La imposición de los césares romanos, de que todo habitante del imperio, tuviera que ofrecerles una medida de incienso, no era la marca de la bestia, pero aun así todo verdadero cristiano era guiado por El Espíritu Santo a rechazar dicha imposición, y de hecho miles de cristianos terminaron en el circo romano por negarse a ser parte de eso.
Hoy en este periodo previo al arrebatamiento, se ha instalado a nivel global la imposición de tener que ser inoculados con un compuesto génico. Y AUNQUE ESTO TAMPOCO ES LA MARCA DE LA BESTIA PROPIAMENTE DICHA, POR CUANTO AÚN NO HAY UNA BESTIA GOBERNANDO, HOY AL IGUAL QUE EN EL PASADO, LOS VERDADEROS CRISTIANOS, SABEN QUE BAJO NINGÚN PUNTO DE VISTA, ARGUMENTO O RAZÓN, PUEDEN ACEPTAR ALGO QUE POR ESTOS DÍAS YA SE SABE QUE ES LA ETAPA PREVIA A LA MARCA.
No se puede aceptar que eso entre en nuestros cuerpos que son templos del Espíritu Santo, porque lo que contiene ese compuesto, tiene entre otros objetivos, producir lo mismo que ocurrió en los días de Noé, en donde el genoma humano fue alterado. Y esa es la razón del porqué de padres inoculados antes de la concepción, están naciendo criaturas con características no humanas. Que, por ser transgénicas y no humanas, ya no son redimibles, y serán las criaturas que encajarán perfectamente en el trans-humanismo, cuya tecnología ya está preparada.
Teniendo todo esto en perspectiva ¿cómo puede un cristiano aceptar algo que además de alterar el genoma humano, también está concebido para reducir drásticamente la población mundial y controlar a los que sobrevivan? NEGARSE A SER PARTE DE ALGO ASI, CONSTITUYE EL TESTIMONIO DE LA VERDADERA FE, LA FE DE LOS ESCOGIDOS, LA FE QUE VENCE AL MUNDO, LA FE QUE TUVO ENOC ANTES DE SER ARREBATADO.
Soli Deo Gloria.