El reino que hace la voluntad de Dios

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5 Septiembre 2001
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ALIMENTO DIARIO
Leer con oración: 1 Ts.2:12; Ap.11:15; Gn.12:1-2,8; 15:13-21
“Los reinos del mundo han venido a ser de nuestro Señor y de su Cristo; y él reinará por los siglos de los siglos" (Ap. 11: 15b)
EL REINO QUE HACE LA VOLUNTAD DE DIOS
El título de esta semana es "Entrar en Su reino" (1 Ts 2: 12). Apocalipsis 11: 15 dice que los reinos del mundo llegarán a ser de nuestro Señor y de Su Cristo. Esa era la esperanza del apóstol Pablo, y hoy, la de cada uno de nosotros. En la estructura de la vida de la iglesia, además del amor y la fe, hay un punto que es la perseverancia en la esperanza. Tenemos la esperanza de que entraremos en la manifestación del reino de los cielos.
El reino es una esfera de autoridad. Dios creó a Adán y Eva, y los puso en el huerto de Edén, dándoles la incumbencia de cultivar y guardar el huerto. Por tanto, el huerto de Edén era una esfera que prefigura la iglesia como la realidad del reino de los cielos. Más tarde, se levantó Nimrod, un vigoroso cazador que conquistó y subyugó a muchas personas, y formó un reino terrenal. Así que, el reino de la tierra comenzó con Nimrod. Dios quería que Su reino en la tierra pudiese hacer Su voluntad así como es hecha en los cielos. El reino de Nimrod no era lo que Dios quería, ni podía de ninguna manera representar el reino de Dios, pues el nombre de Dios no era propagado ni Su voluntad era hecha allí. Los hombres edificaron la ciudad de Babel y una torre cuya cúspide llegaría al cielo, para propagar su propio nombre. Así que, Dios abandonó a la raza adámica.
Aún Dios quiere cumplir lo que planeó: tener en la tierra un reino donde Su voluntad sea hecha, así como es hecha en el cielo. Él llamó a Abraham y le prometió que su descendencia sería una gran nación (Gn 12: 1-2). Esa era la voluntad y el deseo de Dios, que se levante un reino en la tierra de Canaán, prometida a Abraham. Cuando llegó a la tierra de Canaán, Abraham levantó una tienda, edificó un altar a Jehová e invocó Su nombre (v.8). El invocar el nombre del Señor fue restaurado allí.
En la tierra que Dios prometiera a Abraham había enemigos, que eran las siete naciones de Canaán: los heteos, los gergeseos, los amarreos, los cananeos, los fereseos, los heveos y los jebuseos. Abraham no podía edificar ese reino por si sólo. Dios entonces le prometió que sus descendientes morarían en tierra ajena, serían esclavizados y oprimidos por cuatrocientos años. Él también prometió que juzgaría al pueblo al cual sirvieron sus descendientes, y éstos saldrían con grandes riquezas y en la cuarta generación volverían a Canaán y poseerían la tierra (15:13- 21). y ciertamente esto ocurrió: los hijos de Israel descendieron a Egipto por causa del hambre surgida en la tierra en la época de Jacob (46: 1- 34).
Como José, hijo de Jacob, llegó a ser gobernador de Egipto y el segundo después de Faraón, le dio lo mejor de la tierra de Egipto a su padre y a sus hermanos: la tierra de Gosén, lugar de mucha abundancia. Como la vida allí era confortable y fácil, los descendientes de Israel no sintieron más la necesidad de Dios y así se apartaron del Señor. Por eso, el Señor permitió que sirviesen a Faraón como esclavos. De ese modo, clamaron al Señor. El hombre es así: cuando todo está bien, se olvida de Dios; por eso, Dios levanta situaciones adversas en nuestras vidas. Esperamos que, cuando el Señor nos bendiga en nuestra empresa o trabajo, cuando nos dé abundancia, jamás nos olvidemos de Él.
El pueblo de Israel se multiplicó y el número de ellos llegó a casi dos millones de personas. Cuando comenzó la esclavitud, el pueblo se acordó del Señor y clamó a Él. Dios realmente es compasivo y misericordioso; cuando oyó el clamor del pueblo de Israel, les envió a Moisés para rescatados y conducidos de regreso a Canaán, con miras a tener la expresión del reino de Dios en la tierra.
Palabra clave: Hacer la voluntad de Dios
Pregunta: ¿Cuál es e! deseo de Dios?
Dong Yu Lan
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¡Jesús es el Señor!