El diezmo en el libro de Malaquías.
Malaquías 3:8-11 dice: "
¿robara el hombre a Dios? pues vosotros le habéis robado. y dijisteis: ¿en que te hemos robado? en vuestros diezmos y ofrendas. Maldito soy con maldición, la nación toda, me habéis robado. Traed todo los diezmos al alfolí y haya alimento en mi casa; y probadme ahora en esto, dice Jehová de los ejércitos, sino os abriré las ventanas de los cielos, y derramare sobre vosotros bendiciones que sobren y abunden. Reprenderé también por vosotros al devorador, y no os destruirá el fruto de la tierra, ni vuestra vid en el campo será estéril, dice Jehová de los ejércitos.
¿Cuantas veces ha oído usted este pasaje bíblico usado por pastores y predicadores para hacer sentir culpables a los cristianos cuando no apoyan el diezmo? Observen que Malaquías se refiere exclusivamente al pueblo de Israel, nunca a la iglesia de Jesucristo:
»Yo, el SEÑOR, no cambio. Por eso ustedes, descendientes de Jacob, no han sido exterminados. Desde la época de sus antepasados se han apartado de mis preceptos y no los han guardado. Vuélvanse a mí, y yo me volveré a ustedes —dice el SEÑOR Todopoderoso—. Malaquías 3: 6.
En estos versos que leímos de Malaquías, Dios especifica que no cambia, y por tanto el diezmo sigue siendo agrícola, no dinero, y también estos versículos afirman que estas palabras eran para los hijos de Jacob, es decir Israel, no para la iglesia de Jesucristo. No se aplique usted lo que fue dicho a otras personas y en otra administración espiritual. Dese cuenta que los pasajes de Malaquías están dirigidos exclusivamente al pueblo de Israel, nunca a la iglesia de Jesucristo.
Como ya dijimos antes, en toda la Biblia, el diezmo siempre fue producto de la tierra o animales, nunca dinero. . Los diezmos eran productos alimenticios de la tierra de Israel que debían compensar a los levitas por su servicio a Dios, en lugar de sus perdidos derechos de posesión de tierra en Israel. Los que a menudo citan a Malaquías 3:8-10 por lo general omiten la reprimenda contra Israel por violar las "ordenanzas" o "estatutos" en el verso 7.
En Malaquías 3:10 leemos lo siguiente:" traed todos los diezmo al alfolí y haya alimento en mi casa". Muchos falsarios enseñan que el "alfolí" es la iglesia, o el canasto donde se recogen los diezmos y las ofrendas en las congregaciones cristianas. Nada tiene que ver. Esto es otra mentira. El alfolí bíblico era un granero o almacén donde los levitas guardaban el diezmo, es decir, los productos del campo.
Veamos ahora cual es el verdadero diezmo bíblico:
Leemos en levítico 27.30 al 32: "todos los diezmos de la tierra, tanto de la semilla de la tierra como del fruto de los árboles, pertenecen a Jehová. Es cosa sagrada a Jehová , si alguno quiere rescatar algo de su diezmo , añadirá una quinta parte de su valor , todo diezmo del ganado vacuno o rebaño, de todo lo que se pase bajo la vara , el décimos será consagrado a Jehová.
Por favor, note algunas cosas importantes aquí. El diezmo era específicamente de la tierra, ya fuera de semillas de la tierra o de los frutos de los árboles y de los animales de los rebaños. Dios no mencionó la pesca, minería, comercio, carpintería, o diversas ocupaciones profesionales, mucho menos el salario de trabajo de su pueblo (y por ninguna parte se menciona a los cristianos). El foco era un décimo de las semillas y de los frutos de la tierra.
¡Note que si alguna persona quería pagar dinero en vez del producto de la tierra tenia que pagar 20% mas de su valor real . Obviamente, dinero no era lo que Dios quería. Además, con respecto a los animales, el décimo que pasara bajo la vara seria diezmado. Un hombre con menos de diez animales no tenía que diezmar. Note también que no se podía redimir a los animales, es decir, dar dinero en vez de animal.
