EL MARTIR DE LAS CATACUMBAS (Parte II)
El Campamento Pretoriano
Cornelio, el centurion, varon justo y temeroso de Dios
Marcelo habia nacido en gades, y se habia criado bajo la ferrea disciplina
del ejercito romano. Habia estado en destacamentos en Africa, en Siria y
Bretaña, y en todas partes se habia distinguido, no solamente por su valor
en el campo de batalla sino tambien por su sagaz habilidad administrativa,
razones estas por las cuales se habia hecho merecedor de honores y
ascensos.
A su llegada a Roma, adonde habia venido portando importantes mensajes,
habia agradado al Emperador de tal manera que le habia destinado a un
puesto honorable entre los
pretorianos.
Luculo, por el contrario, jamas habia salido de las fronteras de Italia,
apenas quiza de la ciudad. Pertenecia a una de las mas antiguas y
notables familias romanas, y era, naturalmente, heredero de abundantes
riquezas, con la correspondiente influencia que a estas acompaña. Habia
sido cautivado por el osado y franco caractes de Marcelo, siendo asi que
los dos jovenes se convirtieron en firmes amigos. El conocimiento
minucioso que de la capital poseia Luculo, le deparaba la facilidad de
servir a su amigo; y las escenas descritas en el capitulo precedente fueron
en una de las primeras visitas que Marcelo hacia al renombrado Coliseo.
El campamento pretoriano estaba situado a la muralla de la ciudad, a la
cual se hallaba unido por otra muralla que lo circundaba. Los soldados
vivian en cuartos a modo de celdas perforadas en la misma pared. Era un
cuerpo integrado por numerosos hombres cuidadosamente seleccionados, y su
posicion en la capital les concedio tal poder e influencia que por muchas
edades mantuvieron el control del gobierno de la capital. Un camino seguro
hacia la fortuna, y Marcelo reunia todas las condiciones para que se le
augurara un futuro pletorico de perspectivas y todos los honores que el
favor del Emperador podia depararle.
En la mañana del dia siguiente, Luculo ingreso a su cuarto, y despues de
haber cambiado los saludos usuales y de confianza, empezo a hablar respecto
a la lucha que habia presenciado.
Macelo dijo: - Tales escenas no son de las que en verdad me agradan. Son
actos de crasa cobardia.. A cualquiera le puede complacer el ver a dos
hombres bien entrenados trabarse en pareja lucha limpiamente; pero aquellas
carnicerias que se ven en el Coliseo son detestables. ¿POr que habia de
matarse a Macer? El era uno de los mas valientes de los hombres, y yo
tributo todo mi homenaje a su valentia inimitable. ¿Y por que se ha de
arrojar a las fieras salvajes a aquellos ancianos y niños?
- Es que esos eran cristianos. Y la ley es sagrada e inquebrantable.
- Esa es la respuesta de siempre. ¿Que delito han cometido los cristianos?
Yo me he encontrado con ellos por todas partes del imperio, pero jamas los
he visto entregados no comprometidos siquiera en perturbaciones o cosa
semejante.
- Ellos son lo peor de la humanidad.
- Esa es la acusacion. Pero ¿que pruebas hay?
- ¿Pruebas? ¿Que necesidad tenemos de pruebas, si se sabe hasta la
saciedad lo que son y hacen. Conspiran en secreto contra las leyes y la
religion de nuestro estado. Y tanta es la magnitud de su odio contra las
instituciones que ellos prefieren morir antes que ofrecer sacrificio. No
reconocen rey ni monarca alguno en la tierra, sino a aquel judio
crucificado que ellos insisten en que vive actualmente. Y tanta es su
malevolencia hacia nosotros que llegan a afirmar que hemos de ser
torturados toda nuestra vida futura en los infiernos.
- Todo eso puede ser verdad. De eso no entiendo nada. Respecto a ellos yo
no conozco nada.
- La ciudad la tenemos atestada de ellos; el imperio ha sido invadido. Y
ten presente esto que te digo. La declinacion de nuestro amado imperio que
vemos y lamentamos por todas partes, el que se hayan difundido la debilidad
y la insubordinacion, la contraccion de nuestras fronteras: todo esto
aumenta conforme aumentan los cristianos. ¿A quien mas se deben todos estos
males, si no a ellos?
- ¿Como asi han llegaso a originar todo esto?
