El Vaticano ordenó a los obispos, en 1962, ocultar los abusos sexuales

Re: El Vaticano ordenó a los obispos, en 1962, ocultar los abusos sexuales

Buscando información encontré este artículo sobre el documento Crimen Sollicitationis de 1961 y confirmado en 2001 por J Ratzinger con el documento De Delictis Gravioribus:

“El documento secreto del Vaticano fue elaborado por el Santo Oficio (hoy la Congregación para la Doctrina de la fe) en 1961, y contiene una serie de instrucciones para los obispos sobre cómo manejar los casos del “peor crimen”. Es decir, los casos en que los sacerdotes se ven envueltos en relaciones sexuales con animales, personas o niños. Y en los que utilizan las confesiones para obtener favores sexuales de los fieles.
Crimen Sollicitationis llama a manejar en secreto dichos casos y el secreto se extiende al mismo documento. El castigo por la violación del secreto incluye la excomunión, la que sólo puede ser retirada por el mismo Papa. Tal vez esto explica la negación de la existencia de dicho documento por parte de algunos obispos. Crimen Sollicitationis salió a la luz en el contexto del escándalo de la denuncia de los miles de casos de abusos sexuales a menores cometidos por sacerdotes católicos en Estados Unidos.
Abogados estadounidenses involucrados en diversos casos sobre pedofilia eclesial dijeron que dicho documento era una evidencia de la política de obstrucción a la justicia practicada de forma oficial y como política de estado por el Vaticano. En respuesta, la Iglesia católica arguyó que la política de secretismo no incluía ocultar los crímenes de pedofilia cometidos por sacerdotes.
Crimen Sollicitationis fue también reproducido por el diario estadounidense Worcester Telegram & Gazette, que obtuvo una copia en 2003. El documento en cuestión se mantuvo por 40 años custodiado en secreto y catalogado como “extremadamente confidencial” en los archivos secretos de la Santa Sede. Daniel Shea, abogado estadounidense y ex seminarista lo descubrió y lo dio a conocer a la opinión pública de Estados Unidos.
El documento, explicó Shea, fue citado como todavía en vigor, en una epístola del entonces cardenal Joseph Ratzinger titulada: “De Delictis Gravioribus” del 18 de mayo de 2001.Con dicha fecha el cardenal Joseph Ratzinger y hoy Benedicto XVI envió la epístola “Delictis Gravioribus” (“Normas de delitos más graves”) a los obispos de toda la Iglesia católica y otros ordinarios y superiores, anunciándoles qué actos “más graves quedaban reservados” al único juicio de su congregación. Añadía que la instrucción Crimen sollicitationis “en vigor, promulgada por la Suprema Sagrada Congregación del Santo Oficio el 16 de marzo de 1962, debía ser reconocida por los nuevos Códigos canónicos”.Las jerarquías del Estado Vaticano se defendieron afirmando que las normas contenidas en el documento de 1962 no tienen ningún valor vinculante después de la entrada en vigor de las disposiciones que en 1983 reformaron el Código de Derecho Canónico. Sin embargo, en la epístola de Ratzinger de 2001, como ya dijimos, no hay dudas sobre la vigencia del documento Crimen Sollicitationis.
La justicia estadounidense persistió en las pesquisas y en enero de 2005, en la Corte del distrito de Harris County (Texas) el entonces cardenal y hoy Papa Benedicto XVI fue acusado de obstrucción de la justicia. La epístola fue incluida en la demanda presentada a principios de 2005 contra la Iglesia Católica de Texas y contra Ratzinger por los abusos sexuales cometidos a tres menores por Juan Carlos Patiño Arango, un seminarista de origen colombiano asignado a la iglesia San Francisco de Sales, de Houston. Patiño Arango fue acusado de haber abusado sexualmente de ellos durante sesiones de “orientación psicopedagógica” en la iglesia, a mediados de los noventa.
Según abogados de las víctimas, el cardenal Ratzinger “conspiró para obstruir la acción de la justicia”. El padre John Beal, catedrático de Derecho Canónico de la ######## University of America, en declaración oral jurada, el 8 de abril de 2005, reconoció ante Daniel Shea que la carta ampliaba la jurisdicción y el control de la Iglesia Católica sobre delitos de abusos sexuales. La carta de Ratzinger estaba cofirmada por Tarsicio Bertone (hoy flamante Secretario de Estado), quien, en una entrevista de hace tres años, ya aludió a la oposición de la Iglesia Católica a permitir que organismos ajenos a ella pudieran investigar las denuncias de abusos sexuales cometidos por curas. “En mi opinión, no tiene fundamento la exigencia de que un obispo esté obligado a contactar con la policía para denunciar a un sacerdote que ha admitido ser culpable de pedofilia” dijo Bertone en ese entonces – vaya “joya” de sinvergüenza -. Posteriormente el gobierno de Estados Unidos ordenó al tribunal de Texas que el Papa Benedicto XVI debía recibir inmunidad en la demanda sobre Patiño Arango. El subsecretario de Justicia de Estados Unidos, Meter Keisler, dijo que como Jefe de Estado del Vaticano, Benedicto XVI goza de inmunidad. Y señaló que permitir que continúe la demanda sería “incompatible con los intereses de política exterior de Estados Unidos”.La Corte Suprema de Justicia afirmó por su parte que los tribunales de Estados Unidos están obligados a acatar esas “sugerencias de inmunidad”. De tal manera, la elección de Ratzinger como Papa lo salvó de enfrentarse a la justicia estadounidense o tener que esconderse tras lo muros del Vaticano de una orden de captura de la INTERPOL. Otra demanda presentada en 1994 contra el anterior Papa Juan Pablo II, también en Texas, fue desechada después de que el gobierno de Estados Unidos presentara una moción similar.
Trascendió que la embajada de la Santa Sede en Washington había pedido al gobierno de Estados Unidos que emitiera su sugerencia de inmunidad, e hiciera todo lo posible para que el caso fuese desestimado. Patiño Arango es hoy un prófugo de la justicia.”

Entonces no es de Extrañar, la actitud del magisterio romano primero de proteger, luego de amparar, esconder a los criminales, haciéndose cómplices de los autores.


En lo medular quisiera dejar clara mi postura frente a estos engendros del mal, que merecen el perdón según sus patéticos defensores.

