Ruego perdonen el error del titulo de los mensajes "el de..."
PRACTICANDO EL LIBRO DE LOS HECHOS
Semana 4--- El día de Pentecostés
Jueves --- Leer con oración: Hch 2:1-11; Jl 2:28-29; Dt 16:10; Ex 23:16b
"He aquí, yo enviaré la promesa de mi Padre sobre vosotros; pero quedaos vosotros en la ciudad de Jerusalén, hasta que seáis revestidos de poder desde lo alto" (Lc 24:49 lit.)
EL DERRAMAMIENTO DEL ESPÍRITU
En el día de Pentecostés, los doce apóstoles, reunidos con los demás discípulos, totalizaban cerca de ciento veinte personas, que esperaban en Jerusalén la venida del Espíritu Santo (Hch 2:1). En Hechos 2:2 leemos: “Y de repente vino del cielo un estruendo como de un viento recio que soplaba, el cual llenó toda la casa donde estaban sentados”. El verbo llenar, en griego, es pleróo, que significa llenar interiormente, como el viento que llenó la casa. Por tanto, ese viento representa al Espíritu.
Los versículos 3 y 4a dicen: “y se les aparecieron lenguas repartidas, como de fuego, asentándose sobre cada uno de ellos. Y fueron todos llenos del Espíritu Santo”. El verbo llenar en este versículo, en griego, es plétho, que significa llenar exteriormente, y se refiere al Espíritu económico revistiéndolos para darles poder. Esa era la promesa hecha por el Padre en el Antiguo Testamento (Jl 2:28-29) y es citada en Lucas 24:49 por el Señor Jesús y cumplida en el día de Pentecostés.
Cuando fueron llenos del Espíritu Santo, comenzaron a hablar en otras lenguas (Hch 2:4b). Los ciento veinte eran galileos, en su mayoría pescadores iletrados y personas despreciadas por los habitantes de la gran ciudad. Dios quería hacer un milagro y demostrar señales y prodigios en medio de ellos, por eso usó a tales personas incultas para hacer la obra del evangelio. Fue un milagro del Señor el hecho que ellos, de repente, comenzaron a hablar las lenguas de otros pueblos. Ellos ciertamente nunca habían salido de los alrededores del mar de Galilea y jamás serían capaces de hablar en lenguas de otros países, pero el Espíritu Santo los capacitó a hablar. Hechos 2:9-11 cita una relación de países cuyas lenguas los discípulos estaban hablando. El Espíritu de poder hizo esto. ¡Gracias al Señor!
Hechos 2:5 dice: “Moraban entonces en Jerusalén judíos, varones piadosos, de todas las naciones bajo el cielo”. Ellos habían ido a Jerusalén para la Fiesta de las Semanas (Dt 16:10), también llamada la Fiesta de la Ciega (Éx 23:16b), cincuenta días después de la Pascua (Lv 23:10-11, 15-16). Pentecostés en griego quiere decir quincuagésimo. Estos judíos que estaban esparcidos por el mundo entero, tres veces por año volvían a Jerusalén para celebrar las tres fiestas: la de la Pascua, la de Pentecostés y la de los Tabernáculos (Éx 23:14, 17; 34:23).
Hechos 2:6-8 dice: “Y hecho este estruendo, se juntó la multitud; y estaban confusos, porque cada uno les oía hablar en su propio dialecto. Y estaban atónitos y maravillados, diciendo: Mirad, ¿no son galileos todos estos que hablan? ¿Cómo, pues, les oímos nosotros hablar cada uno en nuestro dialecto en el que hemos nacido?” Era como si un judío de un país hablase a otro: “¿Cómo es posible? Estoy oyendo a ese pescador galileo hablar en mi dialecto”, y el otro judío, que también era de otro país, respondiese: “No, no; él está hablando en mi dialecto”. Era realmente un milagro, pues cada uno los oía hablar en su propio dialecto en el que había nacido.
El término griego para lengua en estos versículos es diálektos, que quiere decir dialecto, idioma comprensible, lengua de un pueblo o nación, éste es diferente de glóssa, que se refiere al órgano del habla, a los sonidos que emite la lengua y también puede ser traducido por lengua, idioma. La lengua es el idioma de un país, son los sonidos característicos del lenguaje de un pueblo, y dialecto es un hablar local que se deriva de una lengua. No debemos confundir dialecto con expresar una voz o un sonido con la lengua. En el día de Pentecostés lo que los judíos oyeron no fue sólo sonidos que son emitidos por la lengua, sino dialectos comprensibles. Estos judíos que eran de diferentes lugares se quedaron espantados, pues aquellos galileos iletrados podían hablar en el dialecto de su ciudad natal, éstos incluso pensaron que los discípulos estaban ebrios.
Punto Clave: El Espíritu nos capacita para hablar
Pregunta: ¿Cuál es la diferencia entre pleróo y plétho?
Do0ng Yu Lan
Derechos reservados a: Editora “Árvore da Vida”
¡Jesús es el Señor!