- Por medio de sus enseñanzas y sus practicas detestables. Ellos enseñan
que el pelear es malo, que los soldados son los mas viles de los hombres,
que nuestra gloriosa religion bajo la cual hemos prosperado es una
maldicion, y que nuestros dioses inmortales no son sino demonios malditos.
Segun sus doctrinas, ellos tienen como objetivo derribar nuestra moralidad.
En sus practicas privadas ellos realizan los mas tenebrosos e inmundos de
los crimenes. Ellos siempre mantienen entre si el mas impenetrable
secreto, pero a veces hemos llegado a escuchar sus perniciosos dircursos y
sus impudicos cantos.
- A la verdad que, de ser todo esto asi, es algo sumamente grave y merecen
el mas severo castigo. Pero, de acuerdo a tu propia declaracion, ellos
mantienen el secreto entre ellos, y por consiguiente se sabe muy poco de
ellos. Dime, aquellos hombres que sufrieron el martirio ayer, ¿tenian
apariencia de todo esto? Aquel anciano ¿tenia algo que demostrara que habia
pasado su vida entre escenas de vicio? ¿Eran acaso impudicos los cantos
que elevaron esas bellisimas muchachas mientras esperaban se devoradas por
los leones?
Al que nos amo;
Al que nos ha lavado de nuestros pecados con su sangre.
Y marcelo canto en voz baja y suave las palabras que el habia oido.
- Te confieso, amigo, que yo en el fondo de mi alma lamente la suerte de
ellos.
A lo que Marcelo Añadio, - Y yo habria llorado si no hubiera sido soldado
romano. Detente un momento y reflexiona. Tu me dices cosas respecto a los
cristianos que al mismo tiempo confiesas que solamente las sabes de oidos,
de labios de aquellos que tambien ignoran lo que dicen. te atreves a
afirmar que son infames y viles, el desecho de la tierra. Yo personalmente
los contemplo cuando afrontan la muerte, que es la que prueba las
cualidades mas elevadas del alma. Le hacen frente con toda nobleza, al
extremo de morir alegremente. Roma en toda su historia no puede exhibir un
silo ejemplo de escena de mayor devocion que la que presenciamos ayer. Tu
dices que ellos detestan a los soldados, pero son sobremanera valientes, me
dices que son traidores, sin embargo ellos no resisten a la ley; haces
declaraciones de que ellos son impuros, empero, si se puede decir que
existia pueraza en toda la tierra, corresponde a las bellisimas doncellas
que murieron ayer.
- Te entusiasmas excesivamente por aquellos parias.
- No es mero entusiamo, luculo. Yo deseo saber la verdad. Toda mi vida he
oido estas referencias. Pero ante lo que vi ayer juntamente contigo, por
primera vez he llegado a sospechar de su veracidad. Y ahora te pregunto a
ti con todo mi afan, y descubro que tu conocimiento no se funda en nada. Y
hoy yo bien recuerdo que estos cristianos por todo el mundo son personas
pacificas y honradas a toda prueba. Jamas parte en levantamientos o
perturbaciones, y estoy convencido que ninguno de estos crimenes que se les
imputa podra comprobarse contra ellos. ¿Por que, entonces, se les mata?
- Sin embargo el Emperador tiene que tener buenas razones para haberlo
dispuesto asi.
- Bien puede el haber sido instigado por consejeros ignorantes o
maliciosos.
- Tengo entendido que es una resolucion tomada por el mismo.
- El numero de los que han sido entregados a la muerte de esa manera y por
el mismo motivo es enorme
- Oh, si, son algunos millares. Quedan muchos mas; pero es que no se les
puede capturar. Y precisamente eso me recuerda la razon de mi presencia
aca. Te traigo la comision imperial.
Luculo extrajo de los dobleces de su capa militar un rollo de pergamino, el
cual entrego a Marcelo. Este ultimo examino con avidez su contenido. Se
le ascendia a un grado mayor, al mismo tiempo que se le comisionaba para
buscar, perseguir y detener a los cristianos en donde fuera que se
hallasen ocultos, haciendose mencion en particular de las catacumbas.
Marcelo leyo con el ceño fruncido y luego puso el rollo a un lado
- No pareces estar muy cotento
- Te confieso que la tarea es desagradable. Soy un soldado y no me gusta
eso de andar a la caza de viejos y niños para los verdugos. Sin embargo,
como soldado debo obedecer. Dime algo acerca de esas catacumbas.
