el juicio ante Pilato

7 Febrero 2012
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Mismi, 05/abr/2012.- Un interesante análisis sobre el juicio que recibió Jesús hace el portal de CNN en EspañolA continuación el análisis:El juicio al que fue sometido Jesús de Nazaret, en el año treinta y tres de nuestra era, se realizó siguiendo la legislación romana y los códigos jurídicos del Talmud. En ambas normativas, los reos tenían derecho a defenderse sin ser coaccionados, mientras que las autoridades acusadoras debían observar ciertas reglas de procedimiento.¿Qué sucedió en el caso de Jesucristo?El proceso contra el nazareno se inició en el Sanedrín, un cuerpo colegiado que integraban sabios, estudiosos del Talmud y miembros de la nobleza religiosa del antiguo judaísmo. El delito que se le imputaba era la violación a la Ley Mosaica, conocida comúnmente como Torá.Para sustentar las acusaciones y poder emitir una sentencia, ese tribunal debía escuchar a por lo menos dos testigos que hubieran presenciado directamente los ilícitos cometidos por el reo.Durante la ocupación romana, las antiguas leyes hebreas sólo podían aplicarse al ámbito religioso y en casos de delitos menores, pues las áreas criminales, administrativas y de gobierno eran facultad exclusiva de las autoridades que representaban a la Roma imperial.En el juicio seguido en su contra ante el Sanedrín, Jesús fue encontrado culpable de blasfemia, delito que se castigaba con la pena de muerte por lapidación, de acuerdo con las normas judías vigentes en esa época. Sin embargo, las sanciones capitales sólo podían ser ejecutadas por los regentes romanos. Es por eso que el célebre preso fue enviado ante Poncio PilatosSegún el derecho aplicado por el imperio romano en los territorios hebreos conquistados, los delitos que juzgaban las autoridades romanas tenían que coincidir con las acusaciones previas hechas por el Sanedrín. Esta regla de procedimiento no se llevo a cabo en el caso de Jesús de Nazaret.Al ser encontrado culpable de blasfemia, Jesús fue remitido ante la autoridad romana, pero ésta no lo encontró responsable de ese ilícito. No obstante, los sacerdotes judíos añadieron un nuevo delito al proceso: sedición contra el imperio romano, acusación que era inexistente en el primer juicio llevado ante el Sanedrín.Las normas jurídicas romanas de la época establecían que los delincuentes podían ser juzgados en el lugar de su residencia habitual o en la zona en la que hubiesen cometido el ilícito. Bajo esta perspectiva, Poncio Pilatos, prefecto de Judea (en latín Iudaea), consideró que el juicio por sedición debía ser encabezado por Herodes Antipas, quien gobernaba Galilea, entidad a la que pertenecía Nazaret donde había radicado Jesús.Herodes considera al acusado digno de escarnio y no un delincuente, por lo que declina su jurisdicción y lo envía de nueva cuenta ante Pilatos, quien no tiene otra opción más que aplicar la norma forum delicti comissi, es decir, juzgar al reo en el lugar en donde cometió el delito.Las normas del “derecho de gentes” (en latín Ius Gentium), aplicables a quienes no eran ciudadanos de Roma, sino súbditos conquistados por ese imperio, reconocían lo que en términos actuales conocemos como “debido proceso”, es decir, el derecho de cualquier acusado a defenderse y a presentar testigos de descargo u otras pruebas en su favor.En el proceso jurídico contra Jesús, antes de ser condenado por la autoridad romana, se registraron diversas violaciones procesales, entre ellas se destacan la ausencia de un defensor y la premura sumarísima con la que se llevó a cabo el juicio.Adicionalmente, la forma en la que Jesús fue detenido suponía en aquel momento una violación a la ley judía, pues según el Talmud las autoridades del Sanedrín sólo podían ordenar la aprehensión de alguien si era encontrado cometiendo en flagrancia un delito.Sin embargo, Jesucristo fue apresado pernoctando en un huerto, lo que puede interpretarse como una irregularidad procesal que, de haber sido reconocida, anulaba todas las actuaciones de la parte acusadora.Poncio Pilatos, antes de la famosa escena en la que se lava las manos, condena a Jesucristo a recibir una serie de azotes, pero ante la presión de Caifás, sumo sacerdote del Sanedrín, decide someter al preso al plebiscito, figura legal con la que “la voz del pueblo” decidía el destino del acusado.En ese sentido, la pena capital ordenada en contra de Jesús fue una decisión colectiva en la que intervinieron los miembros del Sanedrín, así como el prefecto romano y la población de Judea que se dio cita en la residencia de Pilatos.El derecho romano contemplaba la figura de la apelación en una segunda instancia, sin embargo, este beneficio era exclusivo de los ciudadanos libres, del sexo masculino, oriundos de la metrópoli romana. Las mujeres en Roma no tenían este derecho e incluso ni siquiera se les permitía fungir como testigos en un juicio.Al no ser romano, Jesús no podía recurrir la decisión que le condenó a ser crucificado, la pena máxima para quienes eran encontrados culpables de intentar subvertir el poder de los conquistadores.Debido a la pluralidad de normas y costumbres que prevalecían en el primer siglo de nuestra era, el juicio seguido a Jesús de Nazaret presentó diversas 'antinomias legales', término con el que se definen las contradicciones y lagunas que suelen presentarse en un sistema jurídico.Así, el fundador del cristianismo fue juzgado y condenado con dos leyes distintas, la hebrea y la romana, que pese a sus enormes diferencias tenían que coincidir. Como pocas veces se daba esa sincronía, el derecho era aplicado sin considerar si con ello también se daba justicia.Los delitos que se castigaban con la crucifixión, de acuerdo con las normas penales que aplicaba el imperio romano en sus territorios conquistados, eran ilícitos de carácter político cuyas exageradas e infamantes sanciones debían servir como ejemplo para inhibir la comisión de actividades que atentaran contra el dominio y la hegemonía de Roma.Al ser sometido con ese castigo, en el terreno estrictamente jurídico, Jesús podría ser considerado uno de los primeros reos de conciencia de nuestra época.
 
