EL INFIERNO NO ES ETERNO

Danizake, gracias por tu respuesta aunque breve, pero entiendo,lo que tratates de decir, aunque yo no la comparto.
bendiciones.
 
"El Alma No Pueden Matar" Mateo 10:28

A muchas personas le han enseñado que el alma es inmortal, pero encuentran que en Mateo 10: 28 que Jesús aparentemente se contradice, porque primero dice que al alma no pueden matar y luego afirma que se la puede destruir en el infierno. ¿Cómo se entiende esto?

La contradicción existe cuando se sostiene una enseñanza que no es bíblica: " la inmortalidad del alma". El hombre perdió su derecho a la vida eterna, o sea a la inmortalidad, por causa del pecado, cuya "paga" es la muerte (Rom. 6:23). Desde que perdió la inmortalidad, tiene el privilegio de "buscarla" de nuevo (Rom. 2: 7), y solamente le será devuelta por Jesucristo "el cual quitó la muerte y sacó a luz la vida y la inmortalidad por el evangelio" (2 Tim. 1:10).

Ante lo dicho, analicemos el texto. Descubrimos primeramente que la palabra "alma" que ha sido traducida de la palabra griega "psuche", es la misma que en otros lugares se la traduce por "vida" o "vidas" (Mat. 6:25; 16:25, etc.). Varias veces por "persona" o "personas" (Hech. 7: 14; etc.). Y aun otras veces por pronombres, o la mente, o el corazón, etc., pero NUNCA se refiere a una entidad separada del cuerpo que sobreviva a la persona al morir.

La palabra "infierno" fue traducida de la griega "geenna", que nosotros escribimos "gehenna", y es la transliteración de la palabra hebrea "ge'hinnom", o sea el "valle de Hinnom", que era un valle al sudoeste de Jerusalén, donde se echaban la basura de la ciudad, los animales muertos, y aun los cuerpos de maleantes y ajusticiados, y donde el fuego se mantenía encendido quemando todo eso, y que la putrefacción no contaminara. Quizá por eso "gehenna" llegó a ser un símbolo del fuego FINAL.

Nótese ahora que desde el versículo 16 de Mateo 10, Jesús advierte a sus discípulos acerca de las severas persecuciones a las que iban a ser sometidos, que para muchos de ellos significaría el martirio. En efecto, todos los discípulos murieron por su fe, excepto Juan, al que Dios libró milagrosamente de una muerte violenta. En vista de ese futuro peligroso, para alentar a sus discípulos les recordó que no necesitaban temer a los que mataban el cuerpo, porque el "alma", o sea la vida, no puede ser destruida por el hombre. En cambio, convenía confiar definitivamente en quien no solamente puede destruir el cuerpo, sino también el "alma"; o sea, "la vida" o " la persona", lo cual significaría la pérdida de la vida eterna prometida por el dador de la vida (Juan 1: 4; 3:16). Este acontecimiento trágico sucederá el día cuando los que no creyeron serán echados "al fuego preparado para el diablo y sus ángeles" (Mat. 25: 41). Ese será la "gehenna" o el infierno donde serán destruidos para siempre los que rechazaron la inmortalidad que les fue ofrecida por el Evangelio.

Todos los mártires que murieron por su fe, no fueron destruidos, pues recibirán de nuevo la vida en el día de la resurrección, cuando lo "mortal se vista de inmortalidad" (1 Cor. 15: 51-55). Los que no se interesaron por la vida eterna, porque amaron más al pecado que su Salvador, quedarán destruidos y no recibirán la vida, porque "el que tiene al Hijo tiene vida eterna; pero el que rehusa creer en el Hijo no verá la vida" (Juan 3: 36). Serán destruidos por el fuego eterno, que será eterno en sus resultados. Lo que queme lo quemará o destruirá para siempre.
 
Estimado Edgar,lo que propones con tu comentario es que no creamos en nada aparte del cuerpo mortal,que el hombre solo es masa de tejidos,de huesos etc.
Usted cree entonces,que lo que resutira de su tumba,fue el mismo cuerpo que murio pero inmortal.
Entonces porque dice la biblia que carne y sangre no heredan el reino de los cielos?.
Aunque entiendo su pensamiento,para usted esta muy claro que no existe nada,mas alla del cuerpo fisico.
bendiciones.
 
Hola a todos;
En mi opinión, a Edgar y a Danikaze sólo les falta entender lo que realmente somos "un espíritu con Dios". El alma y cuerpo son temporales, eso solo nos fué añadido, el cuerpo y alma o sea carne, es el instrumento que Dios usa para que aprendamos a amar, para que experimentemos el amor, o sea la manifestación de nuestra imagen y semejanza con el Primogénito, para que entendamos la perfección que ya mora en nosotros o lo que realmente somos delante de él. El Espíritu que mora en nosotros es inmortal, es el que da testimonio de que somos hijos de Dios. En resumen, creo, son distintos niveles de conocimiento, por eso mismo Dios nos lleva de gloria en gloria, de conocimiento en conocimiento, del cuerpo al alma, del alma al espíritu, dos conocimientos, dos pactos, de la sabiduría humana a la sabiduría oculta, hablada en misterio, predestinada para los escogidos, para nuestra gloria, para nuestro espíritu estando en esta carne.
La gehenna fué para las carnes (cuerpo y alma)al final del Antiguo Pacto.
En Cristo

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Jacobo Arends
[email protected]
 
Estimado JAFE:

Comprendemos perfectamente cuál es tu posición, pero notarás que todo lo que creemos lo basamos en la Biblia, y te citamos versículos, cosa que tú no has hecho.
Con todo respeto, lee y comenta con nosotros los argumentos teológicos que hemos expuesto. Hasta el momento no lo has hecho.

[email protected]




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Danikaze
 
Estimado JAFE Y DEMAS FORISTAS:

Nunca entenderé otra cosa que no sea lo que la Biblia señala. Soy sincero, y si se me demuestra que estoy equivocado lo aceptaré. No estoy y jamás estaré en contra de ninguna religión; sólo estoy por la verdad. A continuación transcribiré el verdadero punto de vista cristiano sobre qué ocurre después de la muerte, basado en estudios teológicos serios. Es mi oración que toda la verdad pueda llegar al corazón de todo lector sincero.

La Biblia y nosotros

Es sumamente importante que entendamos lo que la Biblia tiene que decir acerca de nosotros, nuestro origen y nuestra naturaleza. Es el único relato autorizado sobre cómo llegamos a existir.

El libro de Génesis se refiere a nuestro origen. Nos dice claramente que el hombre es un ser creado. Es decir, el hombre depende de un Creador para su propia vida. No fue responsable de su propio origen. He aquí como sucedió:

"Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente." (Génesis 2:7)

Nótese el bajo origen del hombre: del suelo. Génesis nos dice también (6:17; 7:22) que los animales también comparten el "espíritu de vida" con la humanidad. Pero es la expresión "ser viviente," en hebreo "alma viviente" (ver 1 Corintios 15:45) la que reclama nuestra atención y nos enseña la condición primera y esencial para entender la Biblia: Debemos entender los términos bíblicos en su propio sentido y no en el nuestro.

Para muchas personas, la palabra alma sugiere la idea de algún espíritu dentro del hombre, el cual sobrevive a la muerte del cuerpo. Pero de ninguna manera es usada así en Génesis, donde la palabra traducida alma se refiere también a los animales.

(Nota del traductor: En Génesis 2:7 la palabra hebrea original, «nefesh», ha sido traducida de dos maneras en las versiones Reina-Valera: La versión de 1909, conocida como Antigua Versión, traduce alma. La de 1960 traduce ser. La misma palabra hebrea, «nefesh», se tradujo seres en ambas revisiones, en Génesis 1:21, 24.)

La conclusión es clara: Génesis nos dice que por origen y naturaleza el hombre fue creado un ser viviente. De hecho, el hombre tiene más grande poder mental que el animal; pero básicamente la naturaleza de ambos es la misma.


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Llega la muerte

El problema de cómo la vida humana podía llegar a su final es tratado en los primeros capítulos de Génesis. Dios le dijo a Adán que si desobedecía el mandamiento que había recibido, moriría. Adán desobedeció y el siguiente juicio fue pronunciado sobre él: "Con el sudor de tu rostro comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra, porque de ella fuiste tomado; pues polvo eres, y al polvo volverás" (3:19)

El texto bíblico es asombrosamente claro. La muerte no es una puerta que se abre a una nueva vida. Es solamente el castigo de la desobediencia. El hombre retorna al polvo. En el relato de Génesis sobre el diluvio, cuando "se corrompió la tierra delante de Dios, y estaba la tierra llena de violencia" (6:11, 12), vinieron las aguas del juicio, y tanto hombres como animales perecieron del mismo modo:

"Murió toda carne que se mueve sobre la tierra, así de aves como de ganado y de bestias... y todo hombre. Todo lo que tenía aliento de espíritu de vida en sus narices... murió" (7:21, 22)


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Hombres y animales

La Biblia compara frecuentemente la naturaleza del hombre a la de los animales. Hablando de ambos, el salmista declara: "Les quitas el hálito, dejan de ser, y vuelven al polvo" (104:29).

El escritor de Eclesiastés es completamente categórico. Quiere que los hombres vean: "que ellos mismos son semejantes a las bestias. Porque lo que sucede a los hijos de los hombres, y lo que sucede a las bestias, un mismo suceso es: como mueren los unos, así mueren los otros, y una misma respiración tienen todos... Todo va a un mismo lugar; todo es hecho del polvo, y todo volverá al mismo polvo." (3:18-20)

Los hombres y los animales tienen por naturaleza el mismo destino: todos retornan al polvo. Algunos pueden objetar que el versículo siguiente da un sentido diferente: "¿Quién sabe que el espíritu de los hijos de los hombres sube arriba, y que el espíritu del animal desciende abajo a la tierra?" (3:21)

Pero en realidad, ¿quién puede detectar alguna diferencia? A propósito, la palabra traducida "espíritu" aquí, es la misma que se traduce "respiración" en el versículo 19. Esto demuestra que en este pasaje, el sentido de "espíritu" es la vida que resulta de la respiración. La vida termina cuando la respiración se detiene.

Así que el "alma" puede morir. Hablando del juicio que Dios trajo sobre los orgullosos egipcios por medio de las diez plagas, el salmista dice: "No eximió la vida [«nefesh», alma] de ellos de la muerte, sino que entregó su vida a la mortandad" (Salmos 78:50).

Dios declara dos veces por medio de Ezequiel: "El alma que pecare, esa morirá" (Ezequiel 18:4,20).

En su petición final a Dios, Sansón implora: "Muera yo [«nefesh»] con los filisteos" (Jueces 16:30). Una traducción literal diría: "Muera mi alma con los filisteos".

Por consiguiente, el alma es la persona misma, el ser viviente. Cuando él perece, su alma o vida perece con él.


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El hombre a imagen de Dios

¿Quiere decir esto que los hombres no son mejores que los animales? De ninguna manera, porque Génesis 1:27 nos dice que el hombre fue hecho "a imagen de Dios." En otras palabras, la naturaleza física de la humanidad es exactamente como la de los animales; pero el hombre tiene una mente superior, capaz de entender y responder a Dios. El salmista tiene este comentario muy valioso: "El hombre que está en honra y no entiende, semejante es a las bestias que perecen" (Salmos 49:20)

Así que el entendimiento representa la diferencia entre el hombre y los animales. Cuando preguntamos, "¿Qué es lo que el hombre debe entender?", el Nuevo Testamento viene poderosamente en nuestra ayuda, como veremos.