PRACTICANDO EL LIBRO DE LOS HECHOS
Semana 4--- El día de Pentecostés
Jueves --- Leer con oración: Hch 2:1-11; Jl 2:28-29; Dt 16:10; Ex 23:16b
"He aquí, yo enviaré la promesa de mi Padre sobre vosotros; pero quedaos vosotros en la ciudad de Jerusalén, hasta que seáis revestidos de poder desde lo alto" (Lc 24:49 lit.)
EL DERRAMAMIENTO DEL ESPÍRITU
En el día de Pentecostés, los doce apóstoles, reunidos con los demás discípulos, totalizaban cerca de ciento veinte personas, que esperaban en Jerusalén la venida del Espíritu Santo (Hch 2:1). En Hechos 2:2 leemos: “Y de repente vino del cielo un estruendo como de un viento recio que soplaba, el cual llenó toda la casa donde estaban sentados”. El verbo llenar, en griego, es pleróo, que significa llenar interiormente, como el viento que llenó la casa. Por tanto, ese viento representa al Espíritu.
Los versículos 3 y 4a dicen: “y se les aparecieron lenguas repartidas, como de fuego, asentándose sobre cada uno de ellos. Y fueron todos llenos del Espíritu Santo”. El verbo llenar en este versículo, en griego, es plétho, que significa llenar exteriormente, y se refiere al Espíritu económico revistiéndolos para darles poder. Esa era la promesa hecha por el Padre en el Antiguo Testamento (Jl 2:28-29) y es citada en Lucas 24:49 por el Señor Jesús y cumplida en el día de Pentecostés.
Cuando fueron llenos del Espíritu Santo, comenzaron a hablar en otras lenguas (Hch 2:4b). Los ciento veinte eran galileos, en su mayoría pescadores iletrados y personas despreciadas por los habitantes de la gran ciudad. Dios quería hacer un milagro y demostrar señales y prodigios en medio de ellos, por eso usó a tales personas incultas para hacer la obra del evangelio. Fue un milagro del Señor el hecho que ellos, de repente, comenzaron a hablar las lenguas de otros pueblos. Ellos ciertamente nunca habían salido de los alrededores del mar de Galilea y jamás serían capaces de hablar en lenguas de otros países, pero el Espíritu Santo los capacitó a hablar. Hechos 2:9-11 cita una relación de países cuyas lenguas los discípulos estaban hablando. El Espíritu de poder hizo esto. ¡Gracias al Señor!
Hechos 2:5 dice: “Moraban entonces en Jerusalén judíos, varones piadosos, de todas las naciones bajo el cielo”. Ellos habían ido a Jerusalén para la Fiesta de las Semanas (Dt 16:10), también llamada la Fiesta de la Ciega (Éx 23:16b), cincuenta días después de la Pascua (Lv 23:10-11, 15-16). Pentecostés en griego quiere decir quincuagésimo. Estos judíos que estaban esparcidos por el mundo entero, tres veces por año volvían a Jerusalén para celebrar las tres fiestas: la de la Pascua, la de Pentecostés y la de los Tabernáculos (Éx 23:14, 17; 34:23).
Hechos 2:6-8 dice: “Y hecho este estruendo, se juntó la multitud; y estaban confusos, porque cada uno les oía hablar en su propio dialecto. Y estaban atónitos y maravillados, diciendo: Mirad, ¿no son galileos todos estos que hablan? ¿Cómo, pues, les oímos nosotros hablar cada uno en nuestro dialecto en el que hemos nacido?” Era como si un judío de un país hablase a otro: “¿Cómo es posible? Estoy oyendo a ese pescador galileo hablar en mi dialecto”, y el otro judío, que también era de otro país, respondiese: “No, no; él está hablando en mi dialecto”. Era realmente un milagro, pues cada uno los oía hablar en su propio dialecto en el que había nacido.
El término griego para lengua en estos versículos es diálektos, que quiere decir dialecto, idioma comprensible, lengua de un pueblo o nación, éste es diferente de glóssa, que se refiere al órgano del habla, a los sonidos que emite la lengua y también puede ser traducido por lengua, idioma. La lengua es el idioma de un país, son los sonidos característicos del lenguaje de un pueblo, y dialecto es un hablar local que se deriva de una lengua. No debemos confundir dialecto con expresar una voz o un sonido con la lengua. En el día de Pentecostés lo que los judíos oyeron no fue sólo sonidos que son emitidos por la lengua, sino dialectos comprensibles. Estos judíos que eran de diferentes lugares se quedaron espantados, pues aquellos galileos iletrados podían hablar en el dialecto de su ciudad natal, éstos incluso pensaron que los discípulos estaban ebrios.
Punto Clave: El Espíritu nos capacita para hablar
Pregunta: ¿Cuál es la diferencia entre pleróo y plétho?
Do0ng Yu Lan
Derechos reservados a: Editora “Árvore da Vida”
¡Jesús es el Señor!