El anticristo

27 Abril 2006
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El Anticristo protestante
El advenimiento del Protestantismo produjo una variación sustancial en la exégesis del Anticristo. Lutero aplicó la terrible etiqueta esjatológica al Papado, con lo cual es el primero que pone explícitamente en el tapete las dos tesis importantes —visibles en algunos Padres, como en Beatus de Liébana— de que: 1) el Anticristo no es un hombre singular, sino una institución; 2) la Iglesia fundada por Jesucristo puede corromperse, y de hecho se corromperá en los últimos días.

Por supuesto, esta última tesis es muy delicada para un católico —véase la cautela con que la propone Lacunza—, y para muchos, omnímodamente nefanda. Como la propone Lutero, es herética y contra la Escritura. Está ahí la gran promesa de Cristo sobre las Puertas del Infierno. La frase "Ecclesia de medio fiet" , del primer comentor del Apokalypsis, San Justino Mártir, se debe interpretar en el sentido de una casi extinción, no de una corrupción. "Cuando vuelva el Hijo del Hombre, ¿creéis que hallará fe en la tierra?" (1).

La exégesis protestante se encarnizó por más de un siglo contra el Papado, estribando fuertemente en la "interpretación del ángel" de la Visión 13 del Apokalypsis, o sea, la Visión de la Gran Ramera . Sin ninguna duda, la ciudad que el ángel allí designa es Roma. La evasiva necesaria de esta exégesis no tiene más remedio que referirla: o a la Roma pasada exclusivamente, o bien a una Roma futura, imaginaria y transformada; es decir, o bien a la Roma étnica, que San Pedro apellidó Babilonia, o bien a una Roma renegada, sede del Anticristo, que pudo imaginar, d'aprés Lacunza, Hugo Wast.

Lacunza liberó una verdad prisionera del Protestantismo. Es sabido que el pretexto y el pathos que sostuvo la somera armazón heterodogmática de Lutero y la más rígida de Calvino fue la corrupción de la Roma renascente y el mundanismo de la Roma papal; lo cual, es cierto, no eran meras calum*nias, aunque tampoco era aquello que exageraban los vociferantes reforma-dores.

Naufragado el dogma luterano (2) y convertido en siniestro espíritu maniqueo de la sociedad capitalista el calvinismo, lo que queda hoy del Protestantismo no es más que ese pretexto y ese pathos que fuera antaño su recóndita alma. De modo que Chesterton pudo definir el anglicanismo como una mezcla negativa de anticlericalismo y antirromanismo, o sea, orgullo racial nórdi*co y furor antisacerdotal.

En la primera sala de la Tate Gallery de Londres hay —o había en 1933, cuando la vi— lo menos cuatro cuadros de grandes pintores contemporáneos que traducen coloridamente este aserto: una escena del Gil Blas, con frailes disolutos en un mesón español; una fantasía de la derrota de la Armada In-vencible; una glorificación de Isabel, la sucia virgen; y un brillantísimo cua*dro histórico de Sargent, con un texto histórico de Sannazzaro al pie, que representa a la papisa Lucrecia Borgia sentada en el trono papal, soberbia de sirenal hermosura, con a sus pies un franciscano y un dominico que igno*miniosamente le besan el alto y enjoyado chapín.

Toda la apologética de los disidentes y su actual dogmática está en este cuadro, que es un capolabor de la escuela llamada prerrafaelista: anticlerica*lismo y soberbia nórdica.

Lacunza ha liberado del horror de la soberbia protestante la amarga verdad de la parábola de la cizaña, que permanece mezclada al trigo sin poder ser arrancada ni por los ángeles hasta el fin del siglo. En esta cizaña tropezó Lutero, quien quiso arrancarla y la desparramó.

Notas:

(1) Lucas XVIII, 8.

(2) Ver Bossuet, Histoire des Variations.
 
Re: El anticristo

El anticristo es SATANAS mismo..no es ningun "Papa".. y VIENE PRIMERO, ANTES de Cristo.

La Gran Ramera es la Babilonia Espiritual, es decir todas las "iglesias" que adoren a la bestia de Apocalipsis y reciban su marca.

El Anticristo se aparecera en JERUSALEN, no en Roma..

