Dios con nosotros
~~~~~ Versículos de la Biblia ~~~~~
Mateo 1:23 “Y he aquí una virgen estará encinta y dará a luz un hijo, y llamarán Su nombre Emanuel” (que traducido es: Dios con nosotros).
Juan 1:14 Y el Verbo se hizo carne, y fijó tabernáculo entre nosotros (y contemplamos Su gloria, gloria como del Unigénito del Padre), lleno de gracia y de realidad.
~~~~~ Palabras del ministerio ~~~~~
En Mateo 1:23 tenemos otro nombre maravilloso: Emanuel. Jesús era el nombre dado por Dios, y Emanuel lo llamaron los hombres. Emanuel significa “Dios con nosotros”. Jesús el Salvador es Dios con nosotros. Sin Él no podemos presentarnos a Dios, pues Él es Dios, y Dios es Él. Sin El no podemos encontrar a Dios, pues Él es Dios mismo encarnado para morar entre nosotros (Jn. 1:14).
Jesús no es solamente Dios; Él es Dios con nosotros. Él “nosotros” se refiere a los salvos, o sea, a nosotros. Día a día, nosotros tenemos a Emanuel. En Mateo 18:20 Jesús dijo que cuando dos o tres se reunieran en Su nombre, Él estaría con ellos. Así es Emanuel. Cuando nosotros los cristianos nos congregamos, El está en medio nuestro. En Mateo 28:20, el último versículo de este Evangelio, Jesús dijo a Sus discípulos: “He aquí, Yo estoy con vosotros todos los días, hasta la consumación del siglo”. Jesús como Emanuel está aquí hoy. Según Mateo, Jesús vino y nunca se marchó. Fue sepultado en la tumba tres días, pero vino en resurrección y nunca partió. Él está con nosotros como Emanuel.
A veces, los cristianos somos bastante tontos. Invocamos a Jesús y encontramos a Dios; pero nos preguntamos si Jesús es Dios o no. ¡Jesús es Dios! No sólo es Dios, sino que es Dios con nosotros. Cuando invocamos a Jesús, tenemos a Jehová, al Salvador, la salvación, y también tenemos a Dios con nosotros. Tenemos a Dios justamente donde estamos nosotros
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SEMANA 6 — DÍA 2
Alimento matutino
Mt. 16:24-26 Entonces Jesús dijo…Si alguno quiere venir en pos de Mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame. Porque el que quiera salvar la vida de su alma, la perderá; y el que la pierda por causa de Mí, la hallará. Porque ¿qué aprovechará al hombre, si gana todo el mundo, y pierde la vida de su alma? ¿O qué dará el hombre a cambio de la vida de su alma?
Hay cuatro expresiones mencionadas en el Nuevo Testamento que están íntimamente relacionadas con nuestra manera de ser: el viejo hombre (Ro. 6:6), “yo” (Gá. 2:20), la vida del alma (Mt. 16:25-26) y el yo (Mt. 16:24). Además de estas expresiones, conforme a nuestro estudio y nuestras experiencias de los asuntos espirituales del Nuevo Testamento, también hemos usado el término natural con relación a la manera de ser. En estas cinco expresiones se halla implícita nuestra manera de ser. La manera de ser de una persona incluye todos estos asuntos. (La experiencia y el crecimiento en vida, pág. 178)
Lectura para hoy
En nuestra experiencia cristiana, hay algo en nosotros que llamamos nuestra manera de ser. Esta manera de ser corresponde a lo que somos innatamente. Cada uno de nosotros tiene una manera de ser particular y única. Interiormente, en nuestra manera de ser, somos muy diferentes los unos de los otros.
Lo que usted es por nacimiento es su manera de ser. Si usted es una persona muy pausada, es así por nacimiento; ser pausado es su manera de ser. Igualmente, si usted es una persona rápida para hacer las cosas, la rapidez es su manera de ser. Una persona puede ser callada o habladora; ambas características tienen que ver con la manera de ser. Si bien nuestra manera de ser corresponde a la manera en que Dios nos hizo, aun así, Dios tiene que quebrantarla. Parece contradictorio que Dios tenga que quebrantar algo que Él
mismo nos dio. No obstante, esto es conforme a la revelación divina y también un hecho que comprobamos en nuestra experiencia.
Nuestra manera de ser se expresa de muchas formas. Una de esas formas es la de querer ser “héroes”.Los hermanos y hermanas que tienen esta manera de ser sienten que si van a hacer algo, deben hacerlo todo de manera perfecta y completa y que impresione a otros. Si van a impartir la palabra, sienten que tienen que hacerlo de modo sobresaliente, o de lo contrario prefieren no hablar. También son muy enérgicos y rápidos para hacer las cosas. Otro tipo de manera de ser es el que llamaríamos el “antihéroe”. Aquellos que son “antihéroes” no hacen nada de modo completo o cabal.
