Este año he constatado la compañía de Dios a mi lado.
El Ángel de Yahvé al lado mío.
El guerrero defendiéndome. Yahweh Sebaot
Sal 59:17-18 Yo, en cambio, cantaré tu fuerza, Señor mío, aclamaré tu amor a la mañana; pues tú has sido para mí una ciudadela, un refugio en el día de mi angustia.
18. Oh fuerza mía, para ti salmodiaré, pues es Dios mi ciudadela, el Dios de mi amor.
hace 6 meses, en un día normal. como hoy, recibí una llamada, me llamaban unas monjitas, quienes me pedían que pasara urgentemente por mi madre, quien había tenido un colapso, estaba muy grave.
Inmediatamente salí de mi casa, angustiado, por la voz de la monjita, pensé que encontraría a mi madre muerta.
Cuando llegue al lugar, mi madre ya no estaba, alguien había llegado y la había llevado al hospital, las monjitas me dijeron a que hospital había sido trasladada y me fui para allá.
En la ciudad hay dos hospitales importantes, yo trabajo en uno de ellos, sin embargo habían llevado a mi madre al otro.
Llegue muy rápido al hospital y cuando entre y vi a mi mamá en la sala de urgencias me di cuenta que las posibilidades de vida de mi madre eran tan solo del 12%, ella presentaba un infarto muy extenso (Infarto agudo del miocardio en la región inferior del ventrículo izquierdo, con extensión al ventrículo derecho y un bloqueo aurículo-ventricular completo), su corazón solo latía a 35 veces por minuto, cuando lo normal es de 80 veces por minuto, no tenia presión arterial (Choque cardiogenico), estaba pálida, sudaba mucho y gritaba de dolor en el pecho, estaba obnubilada.
Fue tal el choque que tuve, que reaccione no como si fuera mi madre, sino como si fuera otro paciente mas.
En estos casos el 88% de las personas que llegan al hospital en estas condiciones mueren (Según la clasificación de Killip-Kimball), a menos que se les haga un procedimiento llamado angioplastía coronaria. En la ciudad ningún hospital estaba equipado para realizar tal intervención. Por lo menos yo no sabia de ninguno que lo estuviera.
El medico encargado del servicio de urgencias me dijo:
-Su mamá necesita una angioplastía-
-Así es- respondí. Pero no aguantara el traslado a otra ciudad para realizarla.- (El hospital con una sala de hemodinámica completa y cardiólogo intervensionista se encontraba a 300 Km. de la ciudad)
Entonces me dijo:
-Acaba de llegar el aparato aquí a este hospital hace 1 semana-
Eso me sorprendió, este tipo de tecnología es muy cara, y coincidentemente se había instalado en dicho hospital hacia solo una semana el aparato necesario para salvarle la vida a mi madre, esta tecnología consiste en una sala de hemodinámica para poder realizar procedimientos de cardiología intervensionista, sin embargo se requería de un medico que estuviese especializado en realizar la intervención, es decir, un cardiólogo intervencionista.
Ese día un especialista en intervencionismo cardiaco se estaba entrevistando con el director del hospital, vaya coincidencia!!!!.
Me dirigí a la dirección del hospital y encontré a un joven medico, le dije que mi madre estaba muy grave y que requería una angioplastía, el me respondió:
-Adelante, vamos a realizar el procedimiento-
20 minutos después los médicos que realizaron el procedimiento voltearon a verme y levantaron el pulgar en señal de victoria, mientras yo veía como la sangre volvía a fluir en la arteria coronaria (Su arteria obstruida era la coronaria derecha, muy dominante y estaba obstruida en el tercio proximal) que estaba obstruida y el corazón de mi madre latía normalmente.
Una hora después de tan angustiante evento, yo podía ver a los ojos de mi madre, podía decirle cuanto la amaba y mientras la besaba en la frente le podía decir que todo estaba bien.
Una serie de eventos extraordinarios se conjugaron para que mi madre viviera, y para que yo quedara librado de la angustia de verla morir en mis manos.
Si yo hubiera llevado a mi madre al hospital donde laboro, no habría obtenido la ayuda de la nueva tecnología que acababa de llegar al otro hospital, pues aunque yo hubiese estado enterado de la existencia del aparato, ¿como habría sabido que ese preciso día, estaba ahí un medico especializado en dichas intervenciones?
La sala de hemodinámica tenia escasos 7 días de instalada, ese preciso día estaba un cardiólogo intervencionista en el hospital que salvo la vida de mi madre, que apenas había iniciado sus labores ahí, todo estaba listo.