Hermanos cristianos, ponga un pollo muerto en el plato de los diezmo el próximo domingo en su iglesia y vea si su pastor esta interesado en que se cumpla la ley o si está mas interesado en su dinero. La reacción debe decirle algo.
Más interesante aún, cuando buscamos en toda la Biblia lo que trata del diezmo de la ley, encontramos que únicamente los propietarios de la tierra y de los animales tenían que diezmar. ¡Sus sirvientes, trabajadores, y esclavos, que trabajaban esa tierra no diezmaban pues el producto no les pertenecía a ellos!
La próxima vez que un pastor o ministro, o predicador o diacono ponga culpabilidad en usted y le acuse de ladrón por no llevar el diezmo al "alfolí" de la iglesia, usted debe comprar un camión lleno de trigo y víveres y descárguelo en el altar de la iglesia. Con esto usted habrá cumplido con la ley del diezmo que se encuentra en la Biblia.
Esto no cambia en el pasaje de Malaquías, el diezmo no era de dinero, seguía siendo de alimento, por esto dice: "haya alimento en mi casa". Pero los ministros falsarios y avarientos de la actualidad afirman que estos versos bíblico de Malaquías se esta hablando de dinero. Esto es torcer las palabras de la Biblia, y obligarla a decir lo que en realidad no dice.
Quienes aplican el diezmo iglesiero a los cristianos, se deleitan cuando citan a Malaquías 3:9-10, tomando estos versículos, que no se aplican a la iglesia de Jesucristo, los falsos profetas y ministros modernos llaman malditos y ladrones a los cristianos que no diezman, queriendo infundir en el pueblo de Dios un espíritu de temor, entonces el pueblo ignorante, para evitar las maldiciones de Dios, o el ataque del supuesto "devorador", dan todo lo que tienen a aquellos manipuladores con sobrenombre de apóstoles y ministros de Jesucristo.
Yo pregunto: ¿existe mayor blasfemia que llamar maldito y ladrón a la iglesia por la cual nuestro señor Jesucristo dió su vida? y pensar que esto lo hacen simplemente para poder apoyar una falsa doctrina y así esclavizar al pueblo de Dios y mantenerlos sumergidos en el miedo, o en el temor de un Dios que te va a maldecir si tu no le entregas tu dinero a ellos y a sus ministerios.
¡Bíblicamente los verdaderos malditos y ladrones, son todos aquellos, que vestidos de ministros de Jesucristo, mienten al pueblo de DIOS, y falsifican las doctrinas de las sagradas escrituras. A esto les espera la destrucción eterna, como dice en judas 2: "¡ay de ellos! por que han seguido el camino de Caín, y se lanzaron por lucro en el error de Balaán, y perecieron en la contradicción de Coré".
El mandamiento de Malaquías 3:10 fue dirigido directa y exclusivamente al pueblo de Israel. Atañe al tiempo del Antiguo Testamento cuando la ley de Moisés estaba en vigor. Incorporarlo al Nuevo Testamento y adaptarlo a la iglesia, sin presentar evidencias bíblicas que justifiquen semejante acción, ha de catalogarse como hermenéutica defectuosa, irresponsable e inexcusable.
Malaquías era un profeta de la ley y Jesús dice que " la Ley y los Profetas duraron hasta Juan, " (Mateo 11:13).
Si examinamos el nuevo testamento completo, en ninguna parte encontramos a nuestro señor Jesucristo, a sus apóstoles, o la iglesia primitiva diezmando de su sueldo de salario, ni diezmando de ninguna manera.
En el tiempo del nuevo testamento, los levitas y sacerdotes oficiaban en el templo de Jerusalén, y el diezmo seguía haciendo lo que siempre ha sido; producto del campo y animales.