En vista de la evidencia bíblica que se ha examinado hasta aquí, no es ninguna sorpresa aprender que los muertos descansan, completamente inconscientes, en el sepulcro. El salmista nos dice que no confiemos en príncipes o en hombres, porque: "sale su aliento, y vuelve a la tierra; en ese mismo día perecen sus pensamientos" (Salmos 146:4)

David ruega que Dios lo libre: "Porque en la muerte no hay memoria de ti; en el Seol, ¿quién te alabará?" (Salmos 6:5)

El Salmo 115 dice lo mismo: "No alabarán los muertos a JAH, ni cuantos descienden al silencio." (115:17)

El escritor de Eclesiastés es más enfático: "Porque los que viven saben que han de morir; pero los muertos nada saben... También su amor y su odio y su envidia fenecieron ya... Todo lo que te viniere a la mano para hacer, hazlo según tus fuerzas; porque en el Seol, adonde vas, no hay obra, ni trabajo, ni ciencia, ni sabiduría" (9:5-10).

El lugar de los muertos es descrito correctamente en estos enfáticos pasajes como "en esta tierra" (el polvo de la tierra de que fue hecho el hombre), "en el Seol" (el sepulcro) y en "el silencio".


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El sueño de la muerte

Daniel proporciona una declaración sobresaliente sobre este tema. Es especialmente significativa debido al uso que se hace de la misma idea en el Nuevo Testamento. Su profecía contiene esta referencia a los sucesos en "los últimos días", cuando Dios mostrará su poder en la tierra una vez más en un "tiempo de angustia, cual nunca fue desde que hubo gente hasta entonces."

"Muchos de los que duermen en el polvo de la tierra serán despertados, unos para vida eterna, y otros para vergüenza y confusión perpetua." (Daniel 12:1,2)

Que esta declaración se refiere en parte a los siervos fieles de Dios, se deduce claramente de la afirmación de que ellos recibirán "vida eterna" Pero obsérvese dónde estarán ellos hasta recibir este galardón: "en el polvo de la tierra"; un testimonio que concuerda completamente con lo que hasta ahora hemos visto.

En este punto algunos lectores pueden decir: "Hasta aquí usted ha citado solamente el Antiguo Testamento. ¿No es el Nuevo Testamento una nueva revelación de Jesús y del evangelio? ¿No dice algo completamente diferente?"


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Jesús, los apóstoles y el Antiguo Testamento



Para responder a esta duda es esencial entender cuál fue la actitud de Jesús y de sus apóstoles referente a las Escrituras que ahora conocemos como el Antiguo Testamento.

Un hecho es claro y totalmente irrefutable: ellos aceptaban lo que estaba escrito "en la ley de Moisés, en los profetas y en los salmos" (Lucas 24:44) como la palabra inspirada de Dios. Lo citaban constantemente en apoyo de su predicación. Nunca contradijeron o arrojaron dudas sobre algún pasaje del Antiguo Testamento. Al contrario, procuraban buscar y extraer el verdadero significado de lo que estaba escrito. Se esperaría que los escritos del Nuevo Testamento concordaran en sus enseñanzas con el Antiguo, y así resulta. He aquí unos cuantos ejemplos.

Había habido una tragedia en Galilea. Los soldados romanos habían matado una cantidad de judíos en una disputa religiosa. Ciertos judíos vinieron a decírselo a Jesús. Su respuesta es muy significativa: "¿Pensáis que estos galileos, porque padecieron tales cosas, eran más pecadores que todos los galileos? Os digo: No; antes si no os arrepentís, todos pereceréis igualmente" (Lucas 13 1-3)

Según la Biblia, "perecer" significa exactamente lo que nosotros entendemos: dejar de existir sin sugerencia alguna de supervivencia. No se puede evitar la enseñanza de Jesús: Toda la humanidad perecerá, a menos que se arrepienta. Esto es exactamente lo que se dice en el Salmo 49: el hombre es como las bestias que perecen, a menos que entienda. Aquí tenemos la primera insinuación de la respuesta a nuestra pregunta: "¿Qué es lo que el hombre debe entender?" Esto tiene que ver con el arrepentimiento.

Jesús también concordaba con Daniel, quien había declarado que "muchos de los que duermen en el polvo de la tierra serán despertados" (12:2). El Evangelio de Juan registra sus palabras así: "Vendrá hora cuando todos los que están en los sepulcros oirán su voz; y los que hicieron lo bueno, saldrán a resurrección de vida; mas los que hicieron lo malo, a resurrección de condenación." (Juan 5:28, 29)

(Los "todos" de Jesús son los mismos "muchos" de Daniel: significa todos los que han oído la voz del hijo de Dios, como se lee en el versículo 25). Observe dónde están los muertos: "en los sepulcros" (según Daniel, "duermen en el polvo de la tierra"); ellos "saldrán" por medio de la resurrección (según Daniel "serán despertados"). Saldrán, ya sea para vida o para juicio. La armonía entre Jesús y Daniel es completa; el Señor está respaldando la enseñanza del Antiguo Testamento sobre este tan importante asunto del lugar, estado y destino de los muertos.

Los apóstoles defendieron la misma enseñanza. Escribiendo a los creyentes de Efeso, Pablo les dice que antes de que llegaran a creer en Jesús, estaban "sin Cristo, sin esperanza y sin Dios en el mundo" (Efesios 2:12). A los creyentes romanos les dice que "todos que sin ley han pecado, sin ley también perecerán" (Romanos 2:12). Estas son afirmaciones contundentes. Simplemente nos dicen que si no tenemos relación con Dios por medio de Cristo (de la manera que él lo requiere), estamos "sin esperanza" y pereceremos. ¡Cuán precioso debe ser el entendimiento que puede salvarnos de tal suerte!

El apóstol Santiago dice a sus lectores que no hagan afirmaciones muy seguras de lo que harán en el futuro, porque no saben lo que sucederá en el mañana. El apóstol agrega: "¿Que es vuestra vida? Ciertamente es neblina que se aparece por un poco de tiempo, y luego se desvanece" (4:14)

La afirmación de Daniel de que los muertos "duermen en el polvo de la tierra" es repetida por el apóstol Pablo. Los creyentes en Tesalónica se lamentaban de la muerte de algunos que habían creído en Cristo. Pablo les dice: "Tampoco queremos, hermanos, que ignoréis acerca de los que duermen para que no os entristezcáis como los otros que no tienen esperanza... Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero." (1 Tesalonicenses 4:13,16)

Observe Ud. lo que este pasaje está diciendo: los creyentes que han muerto en Cristo "duermen"; los que no creen "no tienen esperanza"; Cristo personalmente descenderá de los cielos (observe en el versículo 16 la palabra mismo); los creyentes muertos resucitarán de la tumba. Estas son enseñanzas básicas encontradas en todo el Nuevo Testamento. Son verdades fundamentales del evangelio.


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La resurrección de los muertos


Para los que creen en la supervivencia después de la muerte por medio de un alma o espíritu inmortal, siempre ha sido muy duro comprender por qué el Nuevo Testamento pone tanto énfasis en la resurrección de los muertos.

Que el Nuevo Testamento enseña la resurrección, está libre de toda duda. Jesús asume que esto es verdad, cuando dice a los judíos que no solamente inviten a sus amigos ricos a un banquete, esperando ser invitados por ellos a su vez. También deben invitar a los necesitados, lo cual les será recompensado "en la resurrección de los justos" (Lucas 14:14). Los fieles muertos serán levantados de sus tumbas, y en ese momento recibirán su recompensa.

El apóstol Pablo dedica un capítulo entero a la seguridad de que los muertos serán levantados. Muestra especial interés en demostrar que si Cristo no resucitó de los muertos, entonces nadie más podrá hacerlo. En tal caso, "también los que durmieron en Cristo perecieron" (1 Corintios 15:18). (Observe lo que esto implica: si en este caso aun los creyentes en Cristo "perecieron", con mucha más razón perecerán los que no creyeron.)

Pero no existe duda alguna sobre esto, dice Pablo. Cristo realmente resucitó de los muertos (vea la impresionante lista de testigos oculares en los versículos 3-8 de este capitulo); de este modo Cristo "primicias de los que durmieron es hecho." En esto concuerdan Pablo y Daniel.

En el resto de este capítulo, Pablo declara que para los fieles muertos habrá un cambio de naturaleza después de su resurrección: "La carne y la sangre no pueden heredar el reino de Dios." Nuestra naturaleza actual es mortal y corruptible; pero cuando los muertos sean resucitados, deberán ser "transformados": "Porque es necesario que esto corruptible se vista de incorrupción, y esto mortal se vista de inmortalidad." Así se cumplirá la palabra: "Sorbida es la muerte en victoria" (50-54).

Hemos llegado a la clara verdad bíblica de que la recompensa de los justos no consiste en una existencia espiritual en algún otro lugar. Consiste en la seguridad de recibir en la resurrección un cuerpo incorruptible que no podrá corromperse y perecer como ocurre con nosotros actualmente, pues nunca más estará sujeto a la muerte. La razón de esto es muy importante: Dios tiene para los fieles un trabajo que hacer en el futuro.

Los que logren resucitar de la tumba andarán por el mundo como personas reales y tangibles, empeñados en la práctica tarea de iluminar a las naciones del mundo sobre las verdades de Dios, las cuales han sido ignoradas o pervertidas por muchos siglos. Este será el propósito del gobierno de Cristo sobre las naciones a su regreso, tal como la Biblia dice que lo hará.


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Sin embargo...


Sin embargo, ¿no hay algunos pasajes en el Nuevo Testamento que apoyan la idea de la supervivencia después de la muerte? Efectivamente, hay algunos pasajes, verdaderamente muy pocos, citados en tal sentido. Pero cuando se les examina cuidadosamente, se encuentra que están en armonía total con las enseñanzas del resto de la Biblia. Veamos algunos de los más conocidos.


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Infierno


En el Antiguo Testamento de la versión Reina-Valera de 1960 no aparece el término infierno. En su lugar se emplea la palabra hebrea Seol, que simplemente indica el lugar de los muertos, es decir, el sepulcro, en pasajes como los siguientes: (Jacob lamenta la pérdida de su hijo José): "Descenderé enlutado a mi hijo hasta el Seol." (Génesis 37:35; véase la nota en el margen inferior de la página bíblica) "En la muerte no hay memoria de ti; en el Seol, ¿quién te alabará?" (Salmos 6:5) "Porque en el Seol, adonde vas, no hay obra, ni trabajo, ni ciencia, ni sabiduría." (Eclesiastés 9:10)

(Una profecía acerca de Cristo): "No dejaras mi alma en el Seol, ni permitirás que tu santo vea corrupción." (Salmos 16:10)

Este último pasaje es citado por el apóstol Pedro en Hechos 2:31, usando el término griego «Hades» que significa lo mismo que el hebreo «Seol»: sepulcro.


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Gehena


Hay en el Nuevo Testamento una muy interesante palabra traducida "infierno" en la versión de 1960. Su equivalente griego es «Gehena». Esta palabra griega es dejada sin traducción en la versión de 1909, conocida como Antigua Versión.