Re: el juicio ante Pilato

Mismi, 05/abr/2012.- Un interesante análisis sobre el juicio que recibió Jesús hace el portal de CNN en Español

A continuación el análisis:El juicio al que fue sometido Jesús de Nazaret, en el año treinta de nuestra era, se realizó siguiendo la legislación romana y los códigos jurídicos del Talmud. En ambas normativas, los reos tenían derecho a defenderse sin ser coaccionados, mientras que las autoridades acusadoras debían observar ciertas reglas de procedimiento.¿Qué sucedió en el caso de Jesucristo?

El proceso contra el nazareno se inició en el Sanedrín, un cuerpo colegiado que integraban sabios, estudiosos del Talmud y miembros de la nobleza religiosa del antiguo judaísmo. El delito que se le imputaba era la violación a la Ley Mosaica, conocida comúnmente como Torá. Para sustentar las acusaciones y poder emitir una sentencia, ese tribunal debía escuchar a por lo menos dos testigos que hubieran presenciado directamente los ilícitos cometidos por el reo.Durante la ocupación romana, las antiguas leyes hebreas sólo podían aplicarse al ámbito religioso y en casos de delitos menores, pues las áreas criminales, administrativas y de gobierno eran facultad exclusiva de las autoridades que representaban a la Roma imperial.

En el juicio seguido en su contra ante el Sanedrín, Jesús fue encontrado culpable de blasfemia, delito que se castigaba con la pena de muerte por lapidación, de acuerdo con las normas judías vigentes en esa época. Sin embargo, las sanciones capitales sólo podían ser ejecutadas por los regentes romanos. Es por eso que el célebre preso fue enviado ante Poncio Pilatos

Según el derecho aplicado por el imperio romano en los territorios hebreos conquistados, los delitos que juzgaban las autoridades romanas tenían que coincidir con las acusaciones previas hechas por el Sanedrín. Esta regla de procedimiento no se llevo a cabo en el caso de Jesús de Nazaret. Al ser encontrado culpable de blasfemia, Jesús fue remitido ante la autoridad romana, pero ésta no lo encontró responsable de ese ilícito. No obstante, los sacerdotes judíos añadieron un nuevo delito al proceso: sedición contra el Imperio Romano, acusación que era inexistente en el primer juicio llevado ante el Sanedrín.

Las normas jurídicas romanas de la época establecían que los delincuentes podían ser juzgados en el lugar de su residencia habitual o en la zona en la que hubiesen cometido el ilícito. Bajo esta perspectiva, Poncio Pilatos, prefecto de Judea (en latín Iudaea), consideró que el juicio por sedición debía ser encabezado por Herodes Antipas, quien gobernaba Galilea, entidad a la que pertenecía Nazaret donde había radicado Jesús. Herodes considera al acusado digno de escarnio y no un delincuente, por lo que declina su jurisdicción y lo envía de nueva cuenta ante Pilatos, quien no tiene otra opción más que aplicar la norma forum delicti comissi, es decir, juzgar al reo en el lugar en donde cometió el delito.

Las normas del “derecho de gentes” (en latín Ius Gentium), aplicables a quienes no eran ciudadanos de Roma, sino súbditos conquistados por ese Imperio, reconocían lo que en términos actuales conocemos como “debido proceso”, es decir, el derecho de cualquier acusado a defenderse y a presentar testigos de descargo u otras pruebas en su favor. En el proceso jurídico contra Jesús, antes de ser condenado por la autoridad romana, se registraron diversas violaciones procesales, entre ellas se destacan:
La ausencia de un defensora
La premura sumarísima con la que se llevó a cabo el juicio.

Adicionalmente, la forma en la que Jesús fue detenido suponía en aquel momento una violación a la ley judía, pues según el Talmud las autoridades del Sanedrín sólo podían ordenar la aprehensión de alguien si era encontrado cometiendo en flagrancia un delito. Sin embargo, Jesucristo fue apresado pernoctando en un huerto, lo que puede interpretarse como una irregularidad procesal que, de haber sido reconocida, anulaba todas las actuaciones de la parte acusadora.

Poncio Pilatos, antes de la famosa escena en la que se lava las manos, condena a Jesucristo a recibir una serie de azotes, pero ante la presión de Caifás, sumo sacerdote del Sanedrín, decide someter al preso al plebiscito, figura legal con la que “la voz del pueblo” decidía el destino del acusado. En ese sentido, la pena capital ordenada en contra de Jesús fue una decisión colectiva en la que intervinieron los miembros del Sanedrín, así como el prefecto romano y la población de Judea que se dio cita en la residencia de Pilatos.

El derecho romano contemplaba la figura de la apelación en una segunda instancia, sin embargo, este beneficio era exclusivo de los ciudadanos libres, del sexo masculino, oriundos de la metrópoli romana. Las mujeres en Roma no tenían este derecho e incluso ni siquiera se les permitía fungir como testigos en un juicio.Al no ser romano, Jesús no podía recurrir la decisión que le condenó a ser crucificado, la pena máxima para quienes eran encontrados culpables de intentar subvertir el poder de los conquistadores.

Debido a la pluralidad de normas y costumbres que prevalecían en el primer siglo de nuestra era, el juicio seguido a Jesús de Nazaret presentó diversas 'antinomias legales', término con el que se definen las contradicciones y lagunas que suelen presentarse en un sistema jurídico.Así, el fundador del cristianismo fue juzgado y condenado con dos leyes distintas, la hebrea y la romana, que pese a sus enormes diferencias tenían que coincidir. Como pocas veces se daba esa sincronía, el derecho era aplicado sin considerar si con ello también se daba justicia.

