El 26 de marzo de este año escribí el siguiente comentario, periodístico, irónico, mal leído por evangélicos y católicos. En retrospectiva, esto prueba que son muy pocos los que verdaderamente LEEN lo que dice la otra persona. Están muy apurados para expresar sus pensamientos. Ni Luis Fernando Perez ni Juan Manuel Carrizo supieron leer mi escrito. Algunos de los evangélicos tampoco supieron leer. A ver, ahora que me conocen un poco más, ¿qué opinan de este artículo? El único que no debe leer esto es FEGNA ya que él se jacta de no leer nada de lo que yo escribo.
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La Homilía del Papa Juan Pablo II, del 24 de marzo, 2000, en el Monte de las
Bienaventuranzas fue sorprendentemente Cristocéntrica y Bíblica
"Su alocución partió de "Mirad, hermanos, quiénes habéis sido llamados!" (1 Cor 1,26).
Hay que anotar las siguientes observaciones:
a) Las palabras de San Pablo no están dirigidas no sólo a los que vivieron a escuchar a Juan Pablo II en el Monte de las Bienaventuranzas sino a todos aquellos que el Señor ha llamado.
b) Muy poéticamente, Juan Pablo presenta lo urgentes del mensaje evangélico: como elegir entre la vida y la muerte.
c) "¡Cuántas generaciones antes de nosotros se han conmovido profundamente escuchando el sermón de la Montaña! ¡Cuantos jóvenes en el curso de los siglos se han reunido en torno a Jesús para aprender las palabras de vida eterna, igual que vosotros os habéis reunido aquí! ¡Cuantos jóvenes corazones han sido inspirados por la fuerza de su personalidad y por la verdad irresistible de su mensaje irresistible!" Aquí Juan Pablo II suena como un buen evangélico defensor de la lectura de las Escrituras. A mí me gustaría que el amable Juan Pablo II expresara sus simpatías por todos aquellos evangélicos que han sufrido patadas, cárceles, vejámenes, de los líderes católico-romanos locales sólo porque querían que el pueblo latinoamericano pudiera leer el Sermón de la Montaña. (A mi bisabuela le hicieron el cura de la parroquia le hizo que quemara la Biblia que había llegado a sus manos a principios de este siglo.)
c) Fue un acto muy cortés saludar a los miembros de las diferentes comunidades religiosas. (Qué diferente actitud tuvo el Vaticano cuando a Lutero le dijeron que estba bien que el ejercitara su fe pero que no la esparciera, y tuvo que refugiarse en algún lugar en Alemania para poder traducir la Palabra de Dios al alemán.) ¿No sería bonito que nuestro amable Juan Pablo II pidiera disculpas por esas decisiones que tomaron sus antecesores?.
d. Fue muy inteligente poner juntos los dos documentos divinos, las Bienaventuranzas de Jesús y la los Diez Mandamientos. Dijo que el Sinaí y el Monte de las Bienaventuranzas son el mapa de nuestra vida cristiana y una síntesis de nuestras responsabilidades hacia Dios y hacia el prójimo. (Admirablemente Juan Pablo II se ha convertido en defensor de la doctrina Solo Escritura. En otras palabras afirmó que la La Ley y el Evangelio "trazan a la vez el camino del seguimiento de Cristo y el camino real hacia la madurez y la libertad espirituales." ¡¡¡Aleluya!!! Sólo Cristo salva. No hay ningún otro mediador, sólo Cristo. ¡¡¡Aleluya!!! ¡¡¡Aleluya!!! ¡¡¡Aleluya!!!
Juan Pablo II (ahora convertido en predicador evangélico y cristo-centrico) les dice a los jóvenes: "Los Diez Mandamientos pueden parecer negativos: (¿Que hay de malo en los mandatos negativos, especialmente si son divino)) ‘No habrá para ti otros dioses delante de mí; . . . (ayayayay, aquí se saltó y dejó de lado lo de "no te harás imagen de ninguna semejanza, no te inclinarás a ellas, etc.) . . . no matarás; no cometerás adulterio; no robarás; no darás testimonio falso contra tu prójimo..." (Ex 20, 3; 13-16). Pero en realidad son sumamente positivos." Y aquí viene algo maravilloso de esta homilía cuando Juan Pablo dice: ". . . (que los Mandamientos) . . . señalan el camino que conduce a la ley del amor que es el primero y el más grande de los mandamientos: "Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente. . . Amarás a tu prójimo como a ti mismo" (Mt 22, 37; 39). ¿Por qué es maravilloso esto? Porque de los mismos labios de la cabeza de la denominación católico-romana sale el mandamiento bíblico de amor exclusivo que debemos tener por Dios, con exclusión de su bella madre, de los fieles discípulos y de todos aquellos que han seguido obedientemente a Jesús (a quienes la denominación católico-romana los llama ‘santos’ .