Gehena era un lugar situado fuera de la ciudad de Jerusalén. Es muy valiosa la explicación que encontramos en el Léxico Griego-Inglés del Nuevo Testamento, escrito por Grimm y Thayer: "Gehena... el valle de lamentación... es el nombre de un valle al suroeste de Jerusalén, así llamado por el llanto de los niños que eran lanzados al interior de los brazos ardientes de Moloc, un ídolo con forma de toro. Los judíos aborrecieron el lugar después de que estos horribles sacrificios fueron abolidos por el rey Josías (2 Reyes 23:10), al grado de no solamente lanzar allí toda clase de basura, sino también los cadáveres de los animales y de criminales insepultos. En vista de que siempre debía haber fuego para consumir los cadáveres a fin de que el aire no se contaminara con la putrefacción, sucedió que el lugar fue denominado -Gehena de fuego-"

La palabra griega Gehena es usada 12 veces en el Nuevo Testamento, incluyendo 11 veces por Jesús mismo. He aquí un caso: "Si tu ojo te fuere ocasión de caer, sácalo; mejor te es entrar en el reino de Dios con un ojo, que teniendo dos ojos ser echado al infierno [Gehena], donde el gusano de ellos no muere, y el fuego nunca se apaga" (Marcos 9:47, 48; léase todo el pasaje).

Lo que Jesús quiere decir es lo siguiente: Si hay algo Ud. está haciendo con su mano, o algún lugar adonde va con sus pies, o algo que están viendo sus ojos, que pueda impedir su entrada en el reino de Dios, deje de hacerlo; de otra manera terminará siendo destruido con los malos en la muerte.

El gusano y el fuego son agentes que simbolizan la destrucción. No son eternos, pero continúan su trabajo hasta que todo es consumido. Por consiguiente Gehena viene a ser un símbolo del castigo de los malos en el último día. Se encontrará que todas las demás referencias al Gehena contienen la misma idea.


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El Alma


Los pasajes del Antiguo Testamento que ya fueron citados demostraron que "alma" significa la persona y su misma vida. El alma puede pecar y morir.

Jesús nos dice algo muy significativo. Después de explicar a sus discípulos que todo aquel que tenga la intención de ser uno de sus siervos fieles debe negarse a sí mismo, tomar su cruz y seguirle, agrega: "Porque todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí, la hallará. Porque ¿qué aprovechará al hombre, si ganare todo el mundo, y perdiere su alma? ¿O qué recompensa dará el hombre por su alma?" (Mateo 16:25,26).

El lector podría pensar que en este pasaje se han utilizado dos palabras distintas: vida y alma. En realidad no es así. En el texto griego encontramos la misma palabra [«psiqué»], que otras versiones traducen "vida" en los cuatro casos.

Otro pasaje frecuentemente citado es: "No temáis a los que matan el cuerpo, mas el alma no pueden matar..." Esto parece muy impresionante; pero la segunda parte del texto dice: "... temed más bien a aquel [es decir, Dios] que puede destruir el alma y el cuerpo en el infierno [Gehena]" (Mateo 10:28).

Entonces, el alma sí puede ser destruida. Lo que Jesús trata de explicar no es difícil de entender: Si un siervo fiel muere, volverá a obtener su vida en la resurrección de los muertos, tal como hemos visto. Pero el siervo infiel será totalmente destruido en la muerte, en el juicio simbolizado por la Gehena. Su alma o vida perecerá con él.


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El Rico y Lázaro


Si el lector no está familiarizado con este pasaje (Lucas 16:19-31), se le recomienda estudiarlo cuidadosamente antes de continuar.

El mendigo Lázaro muere y es "llevado por los ángeles al seno de Abraham." El rico muere, pero cuando está "en el Hades, en tormentos," puede ver "de lejos" a Lázaro en el seno de Abraham. Entonces ruega a Abraham que envíe a Lázaro "para que moje la punta de su dedo en agua y refresque mi lengua..." Pero su petición es rechazada: el que antes fuera rico debe sufrir su castigo. Además, dice Abraham, "una gran sima está puesta entre nosotros y vosotros," de modo que no es posible pasar de un lado al otro. El hombre rico pide entonces a Abraham que envíe a Lázaro a prevenir a sus cinco hermanos, a fin de que no sufran el mismo destino que él. Esta solicitud también es rechazada, en términos que consideraremos posteriormente.

Hay algunas características en esta narración que hacen imposible tomarla literalmente:

•El seno de Abraham como el lugar de los justos después de la muerte, idea que el resto de la Biblia desconoce totalmente. •La conversación entre Abraham, que goza de felicidad sublime, y el rico en el infierno. •La idea de que alguien pudiera ser enviado con agua de un lugar a otro para "refrescar la lengua" de un atormentado.

La convicción de que ésta no es una descripción literal del estado de los muertos, sino una especie de parábola o narración simbólica, se vuelve una realidad cuando nos damos cuenta de que todos estos detalles eran parte de la tradición de los fariseos de entonces, tal como Josefo, el historiador judío del primer siglo, lo demuestra en su Discurso sobre el Hades. Jesús estaba empleando algunas ideas de sus oponentes para confundirlos.

Sin embargo, en los últimos versos del pasaje es donde surge la posición real de Jesús. Cuando el rico pide a Abraham que envíe a Lázaro a prevenir a sus hermanos, Abraham replica: "A Moisés y a los profetas tienen; óiganlos." Entonces el hombre rico dice: "No, padre Abraham; pero si alguno fuere a ellos de entre los muertos, se arrepentirán" Abraham responde: "Si no oyen a Moisés y a los profetas, tampoco se persuadirán aunque alguno se levantare de los muertos"

Poco tiempo después se cumplió de manera impresionante este dicho. Jesús resucitó de los muertos a Lázaro, el verdadero Lázaro, hermano de Marta y María. El milagro creó sensación entre el pueblo; pero, lejos de "persuadirse," los líderes de los judíos solamente se volvieron más resueltos a matar a Jesús. Muy poco después de eso Jesús mismo resucitó de los muertos. A pesar de la poderosa evidencia de los testigos, las autoridades judías estaban determinadas a negar su resurrección y a rechazar su pretensión de ser el Hijo de Dios. No aceptaron realmente las enseñanzas de sus propias Escrituras, "Moisés y los profetas" y no aceptaron la pretensión de Jesús de ser el esperado Mesías.

Este es el sentido completo de la parábola del rico y Lázaro. Demuestra perfectamente la idea que Jesús quería enseñar. No tiene nada que enseñarnos acerca del estado de los muertos. Debemos ver la evidencia bíblica en su totalidad.


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El Ladrón en la Cruz


El relato se encuentra en Lucas 23:39-43. Jesús cuelga de la cruz. Uno de los dos ladrones crucificados con él confiesa que está siendo condenado con justicia; pero "éste [Jesús] ningún mal hizo" Luego, volviéndose a Jesús, le dice: "Acuérdate de mí cuando vengas en tu reino" (23:42).

Esta es una petición asombrosa. Veamos lo que implica:

•Para el ladrón, Jesús era un rey. •El ladrón esperaba que Jesús sobreviviera a la crucifixión. •En algún tiempo futuro, Jesús vendría en su reino. •En aquel tiempo, Jesús podría acordarse de él y devolverle la vida.

Todo esto concuerda totalmente con las enseñanzas del Nuevo Testamento. Veamos ahora la respuesta de Jesús. Una traducción literal del texto griego nos dice: "de cierto te digo, hoy estarás conmigo en el paraíso"

Esta es, en realidad, la forma en que las letras griegas aparecen en los manuscritos más antiguos: todas son mayúsculas; las palabras no están separadas; no hay puntuación.

¿Cómo se puede entender la respuesta de Jesús? ¿Así? "De cierto te digo, [que] hoy estarás conmigo en el paraíso" ¿O así? "De cierto te digo hoy, [que] estarás conmigo en el paraíso".

(Nota del traductor: La palabra "que" que encontramos en la versión Reina-Valera no existe en el texto griego original. El traductor la introduce (según su propio criterio) para completar el significado del texto.)

Gramaticalmente, ambas formas son posibles. La conjunción "que" puede ser introducida en ambas posiciones. Sin embargo, esto producirá diferencia en el significado de la respuesta de Jesús. Pero examinemos otras consideraciones.

Jesús estaba usando la palabra "hoy" de una manera muy conocida en el idioma hebreo del Antiguo Testamento para reforzar una afirmación. He aquí tres ejemplos tomados de un solo capítulo: "Yo pongo hoy por testigos al cielo y a la tierra... Aprende pues, hoy, y reflexiona en tu corazón... Guarda sus estatutos y sus mandamientos, los cuales yo te mando hoy..." (Deuteronomio 4:26, 39, 40)

Declarar algo "hoy" equivalía a hacer una afirmación solemne con plena seguridad de su certeza. Expresiones similares ocurren 42 veces solamente en el libro de Deuteronomio. Así que Jesús estaba usando una forma hebrea muy conocida para subrayar la seriedad de sus palabras: "Te digo hoy..." El ladrón podía estar seguro de que lo que Jesús estaba prometiendo, realmente tenía que suceder.

¿A dónde fue Jesús en ese día? No fue a la gloria en los cielos, sino que fue a la tumba, tal como él mismo había profetizado a los escribas y fariseos: "Estará el Hijo del Hombre en el corazón de la tierra tres días y tres noches" (Mateo 12:40). "Corazón" es un modismo hebreo para expresar "en medio" Jesús estaba dando a entender que estaría en el sepulcro.

¿Que debemos entender por "paraíso"? Una vez más debemos cuidar de que nuestro entendimiento surja de la Biblia misma y no de las tradiciones humanas. La palabra "paraíso" viene del idioma persa y significa simplemente un jardín, parque o arboleda. En el Antiguo Testamento es traducida bosque, huerto y paraíso (Nehemías 2:8; Eclesiastés 2:5; Cantares 4:13), refiriéndose en los tres casos a lugares terrenales. Describiendo el futuro reino de Dios en la tierra, Isaías declara que llegará el tiempo en que "consolará Jehová a Sion...cambiará su desierto en paraíso, y su soledad en huerto de Jehová" (51:3).

La profecía de Isaías se refiere a la futura prosperidad y fertilidad de la tierra prometida. Así, pues, el "paraíso" de la Biblia es el nuevo reino de paz y gozo que Cristo establecerá cuando regrese a la tierra para establecer su reino, tal como esperaba el ladrón. Entendido de esta manera, el pasaje concuerda completamente con la enseñanza de toda la Biblia.

El pequeño número de otros pasajes que algunas veces son utilizados para apoyar la idea de la supervivencia del alma después de la muerte, se encontrarán, después de un cuidadoso examen, totalmente acordes con el resto de la Escritura.


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¿Por qué tan extendida?


Bien podría preguntarse: si la supervivencia del alma o espíritu después de la muerte no es enseñada en la Biblia, ¿cómo ha llegado a ser tan extensamente creída entre la gente religiosa?

La explicación es simple. La idea de la supervivencia era común en todas las religiones paganas de la antigüedad. Reflejaba una común ansiedad de la mente humana, el deseo de vivir para siempre. Sin embargo, el rechazo de esta creencia falsa fue un rasgo distintivo del cristianismo del primer siglo.

Los primeros cristianos comprendían la naturaleza perecedera de la humanidad. Esperaban la nueva vida prometida por el evangelio, no en el momento de su muerte personal sino al regreso de Cristo, cuando los fieles santos serían resucitados de sus tumbas. A medida que el tiempo avanzaba, ocurrieron en el mundo romano "conversiones en masa" de antiguas naciones paganas. Muchos convertidos inevitablemente conservaron consigo sus ideas paganas. Más tarde, los líderes de la Iglesia Cristiana buscaron armonizar sus enseñanzas con las ideas de los filósofos griegos. Entre éstos últimos era común la idea de la inmortalidad del alma.