Los delitos que se castigaban con la crucifixión, de acuerdo con las normas penales que aplicaba el Imperio Romano en sus territorios conquistados, eran ilícitos de carácter político cuyas exageradas e infamantes sanciones debían servir como ejemplo para inhibir la comisión de actividades que atentaran contra el dominio y la hegemonía de Roma. Al ser sometido con ese castigo, en el terreno estrictamente jurídico, Jesús podría ser considerado uno de los primeros reos de conciencia de nuestra época.
 
Re: el juicio ante Pilato

El juicio ante Pilatos


(1987.1)
[SUP]185:0.1[/SUP] POCO después de las seis de la mañana de este viernes 7 de abril del año 30, Jesús fue llevado ante Pilatos, el procurador romano que gobernaba Judea, Samaria e Idumea bajo la supervisión inmediata del legado de Siria. Los guardias del templo llevaron al Maestro, atado, a la presencia del gobernador romano, e iba acompañado por unos cincuenta de sus acusadores, incluyendo el tribunal sanedrista (principalmente saduceos), Judas Iscariote, el sumo sacerdote Caifás y el apóstol Juan. Anás no se presentó ante Pilatos.

(1987.2) [SUP]185:0.2[/SUP] Pilatos estaba levantado y preparado para recibir a este grupo de visitantes tan madrugadores, pues los hombres que habían conseguido su consentimiento la noche anterior para emplear los soldados romanos en el arresto del Hijo del Hombre le habían informado que traerían a Jesús temprano ante él. Se había acordado que este juicio tendría lugar frente al pretorio, un edificio adicional a la fortaleza de Antonia, donde Pilatos y su mujer establecían su cuartel general cuando se quedaban en Jerusalén.

(1987.3) [SUP]185:0.3[/SUP] Aunque Pilatos dirigió una gran parte del interrogatorio de Jesús dentro de las salas del pretorio, el juicio público se celebró en el exterior, en los escalones que conducían a la entrada principal. Fue una concesión que hizo a los judíos, los cuales se negaban a entrar en cualquier edificio gentil donde quizás se había utilizado la levadura en este día de la preparación de la Pascua. Una conducta así no solamente los volvería ceremonialmente impuros, privándolos con ello de poder participar en la fiesta de acción de gracias de la tarde, sino que también necesitarían someterse a las ceremonias de purificación después de la puesta del Sol para poder compartir la cena pascual.
(1987.4) [SUP]185:0.4[/SUP] Aunque a estos judíos no les molestaba en absoluto la conciencia cuando tramaban asesinar judicialmente a Jesús, sin embargo eran escrupulosos en lo referente a todas estas cuestiones de pureza ceremonial y de regularidad tradicional. Y estos judíos no han sido los únicos en dejar de reconocer sus altas y santas obligaciones de naturaleza divina, mientras prestaban una atención meticulosa a cosas de poca importancia por el bienestar humano tanto en el tiempo como en la eternidad.


2. Jesús comparece ante Pilatos

(1989.4) [SUP]185:2.1[/SUP] Cuando Jesús y sus acusadores se hubieron congregado delante de la sala de juicios de Pilatos, el gobernador romano salió y se dirigió a la compañía reunida, preguntando: «¿Qué acusación traéis contra este hombre?» Los saduceos y los consejeros, que habían hecho suyo el deshacerse de Jesús, habían decidido presentarse ante Pilatos para pedirle la confirmación de la sentencia de muerte pronunciada contra él, sin ofrecer ninguna acusación definida. Por esta razón, el portavoz del tribunal de los sanedristas le contestó a Pilatos: «Si este hombre no fuera un malhechor, no te lo habríamos entregado.»

(1989.5) [SUP]185:2.2[/SUP] Cuando Pilatos observó que eran reacios a exponer sus acusaciones contra Jesús, aunque sabía que habían pasado toda la noche deliberando sobre su culpabilidad, les contestó: «Puesto que no estáis de acuerdo en unas acusaciones determinadas, ¿por qué no os lleváis a este hombre y lo juzgáis según vuestras propias leyes?»

(1989.6) [SUP]185:2.3[/SUP] Entonces, el actuario del tribunal del sanedrín le dijo a Pilatos: «No nos está permitido ejecutar a nadie, y este perturbador de nuestra nación merece morir por las cosas que ha dicho y hecho. Por eso hemos venido ante ti para que confirmes esta sentencia.»

(1989.7) [SUP]185:2.4[/SUP] Presentarse ante el gobernador romano con este intento de evasión revela la inquina y el malhumor de los sanedristas hacia Jesús, así como su falta de respeto por la equidad, el honor y la dignidad de Pilatos. ¡Qué desfachatez la de estos ciudadanos sometidos, los cuales comparecían ante su gobernador provincial para pedirle un decreto de ejecución contra un hombre antes de concederle un juicio justo, e incluso sin presentar unas acusaciones criminales definidas contra él!

(1989.8) [SUP]185:2.5[/SUP] Pilatos conocía algunas cosas del trabajo de Jesús entre los judíos, y supuso que las acusaciones que se podían presentar contra él estarían relacionadas con infracciones a las leyes eclesiásticas judías; por esta razón, trató de remitir el caso al propio tribunal judío. Además, Pilatos se deleitó en hacerles confesar públicamente que no tenían poder para pronunciar y ejecutar una sentencia de muerte, ni siquiera contra un miembro de su propia raza, al cual habían llegado a despreciar con un odio lleno de amargura y de envidia.

(1990.1) [SUP]185:2.6[/SUP] Unas horas antes, poco antes de la medianoche y después de haber concedido el permiso de emplear los soldados romanos para detener en secreto a Jesús, Pilatos había escuchado más cosas sobre Jesús y sus enseñanzas de labios de su mujer, Claudia, que se había convertido parcialmente al judaísmo, y que más tarde creyó plenamente en el evangelio de Jesús.

