8Mas, oh amados, no ignoréis esto:
que para con el Señor un día es como mil años,
y mil años como un día.
9El Señor no retarda su promesa,
según algunos la tienen por tardanza,
sino que es paciente para con nosotros,
no queriendo que ninguno perezca,
sino que todos procedan al arrepentimiento.
10Pero el día del Señor vendrá como ladrón en la noche;
en el cual los cielos pasarán con grande estruendo,
y los elementos ardiendo serán deshechos,
y la tierra y las obras que en ella hay serán quemadas.
11Puesto que todas estas cosas han de ser deshechas,
¡cómo no debéis vosotros andar en santa y piadosa manera de vivir,
12esperando y apresurándoos para la venida del día de Dios,
en el cual los cielos, encendiéndose, serán deshechos,
y los elementos, siendo quemados, se fundirán!
13Pero nosotros esperamos, según sus promesas,
cielos nuevos y tierra nueva, en los cuales mora la justicia.
14Por lo cual, oh amados,
estando en espera de estas cosas,
procurad con diligencia ser hallados por él
sin mancha e irreprensibles, en paz.
15Y tened entendido que la paciencia
de nuestro Señor es para salvación;
como también nuestro amado hermano Pablo,
según la sabiduría que le ha sido dada, os ha escrito,
16casi en todas sus epístolas,
hablando en ellas de estas cosas;
entre las cuales hay algunas difíciles de entender,
las cuales los indoctos e inconstantes tuercen,
como también las otras Escrituras, para su propia perdición.
17Así que vosotros, oh amados,
sabiéndolo de antemano, guardaos,
no sea que arrastrados por el error de los inicuos,
caigáis de vuestra firmeza.
18Antes bien, creced en la gracia
y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo.
A él sea gloria ahora y hasta el día de la eternidad. Amén.
2 Pedro 3:8-18
EL RELOJ DEL TIEMPO DE DIOS Y DE CRISTO - LOS TRES DÍAS
“10Y Jehová dijo a Moisés:
Ve al pueblo, y santifícalos hoy y mañana;
y laven sus vestidos,
11y estén preparados para el día tercero,
porque al tercer día Jehová descenderá
a ojos de todo el pueblo sobre el monte de Sinaí.”
(Éxodo 19:10-11.)
El versículo más importante en toda la Biblia, relevante a lo tardío de la hora, y la inminencia del retorno de Cristo y el fin de esta edad se encuentra en OSEAS 6:2:
"Venid y volvamos a Jehová porque él ha desgarrado,
y él nos curará; él hirió y él nos vendará.
Nos dará vida después de dos Días;
en el tercer día él nos levantará
y viviremos delante de él."
(OSEAS 6:1,2.)
El profeta judío OSEAS está diciendo a su pueblo, que el Señor; dentro de un tiempo desgarraría y heriría a los judíos durante un período de DOS DÍAS (2.000 años, 2ª PEDRO 3:8); pero que Él curaría y vendaría después de estos Dos DÍAS PROFÉTICOS (2.000 años). Más importante, el TERCER DÍA, el tercer milenio. (El Milenio, el Reino del Mesías, el Cristo en la tierra), levantaría a los judíos y estos vivirían bajo su vista.
El Señor usó al general romano Tito para herir a los judíos en el año 70 D. De C. Estamos acercándonos a los 2.000 años en que Dios va a bendecir a Israel sobre todas las naciones; cuando el Mesías, Jesucristo, va a reinar sobre este mundo desde Jerusalén, los judíos serán la envidia del mundo.
"Y vendrán muchos pueblos
y fuertes naciones a buscar
a Jehová de los ejércitos.
En aquellos días acontecerá
que diez hombres de las naciones
de toda lengua tomarán del mando a un judío,
diciendo: Dejadnos ir con vosotros;
porque hemos oído que Dios está con vosotros."
(ZACARÍAS 8:22-23.)
Jesús dijo:
"Yo hecho fuera demonios
y hago curaciones hoy y mañana (2.000 años)
y el tercer día (2º milenio), termino mi obra."
(LUCAS 13:32.)
(También, para las personas en necesidad de curación física, se puede ver que Jesús declaró que estaría ocupado en la liberación y curación durante este período de 2.000 años).
Isaías vio a Cristo desde niño a Rey, pero no delineó los 2.000 años de intervalo que separan estas dos posiciones:
"Porque un niño nos ha nacido, un hijo nos es dado (antes de la conjunción "y" que sigue, tenemos un período de 2.000 años que no es mencionado), y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre: Admirable, Consejero, Dios fuerte, Padre eterno, Príncipe de paz. Lo dilatado de su imperio y la paz no tendrán limite, sobre el trono de David..." (ISAÍAS 9:6-7)