No obstante, dondequiera que haya habido un intento serio de descubrir lo que la Biblia realmente enseña, también ha habido un retorno a las creencias de los primeros cristianos. Tal retorno ocurrió durante la Reforma en Europa durante los siglos XVI y XVII. En tiempos más recientes, la verdad ha sido reconocida abiertamente por distinguidos teólogos.

En 1897, B. F. Westcott, Profesor de Teología de la Universidad de Cambridge, comentando sobre 2 Timoteo 1:10, escribió: "El punto central de nuestro credo... no es la inmortalidad del alma, sino la resurrección del cuerpo. Nuestro Salvador trajo a la luz la vida y la incorrupción (no la inmortalidad)... Con esta verdad en la mente, podemos ver la fuerza de las palabras de Pablo: "El Señor Jesucristo, el cual transformará el cuerpo de la humillación nuestra" (Filipenses 3:20,21)" (Algunas Lecciones de la Versión revisada del Nuevo Testamento, página 192).

En 1924 El obispo Gore (de Londres) escribió: "Creo... que, en la doctrina de la naturaleza humana, la idea de que el alma del hombre es en su esencia incorruptible y, por consiguiente, inmortal... se deriva de la filosofía griega y no de la Escritura" (El Espíritu Santo y la Iglesia, página 288, nota al pie de la página).

Consternada por la extensión del ateísmo en los años de la guerra, la Iglesia de Inglaterra estableció una comisión bajo la presidencia del obispo de Rochester. Miembros de muchas comunidades religiosas tomaron parte. El reporte, Hacia la Conversión de Inglaterra, publicado en 1945, contiene en la página 23 el siguiente párrafo: "La idea de la indestructibilidad inherente del alma humana (o conciencia) debe su origen a los griegos, y no a las fuentes bíblicas. El tema central del Nuevo Testamento es la vida eterna, no para todos y cada uno, sino para los creyentes en Cristo que hayan resucitado de los muertos"

Estas son afirmaciones verdaderamente asombrosas. Todo lo que hemos estado buscando en las Escrituras se confirma aquí. Los hombres y las mujeres no sobreviven automáticamente a la muerte. Por naturaleza todos perecen en el sepulcro. Los que lleguen a obtener vida eterna lo lograrán como resultado de la resurrección de la tumba, a la venida de Cristo.


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El mensaje vital


En nuestro breve resumen de la enseñanza de la Biblia sobre el importante tema de la muerte obtenemos una conclusión clara: el mensaje que contiene es vital para nosotros, pues si no lo tomamos en cuenta pereceremos. Esta es la razón por la que el mensaje de la Biblia es llamado "el evangelio", es decir, "las buenas nuevas" Pablo demuestra lo esencial que es este mensaje al recordar a sus lectores en Corinto: "el evangelio que os he predicado... por el cual asimismo, si retenéis la palabra que os he predicado, sois salvos..." (1 Corintios 15:1-2)

A los romanos escribió: "No me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree..." (Romanos 1:16)

¡Cuánto necesita nuestra raza perecedera estas "buenas nuevas"! Maravillosa cosa es que este mensaje de vida aún existe entre nosotros, pues aquí está, en las páginas de la Biblia y en las mismas palabras de Jesús y sus apóstoles. Hagámonos el propósito de conocer estas "palabras de vida" mientras aún tenemos la oportunidad, ya que es nuestro propio futuro el que está en juego.


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Este es el verdadero punto de vista bíblico sobre la naturaleza del hombre

[email protected]


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Danikaze
 
Estimado Danizake, no comparto con usted su teoria,se lo voy a resumir asi,si esta misma teoria se aplica a Dios, entonces Dios no tiene Espiritu,El entonces lo que posee es un cuerpo inmortal,veo una contradiccion ahi, ademas fijese, que Santo Espiritu ,siempre se escribe en Griego y traducido al español seria Santo Aliento,entonces eso es Dios Un Aliento, o este Aliento se refiere a un ser Espiritual, quizas sea solamente el Nombre lo que da a malinterpretar esta Realidad,y si esto es cierto,entonces aliento igual espiritu,es una mala traduccion o es para que se engañen aquellos que contradicen el mensaje espiritual de Dios,ya que aliento en verdad seria la parte inmortal del hombre,como El Santo Aliento es lo Inmortal de Dios,porque si no lo cree asi,tiene que asumir que Dios,realmente no tiene Espiritu Santo,porque su teoria se debe aplicar a Dios tambien.
Espero que asi como yo le entiendo su teoria,aunque no lo creo asi, usted me entienda,lo que digo tambien
bendiciones.
 
Estimado JULIO:

¿Y dónde ha visto usted que la naturaleza de DIOS pueda compararse a la del HOMBRE?
Ningún cristiano podría sostener eso. Dios no peca. Dios es Creador, no criatura. Dios es Omnipotente, el hombre no. Dios puede dar la vida, y El puede quitarla.

[email protected]

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Danikaze
 
Danikaze...acogiendome a su frase...

"En resumen, ni el fuego ni el alma es eterna como la mayoría de las profesas iglesias cristianas lo sostienen."

Considere que la Biblia y no otro libro dice:

"El puso eternidad en el corazón de ellos"

Mire,si el infierno no es eterno ,entonces el Cielo tampoco lo es,y si el Cielo no es Eterno Dios tampoco lo sería;mas como Dios es Eterno,el cielo tambien lo es así como el infierno;sin lugar a dudas.

Reciba un cordial saludo.
 
Estimado Danizake, se lo dije desde el principio que alma es un nombre solamente que se le da al ser viviente,y estabamos de acuerdo en eso nada mas,pero si usa esta verdad para probar una mentira,eso si esta mal,porque si usted aplica esta verdad para su teoria que el hombre es solamente materia,porque no la aplica a Dios tambien, ya que las mismas palabras en griego para desifrar espiritu se usa tanto para Dios, como para el hombre.
Y aunque no lo acepte ahora usted lo dejo ver asi,en publico,ademas no seria honesto aceptar su teoria aplicada al hombre,y favoreser a Dios,eso seria descriminacion no lo cree?.
bendiciones.
 
A muchas personas les parece que el infierno como castigo para los réprobos es una injusticia de parte de Dios, y se preguntan: ¿Cómo será posible que las personas ardan eternamente sin consumirse?

La idea de un infierno eterno, donde se dice que existen las más terribles formas de sufrimiento mental y físico por toda la eternidad, es un concepto heredado de la mitología pagana, cargada de dioses tiranos, vengativos y crueles. Lamentablemente esa equivocada idea comenzó a introducirse en el ambiente cristiano y finalmente se la aceptó. Cuando se comenzó a traducir la Biblia a los diferentes idiomas, las palabras hebreas y griegas que se referían al sepulcro o lugar donde descansan los muertos, en muchas ocasiones fueron traducidas por "infierno", lo cual es un error que confunde al estudiante bíblico. Algunas reflexiones nos ayudarán a entender la enseñanza bíblica sobre el particular.

De acuerdo con nuestra limitada y humana manera de entender la justicia, comprendemos que las equivocaciones de los hombres deben ser pagadas con penas carcelarias o materiales, y aveces hasta la vida, en conformidad con la pena cometida. Acusamos de tiranos, deshumanizados o hasta de criminales a los que además de encarcelar al culpable le aplican castigos físicos o de cualquier orden, y más si lo hacen constantemente. Consideramos que van contra los derechos humanos que Dios ha dado a cada ser. Sin embargo, con la doctrina del infierno eterno, como lo conocen la mayoría, le estamos endosando a Dios la monstruosidad de encarcelar a los pecadores en un lugar donde hay toda clase de espantosas penas físicas, terribles sufrimientos morales y espirituales en un ambiente aterrador, con el agregado que los réprobos padecerán esas condiciones inenarrables por los siglos de los siglos sin fin. ¿Será esa injusticia la justicia de Dios? De ninguna manera. Creo que de las doctrinas erradas esta es la más que denigra el carácter de Dios, y pone al diablo a saltar de gozo en una pata.

La Biblia nos enseña que cuando Dios permite el sufrimiento o alguna prueba al ser humano, es para purificar su fe (1 Pedro 1: 6,7). Que su amor nunca admite que las pruebas sean mayores que las que podamos soportar (1 Cor. 10: 13). Que nos disciplina porque nos ama y quiere prepararnos para la salvación, y que cuando deja disciplinar a alguien , es porque ya nada se puede hacer por él(Heb. 12: 4 - 11). Además se hace claro que Dios no quiere que nadie perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento (2 Ped. 3: 9).

Frente a este breve esbozo del carácter y proceder de Dios para con el pecador, preguntamos: ¿Qué objeto tendría el hacer sufrir a los impenitentes en un infierno eterno? Para esas pobres criaturas endurecidas por el pecado que ya no buscarán arrepentimiento, ¿qué objeto tendría el sufrimiento eterno? ¿Acaso sentirá Dios placer en hacer sufrir a los malos por la eternidad? Jesús dijo que pagará a cada uno según sus obras (Mat. 16: 27). ¿Será ése un pago conforme a sus obras? ¿Será justo que unos pocos años de vida equivocada, tengan que pagarse con sufrimientos que se prolonguen por la eternidad?

Las Escrituras enseñan que el fuego final será purificador (2 Ped. 3: 10-13). Que cuando llegue ese día "ardiente como un horno…todos los soberbios y todos los que hacen maldad serán estopa; aquel día que vendrá los abrasará, ha dicho Jehová de los ejércitos, y no les dejará ni raíz ni rama"(Mal. 4: 1,3).

Con esto entendemos que los que amaron el pecado, junto con el diablo y sus demonios, serán destruidos para siempre. No existirá un lugar en el universo de Dios donde los rebeldes vayan a vivir sufriendo por la eternidad. La triste historia del pecado terminará, y terminarán los que amaron más el pecado que el bien. Dios no inmortalizara el pecado ni el dolor por los siglos de los siglos. El lo eliminará para siempre de toda su creación, de todo su universo (que lo abarca todo: dimensiones, tiempo, espacio, etc.). Como tan claramente lo expone Juan en el Apocalipsis: "Secará (Dios) todas las lagrimas de ellos, no habrá más muerte, NI LLANTO, NI LAMENTO, NI DOLOR; <<<PORQUE TODO LO QUE ANTES EXISTIA HA DEJADO DE EXISTIR>>> (el pecado, los pecadores, la muerte, el dolor, los lamentos, nuestro archienemigo el diablo con sus secuaces, este sistema de cosas como lo conocemos, etc.) El que estaba sentado en el trono dijo: "Yo hago nuevas todas las cosas." Y también dijo: "Escribe, porque estas palabras son verdaderas y dignas de confianza." (Apocalipsis 21: 4,5 Versión Dios Habla Hoy).
 
<BLOCKQUOTE><font size="1" face="Helvetica, Verdana, Arial">Comentario:</font><HR>Originalmente enviado por JAFE:
Gracias por tu aportación, la cual comento;
Ahí dice cuerpo y alma o alma y cuerpo, o sea carne, no dice espíritu bendecido Jetonius, en otras palabras corrobora que la gehena (crematorio judío en las afueras de Jerusalén) fué para las carnes. Tal como sucedió en la Parousía.

¿Habrá algún otro verso, Jetonius y demás foristas?
Saludos


[/quote]

Estimado Jafe:
Antes de proveer otros versículos, me gustaría que elaboraras un poco más la ecuación cuerpo + alma = carne.

