El Señor Jesús no va a regresar. Va a aparecer.

DanielZ123

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7 Octubre 2024
18
12
No hay duda de que nuestro Señor Jesucristo hizo claro que Él volverá (Mateo 24:30, Apocalipsis 22:12). Ahora bien, cómo será su regreso es un asunto que puede tener varias aproximaciones.

El libro de los Hechos 1, versículo 11 indica que dos hombres de blanco les indicaron a los discípulos que Jesús regresaría en la misma forma que lo vieron irse en las nubes.

Por otra parte, el Señor mismo indicó en el evangelio de Mateo que la señal del Hijo del Hombre aparecerá “en el cielo.”

El libro de Apocalipsis contiene unas descripciones muy elaboradas de ese regreso de Jesús, pero no es un secreto que el autor de este libro utilizó muchas metáforas para ilustrar sus puntos.

No obstante, debemos poner nuestra atención en lo expuesto por Pablo, el apóstol Juan y el autor de la carta a los hebreos sobre cómo será la segunda venida de nuestro Salvador y Señor. Para esos autores Jesús no va a literalmente “venir”, sino que va a aparecer.

Esto resulta muy importante tomando en cuenta que un regreso de Jesús literal y concreto en las nubes no va a ser apreciado por todos los humanos del planeta. Si Jesús desciende sobre Jerusalén, como muchos creen, entonces los que estén en otras partes del mundo no lo verán. Es conocido que la Biblia indica que “todo ojo lo verá”, pero ¿cómo puede ser esto posible? ¿Se le otorgarán facultades sobrenaturales a todos los humanos en el momento del regreso de Jesús para que puedan verlo cuando desciende del cielo? Consideren que no todos los que estén con vida en la tierra en ese momento serán salvos, al menos eso es una posibilidad. Aun así, ¡todos podrán verlo! Esto parece una solución un tanto extrema y quizás inverosímil.

Vamos mejor a considerar lo que dicen las escrituras. En Colosenses 3:4 Pablo indica: “Cuando Cristo, que es la vida de ustedes, se manifieste, entonces también ustedes serán manifestados con Él en gloria.” Observen que Pablo no expresa “cuando Cristo regrese” o “vuelva.” Lo que dice es que Jesús se va a “manifestar.”

La palabra griega que aparece en el original para “manifestar” es φανερόω (phaneroo). Esto es una revelación, manifestación o aparición. Esas son experiencias espirituales, no concretas, sólidas o literales.

El apóstol Juan en su primera carta expresó: “Amados, ahora somos hijos de Dios, y aún no se ha manifestado lo que hemos de ser; pero sabemos que cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque le veremos tal como él es.” (1 Juan 3:2). Igualmente, Juan indica que Jesús se va a “manifestar.” En esta carta el autor usó la misma palabra griega para exponer esa idea.

Por último, el autor de la carta a los hebreos afirma: “así también Cristo fue ofrecido una sola vez para llevar los pecados de muchos; y aparecerá por segunda vez, sin relación con el pecado, para salvar a los que le esperan.” (Hebreos 9:28). Este autor va más lejos al decir que Cristo “aparecerá.” La palabra griega usada por el autor es ὁράω (horaó). Esto es una aparición, algo que se percibe. Es decir: una experiencia muy personal, no un encuentro físico literal. Esto es una experiencia espiritual.

Si esto es así, haría más sentido que entonces todo ojo lo verá. Si lo que va a ocurrir es que el Señor va a quitar el velo de nuestros ojos, y nos va a permitir ver claramente la realidad espiritual de que Cristo está aquí a nuestro lado, eso es más hermoso, profundo e impactante que pensar que Jesús va a bajar de las nubes como si se tratara de una nave espacial en una película de ciencia ficción. La cortina que ahora oculta de nuestros ojos la realidad de la presencia del Eterno junto a nosotros será removida. La cortina se abrirá y conoceremos tal y como fuimos conocidos.

Esto no esta en contra de lo que nos reveló el Señor Jesús durante su ministerio aquí en la tierra. El indico varias veces que el Reino de Dios no es un lugar lejano e inaccesible. Por el contrario, ese “cielo” o Reino de Dios está aquí entre nosotros (Marco 1:15, Mateo 4:17, Mateo 3:2, Lucas 17:21).

