El evangelio de la avaricia se pierde en su materialismo
Hemos visto en estos días en la prensa alusiones a iglesias en Puerto Rico que se les conoce por seguir modelos piramidales empresariales implantándolos en nombre de Dios y la iglesia. Hemos escuchado las críticas sociales de los noticieros que no ven con buenos ojos que las iglesias que dicen ser de Dios hagan énfasis en el dinero y en los bienes materiales. Sus pastores esgrimen frases como: “Somos hijos de Dios, somos hijos de un rey en los cielos; como tales es imposible que seamos pobres aquí en esta tierra…” Esto lo dicen para justificar su continuo empeño en adquirir riquezas y crear doctrinas tergiversando textos de la Biblia para afirmar su fuente de ganancia. Muchos de estos líderes son muy carismáticos, maestros del hablar que atraen multitudes con su tentador mensaje de adquirir riquezas en nombre de Dios y menospreciando a los pobres.
Si miramos lo que dice la Palabra de Dios:
Santiago 2
Hermanos míos, que vuestra fe en nuestro glorioso Señor Jesucristo sea sin acepción de personas. Porque si en vuestra congregación entra un hombre con anillo de oro y con ropa espléndida, y también entra un pobre con vestido andrajoso, y miráis con agrado al que trae la ropa espléndida y le decís: Siéntate tú aquí en buen lugar; y decís al pobre: Estate tú allí en pie, o siéntate aquí bajo mi estrado; ¿no hacéis distinciones entre vosotros mismos, y venís a ser jueces con malos pensamientos? Hermanos míos amados, oíd: ¿No ha elegido Dios a los pobres de este mundo, para que sean ricos en fe y herederos del reino que ha prometido a los que le aman?
Según las palabras del apóstol, cualquier creyente que no posea riquezas materiales ya es rico en Dios, por medio de la fe. Sin necesidad de poseer alguna riqueza en esta tierra. El evangelio de la avaricia, enseña que los creyentes TIENEN QUE TENER LOS MEJORES AUTOMOVILES, LAS MEJORES CASAS, LA MEJOR VESTIMENTA, TODA CLASE DE BIENES A GRANEL Y MENOSPRECIAN COMO MENOS ESPIRITUALES A AQUELLOS QUE POR ALGUN MOTIVO NO TIENE GRANDES RIQUEZAS.
El evangelio de la avaricia también es el evangelio de la mentira, haciendo alusiones que Jesucristo hombre era rico en posesiones terrenales. Descartando textos como:
Jesús le dijo: Las zorras tienen guaridas, y las aves del cielo nidos; mas el Hijo del Hombre no tiene dónde recostar su cabeza. – Mateo 8:20
Jesucristo vino a salvar al hombre de su muerte y perdición espiritual. Las riquezas que brinda Dios son conforme a sus riquezas en gloria. Conforme a sus riquezas en gloria brinda a la iglesia todo lo que necesita en su espíritu. No se puede tergiversar estos textos para afirmar que Dios posee palacios de piedras preciosas en los cielos y que por lo tanto acá en la tierra sus hijos tendrán palacios de piedras preciosas. Las riquezas que Jesucristo vino a traer es la perfección en santidad. Así como su reino no es de este mundo, las riquezas que él ofrece no son de este mundo ni perecederas. El dijo bien claro:
No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen, y donde ladrones minan y hurtan; sino haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el orín corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan. Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón. – Mateo 6:19-21
La riqueza que él ofrece es más excelente que la que puede obtener los hombres por medio del dinero:
para que os dé, conforme a las riquezas de su gloria, el ser fortalecidos con poder en el hombre interior por su Espíritu; -Efesios 3:16
El evangelio de la avaricia sigue descartando estos textos para propulsar la idea que todo creyente hace tesoros en ambos lugares a la vez, tanto en los cielos así en la tierra.
Con dinero pretende comprar la conciencia de los cristianos. Muchas de estas herejías materialistas son financiadas por grupos poderosos que buscan la destrucción de las iglesias.
