Re: El infierno ( si es que existe ) es un ESTADO o unLUGAR ?
Una muestra esta noticia del 29 de Julio de 1999
http://www.clarin.com/diario/1999/07/29/e-03801d.htm
Bueno en toda la prensa nacional salió que "El Papa Juan Pablo II no creía en el INFIERNO"
Asi que no es manipulación sino que el hombrecito metió su patita feo .
Una muestra esta noticia del 29 de Julio de 1999
http://www.clarin.com/diario/1999/07/29/e-03801d.htm
JULIO ALGAÑARAZ. Ciudad del Vaticano. Corresponsal
Edición Jueves 29.07.1999
El Papa dijo que el infierno tampoco es un lugar concreto
RELIGION:
LA SEMANA PASADA DEFINIO EL PARAISO EN TERMINOS PARECIDOS
Dijo que el fuego del que habla la Biblia es un símbolo. Y que el infierno es en realidad un estado de separación para siempre de Dios. Explicó que el hombre se condena sólo cuando rechaza al Padre
El infierno existe pero no es un lugar físico sino un estado de las almas, condenadas para siempre por negar a Dios con sus pecados, tras el traspaso de la muerte. Lo dijo ayer el Papa, que en la audiencia general de los miércoles pontificó una interpretación moderna que niega las visiones tradicionales que la misma Iglesia difundió durante 2.000 años, con fuegos eternos, gemidos desesperados y diablos cornudos armados de tridentes que atormentan a las almas en pena.
También el paraíso había sido sometido a la misma terapia teológica por Juan Pablo II en la audiencia general del miércoles anterior, ante 10.000 fieles un tanto sorprendidos y sobrecogidos que llenaban el aula Pablo VI en el Vaticano.
El paraíso, dijo el Papa el miércoles 21, no está entre las nubes del cielo sino que es un estado de relación inmediata, intuitiva, con Dios, que realiza la plena beatitud eterna de los justos.El cielo no es una abstracción ni un lugar físico, sino una relación viviente y personal con la Santísima Trinidad: Dios, Cristo y el Espíritu Santo.Pero Juan Pablo II había advertido que el Juicio Final llamará a los justos al paraíso y a los condenados al infierno.Ayer, el Pontífice dijo que el infierno existe, es una real posibilidad, pero que más que un lugar físico es un estado de separación para siempre de Dios.Oremos para que ninguno vaya al infierno. Oremos para que la voluntad que rechaza la voluntad salvífica de Dios no se verifique en ninguno y en ninguna parte. Oremos por la salvación de todos los hombres, por la salvación eterna de cada uno, exhortó Juan Pablo II.Los temas de la salvación y la condena eternas se han actualizado en el Vaticano desde hace un par de semanas, cuando la influyente revista quincenal de los jesuitas La civilización católica, cuyos artículos son supervisados por la Santa Sede, publicó un editorial sobre el infierno en la línea de las posteriores enseñanzas del Papa en las audiencias generales.Ayer, Juan Pablo II dijo que no sabemos si, y cuáles, hombres están en el infierno, aceptando la resonante declaración que hizo hace una década el famoso teólogo suizo Urs von Balthazar, quien dijo: El infierno existe, pero podría estar vacío.Von Balthazar, a quien el Papa tanto admiraba que lo hizo cardenal (pero el teólogo murió unos días antes de recibir la púrpura), planteó un gran enigma que tiene que ver con la bondad infinita de Dios, que podría perdonar a los condenados.En realidad, San Agustín fue el primero que evocó la cuestión, recordando que la Iglesia no puede pronunciarse acerca de la condena eterna de nadie.Como en el caso del paraíso, el Papa dijo ayer que no hay que atenerse a la interpretación literal del infierno de la Biblia, que en el Nuevo Testamento lo describe como un horno ardiente, que es llanto y rechinar de los dientes. Se trata de imágenes simbólicas, dijo el Papa. Y recordó también que el Apocalipsis imagina al infierno como un estanco de fuego.Un feligrés podría preguntar: ¿cómo sabe el Papa que el infierno es sólo un estado y no un lugar concreto, cuando nadie ha vuelto de allí para contarlo y el único testimonio de la palabra de Dios es para la tradición cristiana el Viejo y el Nuevo Testamento, donde las descripciones son concretas y espantosas? ¿Cómo se armoniza la enseñanza tradicional de la condena eterna con esta versión del infierno quizás vacío gracias al perdón divino?Metáforas, sostiene la versión moderna de la Iglesia.
Ayer, Juan Pablo II explicó que en un sentido teológico, el infierno es la última consecuencia del mismo pecado, que castiga a quien lo ha cometido.La condena eterna es la situación en la que definitivamente se coloca quien rechaza la misericordia del Padre, incluso en el último momento de su vida. La opción es humana
El papa Karol Wojtyla cree que el paraíso y el infierno representan dos aspectos de la libertad humana. Llamado a responder de esa libertad y de ese amor, el hombre puede lamentablemente elegir el rechazo del amor y el perdón de Dios, sustrayéndose así para siempre de la comunidad con él.Esta trágica situación es a lo que la comunidad cristiana se refiere cuando habla de condena o infierno, dijo el Papa.En el artículo de hace dos semanas de la revista de los jesuitas, se recordó que el infierno existe y es eterno, pero no es una expresión de la cólera de Dios, una invención de la Iglesia o la consecuencia de un cristianismo primitivo que debe aún ser superado, sino la condición misma de la libertad moral del hombre, que puede elegir aceptar a Dios, pero también rechazarlo, condenándose sólo a la eterna perdición.La civilización católica editorializó también que los fieles no deben creer, pese a las imágenes populares, que Dios, por intermedio de los demonios, inflige a los condenados tormentos espantosos, como el fuego eterno.