obreros. Por su gracia Él nos lleva a cierto nivel de vida y nosotros somos responsables de multiplicarlo en otras personas.

Si el obrero no vive una vida escondida con Cristo en Dios (Col. 3:3), tiende a convertirse en un irritante dictador en lugar de un discípulo activo y lleno de vida. Muchos de nosotros somos dictadores que les imponemos nuestros deseos a las personas y las congregaciones. Pero Jesús nunca nos da órdenes de esta manera, Siempre que Él se refirió al discipulado, sus palabras estuvieron antecedidas por un "si" (condicional), nunca con una afirmación categórica: "tú tienes que...” El discipulado implica una opción.
 
Abril 25
Insistir a tiempo


"
Insiste a tiempo y fuera de tiempo", 2Ti. 4:2

Muchos de nosotros experimentamos la tendencia desequilibrada a ser insistentes fuera de tiempo. Este "tiempo” no se refiere al momento, sino a nosotros.
Insiste a tiempo y fuera de tiempo, tanto si tienes deseos de hacerlo como si no.

Si sólo realizáramos lo que nos sentimos inclinados a hacer, algunos de nosotros nunca haríamos nada. Existen personas totalmente inútiles en el reino espiritual porque son espiritualmente indecisas y débiles, y se niegan a hacer algo, a menos que se encuentren inspiradas de una manera sobrenatural.

La prueba de que nuestra relación con Dios marcha bien es que nos esforzamos al máximo, nos sintamos inspirados o no.
Una de las peores trampas en las que el obrero cristiano puede caer es obsesionarse con los momentos excepcionales de inspiración que ha tenido.

Cuando el Espíritu de Dios te da un tiempo de inspiración y de discernimiento, piensas: "Ahora, esta siempre será mi condición para Dios". No, no lo será y Él cuidará de que no sea así. Esos momentos son un regalo de Dios en su totalidad. No te los puedes dar a ti mismo cuando lo desees.

Si dices que siempre tienes que estar en tu mejor condición, realmente te conviertes en una carga intolerable para Él. Nunca harás nada a menos que Dios te mantenga inspirado de una manera consciente.

Si a tus mejores momentos los conviertes en un dios, descubrirás que la guía del Señor irá desapareciendo de tu vida y nunca regresará hasta que seas obediente en el trabajo que te ha colocado más cerca y cuando aprendas a no obsesionarte con esos momentos excepcionales, que Él te ha dado.
 
Sobre éste misma cuestión un Amigo testifica de su propia experiencia:

En la medida que esperaba que Dios incrementara mi capacidad de ministrar, así experimentaba un considerable crecimiento y ensanchamiento, y en el fiel cumplimiento de mi deber, una gran paz y consuelo celestial fluían a mi alma como una plácida y refrescante corriente. También descubrí que este era el medio de unirme aún más con los Amigos, en una dulce y cómoda cercanía, la cual nunca antes había sentido tan amplia y vívidamente.

Muchos jóvenes de buenas intenciones y algunos otros de poca experiencia parecían admirar mi don, y algunas veces hablaban muy bien de él, aunque no siempre se abstenían de hacerlo fuera del alcance de mi oído. ¡Oh, cuán peligroso es esto si los ministros lo disfrutan! Puede ser justamente comparado con un veneno que en poco tiempo, destruirá la vida pura e inocente. Mi juicio estaba en contra, pero encontré algo en mí que parecía estar más inclinado a escucharlo, aunque no con total aprobación. Eso mismo en mí quería saber qué pensaban de mí tales y cuales personas (aquellas que eran de mayor estima por experiencia y sabiduría). A veces me imaginaba que me miraban con desconfianza, lo cual me desanimaba. Pero vi que todo esto, siendo que provenía de la raíz del yo, debía ser juzgado, y supe que debía morir en la cruz antes de que yo estuviera en condiciones de ser confiable con alguna medida del tesoro del evangelio.