Nuestro señor Jesucristo no pudo haber diezmado porque no era agricultor o ganadero, los cuales, según la ley, eran los únicos que estaban obligados a diezmar. Bíblicamente Jesús era carpintero. Tampoco nuestro señor Jesucristo podía recibir diezmo de sus seguidores porque el no era levita; nuestro señor Jesucristo era judío y sus seguidores no diezmaban porque eran pescadores. Sin duda alguna el señor Jesús nunca quebrantaría el orden de Dios, como hacen los ministros actuales, tomando el lugar de los levitas, y recibiendo un falso diezmo.
Los falsos maestros actuales siempre toman las palabras del señor Jesucristo registrada en Lucas 11:42 y en Mateo 23:23, (ambos pasajes dicen lo mismo)para decir que Cristo apoyaba el diezmo:
Lucas 11:42 dice: "mas, ¡hay de vosotros, fariseos! Que diezmáis la menta, y la ruda, y toda hortaliza, y pasáis por alto la justicia y el amor de Dios. Esto os era necesario hacer, sin dejar aquello."
Con esto pretenden demostrar que nuestro señor Jesucristo enseñó el diezmo, y lo aplican a la iglesia, como si el señor lo hubiera ordenado.
Lo que así piensan deben notar que el señor Jesús esta reprochando la mala conducta de los rabinos judíos que estaban sujetos a la ley. El señor Jesús les estaba hablando a aquellos que obedecían y enseñaban la ley de moisés. Lo primero que les mencionó es la verdad del diezmo del antiguo pacto; ´´ diezmáis la menta, la ruda y toda hortaliza ´´. Por tanto en el tiempo de Cristo, el diezmo continuaba siendo agrícola. El señor Jesús no mencionó dinero por ningún lado, por tanto, no se puede comparar lo que dijo Jesús aquí, con el diezmo iglesiero que se predica hoy en las iglesias.
Nuestra respuesta descansa en el hecho de que Jesucristo nació, vivió y murió bajo el Antiguo Testamento (Gálatas 4:4), no entrando en vigor su Nuevo Testamento hasta diez días después de ascender él al cielo, (Hechos 1 y 2; Hebreos 9:14-17). "Porque el testamento con la muerte se confirma; pues no es válido entre tanto que el testador vive." Por lo tanto, no es de extrañarse que Jesucristo enseñara la ley del diezmo ya que él mismo vivió bajo la antigua ley de Moisés. Vino a cumplir aquella ley, (Mateo 5:17-20). Una vez cumplida, fue quitada de en medio, efectuando Dios mismo el "cambio de ley" correspondiente, (Hebreos 7:12), y entrando en vigor el Nuevo Testamento establecido sobre "mejores promesas," (Hebreos 8:8-13). En este Nuevo Pacto, y no en el Antiguo Testamento, la iglesia establecida por Cristo encuentra las nuevas leyes que han de gobernar su práctica, incluso la de proveer recursos materiales para efectuar las obras que le corresponden en la tierra. En cambio, la iglesia o congregación que encuentra sus leyes en el Antiguo Testamento, los dictámenes de algún concilio religioso o la agenda personal de su líder máximo, ¿cómo la juzga el Señor Jesucristo?
Los fariseos no diezmaban la pesca, las gemas, los tejidos, o el dinero. Pero si diezmaban hasta la más pequeña de las semillas. Con todo y ser los fariseos buenos diezmadores, las palabras de Jesús a ellos fue de: ´´ ¡hay de vosotros! ´´. Él no los felicitó por ser buenos diezmadores. Pero si les reprochó que tuvieran una fachada hipócrita de religiosidad, cumpliendo la ley como el diezmo, pero descuidaban lo más importante de esa misma ley, que era hacer justicia y amar al prójimo.
Recuerde que en ese momento de su ministerio el señor Jesús le estaba hablando al pueblo judío que estaba sujeto a la ley. El mismo Jesús nació y creció bajo la ley como dice en gálatas 4:4: ´´ pero cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envío a su hijo, nacido de mujer y nacido bajo la ley ´´. El mismo Jesús reconocía que en ese momento la ley de moisés tenía autoridad de Dios, por eso dijo: ´´ ni una jota, ni una tilde pasará de la ley, hasta que todo se haya cumplido ´´. Fue después que nuestro señor Jesucristo murió y resucitó que el antiguo pacto fue cambiado por el nuevo pacto de la gracia, es decir, por la ley del Cristo.