Lo digo porque si lo que dices fuese cierto, resultaría difícil de entender el dicho de Jesús:
"No temáis a los que matan el cuerpo pero no pueden matar el alma"
Si carne = cuerpo + alma, entonces los que destruyen la carne y matan el cuerpo decididamente sí podrían matar el alma. Esto es exactamente lo opuesto de lo dicho por Jesús.

Bendiciones en Cristo,
Jetonius
 
<BLOCKQUOTE><font size="1" face="Helvetica, Verdana, Arial">Comentario:</font><HR>Originalmente enviado por Jetonius:
Estimado Jafe:
Antes de proveer otros versículos, me gustaría que elaboraras un poco más la ecuación cuerpo + alma = carne.

Lo digo porque si lo que dices fuese cierto, resultaría difícil de entender el dicho de Jesús:
"No temáis a los que matan el cuerpo pero no pueden matar el alma"
Si carne = cuerpo + alma, entonces los que destruyen la carne y matan el cuerpo decididamente sí podrían matar el alma. Esto es exactamente lo opuesto de lo dicho por Jesús.

Bendiciones en Cristo,
Jetonius
[/quote]

Estimado y bendecido Jetonius;
Si tu ecuación es cuerpo=carne, claro que te será difícil de entender.
Pero si aplicamos los términos como Jesús los aplica, ahí no dijo"carne", dijo cuerpo, entonces te será más fácil entenderlo. En ningún momento menciona a los que pueden matar el cuerpo como los que podrían matar la carne, ya que el único que mataría el cuerpo y alma(o sea carne) en la gehenna, sería Dios mismo, en su venida.
Te lo pondré en otras palabras: Alguien le puede meter cualquier cantidad de tiros en los puntos vitales a otro, puntos afectados con los cuales cualquier médico o científico declararía sin duda el cuerpo muerto, su muerte física, pero el ÜNICO, que quita la vida, mata el cuerpo y el alma es DIOS. Ya que la vida podría continuar, si Dios lo quisiera, aún con todos los puntos vitales del cuerpo afectados. Y han existido y existirán muchos casos de estos.
Con amor inalterable


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Jacobo Arends
[email protected]
 
<BLOCKQUOTE><font size="1" face="Helvetica, Verdana, Arial">Comentario:</font><HR>Originalmente enviado por Danikaze:
Estimado JAFE Y DEMAS FORISTAS:

Nunca entenderé otra cosa que no sea lo que la Biblia señala. Soy sincero, y si se me demuestra que estoy equivocado lo aceptaré. No estoy y jamás estaré en contra de ninguna religión; sólo estoy por la verdad. A continuación transcribiré el verdadero punto de vista cristiano sobre qué ocurre después de la muerte, basado en estudios teológicos serios. Es mi oración que toda la verdad pueda llegar al corazón de todo lector sincero.
[/quote]

Estimado Danikaze:
Teniendo en cuenta tu compromiso con la Palabra de Dios, y tu declaración de que si se te demuestra que estás equivocado lo aceptarás, someto a tu consideración las siguientes reflexiones. Me descorazona un poco, debo confesarte, que luego de tus declaraciones iniciales afirmas con mucha seguridad que lo que transcribes a continuación es "el verdadero punto de vista bíblico"; lo cual da la impresión de que es un asunto ya decidido.
De todos modos, por lo que valga, ahí va.
Que Dios te bendiga,
Jetonius

Sobre el estado intermedio entre la muerte y la resurrección físicas


EL SIGNIFICADO DE LAS PALABRAS NEFESH Y PSYJE ES AMPLIO, Y EN CADA CASO DEBE DETERMINARSE POR EL CONTEXTO

El vocablo hebreo néfesh y el equivalente griego psyjé, vertidos con frecuencia “alma” tienen una amplitud de significado que impide que sean traducidos de manera uniforme toda vez que aparecen en la Biblia.
Néfesh puede significar “ser viviente”, como en Génesis 2:7 y Ezekiel 18:4. Pero también puede significar “hambre”, “necesidad”, “anhelo”, “aspiración”, etc. En Génesis 3:19 significa “alimento” y en Levítico 17:11, “principio vital”. La amplitud de psyjé es semejante, y si siempre significase “ser viviente” los siguientes pasajes, entre otros, serían ininteligibles:
“cuerpo, alma y espíritu” (1 Tesalonicenses 5:23)
“palabra viva” o eficaz (Hebreos 4:12)
“cuerpo y alma” (Mateo 10:28)
“las almas de los muertos” (Apocalipsis 6:9)

Tanto néfesh como psyjé se emplean a menudo para denotar el yo psicológico consciente del hombre.
Néfesh: Génesis 27:4; Exodo 23:9; Números 24:5; Deuteronomio 4:9; Jueces 10:16; Job 10:1; 1 Samuel 4:9; 2 Crónicas 6:38; Salmos 6:3; 10:3; 42:1-5; 103:1; 123:4; Proverbios 13:9; 21:10; Eclesiastés 6:2; Isaías 10:18; 58:5-11; Jeremías 6: 8-16; Zacarías 11:8
Psyjé: Mateo 10:28; 26:38; Marcos 8:36; Lucas 1:46; 12: 18-20; Juan 10:24; Tito 1:15; Hebreos 6:19; 8:10; 10:39; 1 Pedro 2:11; Apocalipsis 6:9-11; 18:4; 20:4.

Existe una estrecha vinculación entre el concepto de “alma” (néfesh, psyjé) y el de espíritu (hebreo ruaj, griego pneuma). El espíritu podría describirse como el principio de vida inteligente en el hombre, que le hace asemejarse a Dios (Génesis 2:7; 1 Corintios 2:11). De modo que el carácter personal del hombre depende de su espíritu, pero su personalidad individual y concreta constituye su alma. Desde luego, existe superposición entre los conceptos de alma y de espíritu, al punto que a veces son identificados entre sí: Exodo 6:9; Job 7:11; Isaías 26:9.

En honor a la verdad, la Biblia no afirma explícitamente la inmortalidad del alma humana. En realidad dice que solamente Dios es inmortal en sí mismo: 1 Timoteo 1:17; 6:16; 2 Timoteo 1:10. Sin embargo, la Escritura sí enseña la continuidad de la existencia humana más allá de la tumba. En la muerte física, el alma se separa del cuerpo, y el espíritu humano sobrevive: Génesis 35:18; 1 Reyes 17:22; Job 32:8; Eclesiastés 12:5-7; Salmo 31:6, Lucas 23:46; Hechos 7:59; Mateo 10:28; Apocalipsis 6:9; 20:4-6.
Es verdad que diversos textos del Antiguo Testamento, como Eclesiastés 3:18-20 y Salmo
6:5, 115:17 indican que los muertos son en un sentido “semejantes a las bestias” y no alaban a Dios. Pero esto es desde la perspectiva terrestre. En particular, el autor de Eclesiastés indica esta perspectiva terrenal al preguntar: “¿Quién sabe si el espíritu de los hijos de los hombres sube a lo alto, y el espíritu del animal baja a lo hondo de la tierra?” (3:21). Pero él mismo responde esta duda al final del libro, donde declara la perspectiva divina: “Acuérdate de tu Creador ... antes que el polvo vuelva a la tierra, como era, y el espíritu vuelva a Dios que lo dio.” (12:1,7).
“La ignominia final es retornar al polvo. Una vez más (cf. 3:20) el Predicador alude a diferentes aspectos de la naturaleza del hombre. El polvo es de lo que está hecha la tierra. La palabra enfatiza el origen terrenal de la humanidad (Génesis 2:7; 3:19; Job 10:9) y la debilidad física (Salmo 103:14). Retornar al polvo es ir en reversa de Génesis 2:7 y tornarse un cadáver, que a su vez es pasible de más deterioro. Es no estar más animado por el aliento que viene de Dios (cf. Job 34: 14-15).
El espíritu humano es el principio de vida inteligente y responsable. Su retiro constituye el fin de la vida terrenal y acarrea la disolución del cuerpo (cf. Salmos 22:15; 104:29). Su retorno a Dios no se desarrolla. Se coloca, empero, en contraste con ‘retornar al polvo’, la disolución del cuerpo, y por tanto no puede referirse a ésta, porque se coloca en oposición a ella. Reitera el contraste entre ‘hacia arriba’ y ‘hacia abajo’ de 3:20 y de la ‘tierra’ y el ‘cielo’ de 5:2. El término sugiere, por tanto, la continuidad de la existencia; pero debemos aguardar hasta la luz del Nuevo Testamento para que se den detalles (cf. 2 Timoteo 1:10).” Michael A. Eaton, Ecclesiastes, an Introduction and Commentary (Tyndale OT Comm. # 16. Downers Grove: InterVarsity Press, 1983, p. 150-151).

LA MUERTE NO ES LA SIMPLE ANIQUILACIÓN O CESE DE LA EXISTENCIA

Varios textos hacen referencia a los difuntos como los que “duermen”, lo cual implica un estado de inconciencia con respecto a los asuntos terrenales: Daniel 12:1-2; Mateo 5:39; 27:52; Juan 11:11; Hechos 7:60; 1 Corintios 11:30; 15: 18, 20, 51; 1 Tesalonicenses 4:13-15, etc. Sin embargo, la imagen también implica la transitoriedad de dicho estado.
Si bien los vocablos empleados con referencia a la morada de los muertos, seol (hebreo) o hades (griego) pueden ocasionalmente traducirse en el sentido de un destino “final” y superponer su significado con el de “sepulcro”, ocurre que tanto el hebreo como el griego poseen palabras específicas para nombrar la tumba o sepulcro; respectivamente kéber y mnema o mnemeion.
El uso de estas palabras es diferente del empleo de seol o hades. Por ejemplo, hay numerosas referencias al kéber o mnema de tal o cual persona, pero nunca a su seol o hades. Todos los muertos tienen un sepulcro, pero ninguno tiene un seol o hades. En un caso se trata de la tumba o lugar de reposo del cuerpo, y en el otro de un lugar de subsistencia espiritual de ultratumba.
Seol: Job 33:24 ; Salmo 16:10; 30:9; Amós 9:2; Isaías 14:9-15; Ezekiel 32: 21-31
Kéber: Exodo 14:11; Números 19: 16,18; 2 Samuel 3:32; 19:37; 1 Reyes 13:30; 14:13; Jeremías 8:1; 26:23
Hades: Mateo 12:40; Efesios 4:9-10; Hechos 2:27
Mnema, mnemeion: Mateo 23: 39; 27: 52-53; Lucas 11:44; Juan 5:28; 11:17; 12:17

