EL INFIERNO ES REAL

27 Octubre 2010
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mateo 5:22 Pero yo os digo que cualquiera que se enoje contra su hermano, será culpable de juicio; y cualquiera que diga: Necio, a su hermano, será culpable ante el concilio; y cualquiera que le diga: Fatuo, quedará expuesto al infierno de fuego.
5:29 Por tanto, si tu ojo derecho te es ocasión de caer, sácalo, y échalo de ti; pues mejor te es que se pierda uno de tus miembros, y no que todo tu cuerpo sea echado al infierno.
10:28 Y no temáis a los que matan el cuerpo, mas el alma no pueden matar; temed más bien a aquel que puede destruir el alma y el cuerpo en el infierno.
18:9 Y si tu ojo te es ocasión de caer, sácalo y échalo de ti; mejor te es entrar con un solo ojo en la vida, que teniendo dos ojos ser echado en el infierno de fuego.
23:15 ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque recorréis mar y tierra para hacer un prosélito, y una vez hecho, le hacéis dos veces más hijo del infierno que vosotros.


23:33 ¡Serpientes, generación de víboras! ¿Cómo escaparéis de la condenación del infierno?

Lucas12:5 Pero os enseñaré a quién debéis temer: Temed a aquel que después de haber quitado la vida, tiene poder de echar en el infierno; sí, os digo, a éste temed.
Santiago 3:6 Y la lengua es un fuego, un mundo de maldad. La lengua está puesta entre nuestros miembros, y contamina todo el cuerpo, e inflama la rueda de la creación, y ella misma es inflamada por el infierno.
2; pedro2:4 Porque si Dios no perdonó a los ángeles que pecaron, sino que arrojándolos al infierno los entregó a prisiones de oscuridad, para ser reservados al juicio;

por fovor hermano escape de la ira venidera
abras los ojos
Bendiciones
 
Re: EL INFIERNO ES REAL

Estimado escudriñador. Saludops cordiales.

Tú dices:

Y ningún sepulturero echa a nadie al infierno. Por lo tanto, el infierno no puede ser la tumba, como yerran algunos ...

Respondo: "La palabra “Infierno”, que se utiliza en el Antiguo Testamento, ha sido traducida del vocablo hebreo Sheól, que significa literalmente “sepulcro”, “sepultura”, “huesa”, “abismo”, “fosa”. Esta voz hebrea ha sido traducida en decenas de pasajes del Antiguo Testamento como “sepulcro”, y unas pocas veces ha sido vertida como “Infierno”. Pero en estos casos, así como los anteriores, no significa sino ‘sepulcro”, o “sepultura”.
En el Nuevo Testamento, “Infierno” responde a dos vocablos griegos. El primero es Hádes, que significa literalmente “sepulcro”, o “muerte”. El segundo es Gehénna, nombre dado primeramente al valle de Hinnón, al sur de Jerusalén donde se echaban los desperdicios y además los cadáveres de los animales y también de los maleantes, que eran quemados en ese lugar.

Dejando de lado todos los pasajes en que la palabra responde al original Sheól-Hádes, casos en los cuales no tiene otro sentido que “estado de muerte” o “sepulcro”, analicemos los lugares en que el original se emplea la voz griega Gehénna. En ellos, la palabra “Infierno” designa un lugar especial en que los que hayan rechazado la misericordia de Dios serán destruidos por el fuego. Así por ejemplo, en el Sermón del Monte, Jesús advierte sobre las funestas consecuencias de guardar enojo y rencor en el corazón, con estas palabras: “Pero yo os digo, cualquiera que se enoje con su hermano, será culpado del juicio. Cualquiera que diga a su hermano: “Imbécil” será culpado ante el sanedrín. Y cualquiera que le diga: ‘Fatuo’~ estará en peligro del fuego del infierno.” (Mt. 5: 22).
Aquí se establece que el infierno será a base de fuego, y que tendrá por propósito castigar al pecador.
Lo mismo se advierte en este otro pasaje: “Si tu ojo te fuere ocasión de caer sácalo y échalo de ti: mejor te es entrar con un solo ojo en la vida, que teniendo dos ojos y ser echado en el infierno de fuego.” (Mt. 18: 9). En confirmación de estos pasajes, en Apoc. 20: 15 leemos que: “el que no fue hallado escrito en el Libro de la Vida, fue lanzado en el lago de fuego.” Aquí se da un nombre distinto al castigo final de los perdidos, denominándose “Lago de Fuego” a lo que en 5. Mateo el Señor llama “Infierno de Fuego

Es de interés sin embargo recordar que ese infierno nunca fue hecho para los seres humanos. Su propósito original fue destruir a los seres celestiales que se rebelaron contra el gobierno de Dios y provocaron toda la tragedia de este mundo: al diablo y sus ángeles o demonios. Así lo declara el Nuevo Testamento al relatar las palabras que el Maestro les dirá en el día de ajuste final de cuentas a los que no hayan permitido que el Evangelio los librara del pecado: “Entonces dirá a los de la izquierda: ‘Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno, preparado para el diablo y sus ángeles. “(Mateo 25: 41).

