Estimado amigo:
Haces algo muy parecido a lo que hacían todos los críticos, científicos, antropólogos y faltos de fé, cuando no había evidencias de la existencia del rey David. Sostenían que por no haber mención en la historia aparte de la Biblia de este rey, entonces era un (tal como dices) anacronismo o una invención tardía de la historia. Los salmos, el "pharalipómenon" y los libros de 1a y 2a de reyes eran "alegorías" y sedientas intenciones hebreas de formarse una identidad. Totalmente lejos de ser un hecho histórico.
Estos científicos, todos respetables y personas sinceras simplemente... desaparecieron. Se esfumaron las afirmaciones y teorías que acusaban a la Biblia de ser "una invención tardía" y metafórica. En el verano de 1993 en "Tel-dan" al norte de Israel el antropólogo "ab rajan Biran" de 83 años descubrió un fragmento de piedra con inscripciones de 2900 años. Su descubrimiento es uno de los más importantes desde el hallazgo de los pergaminos del mar muerto. En unos de los fragmentos del escrito se lee la sentencia de un importante rey de Siria: "Combatí en contra de Israel y asesiné al rey de la casa de David". Era la primera vez en la historia que se encontraba un texto ajeno a la Biblia en que haya referencia a David.
Los argumentos un poco más contundentes y serios que los que tú presentas se desmoronaron. Los muy sabios cientificos tubieron que callar mientras que los últimos rieron mejor. A continuación te presento la sustentación que considero "imparcial" del éxodo. Tomada del Diccionario Bíblico Adventista. **************
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I. Historicidad
Los registros egipcios no mencionan ni la estadía de los israelitas en Egipto ni su salida. Esta total falta de evidencia fue usada algunas veces como un argumento en contra de la historicidad del éxodo.
Sin embargo, la liberación de la esclavitud se menciona tantas veces en los registros poéticos e históricos de los judíos, que los eruditos aceptan que el éxodo se debe considerar un acontecimiento histórico.
No obstante, sus opiniones difieren con respecto al tiempo del éxodo, como también si toda la nación se vio involucrada en este gran evento o sólo fueron algunas de las tribus de Israel. Muchos eruditos modernos lo ubican en el s XIII a.C., al creer que la mención de las ciudad de Ramesés (Ex. 1:11; 12:37; Nm. 33:3, 5) y la "tierra de Ramesés" (Gn. 47:11) indican que el éxodo no pudo haber ocurrido antes del reinado de Ramsés II (c 1304-c 1238 a.C.); otros opinan que fue en el período de los hicsos (c 1730-c 1590 a.C.). Hay quienes sugieren 2 migraciones: 1) La dirigida por Josué en el s XV a.C. -tal vez relacionada con la invasión de Canaán por los habiru, mencionada en las Cartas de Amarna*-, y 2) la dirigida por Moisés en el s XIII a.C.; también existen los que lo ubican en el s XV a.C. Cada una de estas teorías con respecto al tiempo del éxodo encuentra ciertas dificultades arqueológicas. Pero el éxodo en el s XV a.C. concuerda más plenamente con los datos bíblicos que cualquier otra teoría, porque armoniza con el esquema de cronología basado en el 4º año de Salomón como el año 480º desde el éxodo; es la que se adoptó en este Diccionario. Véase Cronología (II, B). 425
II.Relato bíblico.
La salida de Egipto está narrada básicamente en el libro de Éxodo, cps 1-14; los acontecimientos anteriores están relatados en los últimos capítulos de Génesis. La familia de Jacob había emigrado a Egipto durante una severa hambruna mientras José era el administrador de los alimentos en Egipto. Algún tiempo después de la muerte de José, "se levantó sobre Egipto un nuevo rey que no conocía a José" (Ex. 1:8). Temiendo que los israelitas -que crecían en número rápidamente- se unieran a posibles enemigos, el faraón los esclavizó en un intento por debilitarlos. Durante ese tiempo nació Moisés, el futuro líder de Israel. Escondido en una barquilla de juncos que pusieron en el Nilo, el niño Moisés fue encontrado por una princesa que lo adoptó y lo llevó a la corte real. A la edad de 40 años huyó de Egipto al desierto de Sinaí, temiendo el castigo por haber matado a un egipcio que maltrataba a un hebreo. Allí fue pastor de ovejas. Cuarenta años más tarde Dios le encargó que volviera a Egipto para liberar a su pueblo de su humillación. Después de alguna vacilación, Moisés aceptó el llamamiento divino y llegó a ser el dirigente más grande que tuvo Israel.
