Dios Padre (II)

30 Noviembre 1998
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Dios Padre (II)

3. Se acabó el Dios que amenaza


Para enterarse de que Dios es PADRE y, sobre todo, para experimentar lo que eso representa en la vida de cualquier persona, lo primero que hay que hacer es
quitarse de la cabeza las "falsas imágenes de Dios" que mucha gente tiene en su conciencia, en su intimidad más secreta.

Y eso es necesario porque mientras uno
lleve dentro esas falsas imágenes, no podrá relacionarse con Dios "como Padre".

Pues bien, la primera "imagen falsa", que muchos cristianos tienen en su cabeza, es que Dios es una amenaza de la que hay que protegerse.

Muchos papás les dicen a los niños pequeños: "¡No hagas, eso, que Dios te castiga¡". Naturalmente, cuando un niño oye semejante cosa, lo primero que piensa es que Dios es una amenaza, o sea un peligro, para todo el que hace lo que no está bien, aunque sea una tontería sin mucha importancia, como les pasa con tanta frecuencia a los chiquillos.

Luego, cuando pasa el tiempo, en las catequesis o en los sermones de las iglesias, los cristianos oyen predicaciones en las que les dicen que Dios nos va a pedir
cuentas a todos. Y en esas cuentas tendremos que responder de todo lo malo que hemos hecho.

Además, yo no sé por qué, muchas, muchísimas personas tienen la idea de que, cuando ocurre una desgracia (una enfermedad, un terremoto, un huracán), eso es un castigo de Dios. Pero, es claro, todos los que (de la manera que
sea) piensan así, aunque no lo digan, en realidad están incapacitados para relacionarse con Dios como Padre.

Porque, para quien piensa de esa manera, Dios es más un policía (o un juez ) que un padre.

Por eso es absolutamente necesario acabar con la imagen del dios que amenaza.
Y para ello, lo más útil es enterarse de lo que enseña la parábola de los talentos
(Mt 25, 13–30; Lc 19, 11–27).

Lc 19

11 Estando la gente escuchando estas cosas, añadió una parábola, pues estaba él cerca de Jerusalén, y creían ellos que el Reino de Dios aparecería de un momento a otro.
12 Dijo pues: «Un hombre noble marchó a un país lejano, para recibir la investidura real y volverse.
13 Habiendo llamado a diez siervos suyos, les dio diez minas y les dijo: "Negociad hasta que vuelva."
14 Pero sus ciudadanos le odiaban y enviaron detrás de él una embajada que dijese: "No queremos que ése reine sobre nosotros."

15 «Y sucedió que, cuando regresó, después de recibir la investidura real, mandó llamar a aquellos siervos suyos, a los que había dado el dinero, para saber lo que había ganado cada uno.
16 Se presentó el primero y dijo: "Señor, tu mina ha producido diez minas."
17 Le respondió: "¡Muy bien, siervo bueno!; ya que has sido fiel en lo mínimo, toma el gobierno de diez ciudades."
18 Vino el segundo y dijo: "Tu mina, Señor, ha producido cinco minas."
19 Dijo a éste: "Ponte tú también al mando de cinco ciudades."

20 «Vino el otro y dijo: "Señor, aquí tienes tu mina, que he tenido guardada en un lienzo;
21 pues tenía miedo de tí, que eres un hombre severo; que tomas lo que no pusiste, y cosechas lo que no sembraste."
22 Dícele: "Por tu propia boca te juzgo, siervo malo;
sabías que yo soy un hombre severo, que tomo lo que no puse y cosecho lo que no sembré;
23 pues ¿por qué no colocaste mi dinero en el banco? Y así, al volver yo, lo habría cobrado con los intereses."

24 Y dijo a los presentes: "Quitadle la mina y dádsela al que tiene las diez minas."
25 Dijéronle: "Señor, tiene ya diez minas."
26 - "Os digo que a todo el que tiene, se le dará; pero al que no tiene, aun lo que tiene se le quitará."
27 «"Pero a aquellos enemigos míos, los que no quisieron que yo reinara sobre ellos, traedlos aquí y matadlos delante de mí."»


Muchas veces se ha explicado esta parábola diciendo que Dios le da a cada uno una cantidad determinada de bienes divinos y
humanos, de cualidades, de gracias celestiales, en definitiva los "talentos", de los que tendrá que dar cuenta a Dios, hasta el último céntimo, el día que el Señor nos
llame a eso, a que le rindamos cuentas.
Está claro que, quienes interpretan la parábola de esta manera, entienden que, con esa historia, Jesús nos hace a todos un
llamamiento exigente para que seamos "responsables" ante lo mucho que Dios nos quiere y que Dios no da.
Ahora bien, desde el momento en que la parábola se interpreta de esa manera, resulta imposible liberarse del Dios que amenaza.

