Sin embargo, para algunos, estas benditas operaciones, influencias y revelaciones, pueden ser dadas para prepararlos para esa obra, y deben esperar pacientemente bajo la mano formadora del Alfarero hasta que se cumpla el tiempo. Esto se verá claramente, si el ojo se mantiene puro hacia Él.
Pero hay grandes motivos para creer que algunos se han lanzado al ministerio público antes de que se estableciera un verdadero fundamento, cuando todavía estaban bajo la mano preparadora del Señor, y así han traído (de manera dolorosa) oscuridad sobre sí mismos, y algunas veces sobre otros también.
Estos, también han demostrado ser solamente ministros de la letra (aunque quizás pretendan sentir la inspiración del Espíritu), y de este modo, han sido instrumentos de mucha ansiedad y angustia para la iglesia verdadera, que no puede saborear nada con deleite, excepto lo que proviene del poder de la Palabra de vida.
Puede ser casi imposible hacer que estos ministros reconozcan el verdadero juicio de Dios en el actual estado de degeneración de nuestra sociedad, especialmente cuando tienen una apariencia agradable, y nada que reprocharles en cuanto a su conducta.
Pero algunas veces ha ocurrido, que sucede algo que permite exponer su fundamento defectuoso, aliviando de este modo el dolor de los afectados que se sientan bajo el viento solano de su ministerio.
Ibid.
Pero hay grandes motivos para creer que algunos se han lanzado al ministerio público antes de que se estableciera un verdadero fundamento, cuando todavía estaban bajo la mano preparadora del Señor, y así han traído (de manera dolorosa) oscuridad sobre sí mismos, y algunas veces sobre otros también.
Estos, también han demostrado ser solamente ministros de la letra (aunque quizás pretendan sentir la inspiración del Espíritu), y de este modo, han sido instrumentos de mucha ansiedad y angustia para la iglesia verdadera, que no puede saborear nada con deleite, excepto lo que proviene del poder de la Palabra de vida.
Puede ser casi imposible hacer que estos ministros reconozcan el verdadero juicio de Dios en el actual estado de degeneración de nuestra sociedad, especialmente cuando tienen una apariencia agradable, y nada que reprocharles en cuanto a su conducta.
Pero algunas veces ha ocurrido, que sucede algo que permite exponer su fundamento defectuoso, aliviando de este modo el dolor de los afectados que se sientan bajo el viento solano de su ministerio.
Ibid.