Me agrada muchísimo el punto 3 que habla de las Bienaventuranzas. Este es un bello acápite del obispo de Roma. Sin embargo, es digno notar cuando dice, "pero estas palabras representan un desafío que requiere una 'metanoia' (cambio de mentalidad) profunda y constante del espíritu, una gran transformación del corazón." Esto sí que suena wesleyano, calvinista, luterano, bautista, pentecostal. ¡¡¡Si usted asiste a una iglesia evangélica bíblica esto es lo que usted va a escuchar alredeor del mundo!!! Inclusive algunas iglesias evangélicas que si guen la tradición que tiene que haber un "llamado al altar’, los pecadores tienen que arrepentirse, aunque ahora muchas de ellas sólo invitan a que hagan una "decisión". (Loes evangélicos tienen que recordar el texto de Juan Pablo II: "Mirad, hermanos, quiénes habéis sido llamados!" (1 Cor 1,26)."
4.- Jesús ofrece diferentes mensajes. No lejos de este lugar Jesús llamó a sus primeros discípulos, así como hoy os llama a vosotros. Su llamada ha supuesto siempre una elección entre las dos voces en lucha por la conquista de vuestro corazón, ahora también aquí en la colina, la elección entre el bien y el mal, entre la vida y la muerte.. (Aquí se podría encender el debate acerca del Libre Albedrío, semipelagiano de la denominación católico-romana y de muchas denominaciones evangélicas que ponen de lado la SOBERANIA DE DIOS.
Al final, Jesús no habla meramente de las Bienaventuranzas. Él las vive. Él es las Bienaventuranzas. Mirando a Cristo uno descubrirá lo que verdaderamente significa ser pobre de espíritu, ser generoso, misericordioso; aprenderá a cuidar lo que es bueno, a ser puro de corazón, a procurar la paz. Es por eso que Él tiene el derecho de decir: "Ven, ¡sígueme!". Él no dice simplemente "Haz lo que yo digo". Él dice, "Ven, ¡sígueme!".
Tú escuchas su voz en estas montañas, y tu crees en lo que Él dice. Como los primeros discípulos sobre el mar de Galilea debéis abandonar vuestras barcas y vuestras redes y esto no es nunca fácil, sobre todo cuando tenéis que afrontar un futuro incierto y estáis tentados de perder la confianza en vuestra herencia cristiana. Ser buenos cristianos puede parecer una empresa superior a vuestras fuerzas en el mundo de hoy. Sin embargo, Jesús no se queda al margen y no os deja solos par afrontar ese desafío.
Él siempre está contigo para transformar tus debilidades en fortaleza. Confía en él cuando dice: "Mi gracia te basta pues la flaqueza se perfecciona la fuerza" (Segunda Carta a los Corintios 12, 9) ¡Cuánto me alegran estas palabras de Jaun Pablo II con las que nos enseña, sin tapujos, el lugar único que ocupa Jesús en la salvación de los pecadores! ¡No necesita la ayuda de nadie, ni la de su madre! ¡Según Juan Pablo II Jesús es un Salvador suficiente! ¡¡¡Aleluya!!! ¡¡¡Aleluya!!! ¡¡¡Aleluya!!!
5.- Los discípulos acompañaron al Señor. Ellos vinieron para conocerlo y amarlo profundamente. Ellos descubrieron el significado de lo que San Pedro le dijo una vez a Jesús: "Señor, ¿a quién iríamos? Tú tienes palabra de vida eterna", (Jn 6, 68). Ellos descubrieron que las palabras de vida eterna son las palabras del Sinaí, (Los Diez Mandamientos) y las palabras de las Bienaventuranzas. Y este es el mensaje que ellos difundieron por todos lados.
