No hay duda de que nuestro Señor Jesucristo hizo claro que Él volverá (Mateo 24:30, Apocalipsis 22:12). Ahora bien, cómo será su regreso es un asunto que puede tener varias aproximaciones.
El libro de los Hechos 1, versículo 11 indica que dos hombres de blanco les indicaron a los discípulos que Jesús regresaría en la misma forma que lo vieron irse en las nubes.
Por otra parte, el Señor mismo indicó en el evangelio de Mateo que la señal del Hijo del Hombre aparecerá “en el cielo.”
El libro de Apocalipsis contiene unas descripciones muy elaboradas de ese regreso de Jesús, pero no es un secreto que el autor de este libro utilizó muchas metáforas para ilustrar sus puntos.
No obstante, debemos poner nuestra atención en lo expuesto por Pablo, el apóstol Juan y el autor de la carta a los hebreos sobre cómo será la segunda venida de nuestro Salvador y Señor. Para esos autores Jesús no va a literalmente “venir”, sino que va a aparecer.
Esto resulta muy importante tomando en cuenta que un regreso de Jesús literal y concreto en las nubes no va a ser apreciado por todos los humanos del planeta. Si Jesús desciende sobre Jerusalén, como muchos creen, entonces los que estén en otras partes del mundo no lo verán. Es conocido que la Biblia indica que “todo ojo lo verá”, pero ¿cómo puede ser esto posible? ¿Se le otorgarán facultades sobrenaturales a todos los humanos en el momento del regreso de Jesús para que puedan verlo cuando desciende del cielo? Consideren que no todos los que estén con vida en la tierra en ese momento serán salvos, al menos eso es una posibilidad. Aun así, ¡todos podrán verlo! Esto parece una solución un tanto extrema y quizás inverosímil.
Vamos mejor a considerar lo que dicen las escrituras. En Colosenses 3:4 Pablo indica: “Cuando Cristo, que es la vida de ustedes, se manifieste, entonces también ustedes serán manifestados con Él en gloria.” Observen que Pablo no expresa “cuando Cristo regrese” o “vuelva.” Lo que dice es que Jesús se va a “manifestar.”
La palabra griega que aparece en el original para “manifestar” es φανερόω (phaneroo). Esto es una revelación, manifestación o aparición. Esas son experiencias espirituales, no concretas, sólidas o literales.
El apóstol Juan en su primera carta expresó: “Amados, ahora somos hijos de Dios, y aún no se ha manifestado lo que hemos de ser; pero sabemos que cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque le veremos tal como él es.” (1 Juan 3:2). Igualmente, Juan indica que Jesús se va a “manifestar.” En esta carta el autor usó la misma palabra griega para exponer esa idea.
Por último, el autor de la carta a los hebreos afirma: “así también Cristo fue ofrecido una sola vez para llevar los pecados de muchos; y aparecerá por segunda vez, sin relación con el pecado, para salvar a los que le esperan.” (Hebreos 9:28). Este autor va más lejos al decir que Cristo “aparecerá.” La palabra griega usada por el autor es ὁράω (horaó). Esto es una aparición, algo que se percibe. Es decir: una experiencia muy personal, no un encuentro físico literal. Esto es una experiencia espiritual.
Si esto es así, haría más sentido que entonces todo ojo lo verá. Si lo que va a ocurrir es que el Señor va a quitar el velo de nuestros ojos, y nos va a permitir ver claramente la realidad espiritual de que Cristo está aquí a nuestro lado, eso es más hermoso, profundo e impactante que pensar que Jesús va a bajar de las nubes como si se tratara de una nave espacial en una película de ciencia ficción. La cortina que ahora oculta de nuestros ojos la realidad de la presencia del Eterno junto a nosotros será removida. La cortina se abrirá y conoceremos tal y como fuimos conocidos.
Esto no esta en contra de lo que nos reveló el Señor Jesús durante su ministerio aquí en la tierra. El indico varias veces que el Reino de Dios no es un lugar lejano e inaccesible. Por el contrario, ese “cielo” o Reino de Dios está aquí entre nosotros (Marco 1:15, Mateo 4:17, Mateo 3:2, Lucas 17:21).
En la misma forma nuestro Señor nos enseño a orar pidiendo que sea aquí en la tierra como es en el cielo. En otras palabras, Cristo nos estaba indicando que el cielo y la presencia del Eterno no son fenómenos lejanos e imposibles de experimentar, vivir y ver en nuestra vida terrenal. El cielo está aquí entre nosotros. Ese fue uno de los grandes cambios que Jesús logró con su ministerio en este mundo. Al final, cielo y tierra se fundirán como una sola realidad
Por ello es más factible que en su regreso el Señor Jesús va a aparecer, y no a llegar literalmente en forma concreta. Lo que va a ocurrir va a ser igual a la experiencia que tuvo el siervo del profeta Eliseo en 2da de Reyes 15-17. Los ojos del siervo fueron abiertos por el Eterno y él pudo ver los carros de fuego con ángeles alrededor del profeta. Así mismo, en ese día glorioso el Señor abrirá nuestros ojos y veremos a nuestro Dios y Señor junto a nosotros con sus ángeles de gloria.