(1990.2) [SUP]185:2.7[/SUP] A Pilatos le hubiera gustado posponer esta audiencia, pero vio que los dirigentes judíos estaban decididos a continuar con el caso. Sabía que esta mañana no era solamente la de la preparación de la Pascua, sino que como era viernes, también era el día de la preparación para el sábado judío de descanso y de culto.

(1990.3) [SUP]185:2.8[/SUP] Como Pilatos era extremadamente sensible a la manera irrespetuosa en que estos judíos lo trataban, no estaba dispuesto a satisfacer sus exigencias de sentenciar a muerte a Jesús sin un juicio. Por consiguiente, después de esperar unos momentos para que presentaran sus acusaciones contra el detenido, se volvió hacia ellos y dijo: «No condenaré a muerte a este hombre sin un juicio; y tampoco consentiré en interrogarlo hasta que hayáis presentado por escrito vuestras acusaciones contra él.»

(1990.4) [SUP]185:2.9[/SUP] Cuando el sumo sacerdote y los demás escucharon a Pilatos decir esto, hicieron una señal al actuario del tribunal, el cual entregó entonces a Pilatos las acusaciones escritas contra Jesús. Estas acusaciones eran:

(1990.5) [SUP]185:2.10[/SUP] «El tribunal sanedrista estima que este hombre es un malhechor y un perturbador de nuestra nación, porque es culpable de:
(1990.6) [SUP]185:2.11[/SUP] 1. Pervertir a nuestra nación e incitar a nuestro pueblo a la rebelión.
(1990.7) [SUP]185:2.12[/SUP] 2. Prohibir al pueblo que pague el tributo al César.
(1990.8) [SUP]185:2.13[/SUP] 3. Llamarse a sí mismo rey de los judíos y enseñar la fundación de un nuevo reino.»



(1990.9) [SUP]185:2.14[/SUP] Jesús no había sido juzgado de manera regular ni declarado legalmente culpable de ninguna de estas acusaciones. Ni siquiera las escuchó cuando fueron expresadas por primera vez, pero Pilatos lo hizo traer del pretorio, donde estaba a cargo de los guardias, e insistió para que estas acusaciones fueran repetidas delante de Jesús.
(1990.10) [SUP]185:2.15[/SUP] Cuando Jesús escuchó estas acusaciones, sabía muy bien que no había sido interrogado sobre estas cuestiones ante el tribunal judío, y también lo sabían Juan Zebedeo y sus acusadores, pero no respondió nada a estos falsos cargos. Incluso cuando Pilatos le rogó que respondiera a sus acusadores, no abrió la boca. Pilatos se quedó tan sorprendido por la injusticia de todo el procedimiento y tan impresionado por el comportamiento silencioso y magistral de Jesús, que decidió llevar al preso al interior de la sala e interrogarlo en privado.

(1990.11) [SUP]185:2.16[/SUP] Pilatos tenía la mente confusa, miedo a los judíos en su fuero interno, y su espíritu poderosamente agitado por el espectáculo que ofrecía Jesús, el cual permanecía majestuosamente allí de pie delante de sus acusadores sedientos de sangre, contemplándolos no con un desprecio silencioso, sino con una expresión de verdadera piedad y de afecto entristecido.

3. El interrogatorio privado de Pilatos

(1991.1) [SUP]185:3.1[/SUP] Pilatos llevó a Jesús y a Juan Zebedeo a una habitación privada, dejando a los guardias fuera en la sala; le rogó al preso que se sentara, se sentó a su lado y le hizo varias preguntas. Pilatos empezó su conversación con Jesús asegurándole que no creía en la primera acusación contra él: la de que pervertía a la nación e incitaba a la rebelión. Luego le preguntó: «¿Has enseñado alguna vez que se debe negar el tributo al César?» Jesús señaló a Juan y dijo: «Pregúntale a él o a cualquier otra persona que haya escuchado mi enseñanza.» Entonces Pilatos le preguntó a Juan sobre este asunto del tributo, y Juan testificó acerca de la enseñanza de su Maestro y explicó que Jesús y sus apóstoles pagaban los impuestos tanto al César como al templo. Cuando Pilatos hubo interrogado a Juan, dijo: «Procura no decirle a nadie que he hablado contigo.» Y Juan no reveló nunca este asunto.

(1991.2) [SUP]185:3.2[/SUP] Pilatos se volvió entonces para hacerle nuevas preguntas a Jesús, diciendo: «Y ahora, en cuanto a la tercera acusación contra ti, ¿eres el rey de los judíos?» Puesto que en la voz de Pilatos había un tono de interrogación posiblemente sincera, Jesús le sonrió al procurador y dijo: «Pilatos, ¿preguntas esto por ti mismo, o coges esta pregunta de esos otros, mis acusadores?» Entonces, el gobernador respondió con un tono parcialmente indignado: «¿Soy yo judío? Tu propio pueblo y los jefes de los sacerdotes te han entregado y me han pedido que te condene a muerte. Pongo en duda la validez de sus acusaciones y sólo intento descubrir por mí mismo qué has hecho. Dime, ¿has dicho que eres el rey de los judíos, y has tratado de fundar un nuevo reino?»

(1991.3) [SUP]185:3.3[/SUP] Jesús le dijo entonces a Pilatos: «¿No percibes que mi reino no es de este mundo? Si mi reino fuera de este mundo, mis discípulos lucharían con toda seguridad para que yo no fuera entregado a los judíos. Mi presencia aquí delante de ti con estas ataduras es suficiente para mostrar a todos los hombres que mi reino es un dominio espiritual, la fraternidad misma de los hombres que se han vuelto hijos de Dios a través de la fe y por amor. Y esta salvación es tanto para los gentiles como para los judíos.»

(1991.4) [SUP]185:3.4[/SUP] «Entonces, ¿después de todo eres rey?» dijo Pilatos. Y Jesús respondió: «Sí, soy un rey de ese tipo, y mi reino es la familia de los hijos por la fe de mi Padre que está en los cielos. Nací en este mundo con esa finalidad, para mostrar mi Padre a todos los hombres y dar testimonio de la verdad de Dios. E incluso ahora te afirmo que todo el que ama la verdad escucha mi voz.»