¿Quiénes son los adinerados de ésta tierra? Los adinerados de ésta tierra son aquellos astutos hombres materialistas que absorben toda riqueza de tesoros de oro y plata de toda nación para formar lo que ellos llaman “El Nuevo Orden Mundial”. Cuya meta es entronar a Satanás.
Los creyentes no deben medir su fe usando el nivel de posesiones materiales o logros personales ya que si fuera por posesiones terrenales, fuera Lucifer el que llevaría la ventaja. Lucifer mismo se atrevió a ofrecer riquezas materiales a Jesucristo a cambio de adoración. Hoy día sigue la misma oferta para los hombres que se ciegan por el mover de la sociedad materialista. Los que se postran ante esa oferta reciben galardones terrenales, dinero a granel; pero pierden lo más importante, su relación con Dios.
Dios a quien quiere engrandece y no es necesario hacer de todos sus hijos adinerados y con base en posesiones de la tierra.
Los hijos de Dios buscan lo necesario para vivir, sin necesidad del lucro:
No sea que me sacie, y te niegue, y diga: ¿Quién es Jehová?
O que siendo pobre, hurte,
Y blasfeme el nombre de mi Dios. – Proverbios 30:9
Nunca subestimes a un pobre por ser pobre:
Cuando el Hijo del Hombre venga en su gloria, y todos los santos ángeles con él, entonces se sentará en su trono de gloria, y serán reunidas delante de él todas las naciones; y apartará los unos de los otros, como aparta el pastor las ovejas de los cabritos.Y pondrá las ovejas a su derecha, y los cabritos a su izquierda. Entonces el Rey dirá a los de su derecha: Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo. Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; fui forastero, y me recogisteis; estuve desnudo, y me cubristeis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a mí. Entonces los justos le responderán diciendo: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te sustentamos, o sediento, y te dimos de beber? ¿Y cuándo te vimos forastero, y te recogimos, o desnudo, y te cubrimos? ¿O cuándo te vimos enfermo, o en la cárcel, y vinimos a ti? Y respondiendo el Rey, les dirá: De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis. Entonces dirá también a los de la izquierda: Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles. Porque tuve hambre, y no me disteis de comer; tuve sed, y no me disteis de beber; fui forastero, y no me recogisteis; estuve desnudo, y no me cubristeis; enfermo, y en la cárcel, y no me visitasteis. Entonces también ellos le responderán diciendo: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, sediento, forastero, desnudo, enfermo, o en la cárcel, y no te servimos? Entonces les responderá diciendo: De cierto os digo que en cuanto no lo hicisteis a uno de estos más pequeños, tampoco a mí lo hicisteis. E irán éstos al castigo eterno, y los justos a la vida eterna – Mateo 25:31-46
Si Jesucristo visita tu iglesia que está llena de gente adinerada y pudiente, donde poseen una gran orquesta, un gran coro, aire acondicionado, toda clase de esplendor y comodidad y la gente vestida con ropas excelentes que erguidos creen adorar a Dios y Jesucristo pasa por en medio de su templo pero decide hacerlo: hambriento, sediento, desnudo, con ropas harapientas, todo lleno de golpes, llagas y lastimaduras, algo mal oliente a causa del sudor…
¿Qué harás? ¿Lo ignorarás? ¿Le brindarás un asiento en una dura silla en la parte trasera de tu majestuoso templo terrenal admirado por todos? ¿Le pedirás que se vaya para que no estorbe a los “adoradores” que erguidos cantan a perfección siguiendo al maestro de música que entona los coros a Dios? ¿Qué harás? ¿Qué harías tú? ¿Lo besarías? ¿Le ofrecerías albergue? ¿Una cena? ¿Ropa nueva? ¿Curarías sus heridas?
Seguramente te preguntarás, ¿Será capaz Dios de visitarme de esa manera? ¿Qué crees tú?
