Re: EL CATOLICISMO ROMANO: UN CAMINO HACIA EL INFIERNO.
La Biblia no afronta este problema, que es de origen modernista. El modernismo es la mentalidad en la que está imbuída la gran mayoría de iglesias evangélicas modernas. Pero básicamente es una interpretación errada de la Escritura desde el presupuesto de que todo lo que hay en el Antiguo Testamento se manifiesta en Jesucristo como un símbolo. De ahí la negación, por ejemplo, de los sacramentos, sustituido por un concepto de "unción" espiritual meramente simbólica, sin signos físicos y tangibles (rituales) mediante los que se comunican estas operaciones del Espíritu. Es un problema más complejo de lo que parece, y ahora no poseo mucho tiempo. El problema de fondo es la Sola Scriptura, que se mancha siempre con las mentalidades propias del tiempo de quien lee la Escritura con tal criterio de autosuficiencia.
Amigo, conoces los servicios del santuario y los que representan? por lo que estas opinando es una verdadera aberracion sin ningun sustento bajo cualquier contexto biblico que lo quieras analizar.
Querer defender la acitividad de intermediacion y perdonadora de pecados en base a los servicios sacerdotales del santuario esta fuera de lugar, primero que el sacrificio representaba a Jesus y por eso el se ofrecio en sacrificio, segundo los servicios de intermediacion se terminaron con la muerte de Jesus, nuestro acceso a Dios es a traves de Cristo: dice Jesus nadien viene al padre si no es por mi.
Pero analizemo bajo el contexto biblico mis comentarios:
Los que ejercían el sacerdocio aarónico cumplían funciones tanto de representantes como de mediadores. En especial el sumo sacerdote representaba al pueblo delante de Dios e intercedía en su favor, sacarias da luz respecto a lo que estoy aseverando:
Zac.3.3. Y Josué estaba vestido de vestiduras viles, y estaba delante del ángel.
Zac.3.4. Y habló el ángel, y mandó a los que estaban delante de él, diciendo: Quitadle esas vestiduras viles. Y a él le dijo: Mira que he quitado de ti tu pecado, y te he hecho vestir de ropas de gala.
Zac.3.5. Después dijo: Pongan mitra limpia sobre su cabeza. Y pusieron una mitra limpia sobre su cabeza, y le vistieron las ropas. Y el ángel de Jehová estaba en pie.
Zac.3.6. Y el ángel de Jehová amonestó a Josué, diciendo:
Zac.3.7. Así dice Jehová de los ejércitos: Si anduvieres por mis caminos, y si guardares mi ordenanza, también tú gobernarás mi casa, también guardarás mis atrios, y entre éstos que aquí están te daré lugar.
Zac.3.8.
Escucha pues, ahora, Josué sumo sacerdote, tú y tus amigos que se sientan delante de ti, porque son varones simbólicos. He aquí, yo traigo a mi siervo el Renuevo.
Como puedes a la luz de las escrituras el sacerdocio aronico era el eslabón vital entre un Dios santo y un pueblo impío, no santificado. En los dos aspectos el sacerdocio aarónico era un símbolo del sacerdocio de Cristo, vamos a consultar que nos dice al apostol Pablo en Hebreos
Heb.3.1. Por tanto, hermanos santos, participantes del llamamiento celestial, considerad al apóstol y sumo sacerdote de nuestra profesión, Cristo Jesús;
en este versiculo pablo no permite ver al sacerdocio mismo de Jesus;
asi tambien hebreos nos presenta la santidad de su investidura
Heb.4.15. Porque no tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado.
Heb.7.26. Porque tal sumo sacerdote nos convenía: santo, inocente, sin mancha, apartado de los pecadores, y hecho más sublime que los cielos;
Tambien nos presenta a su obra de mediación e intercesión:
Heb.9.11. Pero estando ya presente Cristo, sumo sacerdote de los bienes venideros, por el más amplio y más perfecto tabernáculo, no hecho de manos, es decir, no de esta creación,
Heb.9.12. y no por sangre de machos cabríos ni de becerros, sino por su propia sangre, entró una vez para siempre en el Lugar Santísimo, habiendo obtenido eterna redención.
Heb.9.24. Porque no entró Cristo en el santuario hecho de mano, figura del verdadero, sino en el cielo mismo para presentarse ahora por nosotros ante Dios;