Perecer no significa dejar de existir por completo. Por ejemplo, se nos dice que el mundo antiguo pereció en el diluvio, pero por cierto no fue aniquilado; de igual modo, el actual mundo ha de perecer, lo que no implica su futura desaparición, sino su transformación (2 Pedro 3:6,13; Hebreos 1:11; cf. Apocalipsis 21:1).
La Biblia no se refiere a la muerte como al simple cese de la existencia, sino más bien como a una separación. Entre las palabras que se emplean para describirla hay términos que sugieren fuertemente esta idea, como el hebreo maveth (Génesis 25:11) y el griego anairesis (Hebreos 8:1). Siempre dentro de esta noción de separación, puede considerarse una muerte espiritual , una muerte física y una muerte segunda. La muerte espiritual fue experimentada primeramente por Adán cuando pecó y fue expulsado de la presencia de Dios; ese día, ciertamente murió (Génesis 2:16-17; cf. 3: 22-24). Todo ser humano está muerto en sus pecados, separado de Dios; pero puede pasar de muerte a vida por la fe en Jesucristo: Mateo 8:22; Juan 5:24-25; Romanos 4:17; 5: 12-21; 6:13; Efesios 2: 1-5 ; 1 Pedro 2:24. Cuando Jesús declaró solemnemente: “De cierto, de cierto os digo que si alguno guarda mi palabra, no verá jamás la muerte” (Juan 8:51) es obvio que no se refería a la muerte física.
La muerte física es la separación entre el cuerpo y el alma. Ya en el Antiguo Testamento se indicaba que los muertos subsistían en alguna forma, hasta tal punto que se prohibía expresamente invocarlos. En la muerte física el alma se separa del cuerpo, pero puede retornar a éste si la persona resucita. Además se enseña que los justos estarán con Dios aunque sus cuerpos se corrompan. Ver Isaías 8:19; 14:9-10; Levítico 19:31; 20: 6, 27; Deuteronomio 18: 10-12; Salmo 73: 24-26; Job 19: 25-27.
La enseñanza del AT es ratificada y ampliada en el NT: Mateo 27:50; Lucas 23:46; Hechos 7:59; cf. 2 Corintios 12:1-5. Santiago 2:26 dice, como algo obvio y conocido por todos, que el cuerpo está muerto sin el espíritu: “Porque así como el cuerpo sin el espíritu está muerto, así también la fe sin obras está muerta.”
La muerte segunda solamente se menciona por tal nombre en Apocalipsis (2:11; 20:6,14; 21:8). Nuevamente está implícita la idea de separación, en este caso eterna. La muerte segunda sigue a la resurrección física y al juicio de los impíos, e involucra la eterna separación de Dios, en cuerpo y alma (cf. Mateo 10:28).
Para los hombres, Abraham murió (Juan 8:58) pero Jesús dijo que los patriarcas Abraham, Isaac y Jacob.estaban vivos para Dios, quien “no es Dios de muertos, sino de vivos; porque para él todos viven.” (Lucas 20:38).
Además de las pruebas de carácter general, diversos episodios bíblicos hablan de la vida después de la muerte.

Moisés y Elías presentes en la transfiguración

En la transfiguración de Jesús , tanto Mateo como Marcos y Lucas dan testimonio de que Moisés y Elías se presentaron y hablaron con el Señor (Mateo 17:3 y paralelos), lo cual prueba que continuaban existiendo. Aunque se arguya que Elías, como Enoc, no pasó por la muerte física, no ocurre otro tanto con Moisés (Deuteronomio 32).

El rico y Lázaro

En la narración sobre el rico y Lázaro (Lucas 16:19-31) , Jesús enseñó la persistencia de la conciencia más allá de la muerte física. Ni Jesús ni Lucas dicen o insinúan que se trate de una parábola. Si bien el capítulo comienza con una parábola, la cual es identificada como tal (16:1-12), luego el Señor enseña sobre diversos asuntos, como la imposibilidad de servir a dos amos, el anuncio del Evangelio, la vigencia de la Ley y el divorcio. A continuación, sin solución de continuidad, viene esta narración. Además, en ninguna parábola se menciona un nombre propio, como sí es el caso de Lázaro (Eleazar = Dios ayuda). De todos modos, ya que las parábolas se basaban en acontecimientos reales o al menos posibles, muchos de ellos de la vida cotidiana, aún si se toma como parábola la narración ello no implica que la narración sea una mera ficción didáctica. La expresión “el seno de Abraham” es traducida por varias versiones como simplemente “al lado de Abraham”, en un lugar de honor junto al padre de los hebreos (cf. Mateo 8: 11 y Juan 13:23). Así Lázaro disfruta ya de todo cuanto le fue negado en vida, en tanto que el rico sufre en el Hades por sus pecados. Esta es una de las enseñanzas claves de la narración. La segunda tiene que ver con la incredulidad: los que no escuchan a Moisés y los profetas, no creerán ni aunque resuciten los muertos. Esta verdad quedó dramáticamente demostrada con la reacción de los dirigentes judíos cuando Jesús resucitó al otro Lázaro (Juan 11).

El primer mártir de la Iglesia encomendó su espíritu a Cristo

“Oyendo estas cosas, [los judíos] se enfurecían en sus corazones y apretaban sus dientes contra él. Pero Esteban, lleno del Espíritu Santo, puestos los ojos en el cielo, vio la gloria de Dios y a Jesús que estaba a la diestra de Dios, y dijo: «Veo los cielos abiertos, y al Hijo del hombre que está a la diestra de Dios»... Mientras lo apedreaban, Esteban oraba y decía: «Señor Jesús, recibe mi espíritu».” (Hechos 7:54-56, 59).

Los espíritus de los justos ya está en presencia de Dios

El autor de Hebreos contrapone el terror de los israelitas en el monte Sinaí con la esperanza gozosa de los cristianos, en estos términos:
“Vosotros, en cambio, os habéis acercado al monte Sión, a la ciudad del Dios vivo, Jerusalén la celestial, a la compañía de muchos millares de ángeles, a la congregación de los primogénitos que están inscritos en los cielos. Os habéis acercado a Dios, juez de todos, a los espíritus de los justos hechos perfectos, a Jesús mediador del nuevo pacto, y a la sangre rociada que habla mejor que la de Abel.” (Hebreos 12:22-24)
Para el presente propósito, nos interesa el hecho de que aquí “los espíritus de los justos hechos perfectos” se hallan ya en Jerusalén la celestial, en presencia del Padre, del Hijo y de sus ángeles. Es cierto que aguardan una “mejor resurrección” (Hebreos 11:35), pero ya han sido perfeccionados para estar en la presencia de Dios.
“Algunos comentadores son de la opinión de que estos espíritus pertenecen a creyentes del Antiguo Testamento; otros piensan que el escritor se refiere a santos del Nuevo Testamento que han fallecido. Pero todos los creyentes tanto de los tiempos del Antiguo como del Nuevo Testamento, quienes han sido trasladados a la gloria, son declarados justos. Ellos han sido hechos perfectos sobre la base de la obra de Cristo; él es “el autor y consumador de nuestra fe” (Hebreos 12:2).
“¿Cuál, entonces, es la relación entre los santos en la tierra y los santos en el cielo? Los santos en gloria han sido perfeccionados porque son librados del pecado. Sus almas son perfectas; sus cuerpos aguardan el día de la resurrección. En principio, los creyentes en la tierra comparten la perfección que Cristo da a su pueblo. Ellos gozan la perspectiva de reunirse con la asamblea de los santos en el cielo. Sólo la muerte separa a la Iglesia de debajo de la Iglesia de arriba. Cuando ocurre la muerte, el creyente obtiene el cumplimiento de la obra expiatoria de Cristo (Hebreos 2:10).” Simon J. Kistemaker, “Exposition of the Epistle to the Hebrews. NT Commentary. Grand Rapids: Baker Book House, 1984, p. 394-395).

Juan vio las almas de los difuntos en Cristo

En el Apocalipsis, Juan describe la siguiente visión:
“Cuando el Cordero abrió el quinto sello, vi debajo del altar las almas de los que habían sido muertos a causa de la palabra de Dios y del testimonio que habían mantenido; y clamaban a gran voz, diciendo: «¿Hasta cuándo, oh Señor, santo y verdadero, esperarás para juzgar y vengar nuestra sangre de los que moran en la tierra? Y se les dio a cada uno una vestidura blanca; y se les dijo que descansaran un poco más de tiempo, hasta que se completara también el número de sus consiervos y de sus hermanos que habrían de ser muertos como ellos lo habían sido.” (6: 9-11; Biblia de las Américas).
Aquí las almas de los muertos no sólo están conscientes, sino que claman a Dios.

Pablo declara que daremos cuenta de lo que hicimos “en el cuerpo”

En 2 Corintios 5: 1-9 Pablo declara:
“Porque sabemos que si la tienda terrenal que es nuestra morada, es destruida, tenemos de Dios un edificio, una casa no hecha de manos, eterna en los cielos. Pues en verdad, en esta morada gemimos, anhelando ser revestidos con nuestra habitación celestial; y una vez vestidos, no seremos hallados desnudos. Porque asimismo, los que estamos en esta tienda, gemimos agobiados, pues no queremos ser desvestidos, sino vestidos, para que lo mortal sea absorbido por la vida. Y el que nos preparó para esto mismo es Dios, quien nos dio el Espíritu como garantía. Por tanto, animados siempre y sabiendo que, mientras habitamos en el cuerpo, estamos ausentes del Señor (porque por fe andamos, no por vista); pero cobramos ánimo y preferimos más bien estar ausentes del cuerpo y habitar con el Señor . Por eso, ya sea presentes o ausentes, ambicionamos serle agradables.” (Biblia de las Américas)
Aquí Pablo habla del cuerpo como de una morada, y definidamente habla de la posibilidad de estar presentes ante el Señor “ausentes del cuerpo.” A continuación agrega que todos seremos juzgados por Cristo para dar cuenta de lo que hicimos “por medio del cuerpo” (v. 10). Todo esto indica la persistencia de la personalidad más allá de la muerte física.
En el mismo sentido, aunque de manera transitoria, la separación entre lo material y lo inmaterial del hombre está implícita cuando habla de su propia experiencia: “Conozco un hombre en Cristo, que hace catorce años (no sé si en el cuerpo, no sé si fuera del cuerpo, Dios lo sabe) el tal fue arrebatado al tercer cielo.” (2 Corintios 12: 2, Biblia de las Américas).

Jesús anunció al ladrón que estaría con él en el paraíso ese mismo día

En Lucas 23: 42-43 leemos:
“Y decía a Jesús: Acuérdate de mí cuando vengas en tu reino. Y le dijo [Jesús]: En verdad te digo hoy estarás conmigo en el paraíso.” (traducción literal)