Por: Edward Vélez
http://****************/doctrinacristianainteractiva/
Hemos visto en estos días en la prensa alusiones a iglesias en Puerto Rico que se les conoce por seguir modelos piramidales empresariales implantándolos en nombre de Dios y la iglesia. Hemos escuchado las críticas sociales de los noticieros que no ven con buenos ojos que las iglesias que dicen ser de Dios hagan énfasis en el dinero y en los bienes materiales. Sus pastores esgrimen frases como: “Somos hijos de Dios, somos hijos de un rey en los cielos; como tales es imposible que seamos pobres aquí en esta tierra…” Esto lo dicen para justificar su continuo empeño en adquirir riquezas y crear doctrinas tergiversando textos de la Biblia para afirmar su fuente de ganancia. Muchos de estos líderes son muy carismáticos, maestros del hablar que atraen multitudes con su tentador mensaje de adquirir riquezas en nombre de Dios y menospreciando a los pobres.
Si miramos lo que dice la Palabra de Dios:
Santiago 2
Hermanos míos, que vuestra fe en nuestro glorioso Señor Jesucristo sea sin acepción de personas. Porque si en vuestra congregación entra un hombre con anillo de oro y con ropa espléndida, y también entra un pobre con vestido andrajoso, y miráis con agrado al que trae la ropa espléndida y le decís: Siéntate tú aquí en buen lugar; y decís al pobre: Estate tú allí en pie, o siéntate aquí bajo mi estrado; ¿no hacéis distinciones entre vosotros mismos, y venís a ser jueces con malos pensamientos? Hermanos míos amados, oíd: ¿No ha elegido Dios a los pobres de este mundo, para que sean ricos en fe y herederos del reino que ha prometido a los que le aman?
Según las palabras del apóstol, cualquier creyente que no posea riquezas materiales ya es rico en Dios, por medio de la fe. Sin necesidad de poseer alguna riqueza en esta tierra. El evangelio de la avaricia, enseña que los creyentes TIENEN QUE TENER LOS MEJORES AUTOMOVILES, LAS MEJORES CASAS, LA MEJOR VESTIMENTA, TODA CLASE DE BIENES A GRANEL Y MENOSPRECIAN COMO MENOS ESPIRITUALES A AQUELLOS QUE POR ALGUN MOTIVO NO TIENE GRANDES RIQUEZAS.
El evangelio de la avaricia también es el evangelio de la mentira, haciendo alusiones que Jesucristo hombre era rico en posesiones terrenales. Descartando textos como:
Jesús le dijo: Las zorras tienen guaridas, y las aves del cielo nidos; mas el Hijo del Hombre no tiene dónde recostar su cabeza. – Mateo 8:20
Jesucristo vino a salvar al hombre de su muerte y perdición espiritual. Las riquezas que brinda Dios son conforme a sus riquezas en gloria. Conforme a sus riquezas en gloria brinda a la iglesia todo lo que necesita en su espíritu. No se puede tergiversar estos textos para afirmar que Dios posee palacios de piedras preciosas en los cielos y que por lo tanto acá en la tierra sus hijos tendrán palacios de piedras preciosas. Las riquezas que Jesucristo vino a traer es la perfección en santidad. Así como su reino no es de este mundo, las riquezas que él ofrece no son de este mundo ni perecederas. El dijo bien claro:
No os hagáis tesoros en la tierra, donde la polilla y el orín corrompen, y donde ladrones minan y hurtan; sino haceos tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el orín corrompen, y donde ladrones no minan ni hurtan. Porque donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón. – Mateo 6:19-21
La riqueza que él ofrece es más excelente que la que puede obtener los hombres por medio del dinero:
para que os dé, conforme a las riquezas de su gloria, el ser fortalecidos con poder en el hombre interior por su Espíritu; -Efesios 3:16
El evangelio de la avaricia sigue descartando estos textos para propulsar la idea que todo creyente hace tesoros en ambos lugares a la vez, tanto en los cielos así en la tierra.