- ¿las catacumbas? Es un distrito subterraneo que hay debajo de las
ciudad, y cuyos limites nadie conoce. Los cristianos huyen a las
catacumbas cada vez que se hallan en peligro; tambien estan ya habituados a
enterrar a sus muertos alli. Una vez que logran penetrar alli, se pueden
considerar fuera del alcance de los poderes del estado
- ¿Quien hizo las catacumbas?
- Nadie sabe con exactitud. El hecho es que han existido alli por muchos
siglos. Yo cre que fueron excavadas cpn el objeto de extraer arena para
edificaciones. Pues en la actualidad todo nuestro cemento proviene de
alli, y podras ver innumerables obreros trayendo el cemento a la ciudad por
todos los caminos. En la actualidad tienen que ir hasta una gran
distancia, porque con el transcurso de los anios han excavado tanto debajo
de la ciudad que la han dejado sin fundamento.
- ¿Existe alguna entrada?
- Hay entradas innumerables. Precisamente esa es la difucultad. Pues si
hubiera solamente unas pocas, entonces podriamos capturar a los fugitivos.
Pero asi no podemos distinguir de que direccion hemos de avanzar contra
ellos.
- ¿Hay algun distrito del cual se sospecha?
- Si. Siguiendo los pa Via Apia, como a dos millas cerca a la tumba de
Cecilia Metella, la gran torre redonda que conoces, alli se han encontrado
muchos cadaveres. Hay conjeturas que esos son cuerpos de los cristianos
que han sido rescatados del anfiteatro y llevados alla para darles
sepultura.
Al acercarse los guardias los cristianos han dejado los cadaveres y han
huido. pero, despues de todo, eso no ayuda en nada, porque despues que uno
penetra a las catacumbas, no puede considerar que esta mas cerca del
objetivo que antes. No hay ser humano que pueda penetrar a aquel laberinto
sin el auxilio de aquellos que viven alli mismo.
- ¿Quienes viven alli?
- Los excavadores, que aun se dedican a cavar la tierra en busca de arena
para las construcciones. Casi todos ellos son cristianos, y siempre estan
ocupados en cavar tumbas para los cristinaos que mueren. Estos hombres han
vivido alli toda la vida, y no solamente se puede decir que estan
familiarizados con todos aquellos pasajes, sino que tienen una especie de
instinto que les guia.
- Has entrado algunas veces a las catacumbas, ¿verdad?.
- Una vez, hace mucho tiempo, cuando un excavador me acompaño. Pero solo
permaneci alli un corto tiempo. Me dio la impresion de ser el lugar mas
terrible que hay en el mundo.
- Yo he oido hablar de las catacumbas, pero en realidad no sabia nada
respecto a ellas. Es Extraño que sean tan poco conocidas. ¿No podrian
esos escavadores comprometerse a guiar a los guardias por todo ese
laberinto?
- No, ellos no entregaran a los cristianos.
- Pero ¿se ha intentado hacerlo?
- Oh, si. Algunos obedecen y guian a los oficiales de la justicia a traves
de la red de pasajes, hasta que llega un momento en que casi pierden el
sentido. Las antorchas casi se extinguen, llegando ellos a aterrorizarse.
Y entonces piden que se regrese. El excavador expresa que los cristianos
deben haber huido, y asi regresa al oficial al punto de partida o ingreso.
- ¿y ninguno tiene la suficiente resolucion de seguir hasta llegar a
encontrar a esos cristianos?
- Si insisten en continuar la busquesa, los excavadores les guian hasta
cuando quieran. Pero lo hacen por los incontables pasajes que intersectan
algunos distritos particulares.
- ¿Y no se ha encontrado uno solo que entregue a los fugitivos?
- Si, algunas veces. pero ¿de que sirve? A la primera señal de alarma
todos los cristianos desaparecen por los conductos laterales que se abren
por todas partes.
- Mis perspectivas de exito son muy pocas.
- Podran ser muy pocas, pero mucha esperanza se tiene cifrada en esta
empresa que se te comisiona, habras asegurado tu fortuna. Y ahora, ¡Buena
suerte! Te he dicho todo lo que conozco. No tendras dificultad en aprender
mucho mas de cualquiera de los excavadores.
Eso decia Luculo al mismo tiempo que se marchaba.
Marcelo hundio su rostro entre las manos, y se sumio en profundos
pensamientos. Empero, en medio de su meditacion le perseguia, como
envolviendole, la letra cada vez mas penetrante de aquella gloriosa melodia
que evidenciaba el triunfo sobre la muerte:
Al que nos amo
Al que nos ha lavado de nuestros pecados.
