EL NOMBRE DE LA BESTIA LUCIFER



Lucas 13;31-32 RV 1960
31 Aquel mismo día llegaron unos fariseos, diciéndole:
Sal, y vete de aquí, porque Herodes te quiere matar.
32 Y les dijo: Id, y decid a aquella zorra:
He aquí, echo fuera demonios y hago curaciones hoy y mañana,
y al tercer día termino mi obra.

Las palabras del versículo 31 fueron pronunciadas por Dios hecho hombre en la persona de Jesucristo, y fueron seleccionadas por el Mismo Señor para que llegaran hasta nosotros y nos transmitieran el poderoso mensaje de que no hay gobernante ni grupos concentrados de poder, no hay logia globalista con todos sus serviles ubicados en los medios de desinformación, que puedan impedir la misión que Dios ha encomendado a cada uno de sus siervos. En otras palabras, nada absolutamente nada puede impedir que sean ejecutadas las obras que Dios preparo de antemano para cada uno de sus hijos.

Ante la posibilidad de una nueva PLANDEMIA, desenfundamos la poderosa espada Del Espíritu que es la Palabra de Dios en donde están contenidas estas poderosas verdades. Teniendo también en perspectiva, de que la primera PLANDEMIA sirvió entre cosas para que el remanente supiera quien es quien, pues aquel acontecimiento nos permitió despertar a la realidad de que, dentro del campamento de los redimidos, había verdaderos sicarios de la agenda globalista empoderados en el ministerio pastoral, que convirtieron las iglesias locales en vacunatorios, llegando incluso a presionar a los hermanos a que se inocularan. No debemos olvidar a todos aquellos individuos que fueron participes necesarios del más terrible genocidio de la historia humana y que muchos de ellos todavía siguen en la función pastoral, no habiéndose arrepentido, reconocido ni pedido perdón del terrible pecado que cometieron en contra de los redimidos a los que supuestamente pastoreaban.

Por tanto, a los poderes globalistas y a sus esbirros, les decimos que como resistimos su anterior embestida, también resistiremos todo aquello que se interponga con la comisión que Dios nos ha entregado.

Hasta La victoria siempre.