Edificar el Cuerpo de Cristo y alimento matutino

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5 Septiembre 2001
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PRACTICANDO EL LIBRO DE LOS HECHOS
Semana 11 --- La obra de los apóstoles
Jueves --- Leer con oración: Jn 6:63; Ef 4:11-16
“Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros, a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo” (Ef 4:11-12)
EDIFICAR EL CUERPO DE CRISTO
Leer la Biblia solamente en la esfera mental no trae vida, pero cuando la leemos ejercitando el espíritu ganamos vida (Jn 6:63). El Alimento Diario es un instrumento de gran ayuda para todos nosotros, pues por medio de él recibimos la dirección de Dios y podemos conocer más Su Palabra. La lectura normal de esta publicación, debe llevarnos a tener un aprecio cada vez mayor por la Biblia. Podemos leer-orar los versículos que nos son indicados diariamente, además de todas las referencias bíblicas que son sugeridas. Así, poco a poco, vamos aprendiendo a disfrutar la Palabra de Dios con espíritu y vida.
Muchos hermanos y hermanas empezaron a tener una vida de lectura regular, normal y cotidiana de la Biblia, después de tener un contacto saludable con esta publicación. El Alimento Diario sin duda no sustituye a la Biblia, por el contrario, nos lleva a amarla cada vez más y a tomarla como realidad en nuestro vivir diario. De esa manera, por medio de un contacto constante y saludable con la Palabra, somos llevados a vivir en el espíritu. ¡Gracias al Señor!
Pablo llevaba a las personas a estar en el espíritu. Alabado sea el Señor, pues esas palabras también son nuestra práctica. Después que Él entró en nuestro espíritu, debemos permitir que las tres partes de nuestra alma: mente, voluntad y emoción, sean saturadas una a una por la vida divina. Antiguamente nuestra emoción estaba totalmente llena de nuestro propio placer, pero ahora el placer de Dios, lo que Él desea, está en nosotros y por eso podemos hacer lo que le agrada.
Deseamos que la palabra de Dios penetre en nosotros para que nuestra alma (mente, voluntad y emoción) sea saturada por la vida divina. Así seremos santificados en todo.
La obra de los apóstoles es según el ministerio que el Señor concedió a cada uno, teniendo cada apóstol su ministerio; y cada ministerio es distinto. Los doce apóstoles tenían cada uno su ministerio, pero todos estaban en un mismo principio: edificar el Cuerpo de Cristo (Ef 4:11-12). En los versículos 13-16 vemos que los ministerios de los apóstoles tienen una sola meta: conducir a las personas a que crezcan en vida y lleguen a “la unidad de la fe y del pleno conocimiento del Hijo de Dios, a un hombre de plena madurez, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo; para que ya no seamos niños, (…) sino que asidos a la verdad en amor, crezcamos en todo en aquel que es la cabeza, Cristo, de quién todo el Cuerpo, bien unido y entrelazado por todas las coyunturas del rico suministro y por la función de cada miembro en su medida, causa el crecimiento del cuerpo para la edificación de sí mismo en amor”. Esto es lo que cada apóstol debe hacer, pues cada uno tiene su ministerio según la dirección del Espíritu.
Cierta vez el hermano Lee me dijo: “Hermano Dong, al hacer la obra usted debe prestar atención a tres cosas: primero, la obra debe ser hecha de acuerdo con la necesidad local, de cada región. Segundo, debe ser conforme al encargo que el mismo Dios concedió a la persona enviada; cada apóstol tiene algo que fue preparado por Dios, por lo tanto debe hacer todo según el encargo que le fue dado. El tercero y más importante, es que debe hacer todo según la dirección del Espíritu Santo”. Me dijo además: “Todos están en la economía neotestamentária de Dios, pero como cada uno tiene su manera de hacer, por ello, terminan en asuntos y cosas diferentes al momento de llevarlos a la práctica, y así comienzan a surgir diferencias”. Por la misericordia del Señor, hemos procurado hacer todo según la orientación del Espíritu.
Punto Clave: Crecer en vida.
Pregunta: ¿Cuál es la meta de la obra de los apóstoles?
Dong Yu Lan
Derechos reservados a: Editora “Árvore da Vida”
¡Jesús es el Señor!
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SEMANA 2 — DÍA 4
Alimento matutino
Hch. 20:19-20 Sirviendo al Señor como esclavo con toda humildad, y con lágrimas, y pruebas que me han venido por las confabulaciones de los judíos; y cómo nada de cuanto os pudiera aprovechar rehuí anunciaros y enseñaros, públicamente y de casa en casa.