El Campamento Pretoriano
Cornelio, el centurion, varon justo y temeroso de Dios
Marcelo habia nacido en gades, y se habia criado bajo la ferrea disciplina
del ejercito romano. Habia estado en destacamentos en Africa, en Siria y
Bretaña, y en todas partes se habia distinguido, no solamente por su valor
en el campo de batalla sino tambien por su sagaz habilidad administrativa,
razones estas por las cuales se habia hecho merecedor de honores y
ascensos.
A su llegada a Roma, adonde habia venido portando importantes mensajes,
habia agradado al Emperador de tal manera que le habia destinado a un
puesto honorable entre los
pretorianos.
Luculo, por el contrario, jamas habia salido de las fronteras de Italia,
apenas quiza de la ciudad. Pertenecia a una de las mas antiguas y
notables familias romanas, y era, naturalmente, heredero de abundantes
riquezas, con la correspondiente influencia que a estas acompaña. Habia
sido cautivado por el osado y franco caractes de Marcelo, siendo asi que
los dos jovenes se convirtieron en firmes amigos. El conocimiento
minucioso que de la capital poseia Luculo, le deparaba la facilidad de
servir a su amigo; y las escenas descritas en el capitulo precedente fueron
en una de las primeras visitas que Marcelo hacia al renombrado Coliseo.
El campamento pretoriano estaba situado a la muralla de la ciudad, a la
cual se hallaba unido por otra muralla que lo circundaba. Los soldados
vivian en cuartos a modo de celdas perforadas en la misma pared. Era un
cuerpo integrado por numerosos hombres cuidadosamente seleccionados, y su
posicion en la capital les concedio tal poder e influencia que por muchas
edades mantuvieron el control del gobierno de la capital. Un camino seguro
hacia la fortuna, y Marcelo reunia todas las condiciones para que se le
augurara un futuro pletorico de perspectivas y todos los honores que el
favor del Emperador podia depararle.
En la mañana del dia siguiente, Luculo ingreso a su cuarto, y despues de
haber cambiado los saludos usuales y de confianza, empezo a hablar respecto
a la lucha que habia presenciado.
Macelo dijo: - Tales escenas no son de las que en verdad me agradan. Son
actos de crasa cobardia.. A cualquiera le puede complacer el ver a dos
hombres bien entrenados trabarse en pareja lucha limpiamente; pero aquellas
carnicerias que se ven en el Coliseo son detestables. ¿POr que habia de
matarse a Macer? El era uno de los mas valientes de los hombres, y yo
tributo todo mi homenaje a su valentia inimitable. ¿Y por que se ha de
arrojar a las fieras salvajes a aquellos ancianos y niños?
- Es que esos eran cristianos. Y la ley es sagrada e inquebrantable.
- Esa es la respuesta de siempre. ¿Que delito han cometido los cristianos?
Yo me he encontrado con ellos por todas partes del imperio, pero jamas los
he visto entregados no comprometidos siquiera en perturbaciones o cosa
semejante.
- Ellos son lo peor de la humanidad.
- Esa es la acusacion. Pero ¿que pruebas hay?
- ¿Pruebas? ¿Que necesidad tenemos de pruebas, si se sabe hasta la
saciedad lo que son y hacen. Conspiran en secreto contra las leyes y la
religion de nuestro estado. Y tanta es la magnitud de su odio contra las
instituciones que ellos prefieren morir antes que ofrecer sacrificio. No
reconocen rey ni monarca alguno en la tierra, sino a aquel judio
crucificado que ellos insisten en que vive actualmente. Y tanta es su
malevolencia hacia nosotros que llegan a afirmar que hemos de ser
torturados toda nuestra vida futura en los infiernos.
- Todo eso puede ser verdad. De eso no entiendo nada. Respecto a ellos yo
no conozco nada.
- La ciudad la tenemos atestada de ellos; el imperio ha sido invadido. Y
ten presente esto que te digo. La declinacion de nuestro amado imperio que
vemos y lamentamos por todas partes, el que se hayan difundido la debilidad
y la insubordinacion, la contraccion de nuestras fronteras: todo esto
aumenta conforme aumentan los cristianos. ¿A quien mas se deben todos estos
males, si no a ellos?
- ¿Como asi han llegaso a originar todo esto?
- Por medio de sus enseñanzas y sus practicas detestables. Ellos enseñan
que el pelear es malo, que los soldados son los mas viles de los hombres,
que nuestra gloriosa religion bajo la cual hemos prosperado es una
maldicion, y que nuestros dioses inmortales no son sino demonios malditos.