Nuestra manera de ser es lo que somos innatamente por nacimiento y … nuestro carácter es el modo en que se manifiesta nuestra manera de ser. La manera de ser denota lo que somos, y el carácter es lo que manifestamos de forma externa. La razón por la cual somos callados o locuaces, es nuestra manera de ser. Al comienzo del semestre de nuestro entrenamiento de tiempo completo, algunos hermanos y hermanas hablaban con mucha frecuencia, pero después de varias semanas —tal vez debido a alguna exhortación que recibieron con respecto a su manera de hablar— se volvieron muy callados. La osadía que tenían para hablar tenía que ver con su manera de ser, pero el silencio que se impusieron a sí mismos tiene que ver con su carácter.
La lentitud corresponde a la manera de ser. Puede ser que lo hagamos todo de manera muy lenta. Si alguien llega a reprendernos por nuestra lentitud, tal vez nos ofendamos y reaccionemos haciéndolo todo de manera extremadamente rápida. Lo que expresamos con este cambio de conducta ya no es nuestra manera de ser, sino nuestro carácter. Nuestra manera de ser en sí misma no implica nada pecaminoso. Pero una vez que nuestra manera de ser se exprese con una intención dañina, eso es pecado. Así que, directamente, nuestra manera de ser no tiene mucho que ver con el pecado, pero nuestro carácter sí.
Aunque no hay versículos en el Nuevo Testamento que digan expresamente cómo tomar medidas respecto a nuestra manera de ser, sí hay varios versículos que podemos usar. Puesto que la manera de ser se halla implícita en el pronombre “yo”, en el viejo hombre, en el alma y en el yo [el ego], tomar medidas respecto a estas cosas equivale a tomar medidas respecto a nuestra manera de ser. Conforme a Gálatas 2:20, “yo” he sido crucificado. En este “yo” se halla implícita la manera de ser. De igual manera, cuando nos negamos a nosotros mismos (Mt. 16:24) y perdemos la vida del alma (vs. 25-26), la manera de ser es quebrantada porque está incluida en estas cosas. (La experiencia y el crecimiento en vida, págs. 160-161, 178-179)
Lectura adicional: La experiencia y el crecimiento en vida, mensaje 21; El quebrantamiento del hombre exterior y la liberación del espíritu, caps. 1, 3
Witness Lee
¡Jesús es el Señor!
~~~~~ Versículos de la Biblia ~~~~~
Mateo 1:23 “Y he aquí una virgen estará encinta y dará a luz un hijo, y llamarán Su nombre Emanuel” (que traducido es: Dios con nosotros).
Juan 1:14 Y el Verbo se hizo carne, y fijó tabernáculo entre nosotros (y contemplamos Su gloria, gloria como del Unigénito del Padre), lleno de gracia y de realidad.
~~~~~ Palabras del ministerio ~~~~~
En Mateo 1:23 tenemos otro nombre maravilloso: Emanuel. Jesús era el nombre dado por Dios, y Emanuel lo llamaron los hombres. Emanuel significa “Dios con nosotros”. Jesús el Salvador es Dios con nosotros. Sin Él no podemos presentarnos a Dios, pues Él es Dios, y Dios es Él. Sin El no podemos encontrar a Dios, pues Él es Dios mismo encarnado para morar entre nosotros (Jn. 1:14).
Jesús no es solamente Dios; Él es Dios con nosotros. Él “nosotros” se refiere a los salvos, o sea, a nosotros. Día a día, nosotros tenemos a Emanuel. En Mateo 18:20 Jesús dijo que cuando dos o tres se reunieran en Su nombre, Él estaría con ellos. Así es Emanuel. Cuando nosotros los cristianos nos congregamos, El está en medio nuestro. En Mateo 28:20, el último versículo de este Evangelio, Jesús dijo a Sus discípulos: “He aquí, Yo estoy con vosotros todos los días, hasta la consumación del siglo”. Jesús como Emanuel está aquí hoy. Según Mateo, Jesús vino y nunca se marchó. Fue sepultado en la tumba tres días, pero vino en resurrección y nunca partió. Él está con nosotros como Emanuel.
A veces, los cristianos somos bastante tontos. Invocamos a Jesús y encontramos a Dios; pero nos preguntamos si Jesús es Dios o no. ¡Jesús es Dios! No sólo es Dios, sino que es Dios con nosotros. Cuando invocamos a Jesús, tenemos a Jehová, al Salvador, la salvación, y también tenemos a Dios con nosotros. Tenemos a Dios justamente donde estamos nosotros
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SEMANA 6 — DÍA 2
Alimento matutino
Mt. 16:24-26 Entonces Jesús dijo…Si alguno quiere venir en pos de Mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame. Porque el que quiera salvar la vida de su alma, la perderá; y el que la pierda por causa de Mí, la hallará. Porque ¿qué aprovechará al hombre, si gana todo el mundo, y pierde la vida de su alma? ¿O qué dará el hombre a cambio de la vida de su alma?
