Muchos preceptos del Antiguo Testamento mandaban penas de muerte, mandaban matar, apedrear hasta morir, quemar viva a la gente, exterminar totalmente a hombres, mujeres y niños de los pueblos enemigos..., y mandaban que unos hombres fueran amos y otros esclavos..., como si todo aquello fuera mandado por Dios. Igualmente había muchos preceptos dedicados a los sacrificios y holocaustos, y otras cosas muy crueles escritas como si las hubiese mandado Dios.
El Ejemplo de Dios en Jesucristo rompe con todos aquellos mandamientos crueles del antiguo testamento y nos entrega una Ley de libertad y de amor. Jesucristo nunca abolió la Ley que dio Dios a Moisés, porque la Ley de Dios es para siempre. Lo que Jesucristo hace abolir son todos los preceptos crueles e imperfectos que los hombres habían escrito en el Antiguo Testamento diciendo que eran "palabra de Dios" y que mantenían a los judíos en la confusión y en la oscuridad.
Cuando Jesucristo comenzó a predicar, recorría toda Galilea predicando el Evangelio y curando toda clase de enfermedad. Eran muchos los que le seguían, y al ver Jesús a las masas subió a un monte y comenzó a predicar las bienaventuranzas, y después de predicar las bienaventuranzas, comenzó a hablarnos de la Ley..., y estos famosos versículos que se refieren a la Ley son los que han traído mucha controversia durante siglos entre varias corrientes cristianas y especialmente entre cristianos y judaizantes.
Pues bien, si la perfección estuviera en poder del sacerdocio levítico - pues sobre él descansa la Ley dada al pueblo -, ¿qué necesidad había ya de que surgiera otro sacerdote a semejanza de Melquisedec, y no «a semejanza de Aarón»? 12. Porque, cambiado el sacerdocio, necesariamente se cambia la Ley. (HEBREOS 7. 11)
Y también Pablo así nos dice: "Queda, pues, abrogado el mandamiento anterior a causa de su debilidad e ineficacia". (Hebreos 7:18)
Y hablándonos de Jesucristo, Pablo nos dice: "Pero ahora tanto mejor ministerio es el suyo, cuanto es mediador de un mejor pacto, establecido sobre mejores promesas. Porque si aquel primero hubiera sido sin defecto, ciertamente no se hubiera procurado lugar para el segundo". (HEBREOS 8:6-7).
Muchos religiosos dicen que todo lo escrito en el Antiguo Testamento es palabra de Dios, pero que el Evangelio venia a perfeccionarlo. Pero esto no es así ni tiene sentido. El pacto verdadero que guarda la palabra de Dios es eterno y nunca será abolido: "Redención ha enviado a su pueblo; Para siempre ha ordenado su pacto" (Salmos 111,9)
El viejo Pacto que tenían los judíos se había hecho viejo porque era defectuoso como nos dice Pablo en sus cartas, pues los escribas habían escrito muchos preceptos en él que no eran palabra de Dios. Y esto es lo que realmente coincide con la enseñanza del Evangelio:
Jesucristo les dijo a los judíos: «Hipócritas, bien profetizó de vosotros Isaías, cuando dijo: Este pueblo de labios me honra; Mas su corazón está lejos de mí. Pues en vano me honran, Enseñando como doctrinas, mandamientos de hombres». (MATEO 15:7-9)
El profeta Isaías dijo: «Ay de los que dan leyes inicuas y de los escribas que escriben prescripciones tiránicas, para apartar del tribunal a los pobres....» (Isaías 10,1-2).
Y también Jeremías nos dice: «¿Cómo podéis decir sabios somos, tenemos con nosotros la Ley de Yahvé? Ciertamente la ha cambiado en falsedad la pluma mendaz de los escribas.» (Jeremías 8,8).
JESUCRISTO CUMPLIO CON LA VERDADERA LEY DE DIOS
Según algunas traducciones de la Biblia, Jesucristo nos dijo así: "No penséis que vine a destruir la Ley o los Profetas; no vine a destruir, sino a completar" (Mateo 5,17).