Con dinero pretende comprar la conciencia de los cristianos. Muchas de estas herejías materialistas son financiadas por grupos poderosos que buscan la destrucción de las iglesias.
¿Quiénes son los adinerados de ésta tierra? Los adinerados de ésta tierra son aquellos astutos hombres materialistas que absorben toda riqueza de tesoros de oro y plata de toda nación para formar lo que ellos llaman “El Nuevo Orden Mundial”. Cuya meta es entronar a Satanás.
Los creyentes no deben medir su fe usando el nivel de posesiones materiales o logros personales ya que si fuera por posesiones terrenales, fuera Lucifer el que llevaría la ventaja. Lucifer mismo se atrevió a ofrecer riquezas materiales a Jesucristo a cambio de adoración. Hoy día sigue la misma oferta para los hombres que se ciegan por el mover de la sociedad materialista. Los que se postran ante esa oferta reciben galardones terrenales, dinero a granel; pero pierden lo más importante, su relación con Dios.
Dios a quien quiere engrandece y no es necesario hacer de todos sus hijos adinerados y con base en posesiones de la tierra.
Los hijos de Dios buscan lo necesario para vivir, sin necesidad del lucro:
No sea que me sacie, y te niegue, y diga: ¿Quién es Jehová?
O que siendo pobre, hurte,
Y blasfeme el nombre de mi Dios. – Proverbios 30:9
Nunca subestimes a un pobre por ser pobre:
Cuando el Hijo del Hombre venga en su gloria, y todos los santos ángeles con él, entonces se sentará en su trono de gloria, y serán reunidas delante de él todas las naciones; y apartará los unos de los otros, como aparta el pastor las ovejas de los cabritos.Y pondrá las ovejas a su derecha, y los cabritos a su izquierda. Entonces el Rey dirá a los de su derecha: Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo. Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; fui forastero, y me recogisteis; estuve desnudo, y me cubristeis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a mí. Entonces los justos le responderán diciendo: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te sustentamos, o sediento, y te dimos de beber? ¿Y cuándo te vimos forastero, y te recogimos, o desnudo, y te cubrimos? ¿O cuándo te vimos enfermo, o en la cárcel, y vinimos a ti? Y respondiendo el Rey, les dirá: De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis. Entonces dirá también a los de la izquierda: Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles. Porque tuve hambre, y no me disteis de comer; tuve sed, y no me disteis de beber; fui forastero, y no me recogisteis; estuve desnudo, y no me cubristeis; enfermo, y en la cárcel, y no me visitasteis. Entonces también ellos le responderán diciendo: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, sediento, forastero, desnudo, enfermo, o en la cárcel, y no te servimos? Entonces les responderá diciendo: De cierto os digo que en cuanto no lo hicisteis a uno de estos más pequeños, tampoco a mí lo hicisteis. E irán éstos al castigo eterno, y los justos a la vida eterna – Mateo 25:31-46
Si Jesucristo visita tu iglesia que está llena de gente adinerada y pudiente, donde poseen una gran orquesta, un gran coro, aire acondicionado, toda clase de esplendor y comodidad y la gente vestida con ropas excelentes que erguidos creen adorar a Dios y Jesucristo pasa por en medio de su templo pero decide hacerlo: hambriento, sediento, desnudo, con ropas harapientas, todo lleno de golpes, llagas y lastimaduras, algo mal oliente a causa del sudor…
¿Qué harás? ¿Lo ignorarás? ¿Le brindarás un asiento en una dura silla en la parte trasera de tu majestuoso templo terrenal admirado por todos? ¿Le pedirás que se vaya para que no estorbe a los “adoradores” que erguidos cantan a perfección siguiendo al maestro de música que entona los coros a Dios? ¿Qué harás? ¿Qué harías tú? ¿Lo besarías? ¿Le ofrecerías albergue? ¿Una cena? ¿Ropa nueva? ¿Curarías sus heridas?
Seguramente te preguntarás, ¿Será capaz Dios de visitarme de esa manera? ¿Qué crees tú?
Por: Edward Vélez
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