En otras condiciones, estos pacientes que tienen un infarto agudo del miocardio, y que llegan en esas condiciones al hospital y que no tienen la oportunidad de dicha intervención, tienen el 88% de posibilidades de morir.. En algunas ocasiones su muerte no es inmediata y tarda varios días, Dios me libro de ver esta angustia.
En otras palabras, si yo hubiese llevado a mi madre donde laboro actualmente, con el desconocimiento de la existencia de un cardiólogo intervensionista que estaba hacia escasos días en la ciudad, y con la sala mas próxima a 300 Km., sin poder trasladarla en avión y por carretera no hubiese soportado, yo habría internado a mi madre en la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital, le hubiese administrado trombolisis intravenosa, le hubiese colocado un marcapasos temporal, hubiese utilizado medicamentos para el choque cardiogenico, como la dopamina y la dobutamina, y aun con eso, las posibilidades de muerte eran alrededor del 85%, siendo que ese es el tipo de pacientes que trato, para mi hubiese resultado en una angustiosa y torturante agonía tratar a mi madre en esas condiciones, de eso Dios me libro también.
Dice el Salmo:
Sal 18,7. Clamé a Yahveh en mi ANGUSTIA, a mi Dios invoqué; y escuchó mi voz desde su Templo, resonó mi llamada en sus oídos.
Ese día mi madre se sentía mal desde temprano en la mañana, fue a la iglesia, le encomendó al sacerdote que hiciera una serie de misas por nosotros sus hijos, luego fue con unas monjitas para que oraran por ella, pues se sentía muy mal, ahí ocurrió el colapso, la persona que recogió a mi madre antes que yo, la llevo al sitio indicado, yo la hubiese llevado a otro lado, mi madre experimento la cercanía de la muerte, vio a Jesús y nos encomendó a El y cuando estuvo a punto de entregarse a los brazos de Jesús regreso con nosotros.
Ella cuenta ahora su testimonio de como vio una hermosa luz y sintió una hermosa paz.
Sus oraciones fueron escuchadas, porque Dios es un Dios de misericordia.
Mientras tanto Dios me liberaba de gran angustia.
Esa fue la primera intervención de este tipo en esta ciudad, si mi madre se hubiese infartado otro día, por lo menos una semana antes, no habría contado con los aparatos y el medico que salvaron su vida. Pero Dios lo dispuso así.
Sal 116:
1. ¡Aleluya! Yo amo, porque Yahveh escucha mi voz suplicante;
2. porque hacia mí su oído inclina el día en que clamo.
3. Los lazos de la muerte me aferraban, me sorprendieron las redes del seol; en angustia y tristeza me encontraba,
4. y el nombre de Yahveh invoqué: ¡Ah, Yahveh, salva mi alma!
5. Tierno es Yahveh y justo, compasivo nuestro Dios;
6. Yahveh guarda a los pequeños, estaba yo postrado y me salvó.
7. Vuelve, alma mía, a tu reposo, porque Yahveh te ha hecho bien.
8. Ha guardado mi alma de la muerte, mis ojos de las lágrimas, y mis pies de mal paso.
9. Caminaré en la presencia de Yahveh por la tierra de los vivos.
10. ¡Tengo fe, aún cuando digo: «Muy desdichado soy»!,
11. yo que he dicho en mi consternación: «Todo hombre es mentiroso».
12. ¿Cómo a Yahveh podré pagar todo el bien que me ha hecho?
13. La copa de salvación levantaré, e invocaré el nombre de Yahveh.
14. Cumpliré mis votos a Yahveh, ¡sí, en presencia de todo su pueblo!
15. Mucho cuesta a los ojos de Yahveh la muerte de los que le aman.
16. ¡Ah, Yahveh, yo soy tu siervo, tu siervo, el hijo de tu esclava, tú has soltado mis cadenas!
17. Sacrificio te ofreceré de acción de gracias, e invocaré el nombre de Yahveh.
18. Cumpliré mis votos a Yahveh, sí, en presencia de todo su pueblo,
19. en los atrios de la Casa de Yahveh, en medio de ti, Jerusalén.
Señor, mi Dios! A Ti doy toda Gloria, Honor y Alabanza, por los siglos de los Siglos, Padre Mío, Mi Salvador y Protector.
Toda la Gloria Para Jesús MI Salvador, Para Nuestro Padre Eterno y Misericordioso, y para El Espíritu Santo, nuestro guía.
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Este testimonio lo escribí por ahí de Diciembre del año pasado, se los comparto ahora, desde esta noche.