Según las biblias que escriben así este versículo, podemos entender que Jesucristo viene a enseñarnos la verdadera Ley de Dios, y además a entregarnos algún mandamiento nuevo: "Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que también os améis unos a otros. En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros". (Juan 13:34-35).
Otras biblias nos dicen: "No penséis que he venido a derogar la Ley y los Profetas; no he venido a derogarla, sino a perfeccionarla".
Aquí podemos entender que Dios había dado su Ley a Moisés, pero que los escribas a través de los tiempos no habían guardado perfectamente la Palabra de Dios y habían escrito mandamientos imperfectos.
La palabra en griego "plerosai", que se escribe en este versículo (Mateo 5,17), y que algunos traducen por "completar" o "perfeccionar", también significa "restaurar plenamente", y esto nos recuerda la escritura cuando nos dice:
"Después de esto volveré
Y reedificaré el tabernáculo de David, que está caído;
Y repararé sus ruinas,
Y lo volveré a levantar" (Hechos 15:16).
De esta forma, podemos entender que la Ley que Dios había dado a Moisés estaba en ruinas porque los escribas habían cambiado en falsedad la Ley de Dios. Pues Jeremías les dijo a los judíos, refiriéndose a la Ley: "Aun la cigüeña en el cielo conoce su tiempo, y la tórtola y la grulla y la golondrina guardan el tiempo de su venida; pero mi pueblo no conoce el juicio de Yavé. ¿Cómo decís: Nosotros somos sabios, y la ley de Yavé está con nosotros? Ciertamente la ha cambiado en mentira la pluma mentirosa de los escribas" (Jeremías 8:7-9).
Otras biblias, sin embargo, nos dicen: "No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas; no he venido para abrogar, sino para cumplir". (MATEO 5:17)
Y ésta es la forma que más prefieren la mayoría de las religiones, y especialmente los "cristianos judaizantes", pues estos interpretan que Jesucristo en ese versículo está diciendo que Él vino a cumplir con todos los preceptos del Antiguo Testamento. Pero el caso es que lo que ellos interpretan no está escrito en ese versículo, pues lo que en ese versículo se está diciendo únicamente es que el Señor no vino a abolir la Ley y los Profetas, sino a cumplir. Pero ¿qué Ley vino a cumplir el Señor?...
Aquí podemos entender que si Jesucristo vino a cumplir con la Ley, es que Él vino a cumplir con la verdadera Ley de Dios, que Él mismo nos enseña en su Evangelio. El Señor nos dice así: "Haced con los hombres todo lo que queráis que ellos hagan con vosotros; porque ésta es la Ley y los Profetas" (Mateo 7,12)... Eso de que Jesucristo vino a cumplir con todos los mandamientos del Antiguo Testamento no está documentado en el Evangelio, sólo son interpretaciones judaizantes.
NI UNA JOTA NI UNA TILDE PASARÁ DE LA VERDADERA LEY DE DIOS.
Después del versículo de Mateo 5,17, Jesucristo dice: " Porque de cierto os digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, ni una jota ni una tilde pasará de la ley, hasta que todo se haya cumplido" (MATEO 5:18).
Y la Ley que Él dice que no pasará "HASTA QUE TODO SE CUMPLA" es la verdadera Ley que Dios dio a Moisés... Entonces todos los mandamientos crueles del antiguo testamento que Jesucristo cambia es porque no eran mandamientos de Dios..., porque la Ley de Dios no pasará hasta que todo se cumpla.
Ahora veremos algunos mandamientos escritos en el Antiguo Testamento que Jesucristo cambia, y por este motivo quedan abolidos:
"Oísteis que fue dicho a los antiguos: No matarás; y cualquiera que matare será culpable de juicio. Pero yo os digo que cualquiera que se enoje contra su hermano, será culpable de juicio; y cualquiera que diga: Necio, a su hermano, será culpable ante el concilio; y cualquiera que le diga: Fatuo, quedará expuesto al infierno de fuego". (Mateo 5,21-22).