Hay quien interpreta esta respuesta de Jesús como una promesa para el futuro remoto: “De cierto te digo hoy, [que] estarás conmigo en el paraíso”, en lugar de “de cierto te digo [que] hoy estarás conmigo en el paraíso.” En el segundo caso, se toma el “hoy” como indicativo de cuándo ocurriría lo prometido; en el primero se toma el hoy como una palabra destinada a dar énfasis a la declaración. Para apoyar esta última posición, se arguyen textos, generalmente del Antiguo Testamento, donde “hoy” se emplea de este modo. Pero he aquí los hechos:
1. La palabra “hoy” (griego sëmeron) aparece otras cuarenta veces en el Nuevo Testamento fuera de este pasaje, y en todos los casos se refiere al tiempo presente; por ejemplo, Mateo 6:11; 21:28; Lucas 19:5,9; Hechos 24:21; Romanos 11:28; Hebreos 3:15, etc. En Hechos 20:26 puede ser enfático, pero no descarta el presente y la construcción es diferente.
2. En los evangelios hay un total de 76 ocasiones , incluido Lucas 23:43, en las que Jesús emplea la expresión “De cierto os [o te] digo”, o “De cierto, de cierto os [o te] digo.” Cabe notar que la expresión “de cierto” (griego amen) es en sí enfática y no requiere ser subrayada adicionalmente. Por lo demás, nunca en ninguno de los 75 casos fuera de Lucas 23:43 Jesús le acopla un “hoy” a sus “De cierto os digo”, para darle énfasis. Es decir que para apoyar la reinterpretación de Lucas 23:43 como enfático habría que admitir que solamente aquí, en esta única ocasión en todos los Evangelios, Jesús decidió emplearlo de ese modo.
3. Hay, empero, una ocasión en la que Jesús le acopla el “hoy” a un “De cierto”; y en este único caso en particular, la referencia es inequívocamente a algo que habría de ocurrir en ese mismo día: “De cierto te digo que tú hoy, en esta noche, antes de que el gallo haya cantado dos veces, me negarás tres veces.” (Marcos 14:30).
En consecuencia, toda la evidencia indica que la interpretación tradicional, “hoy estarás conmigo en el paraíso” es la correcta.
El paraíso es mencionado solamente otras dos veces en el Nuevo Testamento, a saber, en 2 Corintios 12 3-:4 y en Apocalipsis 2:7. El primer texto “localiza” al paraíso en el tercer cielo. El segundo texto es una promesa para los creyentes que vencieren: “Al vencedor le daré a comer del árbol de la vida, que está en medio del paraíso de Dios.” Por Apocalipsis 22:1-2 nos enteramos que tal árbol está ante “el trono de Dios y del Cordero”. En consecuencia, ambos textos indican la situación celestial y divina del paraíso.
De lo anterior se desprende que ese fue el lugar al que Jesús y el ladrón arrepentido fueron de inmediato al fallecer. Sus cuerpos fueron al sepulcro, pero sus espíritus ascendieron a Dios, como no podía ser de otro modo, ya que el Señor encomendó su espíritu al Padre (Lucas 23:46; cf. Mateo 27:50; Juan 19:30)
“Jesús le dice al ladrón en la cruz, quien le había pedido que Jesús le recordase cuando viniese en su reino, que estaría en el paraíso en aquel mismo día... ¿Dónde estuvo Jesús entre su muerte y resurrección? Está claro que su cuerpo estuvo en la tumba. Es por esta razón que los tres Evangelios sinópticos mencionan los testigos de la sepultura (Mateo 27:61; Marcos 15:47; Lucas 23:55)... Sin embargo, esto no nos dice nada del espíritu de Jesús.Cuando Pablo contempla la muerte en Filipenses 1 o 2 Corintios 5, habla de su inmediata presencia después de la muerte ante Cristo ... El testimonia de la creencia cristiana y del judaísmo tardío de que el espíritu o alma de una persona tiene una existencia consciente en alguna parte entre la muerte y resurrección de la persona. De modo que Jesús está hablando de dónde habrían de estar su espíritu y el espíritu del ladrón.
Algunas tradiciones cristianas han creído que el espíritu de Jesús estuvo en el Hades (o infierno) entre su muerte y su resurrección. Esta idea se basa en 1 Pedro 3:19 (y posiblemente 1 Pedro 4:6) y Efesios 4:4. Sin embargo, tal interpretación no es apoyada por estos textos.... Efesios 4:9 ... leemos [en] la mejor traducción ‘las regiones inferiores, terrenales.’ Esto es, este pasaje habla del descenso de Jesús desde el cielo hasta la tierra, su encarnación, no su localización después de la muerte. El pasaje de 1 Pedro habla de algo que ocurrió después de que Jesús fue ejecutado, pero no nos dice (1) qué son los espíritus que están prisioneros, (2) dónde es la prisión, (3) cuándo este suceso ocurrió (aparte de después de su muerte) o (4) cuánto tiempo ocupó... Mi conclusión es que no hay razón para creer que Jesús estuvo ningún período significativo en Hades o el infierno o dondequiera que estuviese la ‘prisión.’
La segunda suposición es que el paraíso es un sinónimo del cielo y que Jesús no estuvo en el cielo hasta después de su ascensión. La primera parte de esta suposición es probablemente verdadera... En 2 Corintios 12:2-4 indica un lugar adonde Pablo fue ‘arrebatado’ , también identificado como el ‘tercer cielo’ (el cual es la morada de Dios, siendo los dos primeros el lugar de las aves y el lugar de las estrellas). Esta impresión es confirmada por Apocalipsis 2:7. De modo que estamos en terreno firme en dicha parte de a suposición. Jesús está prometiendo estar en el cielo con el ladrón en ese día.
La segunda parte de la suposición no es cierta. El único versículo que podría indicar que Jesús no estuvo en el cielo hasta después de la resurrección es Juan 20:17, pero allí el asunto se trata de no asirse de Jesús físicamente, porque él no ha ascendido aún al Padre. .. Este pasaje no nos dice nada acerca de dónde estaba el espíritu de Jesús entre su muerte y resurrección.
Mi conclusión, entonces, es que existe solamente un pasaje que nos dice si Jesús estaba o no en el cielo entre su muerte y su resurección, y este es el pasaje que nos ocupa. Jesús prometió que él y el larón estarían juntos en el paraíso, que es el cielo, en el día en que muriesen ...
Cuando Jesús hace esta promesa al ladrón, hace más que simplemente consolar al hombre agonizante y prometerle la recompensa de la fe. Lo que hace es anunciar el cumplimiento de la salvación. La salvación fue completada en la cruz. No había más batallas para que Jesús combatiese. Satán había sido derrotado en la cruz [¡cf. Colosenses 2:14-15! - Traductor]. El vencedor, Cristo, podía proseguir al cielo y aguardar allí la resurrección, cuando su triunfo sería hecho conocer a todo el mundo.” (F.F. Bruce, en Walter C. Kayser Jr. et al, “Hard sayings of the Bible”. Downers Grove: InterVarsity Press, 1996, p. 488-489).

EL SEÑOR JESUS ANUNCIO LA RESURRECCION DE SU CUERPO

En Mateo 12:40 Jesús declaró: Mas él, contestando, les dijo: Una generación malvada y adúltera está buscando una señal, y no le será dada señal, sino la señal de Jonás, el profeta. Porque precisamente como estuvo Jonás en el vientre del monstruo marino tres días y tres noches, así estará el Hijo del hombre en el corazón de la tierra tres días y tres noches.” Si bien la comparación se refiere al período entre la muerte y la resurrección, hay que notar que Jonás conservó la conciencia mientras estaba en el seno del monstruo; de modo que difícilmente tal permanencia indique la cesación completa de la existencia, o un estado de inconciencia. Otros textos nos indican que con esta declaración Jesús se refería a su cuerpo, no a todo su ser.
Cuando Jesús expulsó a los mercaderes del templo, los judíos le preguntaron qué señal podía dar para respaldar su proceder.
“Jesús respondió y les dijo: Destruid este templo, y en tres días lo levantaré. Entonces los judíos dijeron: En cuarenta y seis años fue edificado este templo, ¿y tú lo levantarás en tres días? Pero él hablaba del templo de su cuerpo . Por eso, cuando resucitó de los muertos, sus discípulos se acordaron de que había dicho esto; y creyeron en la Escritura y en la palabra que Jesús había hablado."
En otras palabras, Jesús anunció su resurrección física, corporal, “del templo de su cuerpo” (tou naou tou sömatos autou). De igual modo, en Pentecostés el apóstol Pedro se refirió a la resurrección física del Señor, cuya carne (sarx) no sufrió corrupción. Lo que queda sin vida y se corrompe luego de la muerte física es el cuerpo, no la persona en su totalidad: Juan 19:31,38; Marcos 15:43-46; Lucas 23:55; 24:3; Santiago 2:26.


LOS APOSTOLES PABLO Y PEDRO HABLARON DE SU PRÓXIMA MUERTE COMO DE UNA PARTIDA

Filipenses 1:23-24, “Tengo el deseo de partir y estar con Cristo, lo cual es muchísimo mejor; pero quedarme en la carne es más necesario por causa de vosotros.”
2 Timoteo 4:6, “Porque yo ya estoy a punto de ser ofrecido en sacrificio, y el tiempo de mi partida ha llegado.”
2 Pedro 1:14-15, “dentro de poco tengo que dejar mi tabernáculo ... procuraré con empeño que, después de mi partida, vosotros podáis tener memoria de estas cosas.”

Pedro se refiere a su cuerpo como una vivienda precaria, “el tabernáculo mío” (tou skënömatos mou) y a su muerte como una partida (griego exodos). Pablo usa las expresiones “partir” (griego analuö) y “partida” (griego analusis) para referirse a su muerte. Contrasta su ansiada partida con el “quedarse en la carne” (epimenein tei sarki); describe su futura situación con Cristo como “muchísimo mejor” y afirma que para él “morir es ganancia” (to apothanein kerdos). Estas declaraciones muestran sin disputa posible que ambos apóstoles consideraban su propia muerte no como un estado de inconsciencia o inexistencia, sino como una anhelada partida para estar con Cristo.
En otra parte Pablo, inspirado por el Espíritu Santo, declaró solemnemente que ni la muerte puede separar a los creyentes del amor de Dios manifestado en Cristo Jesús (Romanos 8:38). .

Concluimos pues que las Sagradas Escrituras enseñan la supervivencia a la muerte física del yo inmaterial del hombre, denominado alma o espíritu en diferentes textos. Por tanto, quienes mueren en Cristo pasan de inmediato al ámbito celestial mientras aguardan la resurrección de sus cuerpos.
Bendiciones en Cristo,
Jetonius
 
La eternidad del sufrimiento es cuando dice en Apocalipsis 20.10 Y el diablo, que los engañaba, fue lanzado al algo de fuego y azufre donde estan la bestia y el falso profeta y serán atormentados día y noche por los siglos de los siglos"


<BLOCKQUOTE><font size="1" face="Helvetica, Verdana, Arial">Comentario:</font><HR>Originalmente enviado por Danikaze:
HOLA A TODOS:

Estudiando la Biblia encontré que muchas veces se habla del "fuego eterno"
, pero Judas 7 dice que Sodoma y Gomorra fueron destruidas por el “fuego eterno”, y que fueron puestas por ejemplo a lo que acontecerá en el mundo.

Mi pregunta entonces es ¿Acaso sigue ardiendo Sodoma y Gomorra?. Por supuesto que no. Entonces, ¿qué es lo eterno?: Los efectos.

Malaquías 4 :1 señala que los que hacen mal arderán como la paja, es decir, se quema hasta consumirse. De modo que el infierno es la extinción del pecado, ocasión en que hasta los mismos elementos, ardiendo, serán desechos (Mt.25 :41 ; Apoc.20 :9).

En resumen, ni el fuego ni el alma es eterna como la mayoría de las profesas iglesias cristianas lo sostienen.

Podemos debatir este asunto pero seria y sanamente, con la Biblia. Gracias.

[/quote]
 
Hermano Damikaze:

El Señor de la Gloria lo bendiga y en Nombre de Mi Señor Jesucristo llegó el momento de que sepa que el Infierno si es Eterno.

1.- DONDE HALLAMOS UNA DESCRIPCION BIBLICA DEL CASTIGO ETERNO?
Entre muchos otros se pueden citar:La verguenza y confusión perpetua (Dn 12:2);el fuego del gehena (Mat 18:9);el fuego que no puede ser apagado(Mr 9:43);el horno de fuego (Mt.13:41-42);el lugar de lloro y crujir de dientes (Mt.22:13)
el castigo del fuego eterno (Jud.7);el lago de fuego(Ap.20:15). De todas estas expresiones se ve que el castigo eterno es una horrenda realidad.Las escrituras nos hablan en un lenguaje humano para darnos idea del mundo venidero, lo que quiero decir es que el castigo eterno consiste en la separación de Dios, con todas sus consecuencias. Es evidente que las penas del alma serán espirituales.