Jesús dice claramente:

Marcos 9:42 Cualquiera que haga tropezar a uno de estos pequeñitos que creen en mí, mejor le fuera si se le atase una piedra de molino al cuello, y se le arrojase en el mar.

Donde Ira a parar RATZINGUER con este versiculo...? :malo:

:malo: :malo: :malo: :malo:

Isaias
 
Re: El Vaticano ordenó a los obispos, en 1962, ocultar los abusos sexuales

Ya sabemos que El País tiene problemas de alineamiento, por eso tira siempre hacia la izquierda; también sabemos que no desperdicia una oportunidad para desacreditar sutilmente (y no tal sutil) al cristianismo en general, y a la iglesia católica en particular; pero la noticia no deja de ser reveladora.

Saludos.

Y bienvenida, con vitores y platillos
 
Re: El Vaticano ordenó a los obispos, en 1962, ocultar los abusos sexuales

images
 
Re: El Vaticano ordenó a los obispos, en 1962, ocultar los abusos sexuales

HBER que HERMANO SEPARADO, de la ICARP, QUE ENCUBRE a los PEDERASTAS, que explicacion PUEDE DARRRRRRRRRRR............???


isaias
 
Re: El Vaticano ordenó a los obispos, en 1962, ocultar los abusos sexuales

IGLESIA CATOLICA PROTEGE A SACERDOTES PROFUGOS

Bajo la sombra del Vaticano

Roma - Hace años, durante el apogeo de la crisis de abuso sexual de la iglesia, el Papa Juan Pablo II convocó a los cardenales estadounidenses al Vaticano y pronunció algo enardecedor.

"La gente necesita saber", él les recalcó, "que no hay lugar en el sacerdocio y la vida religiosa para aquellos que perjudican a los pequeños".

Sin embargo, hoy en día, a una cuadra del Vaticano, un sacerdote prófugo vive en un edificio de la iglesia, cuya azotea ofrece un panorama de la Basílica de San Pedro y del apartamento del pontífice. Los superiores del Reverendo Joseph Henn le han permitido que permanezca de su lado, a pesar que sostienen que él se ha rehusado a obedecer sus instrucciones de regresar a Phoenix y hacer frente a acusaciones de haber abusado sexualmente a tres niños.

Unas cuantas cuadras al norte, el Reverendo Barry Bossa, ex-convicto y prófugo, ha encontrado asilo en un vecindario frondoso con cafés al aire libre. Sus superiores religiosos apresuradamente lo trasladaron de Estados Unidos hace dos años, cuando su historial delictivo y nuevas acusaciones empezaron a surgir.
Aquí en el corazón del catolicismo, líderes eclesiásticos le dan refugio a sacerdotes acusados de abuso sexual en otros países. The Dallas Morning News localizó a los hombres – algunos de ellos transgresores confesos – como parte de una investigación de un año sobre el traslado global de sacerdotes acusados.

Algunos se encuentran en la comodidad de la sede mundial de sus órdenes religiosas. Uno de ellos camina por la Plaza de San Pedro rumbo a su trabajo. Otro guía recorridos en inglés de antiguos cementerios de la iglesia. Y hasta hace poco, un hombre cumplía con su arresto domiciliario desde una casa enfrente del Vaticano.
Los sacerdotes se negaron a hablar en detalle sobre sus casos. Sus supervisores manifestaron que los hombres no fueron asignados a Roma para ayudarles a eludir a agencias judiciales o a víctimas. El objetivo, dijeron, era de darle a los sacerdotes un lugar donde vivir y trabajar lejos de niños.
"No es el peor lugar del mundo; eso sí es verdad", dijo el Reverendo Michael Higgins, líder estadounidense de la orden de los Pasionistas. El año pasado, él envió a Roma un sacerdote que había sido investigado, pero no enjuiciado, por acusaciones de abuso. "Sin embargo, no es una recompensa".
Un ex administrador de alto rango en un colegio católico cerca del Vaticano dijo que colocar a sacerdotes acusados o hasta prófugos en Roma era "muy perjudicial"–especialmente en un momento en que la iglesia intenta restaurar su imagen dañada.
El año pasado, el Vaticano–la única institución religiosa del mundo reconocida como un gobierno soberano–rechazó la petición de uno de estos procuradores, Rick Romley, el fiscal del Condado de Maricopa en Arizona, para que le ordenara a dos sacerdotes fugitivos que se entregaran a las autoridades de Phoenix.
Su carta al Cardenal Ángelo Sodano, secretario de estado del Vaticano, le fue enviada de regreso en un sobre resellado, acompañado de una nota que leía: "El artículo, enviado adjunto, se le regresa al remitente debido a que el destinatario lo ha rechazado".
El Vaticano, arguyendo que en varias partes del mundo la política no estaban acordes con la ley eclesiástica, ordenó que se hicieran cambios. Entre ellos: establecer un plazo límite para las demandas, lo que efectivamente permite que muchos de los transgresores no sean castigados.
Hace ños, el Vaticano obligó a Coldrey, miembro de la orden de Hermanos Cristianos, a que retirara su libro Vida Religiosa Sin Integridad: La Crisis de Abuso Sexual en la Iglesia Católica, de la Internet. Una carta del Vaticano al hermano Coldrey dijo: "Dudamos de la prudencia de publicar un documento de ese tipo".
El Vaticano se ha negado a divulgar la razón por la cual no ha tomado acción en cuanto a las numerosas acusaciones de abuso contra un aliado allegado al Papa, el Reverendo Marcial Maciel, el fundador y líder de la orden de la Legión de Cristo en Roma.
Me dijeron que el padre Maciel era muy querido por el Papa, que le había hecho mucho bien a la iglesia, y que no era conveniente hacer algo para investigar las acusaciones, manifestó Athié, quien subsiguientemente abandonó el sacerdocio.
 