¿Cuál es la ley del Cristo? Pues, la ley del amor. En Juan 15:12 Jesús dijo: "este es mi mandamiento; que os améis unos a otros, como yo os he amado."
Por eso es que la ofrenda del cristiano hecha con amor y alegría, con agradecimiento y libertad, es la que Dios aprueba y bendice, y no un falso diezmo legalista inventado por falsos maestros.
En Lucas 18:10-14 Jesús dijo: "Dos hombres subieron al templo a orar: uno era fariseo, y el otro publicano. El fariseo, puesto en pie, oraba consigo mismo de esta manera: Dios te doy gracias porque no soy como los otros hombres, ladrones, injustos, adúlteros, ni aún como este publicano; ayuno dos veces a la semana, doy diezmo de todo lo que gano. Mas el publicano, estando lejos, no quería ni aún alzar los ojos al cielo, sinó que se golpeaba el pecho, diciendo: Dios, se propicio a mi, que soy pecador. Os digo que este descendió a su casa justificado antes que el otro; porque cualquiera que se enaltece, será humillado, y el que se humilla será enaltecido."
Vemos que entre el fariseo que "ayunaba dos veces a la semana, y diezmaba de todo lo que poseía”, y el publicano pecador, fué precisamente el publicano pecador quien regresó a su casa en paz y justificado ante Dios, y no el diezmador religioso, que se jactaba de cumplir la ley. El espíritu legalista produce en las personas una actitud de falsa "santidad", que tiende más a la arrogancia, al orgullo y al desprecio a aquellos que no hacen lo que ellos hacen. Esto bíblicamente se llama soberbia, algo que Dios aborrece.
Vemos entonces, que cuando Jesucristo habló del diezmo, no fue para decirle a los cristianos que debían dar el 10% de su salario a los pastores y ministros, sinó para confrontar a los líderes religiosos de su tiempo, y condenar sus acciones, pues cargaban al pueblo con cargas que ellos mismos no querían llevar. Jesús nunca los felicitó por guardar la ley y ser diezmadores, pero si los llamó hipócritas, necios, e hijos del diablo por abuzar y despreciar al pueblo, pues estos mismos religiosos decían que el pueblo que no conocía la ley era maldito, como leemos en Juan 7:49; "mas esta gente que no sabe la ley, maldita es."
¡Esto es lo mismo que hacen muchos pastores fariseos legalistas en la actualidad¡ tomando textos como el de Malaquías 3:9-10, acusan a los cristianos que no diezman de malditos y ladrones, mostrando con esto, que el mismo espíritu religioso e hipócrita que los guía, es el mismo espíritu que confrontó Jesucristo en los fariseos y maestros de la ley de su tiempo.
Sin embargo, con todo y esto, eso ministros falsarios, se agarran de las palabras de Jesús, cuando, reprochando a los fariseos, dijo; "esto era necesario hacer, sin dejar de hacer aquello", para afirmar que nuestro señor Jesucristo apoyó el diezmo. ¡Porque es la única frase que ellos tienen, en todo el nuevo testamento, que aún difusamente, propone el diezmo! ¡Y, sin embargo, estas palabras están dirigidas a los fariseos, y Jesús especificó que era asunto de la ley!
El apóstol Pablo escribió lo siguiente: "no estamos bajo la ley, sinó bajo la gracia". Romanos 6:14. Por tanto, lo que nuestro señor Jesucristo dijo a los fariseos y a los legalistas, no tiene nada que ver con la iglesia. Pero si está la advertencia para aquellos que, igual que los fariseos, ponen sobre el pueblo pesadas cargas de ley, y no tienen misericordia del necesitado, a estos, igual que a los fariseos, Jesús les llama hipócritas, necios, e hijos de su padre el diablo.
