"Yo no creo en ningún dogma ni en ninguna tradición que altere el UNICO evangelio Eterno dado en La Escritura "
FORISTA JULIO PARADA
No olvide su condición de "apóstol a las naciones" cuando postee en este foro y en cualquier otro, hágase responsable de la identidad con la cual sus cabras lo llaman en sus videos que sube a YouTube:
"El apóstol Julio Parada tiene la Palabra"
Pero quiero recalcar a los lectores que es necesario advertir con claridad y firmeza que reducir el mensaje de salvación al llamado “evangelio eterno” de Apocalipsis 14:6, sin considerar el contexto completo de la revelación de Dios en Cristo crucificado, es una mutilación del mensaje redentor y una afrenta directa al sacrificio del Hijo de Dios.
Y ese delito es lo que usted está haciendo, está prevaricando ante los ojos de Cristo.
¡¡Oído pueblo!!
El “evangelio eterno” anunciado por el ángel en Apocalipsis no es un evangelio distinto, sino una proclamación escatológica de juicio y soberanía divina en medio de un mundo gobernado por el anticristo.
No es el anuncio de la gracia salvadora por medio de la cruz, sino una advertencia global:
“Temed a Dios y dadle gloria” (Ap. 14:7). Es un eco del carácter inmutable de Dios, no una revelación completa del misterio de la redención.
Reducir el evangelio a esa proclamación angelical, ignorando el clímax de la historia redentora —la cruz— es como predicar un reino sin Rey crucificado, una corona sin espinas, una gloria sin Gólgota.
Es olvidar que el evangelio que salva es el de
“Jesucristo, y éste crucificado” (1 Corintios 2:2), y que la Iglesia —la esposa del Cordero— es el fruto de la aflicción de su alma (Isaías 53:11), costó dolor, sufrimiento, angustia, y muerte del fundamento (1Cor.3:11) no es el resultado de un decreto angélico en los días del juicio.
El evangelio del reino anunciado por Jesús en los evangelios fue rechazado por Israel, y en ese rechazo se abrió el camino para la cruz, donde el Cordero fue inmolado desde antes de la fundación del mundo (Ap. 13:8).
Pretender, ya sea por ignorancia o conveniencia, que el reino no necesitaba la cruz es insinuar que la redención podía lograrse sin sangre, lo cual contradice:
Hebreos 9:22:
“Sin derramamiento de sangre no se hace remisión.”
Por tanto, cualquier “ministerio” que omita la cruz, que minimice la sangre, o que desplace a Cristo crucificado del centro del mensaje, no es apostólico, sino anatema (Gálatas 1:8).
Esa expresión "malditos anatemas" que usted trae al foro, comience por aplicarla a usted mismo.
No importa si su ministerio fue recibido en un sueño, por un ángel o por una visión: si no exalta la cruz, no viene de Dios.
No me extraña que haya elegido el evangelio predicado por un ángel, ya que su ministerio fue el fruto de un sueño donde el ángel de Apocalipsis le confería su apostolado.
Es responsable delante de Cristo de su engaño y falsedad.
La buena noticia es que aún tiene tiempo de arrepentirse, pero dudo que lo haga porque ama más la gloria de los hombres, que lo llamen "apóstol" que la gloria de Cristo y este crucificado.