eManna

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5 Septiembre 2001
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Nosotros también debemos ser apóstoles y profetas

Efesios 3:5 Misterio que en otras generaciones no se dio a conocer a los hijos de los hombres, como ahora es revelado a Sus santos apóstoles y profetas en el espíritu. 8 A mí que soy menos que el más pequeño de todos los santos, me fue dada la gracia de anunciar a los gentiles el evangelio de las inescrutables riquezas de Cristo.

En 3:8 él parece decir: “Santos, no pensáis que yo soy más grande que vosotros. No; yo soy más pequeño que vosotros. Y si una persona inferior a vosotros lo logró, sin duda, vosotros también lo lograréis”. No debemos inventar pretextos, pues si Pablo pudo recibir esta gracia, todos podemos recibirla; si él pudo andar como es digno del llamamiento de Dios, nosotros también.
La palabra griega traducida “apóstol” significa enviado. Además, un profeta no es uno que principalmente predice el futuro; él es más bien un portavoz de Dios. Con respecto a lo que es un apóstol y un profeta, todos hemos sido embotados por los conceptos religiosos. Espero que este mensaje sea un fuerte antídoto para esta droga. Cuando digo que todos somos apóstoles y profetas, lo digo en serio. Supongamos que cierta hermana es enfermera en un hospital. ¿Creen ustedes que Dios desea que ella esté ahí sólo para ser enfermera? ¡Claro que no! Dios la envía a ese hospital para que sea apóstol y profeta. La autoridad de Dios siempre es dada a personas así... Ya sea que estemos en la casa, en la escuela o en el trabajo, debemos ser personas enviadas por el Señor a ministrar a Cristo en las personas al hablar por Él. No obstante, los apóstoles y los profetas deben llevar una señal particular que muestre que lo son; esta señal es la revelación del misterio. Esta revelación nos da la confianza para afirmar que somos enviados de Dios y Sus portavoces. Si un joven tiene tal revelación, aunque su padre incrédulo tuviese un doctorado en física, él tendría la valentía de decirle: “Papá, tú sabes mucho de física, pero no sabes nada de Cristo. Yo conozco a Cristo porque he recibido la revelación acerca de Él. Cristo es mi vida, Él vive en mí; Él es uno conmigo y Él es todo para mí”. Si tenemos dicha revelación, somos apóstoles y profetas.

No debe haber rango entre los creyentes

Efesios 3:8 A mí que soy menos que el más pequeño de todos los santos, me fue dada la gracia de anunciar a los gentiles el evangelio de las inescrutables riquezas de Cristo.
Mateo 23:8 Pero vosotros no seáis llamados Rabí; porque uno es vuestro Maestro, y todos vosotros sois hermanos. 10 No seáis llamados preceptores; porque uno es vuestro Padre, el que está en los cielos.

Muchos cristianos tienen el concepto erróneo de que los apóstoles en la iglesia universal y los ancianos en las iglesias locales son altos funcionarios que están por encima de los llamados laicos, o creyentes comunes. Como mencionamos en el mensaje anterior, el apóstol Pablo, consciente de este errado concepto, indica a propósito que los apóstoles y los profetas no eran personas extraordinarias. Al contrario, ellos deben ser considerados simplemente personas que toman la delantera entre los
santos de las iglesias. Ellos son los primeros en recibir la revelación de Cristo y la iglesia, en vivir a Cristo, en experimentarlo y disfrutarlo y en impartir las riquezas de Cristo a otros. Si el disfrute de las riquezas de Cristo sólo estuviera disponible a personas excepcionales
de alto rango, los demás no podríamos participar de ellas. En Efesios 3:8 Pablo dijo que él era menos que el más pequeño de todos los santos, y a pesar de esto, él pudo predicar las inescrutables riquezas de Cristo como evangelio. El hecho de que Pablo pudo hacer esto indica que nosotros también podemos. Puesto que él era menos que nosotros, lo que estuvo disponible para él, también lo está para nosotros.Entre nosotros no hay ningún rango. Cuando mucho, hay creyentes que llevan la delantera en cuanto a vivir a Cristo por causa de la vida de iglesia. En la iglesia no existe la clase alta o especial; no tenemos líder. El Señor nos dice en Mateo 23:8-10, que Él es nuestro único líder y que todos nosotros somos hermanos. Tenemos que abandonar el concepto de que los apóstoles y los profetas son personas especiales. Todos somos
ovejas; los apóstoles, los profetas y los ancianos simplemente llevan la delantera en poner el ejemplo de cómo conocer a Cristo, disfrutarlo, obtener más de Él por causa de la vida de iglesia, e impartirlo a otros. Es cuestión de ser un ejemplo, no de tener rangos o posiciones.

Los versículos del Nuevo Testamento son tomados de la Versión Recobro del Nuevo Testamento y los versículos del Antiguo Testamento, de la versión Reina Valera 1960. Las "Palabras del ministerio" provienen de Estudio-vida de Efesios, escrito por Witness Lee, mensaje 26, págs. 257-260. Ambos son publicados por Living Stream Ministry, Anaheim, CA.
 
Re: eManna

con bases fundadas solamente en yo.... jejeje
pues..creo que cuando Jesús hablaba de que el era aún más pequeño que cualquier santo, nos indicaba que aún siendo tan mortal, tan "terrenal" tan igual a cualquier hombre le habían elegido. Eso no significa que todos vayamos a tener esa gracia que tuvo él. Hum....
sin embargo,, creo que quien quiere conocer a Dios lo logra, así que si lo miramos desde ese punto de vista, claramente cualquiera que de verdad tenga un nexo con él, que creo que todos lo tenemos, puede dar a onocer lo que Dios desea. Sin embargo, creo que Dios ya lo hizo. Lo dió a concer hace 2ooo años atrás. si alguien tuviese un nexo con él le daría a entender lo mismo ^^
Eso, en definitiva nos deja a TODOS como iguales... Pero debemos reconcer que hay quienes que han estudiado más y por ende saben más . Ese saber ayuda al resto a entender los misterios, etc, no quiere decir que espiritualmente estén más cercanos a Dios, creo yo.