Hay cuatro expresiones mencionadas en el Nuevo Testamento que están íntimamente relacionadas con nuestra manera de ser: el viejo hombre (Ro. 6:6), “yo” (Gá. 2:20), la vida del alma (Mt. 16:25-26) y el yo (Mt. 16:24). Además de estas expresiones, conforme a nuestro estudio y nuestras experiencias de los asuntos espirituales del Nuevo Testamento, también hemos usado el término natural con relación a la manera de ser. En estas cinco expresiones se halla implícita nuestra manera de ser. La manera de ser de una persona incluye todos estos asuntos. (La experiencia y el crecimiento en vida, pág. 178)
Lectura para hoy
En nuestra experiencia cristiana, hay algo en nosotros que llamamos nuestra manera de ser. Esta manera de ser corresponde a lo que somos innatamente. Cada uno de nosotros tiene una manera de ser particular y única. Interiormente, en nuestra manera de ser, somos muy diferentes los unos de los otros.
Lo que usted es por nacimiento es su manera de ser. Si usted es una persona muy pausada, es así por nacimiento; ser pausado es su manera de ser. Igualmente, si usted es una persona rápida para hacer las cosas, la rapidez es su manera de ser. Una persona puede ser callada o habladora; ambas características tienen que ver con la manera de ser. Si bien nuestra manera de ser corresponde a la manera en que Dios nos hizo, aun así, Dios tiene que quebrantarla. Parece contradictorio que Dios tenga que quebrantar algo que Él
mismo nos dio. No obstante, esto es conforme a la revelación divina y también un hecho que comprobamos en nuestra experiencia.
Nuestra manera de ser se expresa de muchas formas. Una de esas formas es la de querer ser “héroes”.Los hermanos y hermanas que tienen esta manera de ser sienten que si van a hacer algo, deben hacerlo todo de manera perfecta y completa y que impresione a otros. Si van a impartir la palabra, sienten que tienen que hacerlo de modo sobresaliente, o de lo contrario prefieren no hablar. También son muy enérgicos y rápidos para hacer las cosas. Otro tipo de manera de ser es el que llamaríamos el “antihéroe”. Aquellos que son “antihéroes” no hacen nada de modo completo o cabal.
Nuestra manera de ser es lo que somos innatamente por nacimiento y … nuestro carácter es el modo en que se manifiesta nuestra manera de ser. La manera de ser denota lo que somos, y el carácter es lo que manifestamos de forma externa. La razón por la cual somos callados o locuaces, es nuestra manera de ser. Al comienzo del semestre de nuestro entrenamiento de tiempo completo, algunos hermanos y hermanas hablaban con mucha frecuencia, pero después de varias semanas —tal vez debido a alguna exhortación que recibieron con respecto a su manera de hablar— se volvieron muy callados. La osadía que tenían para hablar tenía que ver con su manera de ser, pero el silencio que se impusieron a sí mismos tiene que ver con su carácter.
La lentitud corresponde a la manera de ser. Puede ser que lo hagamos todo de manera muy lenta. Si alguien llega a reprendernos por nuestra lentitud, tal vez nos ofendamos y reaccionemos haciéndolo todo de manera extremadamente rápida. Lo que expresamos con este cambio de conducta ya no es nuestra manera de ser, sino nuestro carácter. Nuestra manera de ser en sí misma no implica nada pecaminoso. Pero una vez que nuestra manera de ser se exprese con una intención dañina, eso es pecado. Así que, directamente, nuestra manera de ser no tiene mucho que ver con el pecado, pero nuestro carácter sí.
Aunque no hay versículos en el Nuevo Testamento que digan expresamente cómo tomar medidas respecto a nuestra manera de ser, sí hay varios versículos que podemos usar. Puesto que la manera de ser se halla implícita en el pronombre “yo”, en el viejo hombre, en el alma y en el yo [el ego], tomar medidas respecto a estas cosas equivale a tomar medidas respecto a nuestra manera de ser. Conforme a Gálatas 2:20, “yo” he sido crucificado. En este “yo” se halla implícita la manera de ser. De igual manera, cuando nos negamos a nosotros mismos (Mt. 16:24) y perdemos la vida del alma (vs. 25-26), la manera de ser es quebrantada porque está incluida en estas cosas. (La experiencia y el crecimiento en vida, págs. 160-161, 178-179)
Lectura adicional: La experiencia y el crecimiento en vida, mensaje 21; El quebrantamiento del hombre exterior y la liberación del espíritu, caps. 1, 3
Witness Lee
¡Jesús es el Señor!