Re: El Vaticano ordenó a los obispos, en 1962, ocultar los abusos sexuales

La burla del derecho canónico

La voluntad encubridora de los prelados en cuanto a los delitos sexuales cometidos por los sacerdotes católicos no sólo es evidente por la propia fuerza probatoria de los hechos, sino que, por esperpéntico y terrible que parezca, resulta ajustada al proceder que establece el Código de Derecho Canónico por el que se gobierna la Iglesia católica actual. Lo que el Derecho Canónico vigente entiende por "ley penal" está regulado en su Libro VI, De las sanciones de la Iglesia, cánones 1311 a 1399. Los textos de los cánones que se relacionan a continuación son harto explícitos:
Canon 1312: # 1. Las sanciones penales en la Iglesia son: 1º penas medicinales o censuras, que se indican en los cann. 1331-1333; 2º penas expiatorias, de las que trata el can. 1336. # 3. Se emplean además remedios penales y penitencias: aquellos, sobre todo, para prevenir los delitos; éstas más bien para aplicarlas en lugar de una pena, o para aumentarla.

Canon 1339: # 1. Puede el Ordinario, personalmente o por medio de otro, amonestar a aquel que se encuentra en ocasión próxima de delinquir o sobre el que, después de realizada una investigación, recae grave sospecha de que ha cometido delito. # 3. Debe quedar siempre constancia de la amonestación y de la reprensión, al menos por algún documento que se conserve en el archivo secreto de la curia.

Canon 1340: # 1. La penitencia, que puede imponerse en el fuero externo, consiste en tener que hacer una obra de religión, de piedad o de caridad. # 2. Nunca se imponga una penitencia pública por una trasgresión oculta.

Canon 1341: Cuide el Ordinario de promover el procedimiento judicial o administrativo para imponer o declarar penas, sólo cuando haya visto que la corrección fraterna, la reprensión u otros medios de la solicitud pastoral no bastan para reparar el escándalo, restablecer la justicia y conseguir la enmienda del reo.

Canon 1347: # 1. No puede imponerse validamente una censura, si antes no se ha amonestado al menos una vez al reo para que cese en su contumacia, dándole un tiempo prudencial para la enmienda.

Canon 1395: # 1. El clérigo concubinario, exceptuando el caso del que se trata en el can. 1394, y el clérigo que con escándalo permanece en otro pecado externo contra el sexto mandamiento del Decálogo, deben ser castigados con suspensión; si persiste el delito después de la amonestación, se pueden añadir gradualmente otras penas, hasta la expulsión del estado clerical. # 2. El clérigo que cometa de otro modo un delito contra el sexto mandamiento del Decálogo, cuando este delito haya sido cometido con violencia o amenazas, o públicamente o con un menor que no haya cumplido dieciséis años de edad, debe ser castigado con penas justas, sin excluir la expulsión del estado clerical, cuando el caso lo requiera.

Canon 1362: # 1. La acción criminal se extingue por prescripción a los tres años, a no ser que se trate: 2º de la acción por los delitos de los que se trata en los cann. 1394, 1395, 1397 y 1398, la cual prescribe a los cinco años; # 2. El tiempo para la prescripción comienza a contar a partir del día en el que se cometió el delito, o, cuando se trata de un delito continuado o habitual, a partir del día en que cesó.


En resumen, que el "castigo penal" que la Iglesia católica le aplica a un clérigo que, por ejemplo, haya corrompido sexualmente a un menor (can. 1395.2) se limita a la práctica de alguna amonestación, obra de religión o penitencia (cann. 1312, 1339), realizadas siempre en privado (can. 1340) para que permanezca en secreto la comisión del delito. En todo caso, nunca puede emprenderse un "procedimiento penal" sin antes haber intentado "disuadir" al delincuente para que cambie de comportamiento (cann. 1341, 1347), es decir, que la Iglesia siempre perdona y "olvida" de oficio el primer delito —en este caso la primera relación sexual con un menor— y, en la práctica, también perdona y encubre todos los siguientes. La burla a las víctimas y a la Administración de Justicia es obvia.


Y la ofensa a quien fue VIOLADO.........???

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Re: El Vaticano ordenó a los obispos, en 1962, ocultar los abusos sexuales

La tradición catequética recuerda también que existen ‘pecados que claman al cielo’. Claman al cielo: la sangre de Abel (cf Gn 4, 10); el pecado de los sodomitas (cf Gn 18, 20; 19, 13); el clamor del pueblo oprimido en Egipto (cf Ex 3, 7-10); el lamento del extranjero, de la viuda y el huérfano (cf Ex 22, 20-22); la injusticia para con el asalariado (cf Dt 24, 14-15; Jc 5, 4).

La formulación en el Devocionario de mi Misal Romano es ligeramente distinta, aunque el concepto es el mismo. En vez de “pecados que claman al cielo” se les llama “pecados que claman venganza a D-OS”, y son los siguientes:

El primero: Homicidio voluntario
El segundo: Pecado impuro contra naturaleza (lease por ejemplo sacerdotes pedófilos)
El tercero: Opresión del pobre
El cuarto: Defraudar al obrero su jornal


Pecados que claman al Cielo o mas bien pecados que claman venganza de D-OS...


Isaias
 
Re: El Vaticano ordenó a los obispos, en 1962, ocultar los abusos sexuales

La burla del derecho canónico

La voluntad encubridora de los prelados en cuanto a los delitos sexuales cometidos por los sacerdotes católicos no sólo es evidente por la propia fuerza probatoria de los hechos, sino que, por esperpéntico y terrible que parezca, resulta ajustada al proceder que establece el Código de Derecho Canónico por el que se gobierna la Iglesia católica actual. Lo que el Derecho Canónico vigente entiende por "ley penal" está regulado en su Libro VI, De las sanciones de la Iglesia, cánones 1311 a 1399. Los textos de los cánones que se relacionan a continuación son harto explícitos:
Canon 1312: # 1. Las sanciones penales en la Iglesia son: 1º penas medicinales o censuras, que se indican en los cann. 1331-1333; 2º penas expiatorias, de las que trata el can. 1336. # 3. Se emplean además remedios penales y penitencias: aquellos, sobre todo, para prevenir los delitos; éstas más bien para aplicarlas en lugar de una pena, o para aumentarla.

Canon 1339: # 1. Puede el Ordinario, personalmente o por medio de otro, amonestar a aquel que se encuentra en ocasión próxima de delinquir o sobre el que, después de realizada una investigación, recae grave sospecha de que ha cometido delito. # 3. Debe quedar siempre constancia de la amonestación y de la reprensión, al menos por algún documento que se conserve en el archivo secreto de la curia.

