En el romanismo católico, sus jerarcas, son verdaderos artífices en este tipo de conducta.
La siembra de esfínteres opcionales, comienza con el bautismo de bebés, a los cuales se les hace seguimiento por medio del sacramento de la confirmación, a una edad, donde ya el esfínter puede soportar el acceso del jerarca de la casa parroquial, a la que acercan a la víctima para que quede vulnerable al depredador.
Esta técnica la han venido practicando desde hace siglos. Solo que ahora, con el avance de la tecnología, y la información masiva de estos delitos, han tenido que idear nuevas formas de evasión de castigo, pero la siembra continúa con la complicidad de la ignorancia de los padres.