Yo también me empecé a deleitar mucho en mi don, y si la divina Bondad en Su misericordia no lo hubiera evitado mediante un bautismo (Nota: Él usa la palabra bautismo de manera figurativa, hablando de ser sumergido en ardientes experiencias, pruebas y juicios por medios de los cuales el Señor ‘limpiará Su era’ completamente.) profundo y angustiante, le habría abierto una puerta al orgullo espiritual, el peor tipo de orgullo, y habría entrado por ella para mi ruina. Tengo razones para pensar que los Amigos experimentados, al observar mi gran crecimiento y ensanchamiento de ramas en la parte alta, temieron mi caída en caso de tormenta. Sin embargo, en medio de mi vanidosa carrera, le plació al Señor quitarme por un tiempo el don del ministerio, junto con todo consuelo palpable de Su Espíritu, de modo que quedé (según yo) en total oscuridad, es decir, en la región y sombra de muerte. En este abatido estado mental fui gravemente acosado y tentado por el falso profeta, el que se transforma, para que mantuviera mi crédito en el ministerio al continuar con mis servicios públicos. Bien podría decirse que él “hace descender fuego del cielo a la tierra delante de los hombres, y engaña a los moradores de la tierra”; pues así descubrí que es. ¡Oh, es difícil imaginar cuán cercana es la semejanza que el enemigo puede lograr de las cosas de Dios, o cuán exacta la imitación que puede hacer de las mismas! De hecho, por el estado mental en el que me encontraba entonces, en algunos momentos estuve dispuesto a decir: “¡Ah, veo y siento que el fuego del Señor desciende para preparar mi ofrenda!” Y cuando estaba casi listo a rendirme ante esta insinuación y hablar en el nombre de Dios, un piadoso temor se apoderaba de mi mente y sentía el deseo de probar mi ofrenda de nuevo. Por este medio fue descubierto el fuerte engaño en el que estaba, el fuego falso fue rechazado y mi alma fue sumergida en una ansiedad más profunda de la que había antes.


John Griffith
 
Sobre éste misma cuestión un Amigo testifica de su propia experiencia:

En la medida que esperaba que Dios incrementara mi capacidad de ministrar, así experimentaba un considerable crecimiento y ensanchamiento, y en el fiel cumplimiento de mi deber, una gran paz y consuelo celestial fluían a mi alma como una plácida y refrescante corriente. También descubrí que este era el medio de unirme aún más con los Amigos, en una dulce y cómoda cercanía, la cual nunca antes había sentido tan amplia y vívidamente.

Muchos jóvenes de buenas intenciones y algunos otros de poca experiencia parecían admirar mi don, y algunas veces hablaban muy bien de él, aunque no siempre se abstenían de hacerlo fuera del alcance de mi oído. ¡Oh, cuán peligroso es esto si los ministros lo disfrutan! Puede ser justamente comparado con un veneno que en poco tiempo, destruirá la vida pura e inocente. Mi juicio estaba en contra, pero encontré algo en mí que parecía estar más inclinado a escucharlo, aunque no con total aprobación. Eso mismo en mí quería saber qué pensaban de mí tales y cuales personas (aquellas que eran de mayor estima por experiencia y sabiduría). A veces me imaginaba que me miraban con desconfianza, lo cual me desanimaba. Pero vi que todo esto, siendo que provenía de la raíz del yo, debía ser juzgado, y supe que debía morir en la cruz antes de que yo estuviera en condiciones de ser confiable con alguna medida del tesoro del evangelio.

Yo también me empecé a deleitar mucho en mi don, y si la divina Bondad en Su misericordia no lo hubiera evitado mediante un bautismo (Nota: Él usa la palabra bautismo de manera figurativa, hablando de ser sumergido en ardientes experiencias, pruebas y juicios por medios de los cuales el Señor ‘limpiará Su era’ completamente.) profundo y angustiante, le habría abierto una puerta al orgullo espiritual, el peor tipo de orgullo, y habría entrado por ella para mi ruina. Tengo razones para pensar que los Amigos experimentados, al observar mi gran crecimiento y ensanchamiento de ramas en la parte alta, temieron mi caída en caso de tormenta. Sin embargo, en medio de mi vanidosa carrera, le plació al Señor quitarme por un tiempo el don del ministerio, junto con todo consuelo palpable de Su Espíritu, de modo que quedé (según yo) en total oscuridad, es decir, en la región y sombra de muerte. En este abatido estado mental fui gravemente acosado y tentado por el falso profeta, el que se transforma, para que mantuviera mi crédito en el ministerio al continuar con mis servicios públicos. Bien podría decirse que él “hace descender fuego del cielo a la tierra delante de los hombres, y engaña a los moradores de la tierra”; pues así descubrí que es. ¡Oh, es difícil imaginar cuán cercana es la semejanza que el enemigo puede lograr de las cosas de Dios, o cuán exacta la imitación que puede hacer de las mismas! De hecho, por el estado mental en el que me encontraba entonces, en algunos momentos estuve dispuesto a decir: “¡Ah, veo y siento que el fuego del Señor desciende para preparar mi ofrenda!” Y cuando estaba casi listo a rendirme ante esta insinuación y hablar en el nombre de Dios, un piadoso temor se apoderaba de mi mente y sentía el deseo de probar mi ofrenda de nuevo. Por este medio fue descubierto el fuerte engaño en el que estaba, el fuego falso fue rechazado y mi alma fue sumergida en una ansiedad más profunda de la que había antes.