(1991.5) [SUP]185:3.5[/SUP] Entonces dijo Pilatos con una mezcla de burla y de sinceridad: «La verdad, ¿cuál es la verdad — quién la conoce?»

(1991.6) [SUP]185:3.6[/SUP] Pilatos no era capaz de profundizar en las palabras de Jesús ni de comprender la naturaleza de su reino espiritual, pero ahora estaba seguro de que el detenido no había hecho nada que mereciera la muerte. Una mirada a Jesús cara a cara era suficiente para convencer incluso a Pilatos de que este hombre dulce y cansado, pero justo y majestuoso, no era ningún revolucionario salvaje y peligroso que aspirara a establecerse en el trono temporal de Israel. Pilatos creía comprender algo de lo que Jesús había querido decir cuando se llamó a sí mismo rey, porque conocía las enseñanzas de los estoicos que proclamaban que «el hombre sabio es rey». Pilatos estaba enteramente convencido de que en lugar de ser un sedicioso peligroso, Jesús no era ni más ni menos que un visionario inofensivo, un fanático inocente.

(1991.7) [SUP]185:3.7[/SUP] Después de interrogar al Maestro, Pilatos regresó donde estaban los jefes de los sacerdotes y los acusadores de Jesús, y dijo: «He interrogado a este hombre, y no encuentro ninguna falta en él. No creo que sea culpable de las acusaciones que habéis efectuado contra él; creo que debe ser puesto en libertad.» Cuando los judíos escucharon esto, se encolerizaron enormemente, hasta el punto de que gritaron ferozmente que Jesús debía morir; y uno de los sanedristas subió con descaro hasta el lado de Pilatos, diciendo: «Este hombre excita al pueblo, empezando por Galilea y continuando por toda Judea. Causa daño y es un malhechor. Si dejas en libertad a este hombre perverso, lo lamentarás durante mucho tiempo.»

(1992.1) [SUP]185:3.8[/SUP]Pilatos se veía en el apuro de no saber qué hacer con Jesús; por eso, cuando les oyó decir que había empezado su trabajo en Galilea, pensó en esquivar la responsabilidad de resolver el caso, o al menos ganar tiempo para reflexionar, enviando a Jesús a comparecer ante Herodes, que entonces estaba en la ciudad para asistir a la Pascua. Pilatos pensó también que este gesto serviría de antídoto contra algunos sentimientos desagradables que habían existido entre él y Herodes desde hacía algún tiempo, debidos a numerosos malentendidos sobre cuestiones de jurisdicción.

(1992.2) [SUP]185:3.9[/SUP] Pilatos llamó a los guardias y les dijo: «Este hombre es galileo. Llevadlo inmediatamente ante Herodes, y cuando lo haya interrogado, informadme de sus conclusiones.» Y los guardias llevaron a Jesús ante Herodes.

 
Re: el juicio ante Pilato

¿Se podrìa saber què es eso?
 
Re: el juicio ante Pilato

El Libro de Urantia (LU) es una obra espiritual, teológica y filosófica acerca de Dios, la ciencia, la religión, la filosofía y el destino. Fue escrita entre 1922 y 1939 y publicada por primera vez en Estados Unidos en 1955; se desconoce su autor o autores, aunque el texto dice haber sido escrito directamente por criaturas celestiales o sobrehumanas (que ocasionalmente hablan en primera persona al final de algunos documentos) empleando un ser humano dormido como modo de transmisión. El Libro de Urantia es muy controvertido en su contenido y en su interpretación: mientras para algunos es una obra filosófica, para otros no pasa de ser ciencia ficción.
 
Re: el juicio ante Pilato

El artículo supuestamente publicado en CCN en español es un fatal intento de darle credibilidad a una leyenda que adolece de grandes problemas. Quien quiera que escribió este artículo en CNN sobre el juicio de Jesús hace afirmaciones basadas en tradiciones sin fundamento.

-“El juicio al que fue sometido Jesús de Nazaret, en el año treinta y tres de nuestra era”

No hay constancia histórica alguna que pueda sustentar esta afirmación. La tradición católica comenzó a sostener que Jesús de Nazaret fue enjuciado a sus 33 años de vida basándose en lo expuesto en los evangelios canónicos, sin ningún sustento que proviniera de alguna otra fuente confiable.

La edad de Jesús se menciona en el evangelio según Lucas. Allí se expone que Jesús comenzó sus predicaciones a los 30 años. Fuera de esa referencia no existe ninguna otra mención sobre el asunto en ningún otro verso de esos libros cristianos.

Por otra parte los evangelios sinópticos (Marcos, Mateo y Lucas) indican que Jesús solamente fue a una pascua en Jerusalén durante su ministerio. La misma en la que fue apresado y ejecutado. Si eso es así, pues el ministerio de Jesús nazareno se extendió por no más de un año.

El evangelio de Juan es el único que defiende que no fue una, sino tres pascuas a las que Jesús asistió durante su ministerio. La primera fue cuando atacó a los vendedores en el Templo, la segunda cuando sanó al paralítico y la tercera cuando fue ejecutado. De aquí es que los obispos católicos del siglo II derivaron que Jesús debió haber muerto a los 33 años.

Otro punto que pone en duda cuál era la edad de Jesús durante su ministerio es que la edad de 30 años informada por el autor del evangelio de Lucas es un dato forzado. Dentro de la cultura religiosa judía farisea, a la cual pertenecía Jesús nazareno, solamente se permite a un varón llevar a cabo actividades de liderato religioso, como el ser rabino o doctor de la Torah, después de los 30 años. Por tanto el autor de Lucas tenía forzosamente que decir que Jesús tenía 30 años cuando comenzó a predicar, pues de otra forma la historia de un Jesús rabino que arrastraba multitudes en el mundo judío de aquellos días no iba a tener ninguna credibilidad.