Al llegar a Egipto, Moisés pidió al faraón que dejara salir a los israelitas. Su pedido sólo fue objeto de rechazo y de burlas, como ocurrió con pedidos posteriores. Como resultado, 10 plagas sobrevinieron sobre el país, algunas de las cuales fueron verdaderas catástrofes. Sólo después de haber sufrido enormes pérdidas de cosechas y animales domésticos, y de haber perdido a sus hijos primogénitos, el faraón cedió y permitió que los israelitas salieran de Egipto. El éxodo ocurrió el día 15 del mes de Abib,* la mañana después de la cena de Pascua,* ceremonia que por orden divina se inició entonces para que Israel la celebrara cada año como recordativo de su liberación de la esclavitud.
Salieron de Gosén, la región que habitaban, en dirección al sur hasta que llegaron a la costa noroccidental del Mar Rojo. Dios no los guió por la ruta más corta a Canaán, porque no estaban preparados para afrontar la oposición de las naciones que encontrarían en ella. Faraón, que se había recuperado de la conmoción inicial por la pérdida de su heredero, se lamentó de haberlos dejado salir y salió a perseguirlos, con la esperanza de regresarlos a Egipto. Frente al Mar Rojo, Dios dividió las aguas para que su pueblo pasara a la orilla oriental. Los egipcios, que lo siguieron detrás, fueron tragados por las aguas al cerrar éstas el camino que el Señor abrió para su pueblo. El cruce del Mar Rojo señaló el éxito de la salida de Egipto y el comienzo de la peregrinación por el desierto. El término "éxodo" se usa aquí en un sentido restringido, aunque se reconoce el hecho de que a veces incluye todo el período de 40 años de peregrinación.
III. Ambientación.
1 R. 6:1 ubica el comienzo de la edificación del templo de Salomón en Jerusalén en el año 480º después del éxodo, el 4º año de su reinado. Esta fecha está establecida con una certeza razonable (las autoridades difieren en sólo unos pocos años). De acuerdo con el sistema cronológico de los reinados hebreos que sigue más estrechamente los datos bíblicos para el período, el 4º año de Salomón fue el 967/66 a.C. Por consiguiente, se comenzó la construcción del templo en la primavera (hemisferio norte) del 966. Esto nos lleva hasta c 1445 a.C. como la fecha del éxodo, período en que Egipto estaba gobernado por los poderosos reyes de la dinastía 18ª.
José probablemente había servido a uno de los reyes hicsos, semíticos, de la dinastía 15ª. Se puede comprender mejor su alto cargo, siendo extranjero, si los hicsos, que también eran extranjeros, estaban en el poder. La conversión de la tierra, que era propiedad privada hasta entonces, en propiedad de la corona, descripta en Gn. 47:13-26, probablemente hizo que José fuera sumamente impopular, especialmente después que pasó la emergencia, ya que todos los egipcios se encontraron en situación de servidumbre de un rey extranjero. Finalmente, Sekenen-Re, un príncipe local de Tebas, asumió la tarea de luchar contra los hicsos. Sus hijos, primero Kamosis y luego Amosis, siguieron la lucha, hasta que después de una larga guerra, los hicsos fueron expulsados del suelo egipcio. Amosis fundó una nueva dinastía, sumamente nacionalista y muy poderosa, tanto en su país como fuera de él. Sus reyes construyeron un imperio que en su momento llegó desde Nabia del sur, en el África, hasta el río Eufrates, en el Asia. De acuerdo con la cronología egipcia adoptada en este Diccionario, fue uno de los primeros reyes de la nueva dinastía quien, después de expulsar a los hicsos, tomo medidas para reducir a los israelitas semíticos, a la servidumbre, y para frenar el rápido crecimiento de su población ideando medios para matar a los recién nacidos. Sería esta nueva dinastía (la 18ª) la que se nombra como el "rey... quien no conocía a José" (Ex. 1:8; para las dinastías 16ª y 17ª véase Egipto [V,6] ).