Canon 1340: # 1. La penitencia, que puede imponerse en el fuero externo, consiste en tener que hacer una obra de religión, de piedad o de caridad. # 2. Nunca se imponga una penitencia pública por una trasgresión oculta.

Canon 1341: Cuide el Ordinario de promover el procedimiento judicial o administrativo para imponer o declarar penas, sólo cuando haya visto que la corrección fraterna, la reprensión u otros medios de la solicitud pastoral no bastan para reparar el escándalo, restablecer la justicia y conseguir la enmienda del reo.

Canon 1347: # 1. No puede imponerse validamente una censura, si antes no se ha amonestado al menos una vez al reo para que cese en su contumacia, dándole un tiempo prudencial para la enmienda.

Canon 1395: # 1. El clérigo concubinario, exceptuando el caso del que se trata en el can. 1394, y el clérigo que con escándalo permanece en otro pecado externo contra el sexto mandamiento del Decálogo, deben ser castigados con suspensión; si persiste el delito después de la amonestación, se pueden añadir gradualmente otras penas, hasta la expulsión del estado clerical. # 2. El clérigo que cometa de otro modo un delito contra el sexto mandamiento del Decálogo, cuando este delito haya sido cometido con violencia o amenazas, o públicamente o con un menor que no haya cumplido dieciséis años de edad, debe ser castigado con penas justas, sin excluir la expulsión del estado clerical, cuando el caso lo requiera.

Canon 1362: # 1. La acción criminal se extingue por prescripción a los tres años, a no ser que se trate: 2º de la acción por los delitos de los que se trata en los cann. 1394, 1395, 1397 y 1398, la cual prescribe a los cinco años; # 2. El tiempo para la prescripción comienza a contar a partir del día en el que se cometió el delito, o, cuando se trata de un delito continuado o habitual, a partir del día en que cesó.


En resumen, que el "castigo penal" que la Iglesia católica le aplica a un clérigo que, por ejemplo, haya corrompido sexualmente a un menor (can. 1395.2) se limita a la práctica de alguna amonestación, obra de religión o penitencia (cann. 1312, 1339), realizadas siempre en privado (can. 1340) para que permanezca en secreto la comisión del delito. En todo caso, nunca puede emprenderse un "procedimiento penal" sin antes haber intentado "disuadir" al delincuente para que cambie de comportamiento (cann. 1341, 1347), es decir, que la Iglesia siempre perdona y "olvida" de oficio el primer delito —en este caso la primera relación sexual con un menor— y, en la práctica, también perdona y encubre todos los siguientes. La burla a las víctimas y a la Administración de Justicia es obvia.


Y la ofensa a quien fue VIOLADO.........???



Si se fijan bien, los catolicos no tienen respuestas ante verdades tan realistas como la vida misma, solo hay que esperar, como esta secta catolica inculca a curas, monaguillos, monjas, y beatos, en fin a toda la familia sectaria, para que en casos de que se les descubra todo lo oculto de su secta catolica, se dediquen a mentir, o acusar a las demas confesiones religiosas, para como es habitual en la secta catolica, intentar por todos los medios de que no sepamos la gente de bien, todo lo que oculta su secta, el lector solo tiene que informarse, y se sorprendera, de la historia maldita de la secta catolica y podra comprobar, todo el daño, que ha causado causa y causara a las personas de buen corazon, de hecho ya hay movimientos en el mundo para ilegalizar a esta secta catolica.
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Re: El Vaticano ordenó a los obispos, en 1962, ocultar los abusos sexuales

Especial para lanacion.com

Noticias de Exterior:

El Padre Marcial Maciel creó en 1941 la congregación Legionarios de Cristo y en 1959 el apostolado laico Rennum Chirsti. Maciel estaba convencido de que los miembros de su organización tenían que pertenecer a las clases altas de México y para ello se dedicó a fundar una red de colegios y universidades que le permitió captar jóvenes de las clases más pudientes.
El líder encontró, a través de la llamada teología de la prosperidad, que podía evangelizar a los sectores empresariales, poderosos y así construir rápidamente su imperio. Los legionarios de Cristo se convirtieron en una de las organizaciones que más crecieron y hoy cuentan con aproximadamente 600 sacerdotes y 2300 seminaristas, con una edad promedio de 18 años, en 38 países.

En los Legionarios todo marchaba viento en popa, incluso se hablaba de la santidad del fundador, hasta que en el año 1994 el Vaticano lo nombró "guía eficaz de la juventud que ha querido poner a Cristo como criterio, centro y modelo de toda su vida y labor sacerdotal".

Fue allí que un grupo numeroso de católicos, todos practicantes y la mayoría con más de 60 años decidió romper el silencio y denunciar públicamente que un pederasta no podía ser "guía eficaz de la juventud".
El Vaticano decidió escuchar todas las denuncias que se realizaran en México y en 1997 la Congregación de la Doctrina de la Fe, a cargo del cardenal Joseph Ratzinger [hoy Benedicto XVI] abrió un expediente.
La investigación del Vaticano, que duro varios años, escuchó más de 30 relatos escalofriantes de víctimas. La mayoría, hoy personas adultas, relataron que eran abusados por el padre Maciel
. Según se desprende de algunos testimonios, Maciel los elegía bonitos y preadolescentes.

La practicas, repetidas en casi todos los testimonios son aterradoras. El padre invitaba a los niños o adolescentes a su cuarto. Luego se desvestía, los hacía desvestir y los convencía de que tenían que "aliviarle" los dolores que le provocaba el maligno. Si se resistían y no querían tener sexo se conformaba con que lo masturbaran. Luego les decía que tenía "dispensa papal" porque estaba enfermo.

Luego, si algún niño tenía dudas, eran amenazados para que no contara lo que pasaba dentro del cuarto del cura. El que "cuenta se va al infierno" era su amenaza. Sino trataba de tranquilizarlos: "No te preocupes, si tienes remordimiento de conciencia, yo te doy la absolución". El informe del Vaticano fue demoledor para el fundador de Los Legionarios de Cristo.