¡Que así sea!
Bendiciones.
El libro de los Hechos 1, versículo 11 indica que dos hombres de blanco les indicaron a los discípulos que Jesús regresaría en la misma forma que lo vieron irse en las nubes.
Por otra parte, el Señor mismo indicó en el evangelio de Mateo que la señal del Hijo del Hombre aparecerá “en el cielo.”
El libro de Apocalipsis contiene unas descripciones muy elaboradas de ese regreso de Jesús, pero no es un secreto que el autor de este libro utilizó muchas metáforas para ilustrar sus puntos.
No obstante, debemos poner nuestra atención en lo expuesto por Pablo, el apóstol Juan y el autor de la carta a los hebreos sobre cómo será la segunda venida de nuestro Salvador y Señor. Para esos autores Jesús no va a literalmente “venir”, sino que va a aparecer.
Esto resulta muy importante tomando en cuenta que un regreso de Jesús literal y concreto en las nubes no va a ser apreciado por todos los humanos del planeta. Si Jesús desciende sobre Jerusalén, como muchos creen, entonces los que estén en otras partes del mundo no lo verán. Es conocido que la Biblia indica que “todo ojo lo verá”, pero ¿cómo puede ser esto posible? ¿Se le otorgarán facultades sobrenaturales a todos los humanos en el momento del regreso de Jesús para que puedan verlo cuando desciende del cielo? Consideren que no todos los que estén con vida en la tierra en ese momento serán salvos, al menos eso es una posibilidad. Aun así, ¡todos podrán verlo! Esto parece una solución un tanto extrema y quizás inverosímil.
Vamos mejor a considerar lo que dicen las escrituras. En Colosenses 3:4 Pablo indica: “Cuando Cristo, que es la vida de ustedes, se manifieste, entonces también ustedes serán manifestados con Él en gloria.” Observen que Pablo no expresa “cuando Cristo regrese” o “vuelva.” Lo que dice es que Jesús se va a “manifestar.”
La palabra griega que aparece en el original para “manifestar” es φανερόω (phaneroo). Esto es una revelación, manifestación o aparición. Esas son experiencias espirituales, no concretas, sólidas o literales.
El apóstol Juan en su primera carta expresó: “Amados, ahora somos hijos de Dios, y aún no se ha manifestado lo que hemos de ser; pero sabemos que cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque le veremos tal como él es.” (1 Juan 3:2). Igualmente, Juan indica que Jesús se va a “manifestar.” En esta carta el autor usó la misma palabra griega para exponer esa idea.
Por último, el autor de la carta a los hebreos afirma: “así también Cristo fue ofrecido una sola vez para llevar los pecados de muchos; y aparecerá por segunda vez, sin relación con el pecado, para salvar a los que le esperan.” (Hebreos 9:28). Este autor va más lejos al decir que Cristo “aparecerá.” La palabra griega usada por el autor es ὁράω (horaó). Esto es una aparición, algo que se percibe. Es decir: una experiencia muy personal, no un encuentro físico literal. Esto es una experiencia espiritual.
Si esto es así, haría más sentido que entonces todo ojo lo verá. Si lo que va a ocurrir es que el Señor va a quitar el velo de nuestros ojos, y nos va a permitir ver claramente la realidad espiritual de que Cristo está aquí a nuestro lado, eso es más hermoso, profundo e impactante que pensar que Jesús va a bajar de las nubes como si se tratara de una nave espacial en una película de ciencia ficción. La cortina que ahora oculta de nuestros ojos la realidad de la presencia del Eterno junto a nosotros será removida. La cortina se abrirá y conoceremos tal y como fuimos conocidos.
Esto no esta en contra de lo que nos reveló el Señor Jesús durante su ministerio aquí en la tierra. El indico varias veces que el Reino de Dios no es un lugar lejano e inaccesible. Por el contrario, ese “cielo” o Reino de Dios está aquí entre nosotros (Marco 1:15, Mateo 4:17, Mateo 3:2, Lucas 17:21).
En la misma forma nuestro Señor nos enseño a orar pidiendo que sea aquí en la tierra como es en el cielo. En otras palabras, Cristo nos estaba indicando que el cielo y la presencia del Eterno no son fenómenos lejanos e imposibles de experimentar, vivir y ver en nuestra vida terrenal. El cielo está aquí entre nosotros. Ese fue uno de los grandes cambios que Jesús logró con su ministerio en este mundo. Al final, cielo y tierra se fundirán como una sola realidad
Por ello es más factible que en su regreso el Señor Jesús va a aparecer, y no a llegar literalmente en forma concreta. Lo que va a ocurrir va a ser igual a la experiencia que tuvo el siervo del profeta Eliseo en 2da de Reyes 15-17. Los ojos del siervo fueron abiertos por el Eterno y él pudo ver los carros de fuego con ángeles alrededor del profeta. Así mismo, en ese día glorioso el Señor abrirá nuestros ojos y veremos a nuestro Dios y Señor junto a nosotros con sus ángeles de gloria.
¡Que así sea!
Bendiciones.