Buenas nuevas en Cristo:
El problema de la mayoría de Judaizantes, en referencia a aquellos se guían por la ley de Moisés y al mismo tiempo por Cristo, sin entender que Cristo es AUTOSUFICIENTE, no solo para salvar sino también para vivir una vida santa, agradable a Dios, es que no saben de qué espíritu son.
Si el Espíritu de Cristo morase en ellos, entenderían que antes de conocer al Señor estaban bajo el poder de su propia naturaleza humana pecadora al igual que los judíos bajo la ley. Ellos, por más sacrificios que hicieran y por más voluntad en guardar la ley, seguían estando perdidos...pues nadie fue salvo bajo la ley. Todos los santos del AT tuvieron que esperar el Sacrificio de Cristo, donde los pecados de ellos también fueron puestos sobre el cuerpo del Cordero en el altar de la cruz. Mientras tanto, pasaron siglos confinados en la región de los muertos a la espera de esta Liberación.
La Obra de la Redención es perfecta...Cristo satisfizo plenamente las demandas de la Justicia Divina, no hay que "hacer" o "guardar" absolutamente nada con respecto al obsoleto régimen mosaico...pues nada perfeccionó la ley.
El que está en Cristo es una NUEVA CREACION.
El judío que cree y acepta a Cristo como Su Señor y Salvador, ya no se guía por la ley...se guía por Jesús, por sus enseñanzas y trata de vivir una vida santa como la vivió el Señor.
Pues quién está en Cristo no anda conforme a la carne porque este andar genera pecado, como está escrito aquí, leemos:
Gál 5:19 Y manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia,
Gál 5:20 idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías,
Gál 5:21 envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas; acerca de las cuales os amonesto, como ya os lo he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios.
Gál 5:22 Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe,
Gál 5:23 mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley.
Gál 5:24 Pero los que son de Cristo han crucificado la carne con sus pasiones y deseos.
Gál 5:25 Si vivimos por el Espíritu, andemos también por el Espíritu.
De modo que en este tema, si se hace a un lado la Preeminencia de Cristo, su Autosuficiencia, la Perfección de su Obra en el altar de la cruz, por sostener la guía del Monte de Sinaí, erramos y aún estamos en nuestros pecados.
Moisés al descender ponía un velo en su rostro para ocultar el resplandor de su cara...¿Porqué lo hacía? Porque al poco tiempo se desvanecia ese fulgor, ese resplandor...dando a entendernos esto que afirma Pablo:
2Co_3:7 Y si el ministerio de muerte grabado con letras en piedras fue con gloria, tanto que los hijos de Israel no pudieron fijar la vista en el rostro de Moisés a causa de la gloria de su rostro, la cual había de perecer,
2Co 3:11 Porque si lo que perece tuvo gloria, mucho más glorioso será lo que permanece.
A la Obra de la Redención no se le puede añadir nada. Es Perfecta y Eterna. Como Eterno es el evangelio de la Gracia de Dios.
Que aparezca una profetiza enviada por Satanás para socavar esta perfección, y enseñe a sus alumnos que no, que a la Obra de la Redención le falto algo y que Cristo no es suficiente para Salvar, que hay que regirse también por las enseñanzas del Sinaí y para abundar en su maldad, entonces invente un "juicio investigador" y señale fechas.
Esto nada tiene que ver con los planes Redentores de Dios, pues está bien claro que el Cordero fue destinado desde antes de la fundación del mundo, tal como le fue revelado a Pedro aquí:
1Pe 1:18 sabiendo que fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir, la cual recibisteis de vuestros padres, no con cosas corruptibles, como oro o plata,
1Pe 1:19 sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación,
1Pe 1:20 ya destinado desde antes de la fundación del mundo, pero manifestado en los postreros tiempos por amor de vosotros,
Falsos profetas habrán siempre mientras estemos de paso por este mundo.
CONCLUSION
Cristo no vino a abrogar la ley, la enalteció con Su Presencia aquí en la tierra porque lo que era imposible para ley, por cuanto era débil por la carne, en el sentido de los deseos de la carne ser enemiga de Dios, de Su Santidad, al habitar la ley en un cuerpo de muerte, Dios condena al pecado en la carne al descender y habitar un cuerpo semejante al nuestro pero sin pecado, en la Persona de Su Hijo.
El pecado se vio anulado, imposibilitado para actuar por medio de la carne, por cuanto quién lo habita es Dios humanado.
Esto es una maravilla y ojalá los lectores entendidos puedan apreciar para la gloria de Cristo estas cosas.
Natanael1