¿Y qué puede decirse de la “Inmaculada Concepción” de la que habló Bernadette? También es una clara contradicción de la enseñanza bíblica. Las Escrituras muestran que María, como todos los descendientes de Adán, fue ‘concebida en pecado’ y heredó la muerte. (Salmo 51:5; Romanos 3:23.) Si María fue concebida sin pecado, ¿por qué presentó una ofrenda por el pecado después de dar a luz a Jesús? (Levítico 12:6; Lucas 2:22-24.) Además, no hay ni un solo texto bíblico que apoye la doctrina católica que enseña que ella fue preservada del pecado original por una gracia especial. En vista de que la adoración a María no tiene fundamento bíblico, es muy lógico que se formulen preguntas tocante a si sus apariciones provienen de Dios.
Pero ¿quién fue Bernadette?
Una jovencita francesa de catorce años llamada Bernadette Soubirous, su hermana y una amiga se encontraban recogiendo leña cerca de Lourdes, ciudad del sudoeste de Francia cercana a la frontera española. Cuando Bernadette iba a cruzar un riachuelo, se le apareció una “señora” en una gruta. En otras ocasiones la misma “señora” pidió que le erigiesen una capilla en aquel mismo lugar, e hizo un llamamiento a toda la humanidad para que se arrepintiese.
En otra aparición, Bernadette oyó a la “señora” decir en el dialecto local: “Soy la Inmaculada Concepción”. Sola ante autoridades civiles y hasta religiosas, Bernadette Soubirous mantuvo que sus declaraciones eran ciertas. Finalmente, la iglesia católica reconoció de modo oficial las apariciones de la “Virgen”. El santuario de Lourdes es el resultado de ello.
Un pastorcillo y dos pastorcillas estaban guardando sus rebaños en Fátima, en la zona centro de Portugal, cuando vieron la primera aparición de la “Virgen”. Durante una aparición posterior, la gente corrió a ese lugar con la esperanza de recibir una señal. Afirmaron haber visto al Sol bailando en los cielos y luego caer a la Tierra.
A los niños también se les confiaron unos “secretos”. Tuvieron una visión del infierno, donde vieron a los pecadores padecer horribles sufrimientos envueltos en terribles llamas.
¿Qué se puede sacar en conclusión de las visiones de un infierno de fuego que tuvieron los pastores de Fátima? Las Escrituras indican claramente que los pecadores no sufren ese castigo cuando mueren. Jesús mismo dijo que deberíamos temer a Aquel que puede destruir tanto el alma como el cuerpo, lo que muestra que el alma puede morir. Otros textos bíblicos enseñan sin lugar a duda que los muertos no tienen una existencia consciente y que la esperanza de volver a vivir se basa en la promesa bíblica de una resurrección futura. (Mateo 10:28; Eclesiastés 9:5, 10; Juan 5:28, 29.)
Y lo más importante, si fuese verdad esa visión, nunca podrían haberla contemplado, porque nadie ahora permanece en el Infierno, porque no ha habido juicio alguno, y dirán, ¿cómo lo sabemos? Porque nuestro Señor no ha regresado como prometió para juzgar al mundo (de que todo ojo le vería).
Conclusión.
No dudo de que los videntes digan la verdad de lo que vieron (no se descalifica al mensajero), más la fuente no procede de Dios.