En la misma forma nuestro Señor nos enseño a orar pidiendo que sea aquí en la tierra como es en el cielo. En otras palabras, Cristo nos estaba indicando que el cielo y la presencia del Eterno no son fenómenos lejanos e imposibles de experimentar, vivir y ver en nuestra vida terrenal. El cielo está aquí entre nosotros. Ese fue uno de los grandes cambios que Jesús logró con su ministerio en este mundo. Al final, cielo y tierra se fundirán como una sola realidad

Por ello es más factible que en su regreso el Señor Jesús va a aparecer, y no a llegar literalmente en forma concreta. Lo que va a ocurrir va a ser igual a la experiencia que tuvo el siervo del profeta Eliseo en 2da de Reyes 15-17. Los ojos del siervo fueron abiertos por el Eterno y él pudo ver los carros de fuego con ángeles alrededor del profeta. Así mismo, en ese día glorioso el Señor abrirá nuestros ojos y veremos a nuestro Dios y Señor junto a nosotros con sus ángeles de gloria.

¡Que así sea!

Bendiciones.
 
-El Señor Jesús nos prometió: "No se turbe vuestro corazón: creéis en Dios, creed también en mí. En la casa de mi Padre muchas moradas hay: de otra manera os lo hubiera dicho: voy, pues, á preparar lugar para vosotros. Y si me fuere, y os aparejare lugar, vendré otra vez, y os tomaré á mí mismo: para que donde yo estoy, vosotros también estéis" (Juan 14:1-3).

-Actualmente velamos, porque amamos y esperamos su pronta venida. El Señor Jesucristo no será un holograma proyectado sobre las nubes del cielo.
 
No hay duda de que nuestro Señor Jesucristo hizo claro que Él volverá (Mateo 24:30, Apocalipsis 22:12). Ahora bien, cómo será su regreso es un asunto que puede tener varias aproximaciones.

El libro de los Hechos 1, versículo 11 indica que dos hombres de blanco les indicaron a los discípulos que Jesús regresaría en la misma forma que lo vieron irse en las nubes.

Por otra parte, el Señor mismo indicó en el evangelio de Mateo que la señal del Hijo del Hombre aparecerá “en el cielo.”

El libro de Apocalipsis contiene unas descripciones muy elaboradas de ese regreso de Jesús, pero no es un secreto que el autor de este libro utilizó muchas metáforas para ilustrar sus puntos.

No obstante, debemos poner nuestra atención en lo expuesto por Pablo, el apóstol Juan y el autor de la carta a los hebreos sobre cómo será la segunda venida de nuestro Salvador y Señor. Para esos autores Jesús no va a literalmente “venir”, sino que va a aparecer.

Esto resulta muy importante tomando en cuenta que un regreso de Jesús literal y concreto en las nubes no va a ser apreciado por todos los humanos del planeta. Si Jesús desciende sobre Jerusalén, como muchos creen, entonces los que estén en otras partes del mundo no lo verán. Es conocido que la Biblia indica que “todo ojo lo verá”, pero ¿cómo puede ser esto posible? ¿Se le otorgarán facultades sobrenaturales a todos los humanos en el momento del regreso de Jesús para que puedan verlo cuando desciende del cielo? Consideren que no todos los que estén con vida en la tierra en ese momento serán salvos, al menos eso es una posibilidad. Aun así, ¡todos podrán verlo! Esto parece una solución un tanto extrema y quizás inverosímil.

Vamos mejor a considerar lo que dicen las escrituras. En Colosenses 3:4 Pablo indica: “Cuando Cristo, que es la vida de ustedes, se manifieste, entonces también ustedes serán manifestados con Él en gloria.” Observen que Pablo no expresa “cuando Cristo regrese” o “vuelva.” Lo que dice es que Jesús se va a “manifestar.”

La palabra griega que aparece en el original para “manifestar” es φανερόω (phaneroo). Esto es una revelación, manifestación o aparición. Esas son experiencias espirituales, no concretas, sólidas o literales.

El apóstol Juan en su primera carta expresó: “Amados, ahora somos hijos de Dios, y aún no se ha manifestado lo que hemos de ser; pero sabemos que cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque le veremos tal como él es.” (1 Juan 3:2). Igualmente, Juan indica que Jesús se va a “manifestar.” En esta carta el autor usó la misma palabra griega para exponer esa idea.