214. Momia de Amenhotep II, el posible faraón del éxodo.
De acuerdo con esta cronología, la opresión habría ocurrido durante este tiempo; probablemente Moisés nació (1525 a.C.) bajo Tutmosis I 426 (c1542-c 1524 a.C.), y unos pocos años después ingreso a la corte. Tutmosis I, un plebeyo, había llegado al trono por causa de su esposa, la hija de Amosis, una princesa real. Al no tener hijos legítimos propios, dio a su hija Hatshepsut como esposa al hermanastro de ella, hijo de una mujer plebeya. Este hermanastro tomó el trono con el nombre de Tutmosis II después de la muerte de su padre y lo ocupó por unos 20 años (c 1524-c 1504 a.C.). El también tuvo sólo 2 hijas, de modo que cuando murió Tutmosis II, Hatshepsut tomó el poder. Gobernó con éxito hasta que una revuelta, en unos de los templos, varios años más tarde, la obligó a aceptar como corregente a un hijo ilegítimo de su fallecido hermanastro y esposo, quien tomó el nombre de Tutmosis III. Alrededor del 1486 a.C., Hatshepsut desapareció, tal vez murió, y su corregente reinó solo. Por causa de un profundo odio por su tía y madrastra, mutiló las inscripciones de ella después de su muerte, borrando su nombre de los monumentos y destruyendo sus estatuas. Tutmosis III gobernó Egipto unos 36 años (1486-1450 a.C.). Fue un gran guerrero y construyó el imperio más grande de la historia de Egipto.
215. Cámara sepulcral del Amenhotep II, el posible faraón del éxodo, en el Valle de los Reyes en la Tebas occidental (para la momia véase la fig. 214).
Probablemente fue el rey de quien Moisés huyó en el 1485 a.C., poco antes de la muerte de Hatshepsut, ya que ella parece la persona más probable de ser su madre adoptiva. Como Moisés había crecido en la corte en la que habían varias generaciones de hebreos varones ilegítimos, es lógico suponer que Hatshepsut hiciera planes para Moisés se casara con una de sus hijas y tomara el trono si las circunstancias lo permitían. Sin embargo, cualquier plan semejante que pudiera haber tenido, se hubiera arruinado por la revolución que la forzó a aceptar a Tutmosis III hacia Hatshepsut y por qué Moisés, sin futuro para él en la corte, habría tomando la decisión de asumir el liderazgo de su pueblo subyugado, con la esperanza de ser apoyado en tal iniciativa. También explicaría por qué ese torpe intento de ayudarlos matando al egipcio (a quien vio maltratando a un hebreo), fue considerado un crimen tan grave que la vida de Moisés ya no era segura en Egipto.
Cuarenta años más tardes, después de la muerte del rey que había buscado la muerte del pretendido libertador de Israel (Ex. 2:23). Dios lo llamó a Moisés para esa misión. Por ese tiempo, Amenhotep II, cruel y tiránico hijo Tutmosis III lo había reemplazado en el 427 trono. Probablemente Moisés fue enviado a Amenhotep II, y las plagas sucedieron bajo su reinado; fue él quien perdió a su hijo mayor en la 10ª plaga y a su ejército en el Mar Rojo. De acuerdo con la cronología egipcia de este período (aceptada como exacta dentro de un margen de unos 10 años), reinó desde c 1450 hasta c 1427 a.C. Si esto es correcto, su muerte no ocurrió sino 18 años después del 1445 a.C., la fecha sugerida para el éxodo.
Como la Biblia parece indicar que el faraón del éxodo estaba con sus fuerzas cuando perecieron en el Mar Rojo, la fecha del 1427 a.C. para el fin de su reinado constituye un problema cronológico que aún no se ha resuelto. Sin embargo, no hay nada en los registros históricos que impida la posibilidad de que se ahogara junto con su ejército en el Mar Rojo. Su momia, que está conservada como la de muchos otros (fig 214), sólo demuestra que, si se ahogó, su cuerpo fue recuperado. Su hijo y sucesor, Tutmosis IV (c 1427-c 1419 a.C.; fig 177) dejó para la posteridad un monumento que menciona su elevación inesperada al trono, indicando así que no había sido príncipe heredero originalmente, lo que sería cierto si su hermano mayor había muerto en la 10a plaga, en la que perecieron los primogénitos. Con excepción del problema cronológico relacionado con el reinado de Amenhotep II, el relato bíblico del éxodo encuadra notablemente bien con el trasfondo histórico del s XV a.C.; en realidad, mejor que en cualquier otro período de la historia de Egipto.