Dios nos bendiga.
El Ángel de Yahvé al lado mío.
El guerrero defendiéndome. Yahweh Sebaot
Sal 59:17-18 Yo, en cambio, cantaré tu fuerza, Señor mío, aclamaré tu amor a la mañana; pues tú has sido para mí una ciudadela, un refugio en el día de mi angustia.
18. Oh fuerza mía, para ti salmodiaré, pues es Dios mi ciudadela, el Dios de mi amor.
hace 6 meses, en un día normal. como hoy, recibí una llamada, me llamaban unas monjitas, quienes me pedían que pasara urgentemente por mi madre, quien había tenido un colapso, estaba muy grave.
Inmediatamente salí de mi casa, angustiado, por la voz de la monjita, pensé que encontraría a mi madre muerta.
Cuando llegue al lugar, mi madre ya no estaba, alguien había llegado y la había llevado al hospital, las monjitas me dijeron a que hospital había sido trasladada y me fui para allá.
En la ciudad hay dos hospitales importantes, yo trabajo en uno de ellos, sin embargo habían llevado a mi madre al otro.
Llegue muy rápido al hospital y cuando entre y vi a mi mamá en la sala de urgencias me di cuenta que las posibilidades de vida de mi madre eran tan solo del 12%, ella presentaba un infarto muy extenso (Infarto agudo del miocardio en la región inferior del ventrículo izquierdo, con extensión al ventrículo derecho y un bloqueo aurículo-ventricular completo), su corazón solo latía a 35 veces por minuto, cuando lo normal es de 80 veces por minuto, no tenia presión arterial (Choque cardiogenico), estaba pálida, sudaba mucho y gritaba de dolor en el pecho, estaba obnubilada.
Fue tal el choque que tuve, que reaccione no como si fuera mi madre, sino como si fuera otro paciente mas.
En estos casos el 88% de las personas que llegan al hospital en estas condiciones mueren (Según la clasificación de Killip-Kimball), a menos que se les haga un procedimiento llamado angioplastía coronaria. En la ciudad ningún hospital estaba equipado para realizar tal intervención. Por lo menos yo no sabia de ninguno que lo estuviera.
El medico encargado del servicio de urgencias me dijo:
-Su mamá necesita una angioplastía-
-Así es- respondí. Pero no aguantara el traslado a otra ciudad para realizarla.- (El hospital con una sala de hemodinámica completa y cardiólogo intervensionista se encontraba a 300 Km. de la ciudad)
Entonces me dijo:
-Acaba de llegar el aparato aquí a este hospital hace 1 semana-
Eso me sorprendió, este tipo de tecnología es muy cara, y coincidentemente se había instalado en dicho hospital hacia solo una semana el aparato necesario para salvarle la vida a mi madre, esta tecnología consiste en una sala de hemodinámica para poder realizar procedimientos de cardiología intervensionista, sin embargo se requería de un medico que estuviese especializado en realizar la intervención, es decir, un cardiólogo intervencionista.
Ese día un especialista en intervencionismo cardiaco se estaba entrevistando con el director del hospital, vaya coincidencia!!!!.
Me dirigí a la dirección del hospital y encontré a un joven medico, le dije que mi madre estaba muy grave y que requería una angioplastía, el me respondió:
-Adelante, vamos a realizar el procedimiento-
20 minutos después los médicos que realizaron el procedimiento voltearon a verme y levantaron el pulgar en señal de victoria, mientras yo veía como la sangre volvía a fluir en la arteria coronaria (Su arteria obstruida era la coronaria derecha, muy dominante y estaba obstruida en el tercio proximal) que estaba obstruida y el corazón de mi madre latía normalmente.
Una hora después de tan angustiante evento, yo podía ver a los ojos de mi madre, podía decirle cuanto la amaba y mientras la besaba en la frente le podía decir que todo estaba bien.
Una serie de eventos extraordinarios se conjugaron para que mi madre viviera, y para que yo quedara librado de la angustia de verla morir en mis manos.
Si yo hubiera llevado a mi madre al hospital donde laboro, no habría obtenido la ayuda de la nueva tecnología que acababa de llegar al otro hospital, pues aunque yo hubiese estado enterado de la existencia del aparato, ¿como habría sabido que ese preciso día, estaba ahí un medico especializado en dichas intervenciones?
La sala de hemodinámica tenia escasos 7 días de instalada, ese preciso día estaba un cardiólogo intervencionista en el hospital que salvo la vida de mi madre, que apenas había iniciado sus labores ahí, todo estaba listo.
