La palabra "culto", en la Biblia, siempre se refiere a Dios, quien es un Espìritu, y por tanto, hay que adorarlo con espìritu y verdad (Juan 4:23,24).
Y no hay excusas en cuanto a què palabra se use en latìn para la palabra "culto"; de hecho, la "RAE", un diccionario español, define la palabra "venerar", en su 2ª definiciòn: "dar culto a Dios, a los santos o a las cosas sagradas". Y no hace ninguna distinciòn entre el culto que se da a Dios y el que se da a los "santos" o "cosas sagradas"; estando lo ùltimo, el culto a los "santos" o "cosas sagradas", prohibido en la Biblia; ya sea que en latìn se use la palabra "dulia" o "hiperdulia", que vienen del idioma griego, pues en realidad esa palabra "dulia" significa "servicio", y es precisamente lo que Dios prohibe y condena, que se sirvan a las imàgenes o estatuas, que es lo mismo que rendirles culto, lo cual es idolatrìa (Deuteronomio 4:15-19,23,24,28; 5:7-10; 8:19; 1ºReyes 9:6-9; 2ºReyes 17:12,16,35; Jeremìas 10:1-6; 35:15; Habacuc 2:18,19; etc....).
Y el mismo Jesucristo, citando de Deuteronomio 5:7-10, dice tambièn a quien sòlamente hay que rendir culto (servicio sagrado): a Jehovà (Yahveh) Dios (Mateo 4:10), quien es un Espìritu, y no es semejante a oro, plata, piedra, etc., ni habita en templos construidos por manos humanas (Hechos 17:16,24-31).
