Algunos parrafos de las notas autobiograficas de Einstein que grafican un poco lo que pensaba sobre este tema :
".. Siendo todavía un joven bastante precoz adquirí ya viva conciencia de la futilidad de las ansias y esperanzas que atosigan sin tregua a la mayoría de los hombres por la vida. Desde muy pronto vi también la crueldad de este acoso, crueldad que por aquellos años se ocultaba mucho mejor que hoy bajo la hipocresía y las palabras deslumbrantes. La existencia del estómago condenaba a cada cual a participar en ese ejercicio; pero aunque esta participación podía colmar el estómago, no podía satisfacer al hombre como ser pensante y sentiente. Como primera salida estaba la religión, que la máquina educativa tradicional se encarga de implantar en cada niño. De esta suerte –y pese a ser yo hijo de padres (judíos) absolutamente irreligiosos—llegué a una honda religiosidad, que sin embargo halló abrupto fin a la edad de doce años. A través de la lectura de libros de divulgación científica me convencí en seguida de que mucho, de lo que contaban los relatos de la Biblia no podía ser verdad. La consecuencia fue un librepensamiento realmente fanático, unido a la impresión de que el Estado miente deliberadamente a la juventud; una impresión demoledora. De esta experiencia nació la desconfianza hacia cualquier clase de autoridad, una actitud escéptica hacia las convicciones que latían en el ambiente social de turno; postura que nunca volvió a abandonarme, si bien es cierto que más tarde, al comprender mejor las conexiones causales, perdió su primitivo filo.
Veo claro que el así perdido paraíso religioso de la juventud fue un primer intento de liberarme de las ligaduras de lo «meramente personal», de una existencia dominada por deseos, esperanzas y sentimientos primitivos. Allá fuera estaba ese gran mundo que existe independientemente de los hombres y que se alza ante nosotros como un enigma grande y eterno, pero que es accesible, en parte al menos, a la inspección y al pensamiento. Su contemplación hacía señas de liberación, y no tardé en advertir que más de uno a quien yo había llegado a estimar y admirar había hallado libertad y seguridad interior a través de la devota dedicación a ella. La aprehensión mental de este mundo extrapersonal en el marco de las posibilidades que están a nuestro alcance flotaba en mi mente, mitad consciente, mitad inconscientemente, como meta suprema. Los amigos a no perder eran aquellos hombres, del presente o del pasado, que albergaban parecidas motivaciones, así como las ideas por ellos conquistadas. El camino hacia ese paraíso no era tan cómodo ni seductor como el del paraíso religioso; pero ha demostrado ser fiable, y jamás me he arrepentido de haberlo elegido.."
Notas autobiográficas
Albert Einsten
Alianza Bolsillo, 1984. Traducción de Miguel Paredes