Los líderes sectarios arman sus grupos y los manipulan a su antojo. Estoy convencido que no puedo haber nada bueno en un grupo que fue fundado por un abusador de menores. La jerarquía del grupo durante décadas le obedeció ciegamente y lo considero un "santo". Más de un sacerdote que hoy conduce a Los Legionarios deber haber sido abusado por el padre Maciel.

El Vaticano deberá intervenir al grupo, disolverlo. Sus sacerdotes y los bienes de la organización deberán ser entregados a las Diócesis de cada país para seguir atendiendo los colegios pero con otro criterio.

http://alfredosilletta.wordpress.com
El autor es licenciando en Comunicación Social y especialista en sectas



Pregunta :

Donde esta , El Padre Marcial Maciel......Hoy dia...???



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Re: El Vaticano ordenó a los obispos, en 1962, ocultar los abusos sexuales

¿Curas pederastas y en pornografía?.. nos hace ver más humanos: CEM
Mariana Viayra Ramírez | Nacional

Viernes 24 de Abril, 2009

“Entre más humanos nos vean más nos van a apreciar”, así respondió el secretario general de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), Leopoldo González, al ser cuestionado sobre los casos de pederastia y de pornografía infantil entre miembros de la Iglesia católica.

Al preguntarle sobre si esas acciones de parte de sacerdotes son un foco rojo para la Iglesia católica, Leopoldo González afirmó que no.
—No, los focos rojos los hacen ustedes (los medios de comunicación), porque de una gotita hacen un mar —dijo.

—¿Eso no evita que la gente ya no le tenga confianza a sus párrocos y ya no se acerquen porque tal vez tienen una doble vida? —se le insistió.

—No hay que juzgar, al contrario, entre más humanos nos vean más nos van a apreciar —apuntó el también obispo auxiliar de la Arquidiócesis de Guadalajara.

Sobre la acusación de pornografía infantil contra el sacerdote, Rafael Muñiz, de la parroquia de San Pedro Apóstol de Xalapa, pidió esperar a que concluyan las investigaciones, “hay que esperar, hay que esperar, tranquilos ustedes”.

En el marco de la clausura de la 87 Asamblea General del Episcopado, el jerarca católico aseveró que por un caso no se debe juzgar a todos los sacerdotes.

Monseñor se mostró irritado por los cuestionamientos de la prensa, incluso señaló que los medios de comunicación “echan las buenas noticias a la basura (...) el bien no es noticia”.

Respecto al caso del presidente de Paraguay, Fernando Lugo, a quien se le acusa de haber tenido relaciones sexuales con menores de edad y concebir tres hijos cuando aún era obispo, indicó que no lo conoce.
“Y como dije, cada persona tiene que dar cuentas a Dios en su conciencia, nadie, ninguno de nosotros podemos juzgar a otra persona (...) no lo conozco y como persona merece todo mi respeto”, externo Leopoldo González.

En tanto, el obispo de Huajuapan, Oaxaca, Teodoro Enrique Pino, agregó que “lo que se dice del caso de Xalapa se está investigando, y ya se está dando por un hecho”.

Puntualizó que “casi siempre cuando acontece eso (pederastia) por un sacerdote es noticia cuando hay temas tan importantes que también hay que ver, no lo estamos ocultando, es la realidad humana que se da en otros campos”.

En este contexto, recordó que Jesús le dijo a la mujer pecadora: “No lo vuelvas a hacer nada más (...) la Iglesia tiene sus caminos y tiene sus penas”.

Leopoldo González dijo desconocer cuántos sacerdotes pederastas han sido castigados, “cada obispo lleva los asuntos de sus sacerdotes y los resuelve la Santa Sede (...) a nivel secretaría no tenemos ese archivo”.

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Isaias
 
Re: El Vaticano ordenó a los obispos, en 1962, ocultar los abusos sexuales

¿Curas pederastas y en pornografía?.. nos hace ver más humanos: CEM
Mariana Viayra Ramírez | Nacional

Viernes 24 de Abril, 2009

“Entre más humanos nos vean más nos van a apreciar”, así respondió el secretario general de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM), Leopoldo González, al ser cuestionado sobre los casos de pederastia y de pornografía infantil entre miembros de la Iglesia católica.

Al preguntarle sobre si esas acciones de parte de sacerdotes son un foco rojo para la Iglesia católica, Leopoldo González afirmó que no.
—No, los focos rojos los hacen ustedes (los medios de comunicación), porque de una gotita hacen un mar —dijo.

—¿Eso no evita que la gente ya no le tenga confianza a sus párrocos y ya no se acerquen porque tal vez tienen una doble vida? —se le insistió.

—No hay que juzgar, al contrario, entre más humanos nos vean más nos van a apreciar —apuntó el también obispo auxiliar de la Arquidiócesis de Guadalajara.

Sobre la acusación de pornografía infantil contra el sacerdote, Rafael Muñiz, de la parroquia de San Pedro Apóstol de Xalapa, pidió esperar a que concluyan las investigaciones, “hay que esperar, hay que esperar, tranquilos ustedes”.

En el marco de la clausura de la 87 Asamblea General del Episcopado, el jerarca católico aseveró que por un caso no se debe juzgar a todos los sacerdotes.

Monseñor se mostró irritado por los cuestionamientos de la prensa, incluso señaló que los medios de comunicación “echan las buenas noticias a la basura (...) el bien no es noticia”.

Respecto al caso del presidente de Paraguay, Fernando Lugo, a quien se le acusa de haber tenido relaciones sexuales con menores de edad y concebir tres hijos cuando aún era obispo, indicó que no lo conoce.
“Y como dije, cada persona tiene que dar cuentas a Dios en su conciencia, nadie, ninguno de nosotros podemos juzgar a otra persona (...) no lo conozco y como persona merece todo mi respeto”, externo Leopoldo González.

En tanto, el obispo de Huajuapan, Oaxaca, Teodoro Enrique Pino, agregó que “lo que se dice del caso de Xalapa se está investigando, y ya se está dando por un hecho”.

Puntualizó que “casi siempre cuando acontece eso (pederastia) por un sacerdote es noticia cuando hay temas tan importantes que también hay que ver, no lo estamos ocultando, es la realidad humana que se da en otros campos”.

En este contexto, recordó que Jesús le dijo a la mujer pecadora: “No lo vuelvas a hacer nada más (...) la Iglesia tiene sus caminos y tiene sus penas”.