O sea, resulta imposible experimentar a Dios como Padre.

Pero afortunadamente la parábola no dice, para nada, que Dios sea una amenaza.
Ni siquiera se refiere a que Dios nos va a pedir cuentas de lo mucho o lo poco
que cada cual haya recibido en esta vida.

Entonces, ¿qué es lo que la parábola enseña?

Todo depende de lo que le pasa al que recibió un solo talento. La parábola cuenta que ése fue el que mereció el castigo (Mt 25, 30). Pero la cuestión está en saber
por qué fue castigado tan severamente. Jesús lo explica con toda claridad y de manera admirable. Se trataba de un individuo que tenía el convencimiento de que el
"Señor" de los talentos, o sea DIOS, es "duro", de manera que "siega donde no siembra y recoge donde no esparce" (Mt 25, 24).

Dicho de otra manera, este
individuo tenía una idea terrible de Dios. Y por eso, como es natural, "tenía miedo" y se fue a "esconder el talento debajo de tierra" (Mt 25, 24).

Ahora bien, eso precisamente fue su perdición. Con lo cual Jesús quiere decir, ante todo, que el miedo (incluido el miedo a Dios) paraliza, es decir, hace estériles a
las personas.


A eso se refiere Jesús cuando dice que el asustado, que recibió un talento, fue y lo escondió debajo de tierra. El Dios que amenaza es un Dios que
bloquea y anula a las personas, a los grupos, a las comunidades, a las organizaciones.

Pero, sobre todo, lo que Jesús quiere enseñar, en esa parábola, es que quien lleva en su cabeza y en sus sentimientos a un Dios que mete miedo, éste está perdido.

Y está perdido por dos razones:

1) porque no hará en esta vida nada que valga la pena, como acabo de explicar.
2) porque tener en la cabeza un Dios que pide
cuentas, hasta el último detalle, es no conocer a Dios. O sea, el que se piensa que Dios es así, en realidad no cree en el Dios de Jesús, sino que cree en un ídolo que
él se ha inventado. Porque ese Dios no existe.


Por lo tanto, la parábola de los talentos no es la parábola de la "responsabilidad" ante Dios, sino la parábola de la "confianza" en Dios.

Lo cual no significa que le quitemos importancia a nuestras responsabilidades ante el bien o el mal que podemos hacer en la vida.
Lo que pasa es que, cuando un padre quiere de verdad a sus hijos, no anda amenazando a todas horas con pedir cuentas y repartir castigos al que se descuida. Un padre, que de verdad es padre, no hace eso.
Porque querer a alguien no es estar amenazando cada dos por tres.

Muchos cristianos dicen que Dios es Padre.
Y rezan todos los días el Padre Nuestro. Pero todo eso son ideas. La pura verdad es que ni sienten, ni pueden sentir a Dios como Padre. Porque lo primero que hay que hacer para sentir eso es acabar con el Dios que amenaza.

Y todavía una cosa importante. Hay personas que, por la razón que sea, son gente que tienen poder y autoridad. Puede ser un padre con sus hijos, un gobernante
con sus súbditos, un sacerdote con sus feligreses, un jefe con los que dependen de él. Y con frecuencia ocurre que a esas personas se les sube el cargo a la cabeza
y se convierten en policías disimulados, que, "por amor", "por el bien de los demás" o por lo que a ellos se les ocurra, el hecho es que no paran de amenazar.

Y además se sirven del sacrosanto nombre de Dios para imponer sus amenazas, es decir, su poder y su autoridad.

Los que se dedican a hacer eso son una de las mayores desgracias para la humanidad.

Y son los que consiguen (a lo mejor sin darse cuenta) que cada día haya menos gente que cree en Dios como PADRE.

(Continuará)
 
Amigo:

Si tienes dificultades para creer en este Dios Padre amoroso, o no has experimentado en tu vida su presencia y deseas hacerme llegar tus dudas sobre Dios o la religión,
mi e-mail es:

[email protected]

Prometo responderte en seguida.
Que Dios te bendiga.


_______________
Ev. San Mateo cap. 28,18-20
Acercándose, Jesús les dijo: "Yo he recibido todo poder en el cielo y en la tierra.
Vayan, y hagan que todos los pueblos sean mis discípulos, bautizándolos
en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo,
y enseñándoles a cumplir todo lo que yo les he mandado. Y yo estaré
siempre con ustedes hasta el fin del mundo".

