El camino único de la fe

hgo

2
5 Septiembre 2001
3.029
1
El camino único de la fe
11:1-40
La definición de la fe
v.1
Después de presentar en loe primeros diez capítulos una comparación detallada entre el judaísmo y la economía de Dios, este libro exhorta a los creyentes hebreos, quienes estaban en peligro de retroceder, a vivir, andar y seguir adelante por fe (10:38-39) es decir, no por vista (2 Co.5:7). Luego en el cap. 11 la fe es definida conforme a su historia. Tanto la herencia eterna (9:15) como el gran galardón (10:35) prometidos por Dios, son cosas esperadas e invisibles. La fe es lo que da sustantividad a lo que se espera. Por lo tanto, es la seguridad, la confianza, la confirmación, la realidad, la esencia, la base de sustentación, de lo que se espera, es decir, el fundamento que sustenta lo que se espera. La fe también es la convicción de lo que no se ve. Esta fe nos convence de lo que no vemos. Por lo tanto, es la evidencia, la prueba, de lo que no se ve.
La misma palabra griega traducida substancia en 1:3 y confianza en 3:14 y en 2 Co. 11:17 (en la cual uno sabe que tiene un fundamento seguro) Además, puede traducirse confirmación, realidad, esencia (lo cual denota la naturaleza verdadera de las cosas en contraste con la apariencia), fundamento, o base de sustentación. La palabra significa principalmente substancia, pero aquí denota dar sustantividad a la substancia (de lo que se espera); por tanto se traduce lo que da sustantividad. Significa dar sustantividad a la realidad de lo que no se ve. Esta es la acción de la fe. Por consiguiente, dice aquí que la fe es lo que da sustantividad a lo que se espera..
Los incrédulos, puesto que no tienen a Cristo, tampoco tienen esperanza (Ef. 2:12; 1 Ts. 4:13). Pero nosotros los que creemos en Cristo somos un pueblo de esperanza. El llamamiento que recibimos de Dios nos trae la esperanza (Ef. 1:18; 4:4). Fuimos regenerados para una esperanza viva (1 P. 1:3). Nuestro Cristo, quien está en nosotros, es la esperanza de gloria (Col. 1:27; 1 Ti. 1:1), la cual dará por resultado la redención, la transfiguración, de nuestro cuerpo en gloria (Ro. 8:23-25). Esta es la esperanza de la salvación (1 Ts. 5:8), una esperanza bienaventurada (Tit. 2:13), una buena esperanza (2 Ts. 2:16), la esperanza de la vida eterna (Tit. 1:2; 3:7); también es la esperanza de la gloria de Dios (Ro. 5:2), la esperanza del evangelio (Col. 1:23), la esperanza guardada para nosotros en los cielos (Col. 1:5). Siempre debemos mantener esta esperanza (1 Jn. 3:3) y gloriarnos en ella (Ro. 5:2). Nuestro Dios es el Dios de esperanza (Ro. 15:13) y por medio del ánimo que las Escrituras nos infunden podemos tener esperanza (Ro. 15:4) en Dios todo el tiempo (1 P.1:21) y regocijarnos en esta esperanza (Ro.12:12). Este libro nos exhorta a retener hasta el fin el gloriarmos en la esperanza (3:6), a mostrar diligencia hasta el fin para plena certeza de nuestra esperanza (6:11), y a echar mano de la esperanza puesta delante de nosotros (6:18). También nos dice que el nuevo pacto nos trae una mejor esperanza por medio de la cual nos acercamos a Dios (7:19). Nuestra vida debe ser una vida de esperanza, la cual acompaña la fe y permanece con ella (1 P. 1:21; 1 Co. 13:13). Debemos seguir a Abraham, quien creyó en esperanza contra esperanza (Ro. 4:18).
La convicción de la verdad. La palabra griega puede traducirse evidencia o prueba.
Todas las cosas que se esperan son cosas que no se ven (Ro. 8:24-25). Como personas de esperanza, no debemos dirigir nuestra vida hacia las cosas que se ven, sino hacia las que no se ven, dado que lo que se ve es temporal, pero lo que no se ve es eterno (2 Co. 4:18). Por lo tanto, andamos por fe, no por vista (2 Co. 5:7).
Nota tomada del Nuevo Testamento Versión Recobro.
 