-“En el juicio seguido en su contra ante el Sanedrín, Jesús fue encontrado culpable de blasfemia, delito que se castigaba con la pena de muerte por lapidación, de acuerdo con las normas judías vigentes en esa época. Sin embargo, las sanciones capitales sólo podían ser ejecutadas por los regentes romanos.”

Esto es incorrecto, y los evangelios mismos se contradicen.

En esos libros cristianos se afirma que varios hombres se disponían a lapidar a una mujer por haber sido ésta hallada cometiendo adulterio. En ningún lugar se indica que los soldados romanos intervinieron para detener el acto. También en el libro de los Hechos de los apóstoles se relata que Esteban fue lapidado públicamente sin intervención alguna de las autoridades romanas. Así mismo en ese libro no se dice que Saulo de Tarso procuraba que los cristianos que ajusticiaba antes de convertirse fueran ejecutados por los romanos.

La contradicción existe en que solamente a Jesús se le ajusticia mediante crucifixión por cometer un delito contra religión judía. Eso es totalmente INCREIBLE. No hay forma de creerlo.

La historia es muy clara en cuanto a este asunto. Los romanos ajusticiaban mediante ejecución a aquellos que cometían faltas contra las leyes del Imperio, no contra las leyes de la sociedad o nación a la que pertenecían. El hecho que los romanos se prestaran para matar a un blasfemo contra los principios de la religión judía es totalmente improbable.

Por eso no es extraño que el autor del evangelio de Juan, quien escribió posiblemente más de 30 años después de los otros evangelistas, añade el relato de la cuestión conspiratoria. Afirma ese autor que los ancianos judíos convencieron a Poncio Pilatos de ejecutar a Jesús en la cruz porque él se proclamaba rey, y solamente el César podía llevar ese título.
Este autor pretende que creamos que un regente romano se dejó manipular maliciosamente por los judíos para asesinar al buen Jesús. Totalmente falso.

La historia, y no los evangelios, exponen que Poncio Pilatos fue un líder despiadado, tiránico y anti judío como ninguno. Fue un asesino y un ladrón de los tesoros del Templo. No el ser comedido y magnánimo que los autores de los evangelios pretenden presentar, en su obvia agenda anti semita y pro romana. Ese tirano jamás se hubiese dejado influenciar por los sacerdotes judíos, a quienes despreciaba.

La verdad es que si Jesús realmente existió, pues lo mismo sigue muy en duda hasta nuestros días, tuvo que haber sido ejecutado por lapidación por ser un blasfemo, y como cuenta el Talmud, puede que después de muerto haya sido colgado de un madero con un letrero sobre su cabeza indicando su delito. Esa leyenda está en el Talmud como la historia del rabino blasfemo Yatzim ben Pandeira, quien algunos indican que puede ser el Jesús histórico.

-“Jesús podría ser considerado uno de los primeros reos de conciencia de nuestra época.”


A parte de que el comentario está totalmente parcializado, Jesús de Nazaret, o Yesu, no fue ningún reo por conciencia. Su condena fue por blasfemo, por haber pretendido hacerse igual al Creador, afirmando que era digno de sentarse a la diestra del Eterno. Ese delito está claramente codificado en la Torah. La muerte de Jesús por ese delito era más que merecida y totalmente válida de acuerdo al derecho vigente en aquella sociedad y en ese período de tiempo.
 
Re: el juicio ante Pilato

El artículo supuestamente publicado en CCN en español es un fatal intento de darle credibilidad a una leyenda que adolece de grandes problemas. Quien quiera que escribió este artículo en CNN sobre el juicio de Jesús hace afirmaciones basadas en tradiciones sin fundamento.

-“El juicio al que fue sometido Jesús de Nazaret, en el año treinta y tres de nuestra era”

No hay constancia histórica alguna que pueda sustentar esta afirmación. La tradición católica comenzó a sostener que Jesús de Nazaret fue enjuciado a sus 33 años de vida basándose en lo expuesto en los evangelios canónicos, sin ningún sustento que proviniera de alguna otra fuente confiable.

La edad de Jesús se menciona en el evangelio según Lucas. Allí se expone que Jesús comenzó sus predicaciones a los 30 años. Fuera de esa referencia no existe ninguna otra mención sobre el asunto en ningún otro verso de esos libros cristianos.

Por otra parte los evangelios sinópticos (Marcos, Mateo y Lucas) indican que Jesús solamente fue a una pascua en Jerusalén durante su ministerio. La misma en la que fue apresado y ejecutado. Si eso es así, pues el ministerio de Jesús nazareno se extendió por no más de un año.

El evangelio de Juan es el único que defiende que no fue una, sino tres pascuas a las que Jesús asistió durante su ministerio. La primera fue cuando atacó a los vendedores en el Templo, la segunda cuando sanó al paralítico y la tercera cuando fue ejecutado. De aquí es que los obispos católicos del siglo II derivaron que Jesús debió haber muerto a los 33 años.

Otro punto que pone en duda cuál era la edad de Jesús durante su ministerio es que la edad de 30 años informada por el autor del evangelio de Lucas es un dato forzado. Dentro de la cultura religiosa judía farisea, a la cual pertenecía Jesús nazareno, solamente se permite a un varón llevar a cabo actividades de liderato religioso, como el ser rabino o doctor de la Torah, después de los 30 años. Por tanto el autor de Lucas tenía forzosamente que decir que Jesús tenía 30 años cuando comenzó a predicar, pues de otra forma la historia de un Jesús rabino que arrastraba multitudes en el mundo judío de aquellos días no iba a tener ninguna credibilidad.
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Los evangelios ubican al nacimiento de Jesùs en el año 6 AC (o en el 4 AC segùn otras opiniones)
Los evangelios ubican al comienzo del ministerio de Jesùs en el año 28 AD
Los evangelios describen un ministerio de dos años
Los evangelios ubican a la crucifixiòn en el año 30 AD

En nada de eso hay contradicciòn. La contradicciòn viene exclusivamente de parte de la tradiciòn.
 