fuente :
http://www.gabitogrupos.com/cristianos/template.php?nm=1317222683
Malaquías 3:8-11 dice: "
¿robara el hombre a Dios? pues vosotros le habéis robado. y dijisteis: ¿en que te hemos robado? en vuestros diezmos y ofrendas. Maldito soy con maldición, la nación toda, me habéis robado. Traed todo los diezmos al alfolí y haya alimento en mi casa; y probadme ahora en esto, dice Jehová de los ejércitos, sino os abriré las ventanas de los cielos, y derramare sobre vosotros bendiciones que sobren y abunden. Reprenderé también por vosotros al devorador, y no os destruirá el fruto de la tierra, ni vuestra vid en el campo será estéril, dice Jehová de los ejércitos.
¿Cuantas veces ha oído usted este pasaje bíblico usado por pastores y predicadores para hacer sentir culpables a los cristianos cuando no apoyan el diezmo? Observen que Malaquías se refiere exclusivamente al pueblo de Israel, nunca a la iglesia de Jesucristo:
»Yo, el SEÑOR, no cambio. Por eso ustedes, descendientes de Jacob, no han sido exterminados. Desde la época de sus antepasados se han apartado de mis preceptos y no los han guardado. Vuélvanse a mí, y yo me volveré a ustedes —dice el SEÑOR Todopoderoso—. Malaquías 3: 6.
En estos versos que leímos de Malaquías, Dios especifica que no cambia, y por tanto el diezmo sigue siendo agrícola, no dinero, y también estos versículos afirman que estas palabras eran para los hijos de Jacob, es decir Israel, no para la iglesia de Jesucristo. No se aplique usted lo que fue dicho a otras personas y en otra administración espiritual. Dese cuenta que los pasajes de Malaquías están dirigidos exclusivamente al pueblo de Israel, nunca a la iglesia de Jesucristo.
Como ya dijimos antes, en toda la Biblia, el diezmo siempre fue producto de la tierra o animales, nunca dinero. . Los diezmos eran productos alimenticios de la tierra de Israel que debían compensar a los levitas por su servicio a Dios, en lugar de sus perdidos derechos de posesión de tierra en Israel. Los que a menudo citan a Malaquías 3:8-10 por lo general omiten la reprimenda contra Israel por violar las "ordenanzas" o "estatutos" en el verso 7.
En Malaquías 3:10 leemos lo siguiente:" traed todos los diezmo al alfolí y haya alimento en mi casa". Muchos falsarios enseñan que el "alfolí" es la iglesia, o el canasto donde se recogen los diezmos y las ofrendas en las congregaciones cristianas. Nada tiene que ver. Esto es otra mentira. El alfolí bíblico era un granero o almacén donde los levitas guardaban el diezmo, es decir, los productos del campo.
Veamos ahora cual es el verdadero diezmo bíblico:
Leemos en levítico 27.30 al 32: "todos los diezmos de la tierra, tanto de la semilla de la tierra como del fruto de los árboles, pertenecen a Jehová. Es cosa sagrada a Jehová , si alguno quiere rescatar algo de su diezmo , añadirá una quinta parte de su valor , todo diezmo del ganado vacuno o rebaño, de todo lo que se pase bajo la vara , el décimos será consagrado a Jehová.
Por favor, note algunas cosas importantes aquí. El diezmo era específicamente de la tierra, ya fuera de semillas de la tierra o de los frutos de los árboles y de los animales de los rebaños. Dios no mencionó la pesca, minería, comercio, carpintería, o diversas ocupaciones profesionales, mucho menos el salario de trabajo de su pueblo (y por ninguna parte se menciona a los cristianos). El foco era un décimo de las semillas y de los frutos de la tierra.
¡Note que si alguna persona quería pagar dinero en vez del producto de la tierra tenia que pagar 20% mas de su valor real . Obviamente, dinero no era lo que Dios quería. Además, con respecto a los animales, el décimo que pasara bajo la vara seria diezmado. Un hombre con menos de diez animales no tenía que diezmar. Note también que no se podía redimir a los animales, es decir, dar dinero en vez de animal.