Leopoldo González dijo desconocer cuántos sacerdotes pederastas han sido castigados, “cada obispo lleva los asuntos de sus sacerdotes y los resuelve la Santa Sede (...) a nivel secretaría no tenemos ese archivo”.

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Isaias

Nadie que APORTE.........??

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Re: El Vaticano ordenó a los obispos, en 1962, ocultar los abusos sexuales

sábado 20 de junio de 2009

FERNANDO LUGO: PEDERASTA FUERA DEL CLOSET

A propósito del escándalo Fernando Lugo: El sacerdote colombiano Germán Robledo Ángel denunció que colegas suyos en la Catedral de Cali han incurrido en actos de pederastia y no respeto al voto de castidad.

Son 'aberraciones' que se presentan desde hace diez años, advirtió Robledo en unas escandalosas declaraciones que ofreció a medios periodísticos de Bogotá y esa ciudad del suroeste del país.

Los 'servicios sexuales' son pagados con el dinero que donan los feligreses, sostuvo el sacerdote, quien el pasado diciembre renunció a la Presidencia del Tribunal Eclesiástico de Cali, cargo que ejerció durante 23 años.
Robledo precisó al informativo del Canal Caracol, de la televisión privada, que tiene denuncias de muchachos que aseguran que el párroco de la Catedral de Cali, Fred Potes, 'les paga por tener relaciones homosexuales'.

El templo 'se convirtió en un centro, en un antro más bien de sodomía, no porque allí tengan lugar hechos de este tipo, sino porque allí acuden una serie de personajes supremamente peligrosos', sostuvo el sacerdote.

En otra entrevista, con la cadena bogotana Caracol Radio, Robledo dijo que 'se conocen cerca de seis casos de sacerdotes que tienen concubinatos, tienen hijos y hasta denuncias por inasistencia alimentaria'.
El sacerdote dijo que renunció al Tribunal Eclesiástico de Cali, mediante carta al arzobispo de la ciudad, Juan Francisco Sarasti, porque este jerarca no le ofreció respuestas a los informes que sobre la situación le había entregado previamente.

En respuesta al mensaje de dimisión, Robledo dijo que Sarasti le agradeció su preocupación por la 'disciplina eclesiástica', pero que también le expresó que era 'muy difícil' demostrar la veracidad de las denuncias.

Sarasti dijo hoy a los mismos medios que los hechos están en investigación.


Fuera del Clóset: a propósito de Fernando Lugo. Homosexualidad y pederastia: el doble rostro de la Iglesia.

Lo que más corroe la autoridad eclesiástica es su postura contra la sexualidad. El aborto y las uniones gays han sido atacadas por los jerarcas católicos, pero éstos incurren en prácticas que van en contra de sus principios: pederastia y homosexualidad.


Nunca antes la autoridad de la jerarquía católica se había visto tan mermada. Después del debate para la despenalización del aborto parte de la sociedad mexicana ha hecho mofa a través de los medios de los otrora personajes intocables. Basta con ver los cartones políticos y las editoriales de la prensa para ver a qué se han reducido Norberto Rivera Carrera, sus obispos, sus curas y el mismo Papa: sacros bufones de una hipotética Fuenteovejuna muy a la mexicana. México es un pueblo que cada vez se sacude más la manipulación que desde el siglo XVI lo mantiene sojuzgado con una malentendida fe.

Bien hace Norberto con quedarse callado a voluntad, así se ve más bonito y sobre todo evita ser cuestionado por los mexicanos pensantes, porque a cada protesta que hizo por lo que llamaba atentado a la vida, recibía como dados cargados de reproches por la impunidad en la que mantiene los casos más recientes de pederastia sacerdotal y por su entuerto legal que enfrenta en una Corte de Estados Unidos por proteger a esos curas violadores de inocencias.

En vez de dar respuestas certeras se va entre las ramas al mimetizar la inmoralidad de la jerarquía católica con un complot mediático que –según él– intenta perseguir y crucificar a la Iglesia como en los años 20 del siglo pasado, porque "son los signos de los tiempos, los hijos se van contra su madre".

Más que discursos sentimentaloides e interpretaciones torcidas de la Biblia, lo que se necesita en esta coyuntura social –para evitar una peligrosa polarización que podría devenir en violencia– es la certeza de que el dogma católico mantiene aún –o podría rescatar– las verdades auténticas de Jesucristo, que tras más de 2 mil años se ha tergiversado por completo al grado de que cualquier religión es objeto de incredulidad y desconfianza y sus ministros ya son como profetas que divagan en el desierto de la indiferencia social o –peor para ellos– sujetos de sospechosismos de toda clase, desde desviaciones sexuales hasta prácticas deshonestas de lucro y medro usando la fe.

Lo que más corroe la autoridad eclesiástica es su postura contra la sexualidad humana. Su sexofobia es su pecado y su penitencia, es su avatar que arrastra desde siglos atrás como si las pulsiones sexuales se pudieran desaparecer por decreto, como si los hombres y mujeres que conforman la burocracia eclesial hubieran nacido sin genitales y sin hormonas, como si la capacidad de enamorarse no les fuera inmanente en cuanto humanos, pues hasta sus santos y santas tan virginales amaron; baste leer la historia de San Agustín o de San Pablo, quien alguna vez dijo que más valía casarse que asarse en el fuego de la pasión ( "...si no tienen don de continencia, cásense, pues mejor es casarse que estarse quemando... (1Co 7:9), argumento que se utiliza para darle al celibato el pretendido origen divino al ser considerado un carisma y no es así, fue una imposición de carácter económico y sobre todo de control y dominio que hizo por decreto Inocencio II en 1139, fue un invento resultado de caprichos pues.

La injusta ley canónica que impide a los sacerdotes ejercer su sexualidad y poder casarse, el celibato obligatorio, es uno de los más dolorosos cilicios que tienen los hombres que, con vocación o no para el servicio religioso, evita que éstos cumplan sus obligaciones para las que fueron consagrados. Por eso ocultos en sombras hacen y deshacen con su sexo convertido en perversión afectando vidas ajenas. En vez de ser agentes de Dios se convierten en verdaderos demonios que a diestra y siniestra derraman sus pecados que, curiosamente, sí atentan contra la familia y la vida.