Por último, el autor de la carta a los hebreos afirma: “así también Cristo fue ofrecido una sola vez para llevar los pecados de muchos; y aparecerá por segunda vez, sin relación con el pecado, para salvar a los que le esperan.” (Hebreos 9:28). Este autor va más lejos al decir que Cristo “aparecerá.” La palabra griega usada por el autor es ὁράω (horaó). Esto es una aparición, algo que se percibe. Es decir: una experiencia muy personal, no un encuentro físico literal. Esto es una experiencia espiritual.

Si esto es así, haría más sentido que entonces todo ojo lo verá. Si lo que va a ocurrir es que el Señor va a quitar el velo de nuestros ojos, y nos va a permitir ver claramente la realidad espiritual de que Cristo está aquí a nuestro lado, eso es más hermoso, profundo e impactante que pensar que Jesús va a bajar de las nubes como si se tratara de una nave espacial en una película de ciencia ficción. La cortina que ahora oculta de nuestros ojos la realidad de la presencia del Eterno junto a nosotros será removida. La cortina se abrirá y conoceremos tal y como fuimos conocidos.

Esto no esta en contra de lo que nos reveló el Señor Jesús durante su ministerio aquí en la tierra. El indico varias veces que el Reino de Dios no es un lugar lejano e inaccesible. Por el contrario, ese “cielo” o Reino de Dios está aquí entre nosotros (Marco 1:15, Mateo 4:17, Mateo 3:2, Lucas 17:21).

En la misma forma nuestro Señor nos enseño a orar pidiendo que sea aquí en la tierra como es en el cielo. En otras palabras, Cristo nos estaba indicando que el cielo y la presencia del Eterno no son fenómenos lejanos e imposibles de experimentar, vivir y ver en nuestra vida terrenal. El cielo está aquí entre nosotros. Ese fue uno de los grandes cambios que Jesús logró con su ministerio en este mundo. Al final, cielo y tierra se fundirán como una sola realidad

Por ello es más factible que en su regreso el Señor Jesús va a aparecer, y no a llegar literalmente en forma concreta. Lo que va a ocurrir va a ser igual a la experiencia que tuvo el siervo del profeta Eliseo en 2da de Reyes 15-17. Los ojos del siervo fueron abiertos por el Eterno y él pudo ver los carros de fuego con ángeles alrededor del profeta. Así mismo, en ese día glorioso el Señor abrirá nuestros ojos y veremos a nuestro Dios y Señor junto a nosotros con sus ángeles de gloria.

¡Que así sea!

Bendiciones.
Saludos DanielZ123,

1- Siguiendo tu misma lógica al preguntarte ¿Cómo es posible que todo ojo le verá? Me parece entender que tu propuesta de una "aparición" tampoco responde tú pregunta, pues ¿Cómo una aparición hará que todo ojo lo vea?

2- El momento de la segunda venida tiene muchos detalles que generalmente muchos ignoran, uno de estos detalles es que cuando Cristo venga sobre las nubes "los elegidos" de todas partes del mundo, seremos llevados en nubes hasta el Señor, quién se posará en el monte de los Olivos en su descenso a la tierra para comenzar el reino milenial.

Cuando seamos llevados en nubes todos contemplaremos a Cristo desde todos los puntos del planeta, y no me refiero a que montado en una nube en argentina, puedas ver físicamente a Cristo arriba de Israel, me refiero a que mientras Cristo está en la nube para descender a Jerusalén, todos los elegidos viajaremos en nubes hasta Israel y allí le veremos.
 
A no ser que los testigos de Jehová tengan razón, al decir que todo ojo lo verá, refiriéndose a una transmisión televisiva por todo el mundo viendo a Cristo bajar del cielo, quien sabe.
 
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Reacciones: edcentinela y MiguelR
-El "todo ojo lo verá" de Ap 1:7 no refiere a la súbita venida de Jesús hasta las nubes -que es la que estamos esperando-, sino la que ocurrirá siete años después cuando venga con nosotros y por Israel, para acabar con sus enemigos, juzgar las naciones e instaurar su reino milenial.
 