En otras condiciones, estos pacientes que tienen un infarto agudo del miocardio, y que llegan en esas condiciones al hospital y que no tienen la oportunidad de dicha intervención, tienen el 88% de posibilidades de morir.. En algunas ocasiones su muerte no es inmediata y tarda varios días, Dios me libro de ver esta angustia.
En otras palabras, si yo hubiese llevado a mi madre donde laboro actualmente, con el desconocimiento de la existencia de un cardiólogo intervensionista que estaba hacia escasos días en la ciudad, y con la sala mas próxima a 300 Km., sin poder trasladarla en avión y por carretera no hubiese soportado, yo habría internado a mi madre en la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital, le hubiese administrado trombolisis intravenosa, le hubiese colocado un marcapasos temporal, hubiese utilizado medicamentos para el choque cardiogenico, como la dopamina y la dobutamina, y aun con eso, las posibilidades de muerte eran alrededor del 85%, siendo que ese es el tipo de pacientes que trato, para mi hubiese resultado en una angustiosa y torturante agonía tratar a mi madre en esas condiciones, de eso Dios me libro también.
Dice el Salmo:
Sal 18,7. Clamé a Yahveh en mi ANGUSTIA, a mi Dios invoqué; y escuchó mi voz desde su Templo, resonó mi llamada en sus oídos.
Ese día mi madre se sentía mal desde temprano en la mañana, fue a la iglesia, le encomendó al sacerdote que hiciera una serie de misas por nosotros sus hijos, luego fue con unas monjitas para que oraran por ella, pues se sentía muy mal, ahí ocurrió el colapso, la persona que recogió a mi madre antes que yo, la llevo al sitio indicado, yo la hubiese llevado a otro lado, mi madre experimento la cercanía de la muerte, vio a Jesús y nos encomendó a El y cuando estuvo a punto de entregarse a los brazos de Jesús regreso con nosotros.
Ella cuenta ahora su testimonio de como vio una hermosa luz y sintió una hermosa paz.
Sus oraciones fueron escuchadas, porque Dios es un Dios de misericordia.
Mientras tanto Dios me liberaba de gran angustia.
Esa fue la primera intervención de este tipo en esta ciudad, si mi madre se hubiese infartado otro día, por lo menos una semana antes, no habría contado con los aparatos y el medico que salvaron su vida. Pero Dios lo dispuso así.
Sal 116:
1. ¡Aleluya! Yo amo, porque Yahveh escucha mi voz suplicante;
2. porque hacia mí su oído inclina el día en que clamo.
3. Los lazos de la muerte me aferraban, me sorprendieron las redes del seol; en angustia y tristeza me encontraba,
4. y el nombre de Yahveh invoqué: ¡Ah, Yahveh, salva mi alma!
5. Tierno es Yahveh y justo, compasivo nuestro Dios;
6. Yahveh guarda a los pequeños, estaba yo postrado y me salvó.
7. Vuelve, alma mía, a tu reposo, porque Yahveh te ha hecho bien.
8. Ha guardado mi alma de la muerte, mis ojos de las lágrimas, y mis pies de mal paso.
9. Caminaré en la presencia de Yahveh por la tierra de los vivos.
10. ¡Tengo fe, aún cuando digo: «Muy desdichado soy»!,
11. yo que he dicho en mi consternación: «Todo hombre es mentiroso».
12. ¿Cómo a Yahveh podré pagar todo el bien que me ha hecho?
13. La copa de salvación levantaré, e invocaré el nombre de Yahveh.
14. Cumpliré mis votos a Yahveh, ¡sí, en presencia de todo su pueblo!
15. Mucho cuesta a los ojos de Yahveh la muerte de los que le aman.
16. ¡Ah, Yahveh, yo soy tu siervo, tu siervo, el hijo de tu esclava, tú has soltado mis cadenas!
17. Sacrificio te ofreceré de acción de gracias, e invocaré el nombre de Yahveh.
18. Cumpliré mis votos a Yahveh, sí, en presencia de todo su pueblo,
19. en los atrios de la Casa de Yahveh, en medio de ti, Jerusalén.
Señor, mi Dios! A Ti doy toda Gloria, Honor y Alabanza, por los siglos de los Siglos, Padre Mío, Mi Salvador y Protector.
Toda la Gloria Para Jesús MI Salvador, Para Nuestro Padre Eterno y Misericordioso, y para El Espíritu Santo, nuestro guía.
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Este testimonio lo escribí por ahí de Diciembre del año pasado, se los comparto ahora, desde esta noche.
Dios nos bendiga.