John Griffith
 
Sobre éste misma cuestión un Amigo testifica de su propia experiencia:

En la medida que esperaba que Dios incrementara mi capacidad de ministrar, así experimentaba un considerable crecimiento y ensanchamiento, y en el fiel cumplimiento de mi deber, una gran paz y consuelo celestial fluían a mi alma como una plácida y refrescante corriente. También descubrí que este era el medio de unirme aún más con los Amigos, en una dulce y cómoda cercanía, la cual nunca antes había sentido tan amplia y vívidamente.

Muchos jóvenes de buenas intenciones y algunos otros de poca experiencia parecían admirar mi don, y algunas veces hablaban muy bien de él, aunque no siempre se abstenían de hacerlo fuera del alcance de mi oído. ¡Oh, cuán peligroso es esto si los ministros lo disfrutan! Puede ser justamente comparado con un veneno que en poco tiempo, destruirá la vida pura e inocente. Mi juicio estaba en contra, pero encontré algo en mí que parecía estar más inclinado a escucharlo, aunque no con total aprobación. Eso mismo en mí quería saber qué pensaban de mí tales y cuales personas (aquellas que eran de mayor estima por experiencia y sabiduría). A veces me imaginaba que me miraban con desconfianza, lo cual me desanimaba. Pero vi que todo esto, siendo que provenía de la raíz del yo, debía ser juzgado, y supe que debía morir en la cruz antes de que yo estuviera en condiciones de ser confiable con alguna medida del tesoro del evangelio.

Yo también me empecé a deleitar mucho en mi don, y si la divina Bondad en Su misericordia no lo hubiera evitado mediante un bautismo (Nota: Él usa la palabra bautismo de manera figurativa, hablando de ser sumergido en ardientes experiencias, pruebas y juicios por medios de los cuales el Señor ‘limpiará Su era’ completamente.) profundo y angustiante, le habría abierto una puerta al orgullo espiritual, el peor tipo de orgullo, y habría entrado por ella para mi ruina. Tengo razones para pensar que los Amigos experimentados, al observar mi gran crecimiento y ensanchamiento de ramas en la parte alta, temieron mi caída en caso de tormenta. Sin embargo, en medio de mi vanidosa carrera, le plació al Señor quitarme por un tiempo el don del ministerio, junto con todo consuelo palpable de Su Espíritu, de modo que quedé (según yo) en total oscuridad, es decir, en la región y sombra de muerte. En este abatido estado mental fui gravemente acosado y tentado por el falso profeta, el que se transforma, para que mantuviera mi crédito en el ministerio al continuar con mis servicios públicos. Bien podría decirse que él “hace descender fuego del cielo a la tierra delante de los hombres, y engaña a los moradores de la tierra”; pues así descubrí que es. ¡Oh, es difícil imaginar cuán cercana es la semejanza que el enemigo puede lograr de las cosas de Dios, o cuán exacta la imitación que puede hacer de las mismas! De hecho, por el estado mental en el que me encontraba entonces, en algunos momentos estuve dispuesto a decir: “¡Ah, veo y siento que el fuego del Señor desciende para preparar mi ofrenda!” Y cuando estaba casi listo a rendirme ante esta insinuación y hablar en el nombre de Dios, un piadoso temor se apoderaba de mi mente y sentía el deseo de probar mi ofrenda de nuevo. Por este medio fue descubierto el fuerte engaño en el que estaba, el fuego falso fue rechazado y mi alma fue sumergida en una ansiedad más profunda de la que había antes.


John Griffith
Yo en mi ignorancia no sabía bien quienes eran los Quakers. Son muy interesante sus escritos. Muy buenos aportes.
 
Última edición:
Yo en mi ignorancia no sabía bien quienes eran los Quakers. Son muy interesante sus escritos. Muy buenos aportes.
Yo aunque supe de ellos hace años, y hay algún comentario de entonces en el foro antes de mi primera retirada, tal saber no había alcanzado a tocarme en lo interno como ocurrió en éstos últimos meses; por eso comparto de ellos. Pero en éste epígrafe, principalmente copio de Oswald Chambers al cual leo hace como tres años, quién me preparó o abrió a la enseñanza de los Amigos; qué así era como se llamaban entre ellos, y no cuáqueros como los llamaban los de afuera.
 