La televisión juega un papel importante en los acontecimientos mundiales y muchos fuimos testigos del momento exacto del accidente del segundo avión en las torres gemelas y como yo y millones de personas lo vivimos y voy a testificar y lamento que a muchos le sale la hiel cuando cuento algo referencial y que ya vi esta visión en el patio de mi casa y que fue estando despierto y siendo un infante, casi bebe (entre nueve meses y dos años) y luego que se corrieran las nubes blancas muy bajas, se abrió el cielo y del lado del Norte, en el hemisferio sur, vi un gigante muy grande que era Jesús con su cayado y mirándome y ahí me asuste, porque estaba vivo y salí corriendo para adentro de mi casa y me agarre de la pollera de mi mamá para contarle, pero balbucee porque no hablaba correctamente y, por lo tanto, no me entendió nada y eso quedo hasta el día de hoy como una impresión, que no se borra y cuando dice todo ojo lo verá, no será por la televisión, sino que su figura en el cielo será extraordinariamente grande y que lamento decir que el mundo, no lo tomará bien y será combatido y sabemos los resultados y que por siete meses serán recogidos cadáveres de soldados muertos.​

 
recuerda que el mundo es redondo, lo van a ver por televisión. y yo creo en Dios, pero no busques imposibles. Tal como subió al cielo todos los verán bajar de la misma manera. en un solo lugar.
 
Última edición:
recuerda que el mundo es redondo, lo van a ver por televisión. y yo creo en Dios, pero no busques imposibles. Tal como subió al cielo todos los verán bajar de la misma manera. en un solo lugar.

Isaías 55:9 Como son más altos los cielos que la tierra, así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis pensamientos más que vuestros pensamientos.​

Mateo 19:26 Y mirándolos Jesús, les dijo: Para los hombres esto es imposible; más para Dios todo es posible.​

 
El Señor bajará con su cuerpo glorioso, en un solo lugar, no en todos los lugares del planeta, estas creyendo en un imposible .

Y tus versículos que has puesto, nada que ver.
 
-Es obvio que el "todo ojo lo verá" de Ap 1:7 se refiere a cuantos de todos los linajes de la tierra se encuentren entonces en la inmediaciones del monte de Sión, en condiciones de verlo (Ap 14:1). Esa visión será directa y no trasmitida por pantalla alguna.
 
!Cristo viene en las nubes!
Todos lo verán
incluso los que lo traspasaron;
y todo los pueblos del mundo
harán duelo por él
Si, amén
 
Concuerdo.

Jesús no va a venir físicamente sino que se va a hacer evidente de una forma espiritual y sublime.

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La comparación es clara: vendrá como un relámpago que rasga el cielo.

Brillante, poderoso temible, lo verá todo el mundo y no se detendrá a conversar con nadie ni que se hagan selfies con Él.
 
Jesús no va a venir físicamente, sino que se va a hacer evidente de una forma espiritual y sublime.
En el discernimiento que Cristo me ha dado de su retorno a la tierra, después de su resurrección, contemplamos como evangelizó dramáticamente a Saulo de Tarso en su camino a Damasco, transformándolo en el apóstol a los gentiles.

Pero no fue una sola vez que se manifestó a los apóstoles, porque la expresión que hallamos a este respecto:

Hch_26:16 Pero levántate, y ponte sobre tus pies; porque para esto he aparecido a ti, para ponerte por ministro y testigo de las cosas que has visto, y de aquellas en que me apareceré a ti,

Nos confirma la Soberanía del Señor en manifestarse a los suyos, las veces que el Señor considere necesario.

A Pedro le dijo que había llegado el momento de reunirse con él, en la Casa de su Padre (Jn.14:1-3) y Pedro entendió que en breve debía abandonar el cuerpo tal como el Señor se lo había declarado (2P.1:14).

Ahora, físicamente, personalmente, lo conoceremos en nuestro encuentro con él, fuera de la tierra, un encuentro completamente nuevo, que no está registrado en ninguna parte de las Escrituras proféticas, es un misterio, aquí está:

"EL SEÑOR MISMO"

1Ts 4:16 Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero.

El Señor no encarga el recogimiento de su Iglesia para trasladarla al cielo a los ángeles, como ocurre con la reunión de Israel para trasladar a los judíos a Jerusalén, aquí está el texto:

Mat 24:31 Y enviará sus ángeles con gran voz de trompeta, y juntarán a sus escogidos, de los cuatro vientos, desde un extremo del cielo hasta el otro.

