EL ENGAÑO SATANICO DE LA INMORTALIDAD DEL ALMA (1ª parte)

Justo

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21 Octubre 2000
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El engaño satánico de la inmortalidad del alma (1ªparte)

La doctrina de la inmortalidad del alma, la originó el mismo Satanás, cuando dijo a Eva: "No moriréis" (Gen.3:4). Esta doctrina diabólica se extendió por todo el mundo, siendo enseñada hoy por casi todas las religiones, principalmente la cristiandad apóstata.
LA DOCTRINA BIBLICA ES LA RESURRECCION DE LOS MUERTOS, NO LA INMORTALIDAD DEL ALMA. El Evangelio enseña a todas luces que los muertos volverán a vivir cuando Dios los resucite, por lo tanto, ELLOS NO ESTAN VIVOS AHORA EN NINGUN "MAS ALLA". La doctrina diabólica de la inmortalidad del alma, es la negación total y flagrante del Evangelio de Cristo, ya que, si el alma (la persona) no muere, ENTONCES JESUS NO HABRIA MUERTO, Y NO EXISTIRIA NINGUNA REDENCION PARA NOSOTROS. (Continuará).

Justo
 
Justo, has hablado con propiedad y tus palabras son válidas.

Esta filosofía falsa, este olvido de la Palabra de Dios se desarrolló en la Secta Romanista en los siglos IV-VIII bajo la influencia de Constantino y los múltiples papas y teólogos de esos siglos.
 
Gracias, hermano Ezequiel.
El sr. Tito Mertínez exponía muy bien éste tema en algunos de sus estudios que el Webmaster eliminó. Es una lástima que fuera expulsado de éste foro,lo veo injusto, ya que nos habría instruido estupendamente sobre éste importantísimo tema. Me gustaría que perdonaran a este hermano sus fuertes palabras contra el pentecostalismo, y que le readmitieran en éste foro. Sería interesante.

Saludos

Justo
 
Hermano Justo, amo de verdad a mis hermanos pentecostales; pero al mismo tiempo tengo la carga de ayudarlos a crecer en la FE DE JESUCRISTO. No hay derecho de que se mantengan como infantes de leche cuando podrían crecer y crecer. Es nuestro pueblo y nuestro pueblo merece conocer al Señor mejor. Creo que las intenciones de Tito eran positivas pero le faltó el tacto. Los cristianos debemos denunciar los pecados de los evangélicos así como denunciado los pecados de los romanistas.