Creo que estamos en una época en la que se muy difícil encontrar ropa decentes, o promoverlas, tanto para hombres como para mujeres, pero sobretodo para mujeres. Vivimos atrapados por una sociedad moderna que fabrica cantidades enormes de ropa indecente, y en algunos casos casi obscena, y las promueve masivamente con la cultura y la publicidad en los medios de comunicación. Incluso las chicas y mujeres que se supone que son cristianas, o al menos intentan serlo, pueden quedar atrapadas por la impregnación y saturación de mala educación moral, publicidad y cultura moderna que promueve solo el culto al cuerpo, el aspecto ya la sensualidad. Además de la ropa indecente e indecorosa, se promueve enormente el uso y abuso de productos cosméticos, perfumes, joyas, pircings y tatuajes. Todo dirigido al culto fanático al cuerpo, al aspecto y a la sensualidad. Se usa el cuerpo y la sensualidad como drogas para mantener a la población controlada persuadiendo para dominar sin reprimir y desaogando para evitar inestabilidad o revueltas.
Si una chica o mujer por su personalidad, mentalidad y creencias quisiera vestir con ropa el máximo de decente, con pudor y decoro, que se pueda encontrar en esta extraña y terrible época, sería vista como una rara, una inadaptada, una marginada e incluso una maltratada por el asedio escolar y social. Probablemente en muchos tendrían muchos problemas para relacionarse con la gente. Es muy difícil ver en España, o al menos en Cataluña, chicas o mujeres que vistan siempre con ropa largas, anchas, sino escotas y con mangas. Es difícil ver chicas y mujeres con faldas largas y anchas porqué la inmensa mayoría visten con pantalones, que en muchos casos son indecentes al máximo o incluso con una apariencia casi obscena. Hecho de menos las ropa de hace siglos. Siempre me ha gustado. También es difícil encontrar a chicas y mujeres que no hayan usado nunca cosméticos, perfumes, joyas...; o al menos que lo hagan de una forma discreta, moderada y poco frecuente.
Creo que hay que organizarse para luchar contra esta plaga de inmoralidad en el aspecto que se promueve. Estamos inmersos en un proceso monstruoso de hipersexualización de la sociedad que incluye otras cosas aún peores; a parte de la mala moda, los cosméticos, los perfumes, las joyas y pircings, y los tatuajes. Incluso a las niñas ya se las enseña vestir indecentemente y a maquillarse cuando tienen menos de 10 años. Todo esto tiene efectos devastadores para la salud mental, el orden social y la paz espiritual. Hay que organizarse para luchar educativamente y culturalmente contra esto. Los cristianos de todas las tendéncias doctrinales, que tengan un conciéncia y mentalidad despierta, deberían ser más activos en la lucha por un mundo mejor.