Segun sus doctrinas, ellos tienen como objetivo derribar nuestra moralidad.
En sus practicas privadas ellos realizan los mas tenebrosos e inmundos de
los crimenes. Ellos siempre mantienen entre si el mas impenetrable
secreto, pero a veces hemos llegado a escuchar sus perniciosos dircursos y
sus impudicos cantos.
- A la verdad que, de ser todo esto asi, es algo sumamente grave y merecen
el mas severo castigo. Pero, de acuerdo a tu propia declaracion, ellos
mantienen el secreto entre ellos, y por consiguiente se sabe muy poco de
ellos. Dime, aquellos hombres que sufrieron el martirio ayer, ¿tenian
apariencia de todo esto? Aquel anciano ¿tenia algo que demostrara que habia
pasado su vida entre escenas de vicio? ¿Eran acaso impudicos los cantos
que elevaron esas bellisimas muchachas mientras esperaban se devoradas por
los leones?
Al que nos amo;
Al que nos ha lavado de nuestros pecados con su sangre.
Y marcelo canto en voz baja y suave las palabras que el habia oido.
- Te confieso, amigo, que yo en el fondo de mi alma lamente la suerte de
ellos.
A lo que Marcelo Añadio, - Y yo habria llorado si no hubiera sido soldado
romano. Detente un momento y reflexiona. Tu me dices cosas respecto a los
cristianos que al mismo tiempo confiesas que solamente las sabes de oidos,
de labios de aquellos que tambien ignoran lo que dicen. te atreves a
afirmar que son infames y viles, el desecho de la tierra. Yo personalmente
los contemplo cuando afrontan la muerte, que es la que prueba las
cualidades mas elevadas del alma. Le hacen frente con toda nobleza, al
extremo de morir alegremente. Roma en toda su historia no puede exhibir un
silo ejemplo de escena de mayor devocion que la que presenciamos ayer. Tu
dices que ellos detestan a los soldados, pero son sobremanera valientes, me
dices que son traidores, sin embargo ellos no resisten a la ley; haces
declaraciones de que ellos son impuros, empero, si se puede decir que
existia pueraza en toda la tierra, corresponde a las bellisimas doncellas
que murieron ayer.
- Te entusiasmas excesivamente por aquellos parias.
- No es mero entusiamo, luculo. Yo deseo saber la verdad. Toda mi vida he
oido estas referencias. Pero ante lo que vi ayer juntamente contigo, por
primera vez he llegado a sospechar de su veracidad. Y ahora te pregunto a
ti con todo mi afan, y descubro que tu conocimiento no se funda en nada. Y
hoy yo bien recuerdo que estos cristianos por todo el mundo son personas
pacificas y honradas a toda prueba. Jamas parte en levantamientos o
perturbaciones, y estoy convencido que ninguno de estos crimenes que se les
imputa podra comprobarse contra ellos. ¿Por que, entonces, se les mata?
- Sin embargo el Emperador tiene que tener buenas razones para haberlo
dispuesto asi.
- Bien puede el haber sido instigado por consejeros ignorantes o
maliciosos.
- Tengo entendido que es una resolucion tomada por el mismo.
- El numero de los que han sido entregados a la muerte de esa manera y por
el mismo motivo es enorme
- Oh, si, son algunos millares. Quedan muchos mas; pero es que no se les
puede capturar. Y precisamente eso me recuerda la razon de mi presencia
aca. Te traigo la comision imperial.
Luculo extrajo de los dobleces de su capa militar un rollo de pergamino, el
cual entrego a Marcelo. Este ultimo examino con avidez su contenido. Se
le ascendia a un grado mayor, al mismo tiempo que se le comisionaba para
buscar, perseguir y detener a los cristianos en donde fuera que se
hallasen ocultos, haciendose mencion en particular de las catacumbas.
Marcelo leyo con el ceño fruncido y luego puso el rollo a un lado
- No pareces estar muy cotento
- Te confieso que la tarea es desagradable. Soy un soldado y no me gusta
eso de andar a la caza de viejos y niños para los verdugos. Sin embargo,
como soldado debo obedecer. Dime algo acerca de esas catacumbas.