Abril 27
¿Qué deseas?


"
Pero tú, ¿buscas para ti grandes cosas?" Jr. 45:5

¿Estás buscando cosas grandes para ti en lugar de procurar ser una gran persona? Dios quiere que tengas una relación con Él mucho más íntima que la de simplemente obtener sus regalos. Desea que llegues a conocerlo. Las cosas grandes son accidentales, vienen y se van. Pero Dios jamás nos da algo por accidente.

No hay nada más fácil que entrar en una relación correcta con Dios, a menos que no sea a Él a quien buscamos, sino únicamente lo que nos puede dar.
Si no haz ido más allá de pedirle cosas a Dios, no haz alcanzado a comprender, ni siquiera un poco, lo que significa rendirse a Él.

Te haz convertido en un cristiano que vive de acuerdo con su propia opinión. Y protestas, diciendo: “Le pedí a Dios el Espíritu Santo, pero no me dio el descanso y la paz que esperaba”. Inmediatamente Dios pone el dedo en la llaga: No estás buscando al Señor en absoluto, estás buscando algo para ti mismo. Jesús dijo: Pedid y se os dará (Mt. 7:7). Pídele a Dios lo que deseas, pero no lo puedes hacer si es algo incorrecto.

A medida que te acerques más a Él, dejarás de pedir cosas. "
Vuestro Padre sabe de qué cosas tenéis necesidad antes que vosotros le pidáis", Mt. 6:8. Entonces, ¿para qué pedir? Para que puedas llegar a conocerlo.

¿Estás buscando cosas grandes para ti? ¿Haz dicho: “Oh, Señor, bautízame con tu Espíritu Santo”? Si Dios no responde es porque no te haz entregado por completo a Él y todavía hay algo que te niegas a hacer.

¿Estás dispuesto a preguntarte qué es lo que quieres de Dios y porqué? Dios pasa por alto tu perfección actual por el bien de tu perfección máxima y final. Su objetivo no es hacerte bienaventurado y feliz sólo por el momento; Él está obrando en ti su máxima perfección, todo el tiempo. "
Para que sean uno, así como nosotros somos uno", Juan 17:22.
 
Abril 29
La gracia de la incertidumbre


"
Aún no se ha manifestado lo que hemos de ser" 1Jn. 3:2

Como nuestra inclinación natural es a ser muy exactos, tratamos siempre de predecir con acierto que va a ocurrir y consideramos la incertidumbre como algo malo. Creemos que es obligatorio alcanzar una meta definida. Sin embargo, esa no es la naturaleza de la vida espiritual, la cual consiste en sentirnos seguros en medio de nuestra incertidumbre. Por esta razón no “hacemos nido" en ninguna parte. Nuestro sentido común dice: "Bueno ¿qué sucedería si yo estuviera en tal circunstancia?" No podemos hacer suposiciones e imaginarnos a nosotros en una situación que nunca hemos vivido.

La certeza es la característica más importante de la vida fundamentada en el sentido común; la incertidumbre que es por gracia es la característica más importante de la vida espiritual. Estar seguros de Dios implica que no tenemos certeza sobre ninguno de nuestros caminos y que ignoramos lo que el día de mañana nos traerá. Cuando hablamos al respecto, generalmente lo hacemos con un suspiro de tristeza, y lo que deberíamos manifestar es una expectativa que nos llena de emoción. Desconocemos cual es el siguiente paso, pero estamos seguros del Señor. Tan Pronto nos rendimos a Dios y hacemos la obra que nos ha puesto al alcance de la mano, Él empieza a colmarnos de sorpresas. Cuando nos convertimos en simples promotores o defensores de una doctrina,
algo se muere dentro de nosotros. No le creemos a Dios, sólo creemos en nuestras opiniones acerca de Él. Jesús dijo: ...Sino os volvéis... como niños (Mt. 18:3). La vida espiritual es la vida de un niño. No nos falta seguridad con respecto a Dios, sino a lo que Él va a hacer después. Si sólo estamos seguros de nuestras creencias, nos damos el honor a nosotros mismos y somos inflexibles; además, asumimos la prohibición de modificar nuestros puntos de vista.

Pero cuando nos relacionamos de una manera correcta con Dios, la vida está llena de espontáneas y alegres incertidumbres y expectativas.
Jesús dijo: "
Creed también en mí", Juan 14:1, y no: "Creed ciertas cosas acerca de mí". Déjaselo todo a Él y será gloriosamente incierto el modo en que Él se va a manifestar. Pero puedes estar seguro de que lo hará. Permanece fiel a Él.