El rapto secreto, generalmente llamado simplemente el rapto de la iglesia, se refiere a la idea de que Cristo vendrá a llevarse a los creyentes del mundo antes de su regreso con ellos en la segunda venida. El rapto secreto es "secreto" en el sentido de que nadie verá a Jesús venir excepto los creyentes; esto contrasta con la segunda venida de Cristo después de la tribulación, cuando "todo ojo lo verá" (Apocalipsis 1:7). Existe un considerable desacuerdo entre los cristianos sobre el momento del rapto secreto. Algunos creen en el rapto pretribulacional, que ocurre antes del comienzo de los siete años de tribulación. Otros sostienen un rapto a mitad de la tribulación, y otros, en uno postribulacional.
El rapto secreto es un término frecuentemente usado de forma peyorativa por quienes niegan la idea de que el rapto de la iglesia sea independiente de la segunda venida de Cristo. Quienes creen que el rapto y la segunda venida son un mismo evento a menudo usan el término rapto secreto con desdén y se refieren a quienes creen en el rapto como "rapturistas".
Los creyentes de la "segunda venida" que niegan el rapto se ponen en conflicto con la Biblia y la erudición bíblica, así como con la mayoría del mundo evangélico. Entre sus argumentos, argumentan que la palabra "rapto" no aparece en la Biblia. Si bien es cierto que la palabra "rapto" no aparece, el concepto del rapto de la iglesia ciertamente está presente.
1 Tesalonicenses 4:16-17 (el pasaje definitivo sobre el rapto de la iglesia) dice que el Señor descenderá del cielo y los muertos en Cristo resucitarán primero; luego, nosotros, los que estemos vivos y hayamos quedado, seremos "arrebatados". La palabra "rapto" se deriva de rapio ("arrebatar o arrebatar"), una variante de la cual se encuentra en la Vulgata Latina. Decir que el rapto no ocurrirá porque la palabra no se encuentra en las Escrituras es un argumento engañoso. La frase "segunda venida" tampoco se encuentra en la Biblia, pero su realidad sí.
Independientemente de nuestras creencias sobre la existencia o el momento del rapto, hay dos realidades que todo cristiano debe tener presentes. Primero, ninguna diferencia de opinión entre cristianos justifica la crueldad u hostilidad hacia quienes tienen diferentes puntos de vista. Jesús nos manda amarnos unos a otros, tal como Él nos amó. También dijo que por nuestro amor mutuo, todos sabrían que somos sus discípulos (Juan 13:34-35). Las disputas y los insultos sobre cuestiones como el momento del rapto no demuestran el amor de Cristo.
Segundo, el aspecto más importante de la escatología no es un rapto secreto, sino la certeza absoluta del regreso de Jesucristo al mundo en los últimos días (Hechos 1:11; Apocalipsis 19:11-16). El momento de ese evento no altera el hecho de que quienes le pertenecen disfrutarán de la vida eterna y quienes no, experimentarán la condenación eterna (Juan 3:18). La fe en Cristo como el único Salvador del pecado distinguirá a los salvos de los no salvos, independientemente de nuestras opiniones sobre el rapto.
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