- ¿las catacumbas? Es un distrito subterraneo que hay debajo de las
ciudad, y cuyos limites nadie conoce. Los cristianos huyen a las
catacumbas cada vez que se hallan en peligro; tambien estan ya habituados a
enterrar a sus muertos alli. Una vez que logran penetrar alli, se pueden
considerar fuera del alcance de los poderes del estado
- ¿Quien hizo las catacumbas?
- Nadie sabe con exactitud. El hecho es que han existido alli por muchos
siglos. Yo cre que fueron excavadas cpn el objeto de extraer arena para
edificaciones. Pues en la actualidad todo nuestro cemento proviene de
alli, y podras ver innumerables obreros trayendo el cemento a la ciudad por
todos los caminos. En la actualidad tienen que ir hasta una gran
distancia, porque con el transcurso de los anios han excavado tanto debajo
de la ciudad que la han dejado sin fundamento.
- ¿Existe alguna entrada?
- Hay entradas innumerables. Precisamente esa es la difucultad. Pues si
hubiera solamente unas pocas, entonces podriamos capturar a los fugitivos.
Pero asi no podemos distinguir de que direccion hemos de avanzar contra
ellos.
- ¿Hay algun distrito del cual se sospecha?
- Si. Siguiendo los pa Via Apia, como a dos millas cerca a la tumba de
Cecilia Metella, la gran torre redonda que conoces, alli se han encontrado
muchos cadaveres. Hay conjeturas que esos son cuerpos de los cristianos
que han sido rescatados del anfiteatro y llevados alla para darles
sepultura.
Al acercarse los guardias los cristianos han dejado los cadaveres y han
huido. pero, despues de todo, eso no ayuda en nada, porque despues que uno
penetra a las catacumbas, no puede considerar que esta mas cerca del
objetivo que antes. No hay ser humano que pueda penetrar a aquel laberinto
sin el auxilio de aquellos que viven alli mismo.
- ¿Quienes viven alli?
- Los excavadores, que aun se dedican a cavar la tierra en busca de arena
para las construcciones. Casi todos ellos son cristianos, y siempre estan
ocupados en cavar tumbas para los cristinaos que mueren. Estos hombres han
vivido alli toda la vida, y no solamente se puede decir que estan
familiarizados con todos aquellos pasajes, sino que tienen una especie de
instinto que les guia.
- Has entrado algunas veces a las catacumbas, ¿verdad?.
- Una vez, hace mucho tiempo, cuando un excavador me acompaño. Pero solo
permaneci alli un corto tiempo. Me dio la impresion de ser el lugar mas
terrible que hay en el mundo.
- Yo he oido hablar de las catacumbas, pero en realidad no sabia nada
respecto a ellas. Es Extraño que sean tan poco conocidas. ¿No podrian
esos escavadores comprometerse a guiar a los guardias por todo ese
laberinto?
- No, ellos no entregaran a los cristianos.
- Pero ¿se ha intentado hacerlo?
- Oh, si. Algunos obedecen y guian a los oficiales de la justicia a traves
de la red de pasajes, hasta que llega un momento en que casi pierden el
sentido. Las antorchas casi se extinguen, llegando ellos a aterrorizarse.
Y entonces piden que se regrese. El excavador expresa que los cristianos
deben haber huido, y asi regresa al oficial al punto de partida o ingreso.
- ¿y ninguno tiene la suficiente resolucion de seguir hasta llegar a
encontrar a esos cristianos?
- Si insisten en continuar la busquesa, los excavadores les guian hasta
cuando quieran. Pero lo hacen por los incontables pasajes que intersectan
algunos distritos particulares.
- ¿Y no se ha encontrado uno solo que entregue a los fugitivos?
- Si, algunas veces. pero ¿de que sirve? A la primera señal de alarma
todos los cristianos desaparecen por los conductos laterales que se abren
por todas partes.
- Mis perspectivas de exito son muy pocas.
- Podran ser muy pocas, pero mucha esperanza se tiene cifrada en esta
empresa que se te comisiona, habras asegurado tu fortuna. Y ahora, ¡Buena
suerte! Te he dicho todo lo que conozco. No tendras dificultad en aprender
mucho mas de cualquiera de los excavadores.
Eso decia Luculo al mismo tiempo que se marchaba.
Marcelo hundio su rostro entre las manos, y se sumio en profundos
pensamientos. Empero, en medio de su meditacion le perseguia, como
envolviendole, la letra cada vez mas penetrante de aquella gloriosa melodia
que evidenciaba el triunfo sobre la muerte:
Al que nos amo
Al que nos ha lavado de nuestros pecados.