En el momento de la Ascensión, Jesús les dio a sus discípulos una misión diciendo: "Todo poder me ha sido dado en el cielo y sobre la tierra. Id, pues, y haced discípulos a todos los pueblos … Y mirad que Yo con vosotros estoy todos los días, hasta la consumación del siglo" (Mt 28, 18-20). (Esto anula la primacía del obispado de Roma).
Por dos mil años, los discípulos de Cristo han cumplido esta misión. Ahora, en el alba del tercer milenio debéis ir por el mundo y anunciar el mensaje de los Diez Mandamientos y de las Bienaventuranzas.
Cuando Dios habla, habla de cosas que tienen mucha importancia para cada persona, para las personas del siglo 21. Los Diez Mandamientos y las Bienaventuranzas hablan de la verdad y del bien, de la gracia y la libertad: todo lo que es necesario para entrar al Reino de Dios. Ahora os toca a vosotros ser los valerosos apóstoles de ese Reino. (Sola Escritura, Solo Gracia, Solo Fe)
Jóvenes de Tierra Santa, jóvenes del mundo: respondan al Señor con un corazón dispuesto y abierto. Dispuesto y abierto, como el corazón de esa gran hija de Galilea, María, la Madre de Jesús. ¿Cómo es que ella respondió? Ella contestó: "He aquí la esclava del Señor: Séame hecho según tu palabra" (Lc 1, 38). ¡¡¡Aleluya!!! ¡¡¡Aleluya!!! ¡¡¡Aleluya!!! (Lo que hemos venido diciendo de María aquí en el foro) (¿Es Juan Pablo II parte de este foro?)
"O Señor Jesucristo, en este lugar que tu conociste y amaste tanto, escucha estos corazones jóvenes y generosos. Continúa enseñando a estos jóvenes la verdad de los Mandamientos y de las Bienaventuranzas. Haz de ellos testigos de tu verdad y apóstoles convertidos de tu Reino. Estáte con ellos siempre, especialmente cuando por seguirte a Ti y a tu Evangelio el camino se hace difícil y exigente. ¡Tú serás su fuerza!, ¡Tú serás su victoria!.
Oh Señor Jesús, tú has hecho que estos jóvenes sean tus amigos: manténlos siempre cerca de ti. Amén." (Juan Pablo II termina con esta oración muy pastoral y Cristo-céntrica). Amén, le contesta el Vasallo (el esclavo) de Jesucristo, Ezequiel Romero.
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La Homilía del Papa Juan Pablo II, del 24 de marzo, 2000, en el Monte de las
Bienaventuranzas fue sorprendentemente Cristocéntrica y Bíblica
"Su alocución partió de "Mirad, hermanos, quiénes habéis sido llamados!" (1 Cor 1,26).
Hay que anotar las siguientes observaciones:
a) Las palabras de San Pablo no están dirigidas no sólo a los que vivieron a escuchar a Juan Pablo II en el Monte de las Bienaventuranzas sino a todos aquellos que el Señor ha llamado.
b) Muy poéticamente, Juan Pablo presenta lo urgentes del mensaje evangélico: como elegir entre la vida y la muerte.
c) "¡Cuántas generaciones antes de nosotros se han conmovido profundamente escuchando el sermón de la Montaña! ¡Cuantos jóvenes en el curso de los siglos se han reunido en torno a Jesús para aprender las palabras de vida eterna, igual que vosotros os habéis reunido aquí! ¡Cuantos jóvenes corazones han sido inspirados por la fuerza de su personalidad y por la verdad irresistible de su mensaje irresistible!" Aquí Juan Pablo II suena como un buen evangélico defensor de la lectura de las Escrituras. A mí me gustaría que el amable Juan Pablo II expresara sus simpatías por todos aquellos evangélicos que han sufrido patadas, cárceles, vejámenes, de los líderes católico-romanos locales sólo porque querían que el pueblo latinoamericano pudiera leer el Sermón de la Montaña. (A mi bisabuela le hicieron el cura de la parroquia le hizo que quemara la Biblia que había llegado a sus manos a principios de este siglo.)
