Ejecutado en Florida un ex pastor antiabortista que asesinó a un médico y a su guardaespaldas
Defendía el uso de la violencia como arma para detener los abortos e instó a otros grupos a emplearla
EFE
MIAMI.- Un ex ministro de la Iglesia Presbiteriana, Paul Hill, de 49 años, condenado a la pena de muerte por asesinar a un médico abortista y a su guardaespaldas, ha sido ejecutado por medio de una inyección letal en la prisión estatal de Florida, en Starke, en el norte del estado.
Las autoridades de la prisión informaron de que Hill fue declarado muerto esta noche, convirtiéndose en el primer antiabortista en ser ajusticiado en Estados Unidos. Cientos de policías, fuertemente armados, se apostaron en los alrededores de la cárcel para evitar que extremistas antiaborto llegados de distintos lugares de Estados Unidos impidieran la ejecución de Hill.
Hill fue juzgado y sentenciado a la pena capital por los asesinatos, en 1994, del médico abortista John Britton y su guardaespaldas John Barret, en una clínica de Pensacola, al norte de Florida. También fue condenado a cadena perpetua por infringir de manera violenta -con disparos al aire- una ley federal que garantiza el libre acceso a las clínicas públicas o privadas donde se practican abortos.
Oficiales de seguridad de la prisión informaron de que la última comida de Hill, que era padre de tres hijos, consistió en un bistec. Hill defendió el uso de la violencia como arma para detener los abortos y un día antes de su ejecución instó a otros activistas a emplearla.
"Le digo a la comunidad pro vida que si cree que el aborto es una fuerza letal, debe mantener la fuerza necesaria para detenerla. La fuerza debe ser resistida con fuerza", dijo el antiabortista, quien había expresado que muchas personas deberían actuar como él.
"No siento remordimiento", dijo Hill, quien aseguró entonces que iría al cielo donde sería recompensado. Por el crimen cometido, el activista esperaba también convertirse en un mártir, pensamiento que ya se han encargando de difundir algunos webs de Internet contrarios a los abortos, que califican a Hill de héroe.
Sin embargo, otros movimientos pro vida que rechazan la violencia hicieron un llamamiento a no emular las acciones de Hill, ni dejarse influir por el contenido de los mensajes de esos sitios de Internet. Durante la década de 1990 grupos antiabortistas lanzaron una campaña a nivel nacional que se saldó con la muerte de algunas personas.