No existe un lugar definido del universo en el cual en este momento estén ardiendo los pecadores. El infierno de la Biblia, el lago de fuego y azufre que terminará con la rebelión y el pecado, estará constituido por nuestro propio planeta, cuyos elementos serán abrasados y se fundirán, al final de los tiempos, cuando llegue la hora en que Dios ejecute sentencia. Así lo establece la Segunda Epístola de 5. Pedro al decir: “y los cielos y la tierra de ahora son conservados por la misma Palabra, guardados para el fuego del día del juicio, y de la destrucción de los hombres impíos.” (2 Pedro 3: 7)." (Aporte de Ramón Romero)

Bendiciones.

Luego todo Israel será salvo.
 
Re: EL INFIERNO ES REAL

Estimado escudriñador. Saludops cordiales.

Tú dices:



Respondo: "La palabra “Infierno”, que se utiliza en el Antiguo Testamento, ha sido traducida del vocablo hebreo Sheól, que significa literalmente “sepulcro”, “sepultura”, “huesa”, “abismo”, “fosa”. Esta voz hebrea ha sido traducida en decenas de pasajes del Antiguo Testamento como “sepulcro”, y unas pocas veces ha sido vertida como “Infierno”. Pero en estos casos, así como los anteriores, no significa sino ‘sepulcro”, o “sepultura”.
En el Nuevo Testamento, “Infierno” responde a dos vocablos griegos. El primero es Hádes, que significa literalmente “sepulcro”, o “muerte”. El segundo es Gehénna, nombre dado primeramente al valle de Hinnón, al sur de Jerusalén donde se echaban los desperdicios y además los cadáveres de los animales y también de los maleantes, que eran quemados en ese lugar.

Dejando de lado todos los pasajes en que la palabra responde al original Sheól-Hádes, casos en los cuales no tiene otro sentido que “estado de muerte” o “sepulcro”, analicemos los lugares en que el original se emplea la voz griega Gehénna. En ellos, la palabra “Infierno” designa un lugar especial en que los que hayan rechazado la misericordia de Dios serán destruidos por el fuego. Así por ejemplo, en el Sermón del Monte, Jesús advierte sobre las funestas consecuencias de guardar enojo y rencor en el corazón, con estas palabras: “Pero yo os digo, cualquiera que se enoje con su hermano, será culpado del juicio. Cualquiera que diga a su hermano: “Imbécil” será culpado ante el sanedrín. Y cualquiera que le diga: ‘Fatuo’~ estará en peligro del fuego del infierno.” (Mt. 5: 22).
Aquí se establece que el infierno será a base de fuego, y que tendrá por propósito castigar al pecador.
Lo mismo se advierte en este otro pasaje: “Si tu ojo te fuere ocasión de caer sácalo y échalo de ti: mejor te es entrar con un solo ojo en la vida, que teniendo dos ojos y ser echado en el infierno de fuego.” (Mt. 18: 9). En confirmación de estos pasajes, en Apoc. 20: 15 leemos que: “el que no fue hallado escrito en el Libro de la Vida, fue lanzado en el lago de fuego.” Aquí se da un nombre distinto al castigo final de los perdidos, denominándose “Lago de Fuego” a lo que en 5. Mateo el Señor llama “Infierno de Fuego

Es de interés sin embargo recordar que ese infierno nunca fue hecho para los seres humanos. Su propósito original fue destruir a los seres celestiales que se rebelaron contra el gobierno de Dios y provocaron toda la tragedia de este mundo: al diablo y sus ángeles o demonios. Así lo declara el Nuevo Testamento al relatar las palabras que el Maestro les dirá en el día de ajuste final de cuentas a los que no hayan permitido que el Evangelio los librara del pecado: “Entonces dirá a los de la izquierda: ‘Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno, preparado para el diablo y sus ángeles. “(Mateo 25: 41).

No existe un lugar definido del universo en el cual en este momento estén ardiendo los pecadores. El infierno de la Biblia, el lago de fuego y azufre que terminará con la rebelión y el pecado, estará constituido por nuestro propio planeta, cuyos elementos serán abrasados y se fundirán, al final de los tiempos, cuando llegue la hora en que Dios ejecute sentencia. Así lo establece la Segunda Epístola de 5. Pedro al decir: “y los cielos y la tierra de ahora son conservados por la misma Palabra, guardados para el fuego del día del juicio, y de la destrucción de los hombres impíos.” (2 Pedro 3: 7)." (Aporte de Ramón Romero)

Bendiciones.

Luego todo Israel será salvo.

Todo aquel Hijo de Ysrael que viva como un fiel judío hallará la redención del Señor.

Y a parte de esto, el Infierno no existe.

Más información www cristoeldios blogspot com

שָׁלוֹם