c) Fue un acto muy cortés saludar a los miembros de las diferentes comunidades religiosas. (Qué diferente actitud tuvo el Vaticano cuando a Lutero le dijeron que estba bien que el ejercitara su fe pero que no la esparciera, y tuvo que refugiarse en algún lugar en Alemania para poder traducir la Palabra de Dios al alemán.) ¿No sería bonito que nuestro amable Juan Pablo II pidiera disculpas por esas decisiones que tomaron sus antecesores?.
d. Fue muy inteligente poner juntos los dos documentos divinos, las Bienaventuranzas de Jesús y la los Diez Mandamientos. Dijo que el Sinaí y el Monte de las Bienaventuranzas son el mapa de nuestra vida cristiana y una síntesis de nuestras responsabilidades hacia Dios y hacia el prójimo. (Admirablemente Juan Pablo II se ha convertido en defensor de la doctrina Solo Escritura. En otras palabras afirmó que la La Ley y el Evangelio "trazan a la vez el camino del seguimiento de Cristo y el camino real hacia la madurez y la libertad espirituales." ¡¡¡Aleluya!!! Sólo Cristo salva. No hay ningún otro mediador, sólo Cristo. ¡¡¡Aleluya!!! ¡¡¡Aleluya!!! ¡¡¡Aleluya!!!
Juan Pablo II (ahora convertido en predicador evangélico y cristo-centrico) les dice a los jóvenes: "Los Diez Mandamientos pueden parecer negativos: (¿Que hay de malo en los mandatos negativos, especialmente si son divino)) ‘No habrá para ti otros dioses delante de mí; . . . (ayayayay, aquí se saltó y dejó de lado lo de "no te harás imagen de ninguna semejanza, no te inclinarás a ellas, etc.) . . . no matarás; no cometerás adulterio; no robarás; no darás testimonio falso contra tu prójimo..." (Ex 20, 3; 13-16). Pero en realidad son sumamente positivos." Y aquí viene algo maravilloso de esta homilía cuando Juan Pablo dice: ". . . (que los Mandamientos) . . . señalan el camino que conduce a la ley del amor que es el primero y el más grande de los mandamientos: "Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente. . . Amarás a tu prójimo como a ti mismo" (Mt 22, 37; 39). ¿Por qué es maravilloso esto? Porque de los mismos labios de la cabeza de la denominación católico-romana sale el mandamiento bíblico de amor exclusivo que debemos tener por Dios, con exclusión de su bella madre, de los fieles discípulos y de todos aquellos que han seguido obedientemente a Jesús (a quienes la denominación católico-romana los llama ‘santos’ .
Me agrada muchísimo el punto 3 que habla de las Bienaventuranzas. Este es un bello acápite del obispo de Roma. Sin embargo, es digno notar cuando dice, "pero estas palabras representan un desafío que requiere una 'metanoia' (cambio de mentalidad) profunda y constante del espíritu, una gran transformación del corazón." Esto sí que suena wesleyano, calvinista, luterano, bautista, pentecostal. ¡¡¡Si usted asiste a una iglesia evangélica bíblica esto es lo que usted va a escuchar alredeor del mundo!!! Inclusive algunas iglesias evangélicas que si guen la tradición que tiene que haber un "llamado al altar’, los pecadores tienen que arrepentirse, aunque ahora muchas de ellas sólo invitan a que hagan una "decisión". (Loes evangélicos tienen que recordar el texto de Juan Pablo II: "Mirad, hermanos, quiénes habéis sido llamados!" (1 Cor 1,26)."
4.- Jesús ofrece diferentes mensajes. No lejos de este lugar Jesús llamó a sus primeros discípulos, así como hoy os llama a vosotros. Su llamada ha supuesto siempre una elección entre las dos voces en lucha por la conquista de vuestro corazón, ahora también aquí en la colina, la elección entre el bien y el mal, entre la vida y la muerte.. (Aquí se podría encender el debate acerca del Libre Albedrío, semipelagiano de la denominación católico-romana y de muchas denominaciones evangélicas que ponen de lado la SOBERANIA DE DIOS.
Al final, Jesús no habla meramente de las Bienaventuranzas. Él las vive. Él es las Bienaventuranzas. Mirando a Cristo uno descubrirá lo que verdaderamente significa ser pobre de espíritu, ser generoso, misericordioso; aprenderá a cuidar lo que es bueno, a ser puro de corazón, a procurar la paz. Es por eso que Él tiene el derecho de decir: "Ven, ¡sígueme!". Él no dice simplemente "Haz lo que yo digo". Él dice, "Ven, ¡sígueme!".