Re: El camino único de la fe

hgo dijo:
El camino único de la fe
11:1-40
La definición de la fe
v.1
Después de presentar en loe primeros diez capítulos una comparación detallada entre el judaísmo y la economía de Dios, este libro exhorta a los creyentes hebreos, quienes estaban en peligro de retroceder, a vivir, andar y seguir adelante por fe (10:38-39) es decir, no por vista (2 Co.5:7). Luego en el cap. 11 la fe es definida conforme a su historia. Tanto la herencia eterna (9:15) como el gran galardón (10:35) prometidos por Dios, son cosas esperadas e invisibles. La fe es lo que da sustantividad a lo que se espera. Por lo tanto, es la seguridad, la confianza, la confirmación, la realidad, la esencia, la base de sustentación, de lo que se espera, es decir, el fundamento que sustenta lo que se espera. La fe también es la convicción de lo que no se ve. Esta fe nos convence de lo que no vemos. Por lo tanto, es la evidencia, la prueba, de lo que no se ve.
La misma palabra griega traducida substancia en 1:3 y confianza en 3:14 y en 2 Co. 11:17 (en la cual uno sabe que tiene un fundamento seguro) Además, puede traducirse confirmación, realidad, esencia (lo cual denota la naturaleza verdadera de las cosas en contraste con la apariencia), fundamento, o base de sustentación. La palabra significa principalmente substancia, pero aquí denota dar sustantividad a la substancia (de lo que se espera); por tanto se traduce lo que da sustantividad. Significa dar sustantividad a la realidad de lo que no se ve. Esta es la acción de la fe. Por consiguiente, dice aquí que la fe es lo que da sustantividad a lo que se espera..
Los incrédulos, puesto que no tienen a Cristo, tampoco tienen esperanza (Ef. 2:12; 1 Ts. 4:13). Pero nosotros los que creemos en Cristo somos un pueblo de esperanza. El llamamiento que recibimos de Dios nos trae la esperanza (Ef. 1:18; 4:4). Fuimos regenerados para una esperanza viva (1 P. 1:3). Nuestro Cristo, quien está en nosotros, es la esperanza de gloria (Col. 1:27; 1 Ti. 1:1), la cual dará por resultado la redención, la transfiguración, de nuestro cuerpo en gloria (Ro. 8:23-25). Esta es la esperanza de la salvación (1 Ts. 5:8), una esperanza bienaventurada (Tit. 2:13), una buena esperanza (2 Ts. 2:16), la esperanza de la vida eterna (Tit. 1:2; 3:7); también es la esperanza de la gloria de Dios (Ro. 5:2), la esperanza del evangelio (Col. 1:23), la esperanza guardada para nosotros en los cielos (Col. 1:5). Siempre debemos mantener esta esperanza (1 Jn. 3:3) y gloriarnos en ella (Ro. 5:2). Nuestro Dios es el Dios de esperanza (Ro. 15:13) y por medio del ánimo que las Escrituras nos infunden podemos tener esperanza (Ro. 15:4) en Dios todo el tiempo (1 P.1:21) y regocijarnos en esta esperanza (Ro.12:12). Este libro nos exhorta a retener hasta el fin el gloriarmos en la esperanza (3:6), a mostrar diligencia hasta el fin para plena certeza de nuestra esperanza (6:11), y a echar mano de la esperanza puesta delante de nosotros (6:18). También nos dice que el nuevo pacto nos trae una mejor esperanza por medio de la cual nos acercamos a Dios (7:19). Nuestra vida debe ser una vida de esperanza, la cual acompaña la fe y permanece con ella (1 P. 1:21; 1 Co. 13:13). Debemos seguir a Abraham, quien creyó en esperanza contra esperanza (Ro. 4:18).
La convicción de la verdad. La palabra griega puede traducirse evidencia o prueba.
Todas las cosas que se esperan son cosas que no se ven (Ro. 8:24-25). Como personas de esperanza, no debemos dirigir nuestra vida hacia las cosas que se ven, sino hacia las que no se ven, dado que lo que se ve es temporal, pero lo que no se ve es eterno (2 Co. 4:18). Por lo tanto, andamos por fe, no por vista (2 Co. 5:7).
Nota tomada del Nuevo Testamento Versión Recobro.

Hay infinitas parabolas escondidas en esta corta pero tan grande palabra: fe. Si nos propusieramos encontrar esas parabolas que ocultan esta sencilla palabra (fe) tal vez le dieramos una connotacion mucho mas exelsa de lo que le concedemos los cristianos. Saludos.