Re: el juicio ante Pilato

El artículo supuestamente publicado en CCN en español es un fatal intento de darle credibilidad a una leyenda que adolece de grandes problemas. Quien quiera que escribió este artículo en CNN sobre el juicio de Jesús hace afirmaciones basadas en tradiciones sin fundamento.

-“El juicio al que fue sometido Jesús de Nazaret, en el año treinta y tres de nuestra era”

No hay constancia histórica alguna que pueda sustentar esta afirmación. La tradición católica comenzó a sostener que Jesús de Nazaret fue enjuciado a sus 33 años de vida basándose en lo expuesto en los evangelios canónicos, sin ningún sustento que proviniera de alguna otra fuente confiable.

La edad de Jesús se menciona en el evangelio según Lucas. Allí se expone que Jesús comenzó sus predicaciones a los 30 años. Fuera de esa referencia no existe ninguna otra mención sobre el asunto en ningún otro verso de esos libros cristianos.

Por otra parte los evangelios sinópticos (Marcos, Mateo y Lucas) indican que Jesús solamente fue a una pascua en Jerusalén durante su ministerio. La misma en la que fue apresado y ejecutado. Si eso es así, pues el ministerio de Jesús nazareno se extendió por no más de un año.

El evangelio de Juan es el único que defiende que no fue una, sino tres pascuas a las que Jesús asistió durante su ministerio. La primera fue cuando atacó a los vendedores en el Templo, la segunda cuando sanó al paralítico y la tercera cuando fue ejecutado. De aquí es que los obispos católicos del siglo II derivaron que Jesús debió haber muerto a los 33 años.

Otro punto que pone en duda cuál era la edad de Jesús durante su ministerio es que la edad de 30 años informada por el autor del evangelio de Lucas es un dato forzado. Dentro de la cultura religiosa judía farisea, a la cual pertenecía Jesús nazareno, solamente se permite a un varón llevar a cabo actividades de liderato religioso, como el ser rabino o doctor de la Torah, después de los 30 años. Por tanto el autor de Lucas tenía forzosamente que decir que Jesús tenía 30 años cuando comenzó a predicar, pues de otra forma la historia de un Jesús rabino que arrastraba multitudes en el mundo judío de aquellos días no iba a tener ninguna credibilidad.
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Los evangelios ubican al nacimiento de Jesùs en el año 6 AC (o en el 4 AC segùn otras opiniones)
Los evangelios ubican al comienzo del ministerio de Jesùs en el año 28 AD
Los evangelios describen un ministerio de dos años
Los evangelios ubican a la crucifixiòn en el año 30 AD

En nada de eso hay contradicciòn. La contradicciòn viene exclusivamente de parte de la tradiciòn.
 
Re: el juicio ante Pilato

El artículo supuestamente publicado en CCN en español es un fatal intento de darle credibilidad a una leyenda que adolece de grandes problemas. Quien quiera que escribió este artículo en CNN sobre el juicio de Jesús hace afirmaciones basadas en tradiciones sin fundamento.

-“En el juicio seguido en su contra ante el Sanedrín, Jesús fue encontrado culpable de blasfemia, delito que se castigaba con la pena de muerte por lapidación, de acuerdo con las normas judías vigentes en esa época. Sin embargo, las sanciones capitales sólo podían ser ejecutadas por los regentes romanos.”

Esto es incorrecto, y los evangelios mismos se contradicen.

En esos libros cristianos se afirma que varios hombres se disponían a lapidar a una mujer por haber sido ésta hallada cometiendo adulterio. En ningún lugar se indica que los soldados romanos intervinieron para detener el acto. También en el libro de los Hechos de los apóstoles se relata que Esteban fue lapidado públicamente sin intervención alguna de las autoridades romanas. Así mismo en ese libro no se dice que Saulo de Tarso procuraba que los cristianos que ajusticiaba antes de convertirse fueran ejecutados por los romanos.

La contradicción existe en que solamente a Jesús se le ajusticia mediante crucifixión por cometer un delito contra religión judía. Eso es totalmente INCREIBLE. No hay forma de creerlo.

La historia es muy clara en cuanto a este asunto. Los romanos ajusticiaban mediante ejecución a aquellos que cometían faltas contra las leyes del Imperio, no contra las leyes de la sociedad o nación a la que pertenecían. El hecho que los romanos se prestaran para matar a un blasfemo contra los principios de la religión judía es totalmente improbable.

Por eso no es extraño que el autor del evangelio de Juan, quien escribió posiblemente más de 30 años después de los otros evangelistas, añade el relato de la cuestión conspiratoria. Afirma ese autor que los ancianos judíos convencieron a Poncio Pilatos de ejecutar a Jesús en la cruz porque él se proclamaba rey, y solamente el César podía llevar ese título.
Este autor pretende que creamos que un regente romano se dejó manipular maliciosamente por los judíos para asesinar al buen Jesús. Totalmente falso.

La historia, y no los evangelios, exponen que Poncio Pilatos fue un líder despiadado, tiránico y anti judío como ninguno. Fue un asesino y un ladrón de los tesoros del Templo. No el ser comedido y magnánimo que los autores de los evangelios pretenden presentar, en su obvia agenda anti semita y pro romana. Ese tirano jamás se hubiese dejado influenciar por los sacerdotes judíos, a quienes despreciaba.

La verdad es que si Jesús realmente existió, pues lo mismo sigue muy en duda hasta nuestros días, tuvo que haber sido ejecutado por lapidación por ser un blasfemo, y como cuenta el Talmud, puede que después de muerto haya sido colgado de un madero con un letrero sobre su cabeza indicando su delito. Esa leyenda está en el Talmud como la historia del rabino blasfemo Yatzim ben Pandeira, quien algunos indican que puede ser el Jesús histórico.
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El Nuevo Testamento da terstimonio de que los judìos del Siglo I practicaban la pena de muerte. Eso es verdad y no hay contradicciòn.

