Isaías 11:4
"con el espíritu de sus labios matará al impío"
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Bien sabemos los cristianos que la palabra tiene poder (Hechos 20:32) y ese poder lo ejerce el espíritu de Dios; Si no está el E.S. en la palabra, esa palabra no tendrá poder.
El poder de la palabra se expresa mediante una sabiduría divina, por ejemplo, much@s de seguro han escuchado que el número 7 es el número de la perfección de Dios, y realmente lo que contiene "siete" en la biblia conlleva poder y perfección.
Existe una definición que estudia el poder de las palabras, se llama: Cábala. La cábala estudia lo que se conoce cómo: la gematria hebrea.
En gematria, cada letra hebrea está representada por un número (por ejemplo, aleph = 1, bet = 2, etc.) se puede calcular el valor numérico de una palabra sumando los valores de cada letra.
Un claro ejemplo lo encontramos con el famoso 666, que realmente la primera copia más antigua aparece es el número 634, este número representa la suma total de las letras del nombre del emperador romano Domiciano, y el apóstol Juan aplicó la gematria cómo una codificación que solamente los judíos conocían.
"con el espíritu de sus labios matará al impío"
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Bien sabemos los cristianos que la palabra tiene poder (Hechos 20:32) y ese poder lo ejerce el espíritu de Dios; Si no está el E.S. en la palabra, esa palabra no tendrá poder.
El poder de la palabra se expresa mediante una sabiduría divina, por ejemplo, much@s de seguro han escuchado que el número 7 es el número de la perfección de Dios, y realmente lo que contiene "siete" en la biblia conlleva poder y perfección.
Existe una definición que estudia el poder de las palabras, se llama: Cábala. La cábala estudia lo que se conoce cómo: la gematria hebrea.
En gematria, cada letra hebrea está representada por un número (por ejemplo, aleph = 1, bet = 2, etc.) se puede calcular el valor numérico de una palabra sumando los valores de cada letra.
Un claro ejemplo lo encontramos con el famoso 666, que realmente la primera copia más antigua aparece es el número 634, este número representa la suma total de las letras del nombre del emperador romano Domiciano, y el apóstol Juan aplicó la gematria cómo una codificación que solamente los judíos conocían.