Elena le dice a Juan Manuel,
Juan Manuel:
"Cuesta entender la calumnia o la persecución en una época en la que se habla tanto de tolerancia, de comprensión, de convivencia y de paz. Pero son más difíciles de entender cuando llega de "hombres buenos" que piensan que con ello hacen un servicio a Dios. Sus motivos suelen ser apasionamientos demasiado humanos que pueden torcer el buen juicio, celos en vez de celo por las almas, emulación indiscreta que mira con envidia y considera como mal el bien hecho por otros."
Yo le respondo a Elena:
Elena, tú lees pero no comprendes lo que lees. Te mando una Biblia si encuentras un solo caso de que un evangélico se haya titulado de "hombres buenos" . La bandera que levantamos los evangélicos es el EVANGELIO DE JESUCRISTO, y el EVANGELIO DE JESUCRISTO dice que todos somos pecadores, no hay ser humano bueno. Los evangélicos no somos "hombres buenos" , somos hombres y mujeres perdonados y lavados en la sangre de JESUCRISTO. (Dentro de esos hombres que no son buenos, yo tengo la satisfacción de ser el peor, hasta el extremo de reconocer que frente al Santísimo Dios soy "excremento".
Juan Manuel:
"Cuesta entender la calumnia o la persecución en una época en la que se habla tanto de tolerancia, de comprensión, de convivencia y de paz. Pero son más difíciles de entender cuando llega de "hombres buenos" que piensan que con ello hacen un servicio a Dios. Sus motivos suelen ser apasionamientos demasiado humanos que pueden torcer el buen juicio, celos en vez de celo por las almas, emulación indiscreta que mira con envidia y considera como mal el bien hecho por otros."
Yo le respondo a Elena:
Elena, tú lees pero no comprendes lo que lees. Te mando una Biblia si encuentras un solo caso de que un evangélico se haya titulado de "hombres buenos" . La bandera que levantamos los evangélicos es el EVANGELIO DE JESUCRISTO, y el EVANGELIO DE JESUCRISTO dice que todos somos pecadores, no hay ser humano bueno. Los evangélicos no somos "hombres buenos" , somos hombres y mujeres perdonados y lavados en la sangre de JESUCRISTO. (Dentro de esos hombres que no son buenos, yo tengo la satisfacción de ser el peor, hasta el extremo de reconocer que frente al Santísimo Dios soy "excremento".