Hermanos cristianos, ponga un pollo muerto en el plato de los diezmo el próximo domingo en su iglesia y vea si su pastor esta interesado en que se cumpla la ley o si está mas interesado en su dinero. La reacción debe decirle algo.
Más interesante aún, cuando buscamos en toda la Biblia lo que trata del diezmo de la ley, encontramos que únicamente los propietarios de la tierra y de los animales tenían que diezmar. ¡Sus sirvientes, trabajadores, y esclavos, que trabajaban esa tierra no diezmaban pues el producto no les pertenecía a ellos!
La próxima vez que un pastor o ministro, o predicador o diacono ponga culpabilidad en usted y le acuse de ladrón por no llevar el diezmo al "alfolí" de la iglesia, usted debe comprar un camión lleno de trigo y víveres y descárguelo en el altar de la iglesia. Con esto usted habrá cumplido con la ley del diezmo que se encuentra en la Biblia.
Esto no cambia en el pasaje de Malaquías, el diezmo no era de dinero, seguía siendo de alimento, por esto dice: "haya alimento en mi casa". Pero los ministros falsarios y avarientos de la actualidad afirman que estos versos bíblico de Malaquías se esta hablando de dinero. Esto es torcer las palabras de la Biblia, y obligarla a decir lo que en realidad no dice.
Quienes aplican el diezmo iglesiero a los cristianos, se deleitan cuando citan a Malaquías 3:9-10, tomando estos versículos, que no se aplican a la iglesia de Jesucristo, los falsos profetas y ministros modernos llaman malditos y ladrones a los cristianos que no diezman, queriendo infundir en el pueblo de Dios un espíritu de temor, entonces el pueblo ignorante, para evitar las maldiciones de Dios, o el ataque del supuesto "devorador", dan todo lo que tienen a aquellos manipuladores con sobrenombre de apóstoles y ministros de Jesucristo.
Yo pregunto: ¿existe mayor blasfemia que llamar maldito y ladrón a la iglesia por la cual nuestro señor Jesucristo dió su vida? y pensar que esto lo hacen simplemente para poder apoyar una falsa doctrina y así esclavizar al pueblo de Dios y mantenerlos sumergidos en el miedo, o en el temor de un Dios que te va a maldecir si tu no le entregas tu dinero a ellos y a sus ministerios.
¡Bíblicamente los verdaderos malditos y ladrones, son todos aquellos, que vestidos de ministros de Jesucristo, mienten al pueblo de DIOS, y falsifican las doctrinas de las sagradas escrituras. A esto les espera la destrucción eterna, como dice en judas 2: "¡ay de ellos! por que han seguido el camino de Caín, y se lanzaron por lucro en el error de Balaán, y perecieron en la contradicción de Coré".
El mandamiento de Malaquías 3:10 fue dirigido directa y exclusivamente al pueblo de Israel. Atañe al tiempo del Antiguo Testamento cuando la ley de Moisés estaba en vigor. Incorporarlo al Nuevo Testamento y adaptarlo a la iglesia, sin presentar evidencias bíblicas que justifiquen semejante acción, ha de catalogarse como hermenéutica defectuosa, irresponsable e inexcusable.
Malaquías era un profeta de la ley y Jesús dice que " la Ley y los Profetas duraron hasta Juan, " (Mateo 11:13).
Si examinamos el nuevo testamento completo, en ninguna parte encontramos a nuestro señor Jesucristo, a sus apóstoles, o la iglesia primitiva diezmando de su sueldo de salario, ni diezmando de ninguna manera.
En el tiempo del nuevo testamento, los levitas y sacerdotes oficiaban en el templo de Jerusalén, y el diezmo seguía haciendo lo que siempre ha sido; producto del campo y animales.
Nuestro señor Jesucristo no pudo haber diezmado porque no era agricultor o ganadero, los cuales, según la ley, eran los únicos que estaban obligados a diezmar. Bíblicamente Jesús era carpintero. Tampoco nuestro señor Jesucristo podía recibir diezmo de sus seguidores porque el no era levita; nuestro señor Jesucristo era judío y sus seguidores no diezmaban porque eran pescadores. Sin duda alguna el señor Jesús nunca quebrantaría el orden de Dios, como hacen los ministros actuales, tomando el lugar de los levitas, y recibiendo un falso diezmo.
