Re: efecto DUNNING-KRUGER en algunos foreros
Cuando yo fui suscrito en el foro por Ricardo, en un cibercafé de la zona donde él vive, hace mas de 9 años; yo me hacia la "ilusión" de que el foro en alguna manera fuera una especie de reunión "eclesial" al modo que había aprendido y en alguna forma practicado, gracias a las lecturas muchas de ellas recomendadas por Ricardo mismo.
Aquí una muestra de ello:
En ninguna parte del Nuevo Testamento encontramos base para una reunión que sea dominada, dirigida y oficiada por una persona. Tampoco encontramos una reunión que esté enraizada en la centralidad del púlpito enfocada en un hombre. Probablemente la característica más asombrosa de la reunión eclesial neotestamentaria era la ausencia de todo ministerio humano. El Ungido dirigía las reuniones por medio del Espíritu Santo en la comunidad de creyentes. Una vez más, el principio que regía a la reunión eclesial primitiva era el de "unos a otros"; la reciprocidad era su rasgo distintivo. ¡No es de extrañar que la frase unos a otros se usa aproximadamente sesenta veces en el Nuevo Testamento! A este respecto Watchman Nee hace la siguiente observación:
En las reuniones eclesiales, "cada uno de vosotros tiene salmo, tiene doctrina, tiene lengua, tiene revelación, tiene interpretación" (1 Corintios 14:26). Aquí no es el caso de que uno dirige y todos los demás siguen, sino que cada uno contribuye su parte de utilidad espiritual... Nada es determinado por el hombre, y todos toman parte según el Espíritu guía. No es un ministerio ‘enteramente de hombre’, sino un ministerio del Espíritu Santo... Se le da oportunidad a cada miembro de la iglesia para que ayude a otros, y se le da oportunidad a cada uno para que sea ayudado. Un hermano puede hablar en una etapa de la reunión y otro más tarde; usted puede ser escogido por el Espíritu Santo para que ayude a los hermanos esta vez, y yo, la próxima vez... Cada individuo debe asumir su parte de responsabilidad y pasar a los demás lo que él mismo ha recibido del Señor. La dirección de las reuniones no debe ser responsabilidad de ningún individuo en particular, sino que todos los miembros deben asumir esa responsabilidad juntos, y deben procurar ayudarse unos a otros, dependiendo de la enseñanza y dirección del Espíritu Santo, y dependiendo de su habilitación también... Una reunión eclesial ha de tener sobre sí la estampa de ‘unos a otros’. (The Normal Christian Church Life /La vida eclesial cristiana normal/.)
La mentalidad popular de ‘un solo hombre’ de nuestros días, que rivaliza con el liderazgo funcional de Jesucristo como Cabeza, era completamente desconocido en la asamblea primitiva. En cambio, todos los hermanos venían a la reunión sintiendo que tenían el privilegio y la responsabilidad de contribuir con algo. La reunión eclesial primitiva estaba caracterizada por una sincera libertad e informalidad, que era la atmósfera indispensable para que El Ungido funcionara libremente por medio de cada miembro de su Cuerpo.
(Del libro: "Repensando el Odre" de Frank Viola)
Cuando yo fui suscrito en el foro por Ricardo, en un cibercafé de la zona donde él vive, hace mas de 9 años; yo me hacia la "ilusión" de que el foro en alguna manera fuera una especie de reunión "eclesial" al modo que había aprendido y en alguna forma practicado, gracias a las lecturas muchas de ellas recomendadas por Ricardo mismo.
Aquí una muestra de ello:
En ninguna parte del Nuevo Testamento encontramos base para una reunión que sea dominada, dirigida y oficiada por una persona. Tampoco encontramos una reunión que esté enraizada en la centralidad del púlpito enfocada en un hombre. Probablemente la característica más asombrosa de la reunión eclesial neotestamentaria era la ausencia de todo ministerio humano. El Ungido dirigía las reuniones por medio del Espíritu Santo en la comunidad de creyentes. Una vez más, el principio que regía a la reunión eclesial primitiva era el de "unos a otros"; la reciprocidad era su rasgo distintivo. ¡No es de extrañar que la frase unos a otros se usa aproximadamente sesenta veces en el Nuevo Testamento! A este respecto Watchman Nee hace la siguiente observación:
En las reuniones eclesiales, "cada uno de vosotros tiene salmo, tiene doctrina, tiene lengua, tiene revelación, tiene interpretación" (1 Corintios 14:26). Aquí no es el caso de que uno dirige y todos los demás siguen, sino que cada uno contribuye su parte de utilidad espiritual... Nada es determinado por el hombre, y todos toman parte según el Espíritu guía. No es un ministerio ‘enteramente de hombre’, sino un ministerio del Espíritu Santo... Se le da oportunidad a cada miembro de la iglesia para que ayude a otros, y se le da oportunidad a cada uno para que sea ayudado. Un hermano puede hablar en una etapa de la reunión y otro más tarde; usted puede ser escogido por el Espíritu Santo para que ayude a los hermanos esta vez, y yo, la próxima vez... Cada individuo debe asumir su parte de responsabilidad y pasar a los demás lo que él mismo ha recibido del Señor. La dirección de las reuniones no debe ser responsabilidad de ningún individuo en particular, sino que todos los miembros deben asumir esa responsabilidad juntos, y deben procurar ayudarse unos a otros, dependiendo de la enseñanza y dirección del Espíritu Santo, y dependiendo de su habilitación también... Una reunión eclesial ha de tener sobre sí la estampa de ‘unos a otros’. (The Normal Christian Church Life /La vida eclesial cristiana normal/.)
La mentalidad popular de ‘un solo hombre’ de nuestros días, que rivaliza con el liderazgo funcional de Jesucristo como Cabeza, era completamente desconocido en la asamblea primitiva. En cambio, todos los hermanos venían a la reunión sintiendo que tenían el privilegio y la responsabilidad de contribuir con algo. La reunión eclesial primitiva estaba caracterizada por una sincera libertad e informalidad, que era la atmósfera indispensable para que El Ungido funcionara libremente por medio de cada miembro de su Cuerpo.
(Del libro: "Repensando el Odre" de Frank Viola)