Israel es el Estado-nación judío. Israel es el Estado del pueblo judío. No existe persecución religiosa en Israel. No se persigue a ninguna persona por su religión.
En el Estado judío conviven grupos religiosos y personas aconfesionales. Interactúan en el tráfico, los restaurantes, los centros comerciales, las calles, los deportes, los hospitales, escuelas, universidades, estudios contables, estudios de abogados, médicos particulares, veterinarias, talleres mecánicos, ONG, en sus fuerzas policiales, armadas, paramédicos, en el Maguen David Adom, en las FDI, en la policía, servicios de inteligencia, en el Parlamento (Knesset) y, recientemente, también en el gobierno, en la coalición de Bennett-Lapid-Abbas, etc.
No existen campañas judías de irrupción en instituciones cristianas para acosarlos, hostilizarlos o judaizarlos. Sí existen campañas aisladas, pero igualmente fastidiosas, de grupos cristianos que se meten a barrios llamados "ultraortodoxos" para dejar su material proselitista. Mis amigos cristianos detestan estas prácticas. Les parece que son tontas.
Existen grupos cristianos que se disfrazan de judíos "ortodoxos" y han logrado engañar a algunos judíos laicos para que hagan "teshuva", pero al final, el judío laico no es que se vuelve observante del judaísmo, sino de una variante del cristianismo llamada "mesianismo".
Hay grupos judíos de vigilancia que se han propuesto desenmascarar a los misioneros que se hacen pasar por judíos. Cuando estos grupos judíos dan a conocer un centro misionero en Israel, el hecho se vuelve noticia y muchos saltan hasta el techo gritando "¡persecución!", como cuando Hamás ataca a los civiles israelíes por meses, pero solo es noticia cuando Israel responde con precisión.