No es el uso de condones ni de píldoras contra la concepción, ni siquiera el aborto legal tan dañinos como lo es la pederastia o los abusos contra mujeres y varones que perpetran esos hombres que bajo la sotana, esconden sus verdaderos despropósitos y nefastas intenciones.

Quienes condenan a los "pecadores" laicos por ejercer una sexualidad fuera de los "cánones" de la Iglesia son los mismos que no cumplen con lo que profesan en su doctrina de pureza y castidad. Así, un cura que guarda como secreto su gusto por violar infantes, que tiene amante hombre o mujer o que simplemente se va "de putas" de vez en cuando, es el mismo que le dice en el confesionario a un gay que su comportamiento es inmoral y lo mortifica con ofensas y visiones infernales, y en el colmo de la hipocresía le niega la absolución por sus "pecados".

Es injusto generalizar, pero el comportamiento ya no tan secreto de ministros de toda ralea es la causa de que todo lo que huela y vea a cura sea sospechoso e indigno de confianza. Es bien lógico que un feligrés pensante que sabe que el sacerdote de su parroquia no cumple las normas que lo rigen (el celibato por ejemplo) pues deje de creer en su autoridad y va más allá, tacha de hipócrita a toda la institución eclesial. Ya no sorprende el gran número de gays y lesbianas católicos (y sólo por tomar este sector de la población) que no siguen los preceptos de la fe y dicen no confesarse porque el cura pudiera resultar "más pecador" que ellos, y todos sin distinción ya no consideran a la homosexualidad como pecado.

Sacerdotes que violan la santidad familiar

Ya no es secreto por más que Benedicto XVI y Norberto se hagan majes. Los curas católicos tienen sexo y el celibato es una norma incómoda fácil de romper, basta con que el infractor se confiese con un superior para que éste le diga "ve con Dios y en paz y no lo vuelvas a hacer", pero igual que hicimos todos aquellos que alguna vez fuimos católicos practicantes, muy dentro en nuestro fuero interno pensábamos "ajá" y a darle otra vez; el acto de contrición para un cura le dura hasta que otra cosa se le pone dura.

¿Dónde está pues el compromiso divino que hizo el sacerdote con Dios cuando profesó? Si pueden "pecar" y arrepentirse después por un ratito y luego reincidir otra vez y continuar con el mismo ciclo una y otra vez, ¿es justo y moral cuestionar el comportamiento de los laicos a los que sojuzgan con condenas y amenazas de infierno sólo por tener una vida sexual fuera, insisto, de esos cánones que la sexofobia dogmática del Vaticano impuso a medio mundo desde tiempos inmemorables? Sobra decirlo, pero dichos cánones están tan equivocados y son tan falsos que los mismos obreros de Cristo no los siguen desde los tiempos más remotos del catolicismo.

Las aberrantes noticias de que hay curas que violan monjas y novicias o mujeres y varones enfermos de sus facultades mentales, que le meten mano a niños y niñas en la mismas oficinas parroquiales, que tienen amantes ya sean solteras, casadas o viudas y que les provocan el aborto si resultan embarazadas, o que tienen amantes hombres son tan bizarras y monstruosas porque parece más la ficha de un criminal común o delincuente corriente que el currículo de un sacerdote.

La raíz de este comportamiento enfermizo que raya en delitos punibles (para los laicos, no para el clero gracias al derecho canónico que se siente superior al civil) está en la ley del celibato que al negar la práctica de la sexualidad en los sacerdotes les provoca una represión que con el tiempo deriva en patologías mentales. Si a eso se agrega su soledad inmensa por no poder unirse con todas las de la ley a una compañera u compañero, podemos entender la locuaz conducta de varios sacerdotes.

Pocos, pero muy pocos sacerdotes pueden lograr sublimar su sexualidad para alcanzar ese estado de perfección espiritual de la que tanto hablan los papas, esa especie de ascetismo casi nirvana extático (que en algunas imágenes religiosas más bien parece orgasmo por cierto). Dentro del dogma católico se han alzado voces de sacerdotes que alegan que el celibato sea opcional y no obligatorio, asunto echado a tierra por Juan Pablo II y ahora también por Ratzinger y que Juan XXIII y Paulo VI pudieron haber remediado durante el Concilio Vaticano II, pero no se les dio la gana bien tozudos es sus caprichos de mantener un rebaño de curas obedientes por sus traumas.

Esas aberraciones sacerdotales ponen en entredicho a la jerarquía de la institución vaticana. “Por sus frutos los conoceréis”, dijo Mateo, quien refirió a Jesús cuando habló de los falsos profetas: "(…) que vienen a vosotros vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces (... ) todo buen árbol da buenos frutos, pero el árbol malo da frutos malos".

¿Hasta cuándo Benedicto XVI va a decidir cortar de tajo a esos árboles malos? ¿O tal vez él mismo sea uno de esos árboles?

El tema, por desgracia, da para muchísimo más

¿Desde cuándo se puede decir que existe la ley del celibato? Fue el papa Inocencio II quien en el concilio II de Letrán (año 1139) declaró oficialmente que el matrimonio de los sacerdotes estaba no solamente prohibido, sino que además era inválido. A partir de entonces, los sacerdotes (en la Iglesia latina) quedaron incapacitados para contraer matrimonio. ¿Por qué se llegó a esta decisión? En el caso de los obispos fue decisivo el criterio económico: había el peligro de que un obispo casado dejara en herencia a sus hijos los bienes de la Iglesia. Pero el criterio determinante fue el principio de la "pureza ritual".

Esta manera de entender la sexualidad, como algo que impurifica, no resulta aceptable en la cultura actual. Por eso se suele echar mano de otros argumentos para justificar el mantenimiento de la ley del celibato. Argumentos que deben ser matizados. Porque si se dice que quien no se casa, por eso ama más a Dios, en realidad lo que se está diciendo es que Dios puede ser el celoso rival de un amor humano. Pero Dios no es (ni puede ser) así. Lo que Dios más quiere es que el amor entre los humanos sea lo más intenso y lo más auténtico posible. Otra razón, que se suele aducir, es que quien no se casa se puede dedicar más plenamente al apostolado. Lo cual es verdad en algunos casos.