27 Porque no rehuí anunciaros todo el consejo de Dios.
Los ancianos deben servir al Señor no sólo como siervos, sino como esclavos, como personas que han perdido sus derechos y todo tipo de libertades. De hecho, ser puesto en el cargo de anciano equivale a hacerse esclavo. Todos somos esclavos que sirven al Señor. En este contexto, servir al Señor no significa servirlo a Él directamente, sino indirectamente al servir a Su pueblo.
Los ancianos deben recibir la carga propia de un esclavo y servir a la numerosa familia de su Amo. Debemos actuar, hacer las cosas y conducirnos en todo como esclavos con toda humildad. No tenemos derecho alguno de sentirnos orgullosos de nada. Todo lo que sea glorioso debemos atribuirlo a nuestro Amo. Él es el único que puede sentirse orgulloso respecto de cualquier cosa. Nosotros, en cambio, debemos asumir una actitud humilde. Para nosotros es más fácil ser orgullosos que ser humildes. Ser humildes, e incluso estar humillados, no es algo que produce alegría, sino lágrimas. No es muy positivo el que los ancianos nunca hayan derramado lágrimas por los santos que están bajo su cuidado. La humildad siempre debe ir acompañada de lágrimas. Debemos ser humildes por la situación y estar preparados para aceptar pruebas de parte de otros. (Talks Concerning the Church Service, Part One,pág.16)
Lectura para hoy
Pablo servía al Señor como esclavo con toda humildad y con lágrimas, porque en aquel tiempo había otros que rivalizaban con él. Aún más, ellos tramaban perjudicar su obra, su ministerio y aun la persona misma de Pablo. Fue por eso que después habló de las pruebas. Los ancianos no deben esperar llevar una vida cómoda sino estar preparados para afrontar pruebas y sufrimientos. Por un lado, tenemos que recibir la carga con respecto a ser ancianos; pero, por otro lado, debemos estar preparados para afrontar cualquier clase de prueba que otros nos causen. En la época de Pablo, las pruebas vinieron de parte de los judíos, quienes no eran ateos sino que adoraban a Dios, y quienes, en su opinión, servían a Dios.
Luego en Hechos 20:20 vemos que] Pablo no rehuyó a su responsabilidad. Él no se retrajo de anunciar a los santos nada de cuanto les pudiera ser de provecho … Pablo laboró fielmente al anunciar a los santos todo lo que concernía a los intereses de Dios para con Su pueblo. Pablo no rehuyó a su responsabilidad; más bien, él enseñó a los creyentes públicamente en las reuniones y en privado de casa en casa. De ahora en adelante los ancianos deben visitar más frecuentemente a los santos en sus casas. Al visitarlos en sus casas, los ancianos podrán enseñar y pastorear a los santos. La enseñanza a la que se refiere este versículo realmente tiene el sentido de pastorear. En el Nuevo Testamento, la enseñanza siempre va acompañada del pastoreo. Para llevar a cabo el pastoreo se requiere la enseñanza apropiada. En Hechos 20:27 Pablo continúa diciendo: “Porque no regí anunciaros todo el consejo de Dios”.Pablo no solamente enseñó a los santos, no solamente se preocupó por el bienestar de ellos y por ministrarles todo lo que pudiera aprovecharles, sino que además les anunció el consejo de Dios, el plan de Dios y la economía de Dios. Sin duda alguna, Pablo enseñó mucho a los efesios en cuanto a la economía neotestamentaria de Dios.
De manera semejante, todos los ancianos deben aprender en qué consiste la economía neotestamentaria de Dios y enseñarla a los santos. Una vez que conozcan la economía eterna de Dios, ellos, en su mayoría, serán firmemente cimentados y profundamente arraigados…
Lo que más se necesita entre nosotros es la revelación divina, bíblica y apropiada con respecto a la economía eterna de Dios.
Los ancianos deben aprender todos los asuntos relacionados con la economía de Dios y profundizar en ellos. Si hacen esto, llegarán a tener una carga genuina. Al enseñar la economía de Dios a los santos que están desanimados, los ancianos podrán alentarlos, y ellos, al escuchar sobre la economía de Dios y al recibir un llamamiento tan elevado, recibirán mucho aliento y consolación.
Los problemas que actualmente afrontamos en el recobro se deben principalmente a que no se tiene un entendimiento ni una comprensión profunda acerca de la economía eterna de Dios.
(Talks concerning the Church Services, Part One, págs. 16-19)
Lectura adicional:Talks Concerning the Church Services, Part One caps. 2-3; Estudio-vida de Hechos, mensaje 53
Witness Lee
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