IV.Cumplimiento profético.
Dios predijo que la permanencia de los hebreos en Egipto -que la "descendencia" de Abrahán moraría en "tierra ajena" y sería "esclava... y oprimida" (Gn. 15:13)- sería de 400 años. Pero en el NT tal período es de 430 años (Gá. 3:17; cf Ex. 12:41). Para un intento de armonización de esta aparente discrepancia, véase (fechas estimativas; cf Comentario Bíblico Adventista 1:196).
V. Ruta del éxodo.
La ruta exacta que tomaron los israelitas hasta que llegaron al Mar Rojo es difícil de determinar, porque sólo se pueden identificar con certeza razonable 2 de los 6 lugares mencionados por nombre. El punto de salida fue Ramesés* (Ex. 12:37), en la porción noreste del delta (el Mapa V, B/C 3/4 da 2 alternativas). Desde allí fueron a Sucot,* quizás el 1er, lugar de encuentro, ya que estaba en la tierra de Gosén, el hogar de los israelitas durante los 200 años anteriores. Sucot ha sido aceptablemente identificado con Tell el-Mashkûtah, el Theku de los textos egipcios. Está en la parte oriental del Wâd§ Tumilât, la "tierra de Gosén".
La ruta más corta y natural a Canaán habría sido el camino del desierto costero vía Rafia a Gaza, llamado en Ex. 13:17 "el camino de la tierra de los filisteos". No se les permitió usar esa ruta por que la gente no estaba lista espiritualmente para abrirse paso a mano armada a través de una región fuertemente fortificada.
En cambio, fueron conducidos en dirección sudeste, por "el camino del desierto del Mar Rojo" (v 18). Etam,* "a la entrada del desierto" (v 20), fue el 1er lugar donde acamparon después de salir de Sucot. En Etam cambiaron 428 de dirección, y su siguiente detención fue frente a Pi-hahirot* (14:2), que tampoco ha sido identificado, como asimismo los 2 siguiente lugares mencionados: Migdol* (probablemente una de las fortalezas de sistema defensivo oriental) y Baal-zefón* (vs 2, 9).
Los israelitas alcanzaron el mar cerca de Pi-hahirot. La identificación de este mar ha sido debatido con frecuencia. El término hebreo significa literalmente "mar de juncos" (yam Sûf, Ex. 13:18). Como en el Mar Rojo no hay juncos, algunos han sugerido que se trata de uno de los lagos orientales: el Timsa o uno de los Lagos Amargos. Sin embargo, en 1 R. 9:26 yam-Sûf se identifica con el brazo oriental del Mar Rojo, el Golfo de Aqaba, y parecería lógico aplicar yam-sûf al Mar Rojo en los demás textos. Sin embargo, sea cual fuere la identificación aceptada, se desconoce el punto exacto del cruce. Un lugar probable está en la parte norte del Golfo de Suez, al sur de la ciudad de Suez, pero al norte de los montes del desierto egipcio que llegan hasta la costa un poco al sur de la ciudad, lo que haría posible el cruce. Si el cruce ocurrió aquí, entonces se puede comprender fácilmente el temor de los israelitas por la cercanía de los ejércitos del faraón, pues el camino al sur estaba bloqueado por las montañas y el mar formaba una barrera impasable hacia el este; el milagro de la división de las aguas los salvó de una situación que parecía desesperada. El lugar del cruce no está señalado en el Mapa V, que muestra las rutas de acuerdo con varias otras teorías. La ruta basada en que el "mar" sea el Mar Rojo es la línea roja. Sin embargo, sugiere que el cruce ocurrió al norte en vez de al sur de la ciudad de Suez. Cuando los israelitas dejaron el Mar Rojo, comenzaron el largo viaje por el desierto que terminó 40 años más tarde. <IMG SRC="radiante.gif" border="0">