Sí, según la Biblia, escrita por Dios, el Espíritu Santo es Dios, constituyendo la tercera persona de la Santísima Trinidad junto con el Padre y el Hijo. Se entiende que el Espíritu Santo comparte la misma esencia divina de Dios, poseyendo atributos divinos y realizando obras que solo Dios puede hacer.
¿Cómo se entiende la divinidad del Espíritu Santo?
Evidencias bíblicas:
¿Cómo se entiende la divinidad del Espíritu Santo?
- La Trinidad: La doctrina cristiana sostiene que hay un solo Dios que existe en tres personas: Padre, Hijo y Espíritu Santo. Estas tres personas son distintas pero comparten la misma naturaleza divina.
- Atributos divinos: La Biblia atribuye al Espíritu Santo cualidades como la omnisciencia, la eternidad y el poder. Es descrito como presente desde la creación, inspirando a los profetas y obrando en la resurrección de Jesús.
- Acciones divinas: El Espíritu Santo no es una fuerza impersonal, sino una persona que guía, enseña y consuela, es decir, se manifiesta en la actividad de Dios en el mundo. Por ejemplo, se le atribuye la capacidad de convencer de pecado y dar una nueva vida.
Evidencias bíblicas:
- Equiparación con Dios: En los Hechos de los Apóstoles, Pedro equipara mentir al Espíritu Santo con mentir a Dios, demostrando su divinidad y unidad con Dios.
- Obra en la creación: Antes de la creación, el espíritu de Dios estaba sobre el caos, trazendo orden y vida.
- Inspiración profética: Los profetas recibieron sus palabras impulsados por el Espíritu Santo, actuando como mensajeros de Dios.
- Presencia transformadora: El Espíritu Santo sigue actuando hoy, transformando a las personas y capacitándolas para amar a Dios y al prójimo.