Dios les bendiga hermanos!

Luis Alberto42
 
Re: El anticristo

Lordjames83 dijo:
El Anticristo protestante
El advenimiento del Protestantismo produjo una variación sustancial en la exégesis del Anticristo. Lutero aplicó la terrible etiqueta esjatológica al Papado, con lo cual es el primero que pone explícitamente en el tapete las dos tesis importantes —visibles en algunos Padres, como en Beatus de Liébana— de que: 1) el Anticristo no es un hombre singular, sino una institución; 2) la Iglesia fundada por Jesucristo puede corromperse, y de hecho se corromperá en los últimos días.

Por supuesto, esta última tesis es muy delicada para un católico —véase la cautela con que la propone Lacunza—, y para muchos, omnímodamente nefanda. Como la propone Lutero, es herética y contra la Escritura. Está ahí la gran promesa de Cristo sobre las Puertas del Infierno. La frase "Ecclesia de medio fiet" , del primer comentor del Apokalypsis, San Justino Mártir, se debe interpretar en el sentido de una casi extinción, no de una corrupción. "Cuando vuelva el Hijo del Hombre, ¿creéis que hallará fe en la tierra?" (1).

La exégesis protestante se encarnizó por más de un siglo contra el Papado, estribando fuertemente en la "interpretación del ángel" de la Visión 13 del Apokalypsis, o sea, la Visión de la Gran Ramera . Sin ninguna duda, la ciudad que el ángel allí designa es Roma. La evasiva necesaria de esta exégesis no tiene más remedio que referirla: o a la Roma pasada exclusivamente, o bien a una Roma futura, imaginaria y transformada; es decir, o bien a la Roma étnica, que San Pedro apellidó Babilonia, o bien a una Roma renegada, sede del Anticristo, que pudo imaginar, d'aprés Lacunza, Hugo Wast.

Lacunza liberó una verdad prisionera del Protestantismo. Es sabido que el pretexto y el pathos que sostuvo la somera armazón heterodogmática de Lutero y la más rígida de Calvino fue la corrupción de la Roma renascente y el mundanismo de la Roma papal; lo cual, es cierto, no eran meras calum*nias, aunque tampoco era aquello que exageraban los vociferantes reforma-dores.

Naufragado el dogma luterano (2) y convertido en siniestro espíritu maniqueo de la sociedad capitalista el calvinismo, lo que queda hoy del Protestantismo no es más que ese pretexto y ese pathos que fuera antaño su recóndita alma. De modo que Chesterton pudo definir el anglicanismo como una mezcla negativa de anticlericalismo y antirromanismo, o sea, orgullo racial nórdi*co y furor antisacerdotal.

En la primera sala de la Tate Gallery de Londres hay —o había en 1933, cuando la vi— lo menos cuatro cuadros de grandes pintores contemporáneos que traducen coloridamente este aserto: una escena del Gil Blas, con frailes disolutos en un mesón español; una fantasía de la derrota de la Armada In-vencible; una glorificación de Isabel, la sucia virgen; y un brillantísimo cua*dro histórico de Sargent, con un texto histórico de Sannazzaro al pie, que representa a la papisa Lucrecia Borgia sentada en el trono papal, soberbia de sirenal hermosura, con a sus pies un franciscano y un dominico que igno*miniosamente le besan el alto y enjoyado chapín.

Toda la apologética de los disidentes y su actual dogmática está en este cuadro, que es un capolabor de la escuela llamada prerrafaelista: anticlerica*lismo y soberbia nórdica.

Lacunza ha liberado del horror de la soberbia protestante la amarga verdad de la parábola de la cizaña, que permanece mezclada al trigo sin poder ser arrancada ni por los ángeles hasta el fin del siglo. En esta cizaña tropezó Lutero, quien quiso arrancarla y la desparramó.

Notas:

(1) Lucas XVIII, 8.

(2) Ver Bossuet, Histoire des Variations.