Pero no es cierto que los sacerdotes le dediquen más tiempo y más ilusión a su tarea que el tiempo y la ilusión que ponen en su trabajo muchos profesionales, empresarios o artistas, por ejemplo. Entonces, ¿por qué se mantiene esta ley eclesiástica? La experiencia nos enseña, y los psicólogos lo avalan, que quien controla la vida afectiva y sexual de una persona, tiene asegurada la obediencia de esa persona. Probablemente esta razón, aunque muchos no se den cuenta de ello, es más fuerte de lo que imaginamos.

Por lo demás, yo no creo que, si la Iglesia permitiese el matrimonio de los curas, por eso iba a entrar más gente en los seminarios y noviciados. La crisis de vocaciones tiene raíces más profundas que no es éste el momento de explicar. No pocas iglesias protestantes tienen la misma crisis de pastores. Y sabemos que los pastores protestantes pueden casarse. Más bien, habría que recordar que el instinto sexual no tiene más que tres posibles salidas: o se realiza o se reprime o se sublima. Pero ocurre que la represión acarrea problemas muy serios a quien se ve forzado a vivir así. Y la sublimación por motivos religiosos es, por supuesto, un don admirable.

No resulta fácil de entender que una experiencia tan sublime pueda ser vivida por tantos cientos de miles de personas como en la Iglesia la tienen que vivir quienes desean dedicarse a un ministerio apostólico. De ahí las "dobles vidas", los escándalos… Por eso yo pienso que sería mejor suprimir una ley que cada día resulta más difícil mantener

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Re: El Vaticano ordenó a los obispos, en 1962, ocultar los abusos sexuales

Lo que sigue apareció en "La Vanguardia" de Barcelona el sábado 3 de octubre en la sección de "CARTAS DE LOS LECTORES" pag. 22. y con el título:

El Vaticano y los efebos

"El Vaticano dice que los curas abusadores no son paidófilos, sino "efebófilos". Segun el DRAE, la paidofilia es la "atracción erótica o sexual que una persona adulta siente hacia los niños o adolescentes". Lo que no aparece en el RAE e la palabra efebófilo, que partiendo del significado de efebo sería como la atracción hacia un "mancebo, adolescente de belleza afeminada". La verdad es que me quedo igual, dado que las denuncias a miembros de la Iglesia católica eran por abusar de niños como adolescentes. Debo tener papafobia
JOSEP ROBERT REIG MIRO
Barcelona

-----------------------------------------
He aquí
LA RESPUESTA

Cultismos de distración

¿Quien dijo que a la Iglesia católica le cuesta adaptarse al mundo de hoy? Vivimos en la época de los gravísmos errores contables y las auditorías de seguridad. No es de extrañar, por lo tanto, que la Iglesia introduzca un cultismo para distraer la atención de una de las lacras derivadas de su demonización del sexo. La "belleza afeminada" que se atribuye al efebo sería un atenuante que justificaria la atracción irresistible (por la belleza) a la vez que introduciría una dosis de la siempre rentable maldad femenina (por lo afeminado) , en la línea falócrata habitual. Llamando "efebófilos" a los curas abusadores la Iglesia apela a la antigua tradición griega del aprendizaje sexual, tan mitificada por lo colectivos homosexuales con formación universitaria, y sobre todo, elimia sutilmente a los niños del colectivo de víctimas. Paidófilos o efebófilos, son unos abusananos

MÁRIUS SERRA
Escritor

(Para quienes desconozcan la lengua catalana el vocablo ABUSANANOS) aclararé que NANOS en lenguaje coloquial significa "NIÑOS")
Apate de este, huelgan más comentarios aparte de comentar que los dos autores no fueron bautizados en ninguna "secta" protestante. Ja....
 
Re: El Vaticano ordenó a los obispos, en 1962, ocultar los abusos sexuales

Lo que sigue apareció en "La Vanguardia" de Barcelona el sábado 3 de octubre en la sección de "CARTAS DE LOS LECTORES" pag. 22. y con el título:

El Vaticano y los efebos

"El Vaticano dice que los curas abusadores no son paidófilos, sino "efebófilos". Segun el DRAE, la paidofilia es la "atracción erótica o sexual que una persona adulta siente hacia los niños o adolescentes". Lo que no aparece en el RAE e la palabra efebófilo, que partiendo del significado de efebo sería como la atracción hacia un "mancebo, adolescente de belleza afeminada". La verdad es que me quedo igual, dado que las denuncias a miembros de la Iglesia católica eran por abusar de niños como adolescentes. Debo tener papafobia
JOSEP ROBERT REIG MIRO
Barcelona

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LA RESPUESTA

Cultismos de distración

¿Quien dijo que a la Iglesia católica le cuesta adaptarse al mundo de hoy? Vivimos en la época de los gravísmos errores contables y las auditorías de seguridad. No es de extrañar, por lo tanto, que la Iglesia introduzca un cultismo para distraer la atención de una de las lacras derivadas de su demonización del sexo. La "belleza afeminada" que se atribuye al efebo sería un atenuante que justificaria la atracción irresistible (por la belleza) a la vez que introduciría una dosis de la siempre rentable maldad femenina (por lo afeminado) , en la línea falócrata habitual. Llamando "efebófilos" a los curas abusadores la Iglesia apela a la antigua tradición griega del aprendizaje sexual, tan mitificada por lo colectivos homosexuales con formación universitaria, y sobre todo, elimia sutilmente a los niños del colectivo de víctimas. Paidófilos o efebófilos, son unos abusananos

MÁRIUS SERRA
Escritor

(Para quienes desconozcan la lengua catalana el vocablo ABUSANANOS) aclararé que NANOS en lenguaje coloquial significa "NIÑOS")
Apate de este, huelgan más comentarios aparte de comentar que los dos autores no fueron bautizados en ninguna "secta" protestante. Ja....

NO es para sorprenderte, sino para asombrarnos........
 
Re: El Vaticano ordenó a los obispos, en 1962, ocultar los abusos sexuales

NO es para sorprenderte, sino para asombrarnos........

Yo casi he perdido la capacidad de asombro ante lo que se está denunciando.
Ni siquiera me asombra la defensa que hacen los católicos en este foro.