"Oísteis que fue dicho: No cometerás adulterio. Pero yo os digo que cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón". (Mateo 5,27-28).
"También fue dicho: Cualquiera que repudie a su mujer, dele carta de divorcio. Pero yo os digo que el que repudia a su mujer, a no ser por causa de fornicación, hace que ella adultere; y el que se casa con la repudiada, comete adulterio". (Mateo 5,31-32).
"Además habéis oído que fue dicho a los antiguos: No perjurarás, sino cumplirás al Señor tus juramentos. Pero yo os digo: No juréis en ninguna manera; ni por el cielo, porque es el trono de Dios; ni por la tierra, porque es el estrado de sus pies; ni por Jerusalén, porque es la ciudad del gran Rey. Ni por tu cabeza jurarás, porque no puedes hacer blanco o negro un solo cabello. Pero sea vuestro hablar: Sí, sí; no, no; porque lo que es más de esto, de mal procede". (Mateo 3,33-37)
LA LEY DEL TALIÓN: "Oísteis que fue dicho: Ojo por ojo, y diente por diente. Pero yo os digo: No resistáis al que es malo; antes, a cualquiera que te hiera en la mejilla derecha, vuélvele también la otra; y al que quiera ponerte a pleito y quitarte la túnica, déjale también la capa; y a cualquiera que te obligue a llevar carga por una milla, ve con él dos. Al que te pida, dale; y al que quiera tomar de ti prestado, no se lo rehúses". (Mateo 3,38-42)
"Oísteis que fue dicho: Amarás a tu prójimo, y aborrecerás a tu enemigo. Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen" (Mateo 5,43-44)
Después de estos versículos, podemos observar que Jesucristo sigue enseñando a los judíos una nueva forma de entender la Ley en cuanto a: LA ORACIÓN (Mateo 6,5-15)... LOS JUICIOS (Mateo 7,1)... LA VERDADERA LEY (Mateo 7,12)... LOS FALSOS RELIGIOSOS (Mateo 7,21)... LOS AYUNOS (Mateo 9,14-15)...
El Ejemplo de Dios en Jesucristo rompe con todos aquellos mandamientos crueles del antiguo testamento y nos entrega una Ley de libertad y de amor. Jesucristo nunca abolió la Ley que dio Dios a Moisés, porque la Ley de Dios es para siempre. Lo que Jesucristo hace abolir son todos los preceptos crueles e imperfectos que los hombres habían escrito en el Antiguo Testamento diciendo que eran "palabra de Dios" y que mantenían a los judíos en la confusión y en la oscuridad.
Cuando Jesucristo comenzó a predicar, recorría toda Galilea predicando el Evangelio y curando toda clase de enfermedad. Eran muchos los que le seguían, y al ver Jesús a las masas subió a un monte y comenzó a predicar las bienaventuranzas, y después de predicar las bienaventuranzas, comenzó a hablarnos de la Ley..., y estos famosos versículos que se refieren a la Ley son los que han traído mucha controversia durante siglos entre varias corrientes cristianas y especialmente entre cristianos y judaizantes.
Pues bien, si la perfección estuviera en poder del sacerdocio levítico - pues sobre él descansa la Ley dada al pueblo -, ¿qué necesidad había ya de que surgiera otro sacerdote a semejanza de Melquisedec, y no «a semejanza de Aarón»? 12. Porque, cambiado el sacerdocio, necesariamente se cambia la Ley. (HEBREOS 7. 11)
Y también Pablo así nos dice: "Queda, pues, abrogado el mandamiento anterior a causa de su debilidad e ineficacia". (Hebreos 7:18)
Y hablándonos de Jesucristo, Pablo nos dice: "Pero ahora tanto mejor ministerio es el suyo, cuanto es mediador de un mejor pacto, establecido sobre mejores promesas. Porque si aquel primero hubiera sido sin defecto, ciertamente no se hubiera procurado lugar para el segundo". (HEBREOS 8:6-7).
