LOS EVENTOS MUNDIALES DE LOS DOS ULTIMOS AÑOS, HAN DEJADO EXPUESTO A UN SISTEMA SANITARIO GLOBAL QUE ES PARTE DEL MISMO MISTERIO DE LA INIQUIDAD.
Creo que una de las razones, por la cuales Dios ha permitido que en estos dos últimos años, los planes de hombres perversos avancen tanto, es para que sus hijos se despierten a la realidad de que han estado confiando demasiado, en una medicina darwinista, que ve al ser humano como un pedazo de materia, que según nos dicen fue producto de la evolución. Y ni aun después de haber quedado expuesta la complejidad de la vida humana y de todos los seres vivos en general, y de que se trata de un diseño y no de la selección natural, ni aun así se han rendido ante la evidencia. Y esto claro esta tiene una explicación bíblica, y es que se trata de necios con títulos universitarios que están bajo la autoridad del maligno como lo está todo ser humano sin Cristo (2 de Corint 4;3-4).
Nos hemos confiado demasiado, en necios que desconocen sistemáticamente de que el hombre no es solo materia sino un ser tripartito con un cuerpo un alma y un espíritu, y que la parte inmaterial interactúa con la materia.
Dios ha expuesto la trama diabólica, de un sistema sanitario aliado con el mismo Misterio de la Iniquidad. Un sistema que ha determinado y dictaminado políticas sanitarias, que solo conciencias cauterizadas pueden poner en ejecución.
Pero además de dejar expuesta la podredumbre, Dios ha levantado a profesionales de la salud que comienzan a mostrar soluciones no contaminadas con conflictos de intereses que son parte de la FAR-MAFIA.
Que Dios en su soberanía, eventualmente haya utilizado o pueda utilizar la medicina convencional como respuesta a la necesidad de su pueblo, no significa que debamos confiar ciegamente en este sistema. NI TAMPOCO CREER ESA FALACIA QUE SE ESCUCHA DESDE MUCHOS PÜLPITOS DE QUE LA MEDICINA ESTA PUESTA POR DIOS.
CREO QUE DEBEMOS TOMAR NOTA DE TODO ESTO Y CONFIAR EN DIOS, EN TODOS LOS ASPECTOS DE NUESTRA EXISTENCIA, SABIENDO QUE JESUCRISTO NO ES SOLO NUESTRO SEÑOR Y SALVADOR, SINO TAMBIÉN NUESTRO SANADOR.
Soli Deo Gloria.