Este encuentro de la Iglesia con el Señor fuera de la tierra no debe mezclarse ni confundirse con su segunda venida profetizada en el AT donde sus pies se posan en el Monte de los Olivos, el mismo donde partió al cielo, porque viene acompañado de todos los santos (Zac.14:4-5)

Este encuentro con su Iglesia es exclusivo para nosotros, los que somos de Cristo, no importando que hayamos muerto físicamente antes de su venida, porque la expresión que leemos en el v.16 es esta:

"Y LOS MUERTOS EN CRISTO RESUCITARÁN PRIMERO"

Ni la nación de Israel ni los gentiles se hallan en Cristo.

El arrebatamiento será en un abrir y cerrar de ojos como lo indica la transformación de nuestros cuerpos (1Cor.15:52), porque el Señor regresa acompañado de las almas de los muertos en Cristo, a fin de ser revestidos de su habitación celestial, por medio de cuerpos glorificados, aquí está el texto:

VIENE EL SEÑOR CON LAS ALMAS DE TODOS SUS SANTOS

1Ts 4:14 Porque si creemos que Jesús murió y resucitó, así también traerá Dios con Jesús a los que durmieron en él.

¿Y NOSOTROS, LOS QUE ESTEMOS VIVOS AL MOMENTO DEL ARREBATAMIENTO?

1Ts 4:17 Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor

El discernimiento que Cristo nos ha dado está basado en la Escritura para no interpretarlas a nuestro antojo, sino en su debido contexto histórico.

Todo lo que está ocurriendo luego del cumplimiento de la semana 69 de la profecía de Daniel, aquí está el texto:

Dan 9:25 Sabe, pues, y entiende, que, desde la salida de la orden para restaurar y edificar a Jerusalén hasta el Mesías Príncipe, habrá siete semanas, y sesenta y dos semanas; se volverá a edificar la plaza y el muro en tiempos angustiosos.

7 + 62 = 69 semanas.

Dan 9:26 Y después de las sesenta y dos semanas se quitará la vida al Mesías, mas no por sí; y el pueblo de un príncipe que ha de venir destruirá la ciudad y el santuario; y su fin será con inundación, y hasta el fin de la guerra durarán las devastaciones.

Desde que se quitó la vida al Mesías, lo que se inicio fue la edad de la iglesia de Cristo comenzando desde Pentecostés hasta nuestros días.

Nada tiene que ver con el pueblo de Daniel en el aspecto profético, aquí está el texto:

Dan 9:24 Setenta semanas están determinadas sobre tu pueblo y sobre tu santa ciudad, para terminar la prevaricación, y poner fin al pecado, y expiar la iniquidad, para traer la justicia perdurable, y sellar la visión y la profecía, y ungir al Santo de los santos.

Se está hablando proféticamente del pueblo de Daniel y de Jerusalén.

Falta una semana profética.

En la actualidad sobre la faz de la tierra, coexisten simultáneamente Israel y la Iglesia, el Espíritu Santo no habita en Israel.

El poder del Espíritu Santo es quien mantiene un control restrictivo que impide el surgimiento del anticristo, aquí está el texto:

2Ts 2:7 Porque ya está en acción el misterio de la iniquidad; sólo que hay quien al presente lo detiene, hasta que él a su vez sea quitado de en medio.
2Ts 2:8 Y entonces se manifestará aquel inicuo, a quien el Señor matará con el espíritu de su boca, y destruirá con el resplandor de su venida;

Estamos en la antesala de un gobierno mundial, todas las señales en el campo político y tecnológico apuntan a la desaparición de miles de personas conocidas por el Señor y que forman su Iglesia, siendo abducidas por los ovnis, para encubrir el arrebatamiento de la Iglesia.

La creciente familiaridad con este tipo de avistamientos es el caldo de cultivo para sembrar la idea de un secuestro masivo ejecutado por extraterrestres y así encubrir el arrebatamiento de la Iglesia.

El Señor viene, puede ser hoy.
 
@Natanael1

Se me hace interesante y positiva la comparación que haces de la conversión de Saulo con el evento de la venida del Señor.

Así será, una sorpresa que deja boquiabiertos a muchos buenos y malos, un fuego repentino que consume el alma y que la lleva a cuestionarse su vida.

Está escrito también que el señor no vendrá en forma "visible"

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