Muchos religiosos dicen que todo lo escrito en el Antiguo Testamento es palabra de Dios, pero que el Evangelio venia a perfeccionarlo. Pero esto no es así ni tiene sentido. El pacto verdadero que guarda la palabra de Dios es eterno y nunca será abolido: "Redención ha enviado a su pueblo; Para siempre ha ordenado su pacto" (Salmos 111,9)
El viejo Pacto que tenían los judíos se había hecho viejo porque era defectuoso como nos dice Pablo en sus cartas, pues los escribas habían escrito muchos preceptos en él que no eran palabra de Dios. Y esto es lo que realmente coincide con la enseñanza del Evangelio:
Jesucristo les dijo a los judíos: «Hipócritas, bien profetizó de vosotros Isaías, cuando dijo: Este pueblo de labios me honra; Mas su corazón está lejos de mí. Pues en vano me honran, Enseñando como doctrinas, mandamientos de hombres». (MATEO 15:7-9)
El profeta Isaías dijo: «Ay de los que dan leyes inicuas y de los escribas que escriben prescripciones tiránicas, para apartar del tribunal a los pobres....» (Isaías 10,1-2).
Y también Jeremías nos dice: «¿Cómo podéis decir sabios somos, tenemos con nosotros la Ley de Yahvé? Ciertamente la ha cambiado en falsedad la pluma mendaz de los escribas.» (Jeremías 8,8).
JESUCRISTO CUMPLIO CON LA VERDADERA LEY DE DIOS
Según algunas traducciones de la Biblia, Jesucristo nos dijo así: "No penséis que vine a destruir la Ley o los Profetas; no vine a destruir, sino a completar" (Mateo 5,17).
Según las biblias que escriben así este versículo, podemos entender que Jesucristo viene a enseñarnos la verdadera Ley de Dios, y además a entregarnos algún mandamiento nuevo: "Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que también os améis unos a otros. En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros". (Juan 13:34-35).
Otras biblias nos dicen: "No penséis que he venido a derogar la Ley y los Profetas; no he venido a derogarla, sino a perfeccionarla".
Aquí podemos entender que Dios había dado su Ley a Moisés, pero que los escribas a través de los tiempos no habían guardado perfectamente la Palabra de Dios y habían escrito mandamientos imperfectos.
La palabra en griego "plerosai", que se escribe en este versículo (Mateo 5,17), y que algunos traducen por "completar" o "perfeccionar", también significa "restaurar plenamente", y esto nos recuerda la escritura cuando nos dice:
"Después de esto volveré
Y reedificaré el tabernáculo de David, que está caído;
Y repararé sus ruinas,
Y lo volveré a levantar" (Hechos 15:16).
De esta forma, podemos entender que la Ley que Dios había dado a Moisés estaba en ruinas porque los escribas habían cambiado en falsedad la Ley de Dios. Pues Jeremías les dijo a los judíos, refiriéndose a la Ley: "Aun la cigüeña en el cielo conoce su tiempo, y la tórtola y la grulla y la golondrina guardan el tiempo de su venida; pero mi pueblo no conoce el juicio de Yavé. ¿Cómo decís: Nosotros somos sabios, y la ley de Yavé está con nosotros? Ciertamente la ha cambiado en mentira la pluma mentirosa de los escribas" (Jeremías 8:7-9).
Otras biblias, sin embargo, nos dicen: "No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas; no he venido para abrogar, sino para cumplir". (MATEO 5:17)
Y ésta es la forma que más prefieren la mayoría de las religiones, y especialmente los "cristianos judaizantes", pues estos interpretan que Jesucristo en ese versículo está diciendo que Él vino a cumplir con todos los preceptos del Antiguo Testamento. Pero el caso es que lo que ellos interpretan no está escrito en ese versículo, pues lo que en ese versículo se está diciendo únicamente es que el Señor no vino a abolir la Ley y los Profetas, sino a cumplir. Pero ¿qué Ley vino a cumplir el Señor?...