Los evangelios relatan que los judìos apelan a Pilato que ellos no podìan matar. Eso es verdad. Es verdad que los judìos apelaron de esa manera. No era verdad lo que decìan los judìos, pero es verdad que lo dijeron. No hay contradicciòn.

Los evangelios relatan que Pilato les propuso a los judìos que lo mataran ello. Es verdad que les propuso eso. No hay contradicciòn.

Jesùs fue muerto por crucifixiòn. Eso fue verdad, y no hay contradicciòn.
 
Re: el juicio ante Pilato

Los evangelios ubican al nacimiento de Jesùs en el año 6 AC (o en el 4 AC segùn otras opiniones)
Los evangelios ubican al comienzo del ministerio de Jesùs en el año 28 AD
Los evangelios describen un ministerio de dos años
Los evangelios ubican a la crucifixiòn en el año 30 AD

En nada de eso hay contradicciòn. La contradicciòn viene exclusivamente de parte de la tradiciòn.

El eclipse ocurrido durante el dia de la muerte del Señor sobre toda la tierra ocurrió en el 33-34 ad.
 
Re: el juicio ante Pilato

El eclipse ocurrido durante el dia de la muerte del Señor sobre toda la tierra ocurrió en el 33-34 ad.

Jesùs fue crucificado en la fiesta de Pascua. La Pascua se celebra en Luna Llena. En Luna LLena no hay eclipses de Sol.
La obscuridad que hubo por tres horas no es explicable por medio de un eclipse solar.
Ademàs, todo eclipse solar puede calcularse con exactitud de minutos. Afirmar que hubo un eclipse entre el año 33 y 34 delata mucha imaginaciòn y nada de càlculos astronòmicos.
 
Re: el juicio ante Pilato

"Según el derecho aplicado por el imperio romano en los territorios hebreos conquistados, los delitos que juzgaban las autoridades romanas tenían que coincidir con las acusaciones previas hechas por el Sanedrín. Esta regla de procedimiento no se llevo a cabo en el caso de Jesús de Nazaret. Al ser encontrado culpable de blasfemia, Jesús fue remitido ante la autoridad romana, pero ésta no lo encontró responsable de ese ilícito. No obstante, los sacerdotes judíos añadieron un nuevo delito al proceso: sedición contra el Imperio Romano, acusación que era inexistente en el primer juicio llevado ante el Sanedrín".
CNN

La acusaciòn a Jesùs fue exactamente la misma tanto en el Sanedrin como en el Pretorio.
Jesùs es acusado de hacerse Rey, Ungido, Mesìas, Cristo, Hijo de Dios.
Los judìos enfatizaron la parte de la blasfemia, y los romanos la parte subversiva.
Era blasfemia decirse Rey...Hijo de Dios; y era sibversivo proclamarse Rey...Hijo de Dios.
En el Titulum, Pilato escribiò "Rex Ioudaerum" (Rey de los Judìos)
Los judìos recalamaban que se escribiese "dijo ser el rey de los judìos"
Pero la acusaciòn siempre fue una y la misma.
 
Re: el juicio ante Pilato

Jesùs fue crucificado en la fiesta de Pascua. La Pascua se celebra en Luna Llena. En Luna LLena no hay eclipses de Sol.
La obscuridad que hubo por tres horas no es explicable por medio de un eclipse solar.
Ademàs, todo eclipse solar puede calcularse con exactitud de minutos. Afirmar que hubo un eclipse entre el año 33 y 34 delata mucha imaginaciòn y nada de càlculos astronòmicos.

Pues hubo un eclipse de varias horas, visto hasta por los chinos en el cuarto año de la olimpiada 202 (33-34 d.c.), los chinos lo encontraron inexplicable porque como buenos estudiosos del cielo, lo deberian haber calculado con anticipación cosa que no fue asi.
 
Re: el juicio ante Pilato

"Las normas del “derecho de gentes” (en latín Ius Gentium), aplicables a quienes no eran ciudadanos de Roma, sino súbditos conquistados por ese Imperio, reconocían lo que en términos actuales conocemos como “debido proceso”, es decir, el derecho de cualquier acusado a defenderse y a presentar testigos de descargo u otras pruebas en su favor. En el proceso jurídico contra Jesús, antes de ser condenado por la autoridad romana, se registraron diversas violaciones procesales, entre ellas se destacan:
La ausencia de un defensora
La premura sumarísima con la que se llevó a cabo el juicio
".
CNN

A Jesùs no se le aplicò un juicio sumario. Ante Roma, Jesùs fue juzgado durante tres dìas; màs el juicio ante el Sanedrìan que se entendiò por dos dìas. Jesùs fue arrestado un sàbado y fue crucificado un jueves.
Durante esos juicios se le ofreciò a Jesùs repetidas veces la oportunidad de defenderse. Pero èl lo rechazò una y otra vez.
 
Re: el juicio ante Pilato

"Adicionalmente, la forma en la que Jesús fue detenido suponía en aquel momento una violación a la ley judía, pues según el Talmud las autoridades del Sanedrín sólo podían ordenar la aprehensión de alguien si era encontrado cometiendo en flagrancia un delito. Sin embargo, Jesucristo fue apresado pernoctando en un huerto, lo que puede interpretarse como una irregularidad procesal que, de haber sido reconocida, anulaba todas las actuaciones de la parte acusadora".
CNN

Casi ningùn ladron es apresado mientras roba y casi ningùn asesino es apresado mientras mata. Normalmente, la policìa sale a buscar, encuentra y arresta al delincuente.
Tanto para los judìos como para los romanos Jesùs era un delincuente. Si bien los judìos no querìan arrestar a Jesùs durante la fiesta de Pascua, colaboran con los romanos para concretar el arresto. Lo buscan, lo encuentran y lo arrestan.