Dices

"La exégesis protestante se encarnizó por más de un siglo contra el Papado, estribando fuertemente en la "interpretación del ángel" de la Visión 13 del Apokalypsis, o sea, la Visión de la Gran Ramera . Sin ninguna duda, la ciudad que el ángel allí designa es Roma. La evasiva necesaria de esta exégesis no tiene más remedio que referirla: o a la Roma pasada exclusivamente, o bien a una Roma futura, imaginaria y transformada; es decir, o bien a la Roma étnica, que San Pedro apellidó Babilonia, o bien a una Roma renegada, sede del Anticristo, que pudo imaginar, d'aprés Lacunza, Hugo Wast."

Es en capitulo 17, pero me alegro que reconozcas que es Roma y ten por seguro que se refiere al tiempo del fin.

El Apocalipsis 17:9

Esto, para la mente que tenga sabiduría: Las siete cabezas
son siete montes, sobre los cuales se sienta la mujer,


El Apocalipsis 17:6

Vi a la mujer ebria de la sangre de los santos, y de la
sangre de los mártires de Jesús; y cuando la vi, quedé
asombrado con gran asombro.


Roma se asienta sobre siete montes y la ICAR es responsable de la sangre de los santos y martires de Jesus. Y lo mismo que lo fue derramando esa sangre anteriormente, lo sera cuando se manifieste el Anticristo matando a quien no la quiera reconocer.

El Apocalipsis 13:15

Y se le permitió infundir aliento a la imagen de la bestia,
para que la imagen hablase e hiciese matar a todo el que no
la adorase.


Ya sabemos que la idolatria es uno de los demonios dominantes en la ICAR.

El ecumenismo es otra de las trampas que utilizara, como hizo anteriormente en la noche de San Bartolome y las matanzas de Irlanda en 1641, les hablaba de paz y buenas intenciones y cuando se confiaron los mataron sin misericordia. Asi que pienso que a traves del ecumenismo tendran controlados a todos los que dicen creer en Dios y el que no adore a la bestia sera muerto.

No os engañeis es el mismo arbol de siempre y ademas se jactan de ello asi que no penseis que van a dar otros frutos.

Aunque reconozco que en la ICAR hay gente que busca de corazon a Dios y cuando llegue el tiempo de Dios tendran que salir.

El Apocalipsis 18:4

Y oí otra voz del cielo, que decía: Salid de ella, pueblo
mío, para que no seáis partícipes de sus pecados, ni
recibáis parte de sus plagas;


Bendiciones
 
Re: El anticristo

Dice el RP Gabriel Zapata (IVE):
Podemos descubrir entre los Cristiano una tentación frecuente. Es mas, muchas veces se da entre aquellos que buscan seguir más a Jesucristo: La tentación de darle demaciada consistencia al mal. Algunos se pasan la vida lamentando los males de la Iglesia, las infdelidades, las apostasías, fragilidades de los ministros, el poco testimonio de muchos Católicos.
¡Qué mal está todo! Se habla casi con morbosidad sobre estas cosas... Por supuesto, bajo una capa de realismo o de crítica constructiva. Pero l realidad es que pasangran parte de di vida "de cara al mal". Cómo ha dicho más de una vez el P. Buela, en estos existe un problema de orden metafisico, que lleva a u problema teológico.(...)
Juan Pablo II exhortaba a seguir las enseñanzas de San Agustín y Santo Tomás: "El mal es la ausencia de un bien que un deterinado ser debería tener, es una carencia. pero nunca es ausencia absoluta de bien". Por lo tanto, el mal no puede vencer al bien, ni está al mismo nivel.
Evoca inmediatamente a la parabola del trigo yu la cizaña (...) En las diversas épocas y en distintos sentidos, el trigo crece junto a la Cizaña y la Cizaña junto al trigo. El mal existe junto al bien (...) pero "el bien no obstante persiste al lado del mal y, por dcirlo así, crece en el mismo terreno, que es la naturaleza humana". (...)
"Quien puede poner un límite definitivo a mal es Dios mismo. Él es la Justicia misma"...
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Me pareció un texto constructivo sobre la actitud que toman los anticatolicos.
Además, no olvidemos que Cristo mando dejar crecer el trigo juntoa la cizaña, ya que ni los angeles la separaban...
Y aquellos que quisieron intentarlo (reformadores, por ej.) se terminaron alejandod e la Verdad, por que no se puede arrancar la cizaña sin arrancar el trigo, esto lo dijo Jesús.