Juan Manuel
 
DTB Juan Manuel: Estoy completamente de acuerdo con el enfasis que haces en Dios como padre y como Amor.

Como me he criado en los EE. UU. tengo una vista del mundo un poco diferente al punto de vista de los españoles e hispanoamericos.

¿Que dirías tu si sustituimos la palabra "madre" por padre?

tejano
 
Saludos


Juan Manue dice:


Además, yo no sé por qué, muchas, muchísimas personas tienen la idea de que, cuando ocurre una desgracia (una enfermedad, un terremoto, un huracán), eso es un castigo de Dios. Pero, es claro, todos los que (de la manera que sea) piensan así, aunque no lo digan, en realidad están incapacitados para relacionarse con Dios como Padre.


Pregunto:

1. ¿Quién manda la enfermedad?
2. ¿Quién manda los desastres naturales?
3. ¿De quien proviene el castigo?
4. ¿Quién le dice, hey, que haces?
5. ¿Quién puede comprender sus caminos?

Cuando hay enfermedad, una desastre natural donde muere gente, ¿Qué pasa con el Dios de los Cielos y de la Tierra?

¿Se sienta a llorar?
¿Se burla Satanás de EL?
¿Las cosas están fuera de su control?
¿Su creación ha sido un fracaso?
¿Quiere pero no puede?


Juan Manuel

Si quieres responder, aso por favor el epígrafe “La Soberanía de Dios” que recientemente abrí

Que estes bien
 
Dios Padre (II)

Juan Manuel, verdaderamente estoy sorprendido de tu estrategia para evandir una conversación para aclarar conceptos teológicos.

En este documento tratas de explicar los atributos de Dios. Lo haces bastante bien; pero tus pensamientos son dignos de ser analizados a la luz de toda la Palabra de Dios, la Biblia.

Pero esto no es lo que quiero tratar ahora. Lo que me preocupa es que en el "epígrafe" de Julio7, el anti-trinitario, me dijiste que me callara la boca porque al fin de cuentas no sabíamos cómo era la cosa y que todos nos vamos a ver allá. Ahora, en este "Dios Padre (II)" hasta sacas a relucir los versículos donde se mencionan a los agentes Padre, Hijo y Espíritu Santo.

Te conviertes en el didacta, en el pedagogo. Pero ¿para qué gastas saliva, digo, electricidad cuando debes dejar que la gente crea lo que le dé la gana?

A mí me parece que eres parte del clero bajo el obispo de Roma. Ojalá que me equivoque, pero tu actitud es muy hiriente. No querés (en el dialecto de los porteños) contestar a las objecciones que te presenté. Me quieres obligar a que te responda a tu pregunta de una manera insensata. Te la he respondido de una manera analítica y tú me dices, "Si no juego, me llevo la pelota".

El análisis que voy a hacer de tu primera parte de "Dios Padre (II) me va a tomar unos días. Ojalá que no corras. Sé un buen ‘Manolete’, éntrale al toro. Mejor dicho, Sé una buen "Maradona", éntrale a la pelota.

"Adios muchacho, compañero del Foro Cristiano",

Ezequiel Romero
 
Tejano:

Por supuesto que nuestro Dios es Padre y también es Madre, porque es la fuente del Amor y de la Vida.

Otra de las falsas imágenes de Dios que debemos desterrar es un Dios "masculino".
Dios no tiene sexo, por eso nos ama tanto como Paternalmente como Maternalmente.

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Ezequiel:

No sé porqué te molestas conmigo.
Mi intención no fué herirte.
Pero como tú no respondiste a mi pregunta,yo no responderé las tuyas.
Creo que no hablamos el mismo "idioma".

Te deseo SHALOM de parte de Dios.

Pero no responderé por ahora tus mensajes, porque no me interesan las discusiones estériles.
Te perdono tus duras palabras hacia mí.
Si quieres saber mi credo, sólo mira mi perfil.

Dios te bendiga.



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Ev. San Mateo cap. 28,18-20
Acercándose, Jesús les dijo: "Yo he recibido todo poder en el cielo y en la tierra.
Vayan, y hagan que todos los pueblos sean mis discípulos, bautizándolos
en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo,
y enseñándoles a cumplir todo lo que yo les he mandado. Y yo estaré
siempre con ustedes hasta el fin del mundo".

Juan Manuel

e-mail: [email protected]