2.- EL SUFRIMIENTO DEL INFIERNO.
Los textos bíblicos insisten mucho sobre la ignominia, el tormento, el llanto, el crujir de dientes, la tribulación, la angustia, el sufrimiento que sufren los réprobos (Dn.12:2,Lc.16:23-24,Mt.13:42,Ro.2:8-9,Jud.7
Y el apostol Juán añade "Y el humo de su tormento sube por los siglos de los siglos. Y no tiene reposo de día ni de noche...y serán atormentados día y noche por los siglos de los siglos (Ap.14:10-11;20:10)
¿Como se pueden imaginar tales sufrimientos, y especialmente cómo se pueden conciliar con la concepción de un Dios de Amor? (LO QUE USTED A ESCRITO)...Déjeme decirle algo, en primer lugar la perdición será provocada precisamente por el rechazo del Amor de DIOS; por otra parte el Señor no habrá de hacer nada para atormentar a los que no quisieron su Salvación, a excepción de alejarlos de Sí (Mt.25:41). ¿Acaso no dijo a los Israelitas por su incredulidad "Y conocereis lo que es estar privados de mi presencia? (Nm.14:34).

3.- EL CASTIGO SERA PROPORCIONAL A LA RESPONSABILIDAD INDIVIDUAL DE CADA CUAL.
Dios no es injusto, y cada uno será juzgado según sus obras (Ap.20:12-13;Ec.12:1,16;Mt.12:36;Ro.2:16;Jud.14-15)La responsabilidad de los culpables será evaluada según la luz recibida, y los que han pecado sin la ley, sin la ley perecerán (Ro.2:12)Las ciudades que rechazaron las enseñanzas de Cristo serán juzgadas con mucha mayor severidad que Sodoma y Gomorra(Mt.10:14-15;11:20-24).Unos serán azotador con pocos azotes, otros con muchos azotes(Lc.12:47-48), de igual manera en el Cielo habrá recompensas proporcionadas a la obra de cada uno (1Co.3:8).

4.- LA DURACION DEL INFIERNO.
La biblia asigna al castigo una duración eterna. En hebreo como en griego, se emplean los mismos términos para designar la vida eterna y el tormento eterno(Dn.12:2;Mt.25:46
Se trata de un fuego que no se puede apagar, de un gusano que no muere(Mt.3:12;Mr.9:48)Este término aparece 72 veces en el NT. Hay algunos que piensan que solamente significa "de gran duración (aion) venidero". Ahora bien, en 64 ocasiones eterno se aplica a las gloriosas realidades sin fin del otro mundo
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ios, el Espíritu, el Evangelio,la salvación, la redención, la herencia, la gloria, el reino, la vida eterna, etc. Y esa misma palabra se aplica 7 veces a la perdición. ¿No debe por ello significar asimismo una realidad sin fin? Hemos visto que en Apocalipsis se afirma que el tormento se prolonga <por los siglos de los siglos>(14:11;19:3;20:10). Y también en el mismo libro, este término califica 10 veces la duración de la existencia de DIOS, de Su gloria, reino, y del reino de los elegidos en el cielo(1:6,18;11:15;22:5,etc)Ante tales declaraciones, quedamos profundamente afligidos. Además, no es posible dudar de la sabiduría, del amor, y de la justicia de DIOS. Un día en Su presencia, comprenderemos: "El juicio será vuelto a la justicia, y en pos de ella irán todos los rectos de corazón" (Sal.94:15).

En suma mis amados hermanos en CRISTO, van al infierno los que quieren, y van al cielo los que quieren. Este es el deseo de DIOS para nosotros, y la condición que ha puesto para ello es de lo más simple. Él ha dado a su Hijo unigénito, a fin de que todo aquel que créa en El no se pierda (Jn.3:16).

DIOS LES BENDIGA HOY,MAÑANA Y SIEMPRE.
 
Bendiciones Dany:

100% de acuerdo con usted.

Y déjeme decirle algo por lo que leí hay algunos que dicen que si que el infierno es eterno.

Solo si lo vemos del lado de Dios porque la Biblia dice que Dios es fuego consumidor y como el es eterno entonces ese fuego podría ser eterno pero nada que ver con un infierno eterno.

Por otro lado tenemos aquí en Ap.20: 9 Y subieron sobre la anchura de la tierra, y rodearon el campamento de los santos y la ciudad amada; y de Dios descendió fuego del cielo, y los consumió.
Fíjese que dice que los consumió y no que se retorcían de dolor en un fuego que nunca se apaga.

Ejemplo:
Jer.24:2 Una cesta tenía higos muy buenos, como brevas; la otra cesta tenía higos muy malos, que de malos no se podían comer.
3 Y el Eterno me preguntó: "¿Qué ves, Jeremías?" Respondí: "Higos, higos buenos, muy buenos; y malos, muy malos, que de malos no se pueden comer".
(Estos higos representaban el pueblo de Israel y aun nosotros)

Yo en mi casa, los higos malos los tiro a la basura y de la basura pasa el basurero los recoge y los entierra o los quema, ¿se imaginan si yo los tendría en mi comedor encerrados en un fuego que los quema pero que no los consume? No solo me serian un estorbo sino como usted dijo, ¿cómo me podría gozar yo con mi Dios y mis hermanos por un lado, y por el otro lado viendo a mi madre mi hermana o algún hijo llorando gritando y maldiciendo a Dios o a mí mismo tal vez? Por siempre eternamente yo personalmente no quisiera estar en un cielo así ni tampoco en el infierno yo preferiría la muerte por eso Jesús dijo muchos no gustaran la muerte hasta que el Hijo del hombre venga vea este otro ejemplo.

Cuando Moisés regresó de su encuentro con la divina presencia en el monte, donde había recibido las tablas del testimonio, el culpable Israel no pudo soportar la luz que glorificaba su semblante. ¡Cuánto menos podrán los transgresores mirar al Hijo de Dios cuando aparezca en la gloria de su Padre, rodeado de todas las huestes celestiales, para ejecutar el juicio sobre los transgresores de su ley y sobre los que rechazan su sacrificio expiatorio! Los que menospreciaron la ley de Dios y pisotearon bajo sus pies la sangre de Cristo, "los reyes de la tierra, y los príncipes, y los ricos, y los capitanes, y los fuertes," se esconderán "en las cuevas y entre las peñas de los montes," y dirán a los montes y a las rocas: "Caed sobre nosotros, y escondednos de la cara de Aquel que está sentado sobre el trono, y de la ira del Cordero porque el gran día de su ira es venido; y ¿quién podrá estar firme?" En "aquel día arrojará el hombre, a los topos y murciélagos, sus ídolos de plata y sus ídolos de oro, . . . y se entrarán en las hendiduras de las rocas, y en las cavernas de las peñas, por la presencia formidable de Jehová, y por el resplandor de su majestad, cuando se levantaré para herir la tierra." (Apoc. 6: 15-17; Isa. 2: 20, 21.)

Bendiciones a todos



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Pilin300
 
Mi hermano en Cristo Pilin 300

Tú dices que el infierno no es eterno: déjame decirte algo en el nombre de Jesús, por favor abre tu biblia en Apocalipsis 20:10-15.............Estoy seguro que ya lo has hecho, déjame hacerte unas preguntas:

1.- El diablo, la bestia y el falso profeta ...Donde fueron lanzados..?
2.- La muerte y el hades...Donde fueron lanzados...?
3.- El que no se hallo inscrito en el libro de la vida..Donde fué lanzado..?
4.- Donde van hacer atormentados por los siglos de los siglos...?

Espero mi querido hermano que leas, escudriñes y entoces te darás cuenta que el infierno (lago de fuego y azufre), es eterno y allí irán quienes no han creído y confesado y aceptado a Cristo como único Señor y Salvador.

DIOS TE BENDIGA Y CUIDE
 
Estimado Hno. Alejandro Chavez como podras ver leí y analicé lo que usted me mando.

(dijo usted)
Espero mi querido hermano que leas, escudriñes y entoces te darás cuenta que el infierno (lago de fuego y azufre), es eterno y allí irán quienes no han creído y confesado y aceptado a Cristo como único Señor y Salvador.)


Quiero decirle que el infierno no es el lago de fuego y como usted dice, de otra forma Ap. 20:14 no podría decir que el infierno y la muerte fueron lanzados en el lago de fuego. ¿Qué significa esto de que la muerte también será lanzada en el lago de fuego?
Además en Ap.20:9 dice
Subieron a través de la ancha tierra, y cercaron el campamento de los santos y la ciudad amada. Pero descendió fuego del cielo, y los devoró.
¿Qué es devorar? A según mi entender es comérselo, es decir que el fugo se los comió y cuando yo me como algo ya deja de existir eso que me como, ¿No es así?

10 Y el diablo que los engañaba, fue lanzado en el lago de fuego y azufre, donde están también la bestia y el falso profeta. Y serán atormentados día y noche para siempre jamás.

¿Sera que esto es lo que realmente quiere decir la Biblia?

¿Será que los sodomitas estarán todavía quemándose en el fuego eterno allí en Sodoma?
Gen. 19:24,25
24 Entonces el Eterno hizo llover sobre Sodoma y Gomorra azufre y fuego de parte del Señor, desde el cielo.(IGUAL QUE Ap.20:9)
25 Y destruyó las ciudades y toda aquella llanura, con todos sus habitantes y con todo el fruto de la tierra.


Estas poniendo la Biblia en contradicción mi querido Hno.
El único que prometió a Adán la vida en la desobediencia fue el gran seductor. Y la declaración de la serpiente a Eva en Edén.- "De seguro que no moriréis"- fue el primer sermón que haya sido jamás predicado sobre la inmortalidad del alma. Y sin embargo esta misma declaración, fundada únicamente en la autoridad de Satanás, repercute desde los púlpitos de la cristiandad, y es recibida por la mayoría de los hombres con tanta prontitud como lo fue por nuestros primeros padres. A la divina sentencia: El alma que pecare, ésa morirá (Ezequiel 18:20), se le da el sentido siguiente: El alma que pecare, ésa no morirá, sino que vivirá eternamente. No puede uno menos que extrañar la rara infatuación con que los hombres creen sin mas ni más las palabras de Satanás y se muestran tan incrédulos a las palabras de Dios.

Exhortando a Timoteo, dice Pablo: "Mas tú, oh hombre de Dios, huye de estas cosas, y sigue la justicia, la piedad, la fe, el amor, la paciencia, la mansedumbre. Pelea la buena batalla de la fe, echa mano de la vida eterna, a la cual asimismo fuiste llamado, habiendo hecho la buena profesión delante de muchos testigos. Te mando delante de Dios, que da vida a todas las cosas, y de Jesucristo, que dio testimonio de la buena profesión delante de Poncio Pilato, que guardes el mandamiento sin mácula ni reprensión, hasta la aparición de nuestro Señor Jesucristo, la cual a su tiempo mostrará el bienaventurado y solo Soberano, Rey de reyes, y Señor de señores, (el único que tiene inmortalidad), que habita en luz inaccesible; a quien ninguno de los hombres ha visto ni puede ver, al cual sea la honra y el imperio sempiterno" ( 1 Tim. 6: 11- 16).
Ecl.4-7
Hay esperanza para todo el que está entre los vivos, porque mejor es perro vivo que león muerto.
5 Los vivos saben que han de morir, pero los muertos nada saben, ni tienen más paga; hasta su memoria queda en el olvido.
6 También su amor, su odio y su envidia perecieron ya, y nunca más participan en nada de lo que se hace bajo el sol.

7 Anda, come tu pan con gozo, y bebe tu vino con alegre corazón; porque es ahora cuando Dios favorece lo que haces

Medita tu ahora mi Hno. En estos textos, porque Dios no cambia
Y que el Sr. Te Bendiga


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Pilin300