Los falsos maestros actuales siempre toman las palabras del señor Jesucristo registrada en Lucas 11:42 y en Mateo 23:23, (ambos pasajes dicen lo mismo)para decir que Cristo apoyaba el diezmo:
Lucas 11:42 dice: "mas, ¡hay de vosotros, fariseos! Que diezmáis la menta, y la ruda, y toda hortaliza, y pasáis por alto la justicia y el amor de Dios. Esto os era necesario hacer, sin dejar aquello."
Con esto pretenden demostrar que nuestro señor Jesucristo enseñó el diezmo, y lo aplican a la iglesia, como si el señor lo hubiera ordenado.
Lo que así piensan deben notar que el señor Jesús esta reprochando la mala conducta de los rabinos judíos que estaban sujetos a la ley. El señor Jesús les estaba hablando a aquellos que obedecían y enseñaban la ley de moisés. Lo primero que les mencionó es la verdad del diezmo del antiguo pacto; ´´ diezmáis la menta, la ruda y toda hortaliza ´´. Por tanto en el tiempo de Cristo, el diezmo continuaba siendo agrícola. El señor Jesús no mencionó dinero por ningún lado, por tanto, no se puede comparar lo que dijo Jesús aquí, con el diezmo iglesiero que se predica hoy en las iglesias.
Nuestra respuesta descansa en el hecho de que Jesucristo nació, vivió y murió bajo el Antiguo Testamento (Gálatas 4:4), no entrando en vigor su Nuevo Testamento hasta diez días después de ascender él al cielo, (Hechos 1 y 2; Hebreos 9:14-17). "Porque el testamento con la muerte se confirma; pues no es válido entre tanto que el testador vive." Por lo tanto, no es de extrañarse que Jesucristo enseñara la ley del diezmo ya que él mismo vivió bajo la antigua ley de Moisés. Vino a cumplir aquella ley, (Mateo 5:17-20). Una vez cumplida, fue quitada de en medio, efectuando Dios mismo el "cambio de ley" correspondiente, (Hebreos 7:12), y entrando en vigor el Nuevo Testamento establecido sobre "mejores promesas," (Hebreos 8:8-13). En este Nuevo Pacto, y no en el Antiguo Testamento, la iglesia establecida por Cristo encuentra las nuevas leyes que han de gobernar su práctica, incluso la de proveer recursos materiales para efectuar las obras que le corresponden en la tierra. En cambio, la iglesia o congregación que encuentra sus leyes en el Antiguo Testamento, los dictámenes de algún concilio religioso o la agenda personal de su líder máximo, ¿cómo la juzga el Señor Jesucristo?
Los fariseos no diezmaban la pesca, las gemas, los tejidos, o el dinero. Pero si diezmaban hasta la más pequeña de las semillas. Con todo y ser los fariseos buenos diezmadores, las palabras de Jesús a ellos fue de: ´´ ¡hay de vosotros! ´´. Él no los felicitó por ser buenos diezmadores. Pero si les reprochó que tuvieran una fachada hipócrita de religiosidad, cumpliendo la ley como el diezmo, pero descuidaban lo más importante de esa misma ley, que era hacer justicia y amar al prójimo.
Recuerde que en ese momento de su ministerio el señor Jesús le estaba hablando al pueblo judío que estaba sujeto a la ley. El mismo Jesús nació y creció bajo la ley como dice en gálatas 4:4: ´´ pero cuando vino el cumplimiento del tiempo, Dios envío a su hijo, nacido de mujer y nacido bajo la ley ´´. El mismo Jesús reconocía que en ese momento la ley de moisés tenía autoridad de Dios, por eso dijo: ´´ ni una jota, ni una tilde pasará de la ley, hasta que todo se haya cumplido ´´. Fue después que nuestro señor Jesucristo murió y resucitó que el antiguo pacto fue cambiado por el nuevo pacto de la gracia, es decir, por la ley del Cristo.