Aquí podemos entender que si Jesucristo vino a cumplir con la Ley, es que Él vino a cumplir con la verdadera Ley de Dios, que Él mismo nos enseña en su Evangelio. El Señor nos dice así: "Haced con los hombres todo lo que queráis que ellos hagan con vosotros; porque ésta es la Ley y los Profetas" (Mateo 7,12)... Eso de que Jesucristo vino a cumplir con todos los mandamientos del Antiguo Testamento no está documentado en el Evangelio, sólo son interpretaciones judaizantes.
NI UNA JOTA NI UNA TILDE PASARÁ DE LA VERDADERA LEY DE DIOS.
Después del versículo de Mateo 5,17, Jesucristo dice: " Porque de cierto os digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, ni una jota ni una tilde pasará de la ley, hasta que todo se haya cumplido" (MATEO 5:18).
Y la Ley que Él dice que no pasará "HASTA QUE TODO SE CUMPLA" es la verdadera Ley que Dios dio a Moisés... Entonces todos los mandamientos crueles del antiguo testamento que Jesucristo cambia es porque no eran mandamientos de Dios..., porque la Ley de Dios no pasará hasta que todo se cumpla.
Ahora veremos algunos mandamientos escritos en el Antiguo Testamento que Jesucristo cambia, y por este motivo quedan abolidos:
"Oísteis que fue dicho a los antiguos: No matarás; y cualquiera que matare será culpable de juicio. Pero yo os digo que cualquiera que se enoje contra su hermano, será culpable de juicio; y cualquiera que diga: Necio, a su hermano, será culpable ante el concilio; y cualquiera que le diga: Fatuo, quedará expuesto al infierno de fuego". (Mateo 5,21-22).
"Oísteis que fue dicho: No cometerás adulterio. Pero yo os digo que cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón". (Mateo 5,27-28).
"También fue dicho: Cualquiera que repudie a su mujer, dele carta de divorcio. Pero yo os digo que el que repudia a su mujer, a no ser por causa de fornicación, hace que ella adultere; y el que se casa con la repudiada, comete adulterio". (Mateo 5,31-32).
"Además habéis oído que fue dicho a los antiguos: No perjurarás, sino cumplirás al Señor tus juramentos. Pero yo os digo: No juréis en ninguna manera; ni por el cielo, porque es el trono de Dios; ni por la tierra, porque es el estrado de sus pies; ni por Jerusalén, porque es la ciudad del gran Rey. Ni por tu cabeza jurarás, porque no puedes hacer blanco o negro un solo cabello. Pero sea vuestro hablar: Sí, sí; no, no; porque lo que es más de esto, de mal procede". (Mateo 3,33-37)
LA LEY DEL TALIÓN: "Oísteis que fue dicho: Ojo por ojo, y diente por diente. Pero yo os digo: No resistáis al que es malo; antes, a cualquiera que te hiera en la mejilla derecha, vuélvele también la otra; y al que quiera ponerte a pleito y quitarte la túnica, déjale también la capa; y a cualquiera que te obligue a llevar carga por una milla, ve con él dos. Al que te pida, dale; y al que quiera tomar de ti prestado, no se lo rehúses". (Mateo 3,38-42)
"Oísteis que fue dicho: Amarás a tu prójimo, y aborrecerás a tu enemigo. Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen" (Mateo 5,43-44)
Después de estos versículos, podemos observar que Jesucristo sigue enseñando a los judíos una nueva forma de entender la Ley en cuanto a: LA ORACIÓN (Mateo 6,5-15)... LOS JUICIOS (Mateo 7,1)... LA VERDADERA LEY (Mateo 7,12)... LOS FALSOS RELIGIOSOS (Mateo 7,21)... LOS AYUNOS (Mateo 9,14-15)...