Tú escuchas su voz en estas montañas, y tu crees en lo que Él dice. Como los primeros discípulos sobre el mar de Galilea debéis abandonar vuestras barcas y vuestras redes y esto no es nunca fácil, sobre todo cuando tenéis que afrontar un futuro incierto y estáis tentados de perder la confianza en vuestra herencia cristiana. Ser buenos cristianos puede parecer una empresa superior a vuestras fuerzas en el mundo de hoy. Sin embargo, Jesús no se queda al margen y no os deja solos par afrontar ese desafío.
Él siempre está contigo para transformar tus debilidades en fortaleza. Confía en él cuando dice: "Mi gracia te basta pues la flaqueza se perfecciona la fuerza" (Segunda Carta a los Corintios 12, 9) ¡Cuánto me alegran estas palabras de Jaun Pablo II con las que nos enseña, sin tapujos, el lugar único que ocupa Jesús en la salvación de los pecadores! ¡No necesita la ayuda de nadie, ni la de su madre! ¡Según Juan Pablo II Jesús es un Salvador suficiente! ¡¡¡Aleluya!!! ¡¡¡Aleluya!!! ¡¡¡Aleluya!!!
5.- Los discípulos acompañaron al Señor. Ellos vinieron para conocerlo y amarlo profundamente. Ellos descubrieron el significado de lo que San Pedro le dijo una vez a Jesús: "Señor, ¿a quién iríamos? Tú tienes palabra de vida eterna", (Jn 6, 68). Ellos descubrieron que las palabras de vida eterna son las palabras del Sinaí, (Los Diez Mandamientos) y las palabras de las Bienaventuranzas. Y este es el mensaje que ellos difundieron por todos lados.
En el momento de la Ascensión, Jesús les dio a sus discípulos una misión diciendo: "Todo poder me ha sido dado en el cielo y sobre la tierra. Id, pues, y haced discípulos a todos los pueblos … Y mirad que Yo con vosotros estoy todos los días, hasta la consumación del siglo" (Mt 28, 18-20). (Esto anula la primacía del obispado de Roma).
Por dos mil años, los discípulos de Cristo han cumplido esta misión. Ahora, en el alba del tercer milenio debéis ir por el mundo y anunciar el mensaje de los Diez Mandamientos y de las Bienaventuranzas.
Cuando Dios habla, habla de cosas que tienen mucha importancia para cada persona, para las personas del siglo 21. Los Diez Mandamientos y las Bienaventuranzas hablan de la verdad y del bien, de la gracia y la libertad: todo lo que es necesario para entrar al Reino de Dios. Ahora os toca a vosotros ser los valerosos apóstoles de ese Reino. (Sola Escritura, Solo Gracia, Solo Fe)
Jóvenes de Tierra Santa, jóvenes del mundo: respondan al Señor con un corazón dispuesto y abierto. Dispuesto y abierto, como el corazón de esa gran hija de Galilea, María, la Madre de Jesús. ¿Cómo es que ella respondió? Ella contestó: "He aquí la esclava del Señor: Séame hecho según tu palabra" (Lc 1, 38). ¡¡¡Aleluya!!! ¡¡¡Aleluya!!! ¡¡¡Aleluya!!! (Lo que hemos venido diciendo de María aquí en el foro) (¿Es Juan Pablo II parte de este foro?)
"O Señor Jesucristo, en este lugar que tu conociste y amaste tanto, escucha estos corazones jóvenes y generosos. Continúa enseñando a estos jóvenes la verdad de los Mandamientos y de las Bienaventuranzas. Haz de ellos testigos de tu verdad y apóstoles convertidos de tu Reino. Estáte con ellos siempre, especialmente cuando por seguirte a Ti y a tu Evangelio el camino se hace difícil y exigente. ¡Tú serás su fuerza!, ¡Tú serás su victoria!.
Oh Señor Jesús, tú has hecho que estos jóvenes sean tus amigos: manténlos siempre cerca de ti. Amén." (Juan Pablo II termina con esta oración muy pastoral y Cristo-céntrica). Amén, le contesta el Vasallo (el esclavo) de Jesucristo, Ezequiel Romero.