¿Cuál es la ley del Cristo? Pues, la ley del amor. En Juan 15:12 Jesús dijo: "este es mi mandamiento; que os améis unos a otros, como yo os he amado."
Por eso es que la ofrenda del cristiano hecha con amor y alegría, con agradecimiento y libertad, es la que Dios aprueba y bendice, y no un falso diezmo legalista inventado por falsos maestros.
En Lucas 18:10-14 Jesús dijo: "Dos hombres subieron al templo a orar: uno era fariseo, y el otro publicano. El fariseo, puesto en pie, oraba consigo mismo de esta manera: Dios te doy gracias porque no soy como los otros hombres, ladrones, injustos, adúlteros, ni aún como este publicano; ayuno dos veces a la semana, doy diezmo de todo lo que gano. Mas el publicano, estando lejos, no quería ni aún alzar los ojos al cielo, sinó que se golpeaba el pecho, diciendo: Dios, se propicio a mi, que soy pecador. Os digo que este descendió a su casa justificado antes que el otro; porque cualquiera que se enaltece, será humillado, y el que se humilla será enaltecido."
Vemos que entre el fariseo que "ayunaba dos veces a la semana, y diezmaba de todo lo que poseía”, y el publicano pecador, fué precisamente el publicano pecador quien regresó a su casa en paz y justificado ante Dios, y no el diezmador religioso, que se jactaba de cumplir la ley. El espíritu legalista produce en las personas una actitud de falsa "santidad", que tiende más a la arrogancia, al orgullo y al desprecio a aquellos que no hacen lo que ellos hacen. Esto bíblicamente se llama soberbia, algo que Dios aborrece.
Vemos entonces, que cuando Jesucristo habló del diezmo, no fue para decirle a los cristianos que debían dar el 10% de su salario a los pastores y ministros, sinó para confrontar a los líderes religiosos de su tiempo, y condenar sus acciones, pues cargaban al pueblo con cargas que ellos mismos no querían llevar. Jesús nunca los felicitó por guardar la ley y ser diezmadores, pero si los llamó hipócritas, necios, e hijos del diablo por abuzar y despreciar al pueblo, pues estos mismos religiosos decían que el pueblo que no conocía la ley era maldito, como leemos en Juan 7:49; "mas esta gente que no sabe la ley, maldita es."
¡Esto es lo mismo que hacen muchos pastores fariseos legalistas en la actualidad¡ tomando textos como el de Malaquías 3:9-10, acusan a los cristianos que no diezman de malditos y ladrones, mostrando con esto, que el mismo espíritu religioso e hipócrita que los guía, es el mismo espíritu que confrontó Jesucristo en los fariseos y maestros de la ley de su tiempo.
Sin embargo, con todo y esto, eso ministros falsarios, se agarran de las palabras de Jesús, cuando, reprochando a los fariseos, dijo; "esto era necesario hacer, sin dejar de hacer aquello", para afirmar que nuestro señor Jesucristo apoyó el diezmo. ¡Porque es la única frase que ellos tienen, en todo el nuevo testamento, que aún difusamente, propone el diezmo! ¡Y, sin embargo, estas palabras están dirigidas a los fariseos, y Jesús especificó que era asunto de la ley!
El apóstol Pablo escribió lo siguiente: "no estamos bajo la ley, sinó bajo la gracia". Romanos 6:14. Por tanto, lo que nuestro señor Jesucristo dijo a los fariseos y a los legalistas, no tiene nada que ver con la iglesia. Pero si está la advertencia para aquellos que, igual que los fariseos, ponen sobre el pueblo pesadas cargas de ley, y no tienen misericordia del necesitado, a estos, igual que a los fariseos, Jesús les llama hipócritas, necios, e hijos de su padre el diablo.
fuente :
http://www.gabitogrupos.com/cristianos/template.php?nm=1317222683