El cuerpo, una vez muerto, pierde todas sus propiedades, el alma incluida, ya que el alma por sí sola no puede tener valor sustantivo en la medida en que reside en el funcionamiento del cuerpo, en su metabolismo, en las sinapsis de millones de neuronas por lo que se refiere al nivel de la consciencia, en el contínuo intercambio de energía con el medio que efectúa un sistema abierto como es el sistema viviente.
No solo los seres vivos "funcionan", todos los electrodomésticos que nos rodean funcionan mediante un adecuado suministro de energía ¿La energía es prueba de la existencia del alma? ¿La electricidad que alimenta el televisor es el alma?. Entonces también los alimentos que ingerimos para convertirlos en calorías necesarias poner nuestros cuerpos en funcionamiento son también el alma. ¿No sería el alma en este caso algo demasiado material? ¿Cuál sería la autonomía de lo "espiritual" en un mundo tan material como el nuestro? Una vez que hemos desechado el criterio de la energía, que es enormemente material, ¿Qué nos queda? Podemos cambiar de estrategia e identificarlo con la información: nuestros cerebros son procesadores neurológicos de información, el código genético es una estructura de información que provee al organismo de las instrucciones necesarias para su desarrollo y supervivencia, el software de un ordenador, como conjunto de programas que contienen información estructurada en códigos binarios, ¿Serían los componentes propiamente “espirituales" de la materia? Podría ser, pero, ¿Qué son sin el soporte material que los provee de los medios necesarios para su ejecución? La información que procesamos con nuestro cerebro podemos convertirla en ideas, las ideas las propagamos a través del lenguaje y la escritura pero, ¿Qué es el lenguaje hablado o un libro escrito sin otro cerebro receptor que lo pueda decodificar y asimilar? La información emanada de distintos centros exige sus propios sistemas de decodificación para poder ejecutarse. Las enzimas y hormonas ejecutan las instrucciones del ADN. El soporte material del ordenador, el hardware, ejecuta las instrucciones de los programas informáticos, las sinapsis neuronales ejecutan las instrucciones de nuestros cerebros trasladándolas al resto del organismo.
¿Hasta dónde pretendo llegar? A esta idea fundamental: sin materia no hay espíritu, sin cuerpo no hay alma, sin ordenador o sin soporte magnético no hay programas informáticos. No nos podemos imaginar la existencia de un alma humana independiente como tampoco nos podemos imaginar la existencia de un programa informático absolutamente espiritual e imposible de ejecutar por los medios materiales: en suma, no hay respiración sin sistema respiratorio, digestión sin aparato digestivo, pensamiento sin los centros nerviosos correspondientes. No niego la existencia de energía pero si la existencia mística de vida en el aire. La vida podemos considerarla como una forma específica de organización de la materia, como un sistema dinámico y autónomo de integración y asimilación de energía y como un sistema constituido por elementos altamente inestables como lo son las macromoléculas de proteínas que solo pueden persistir como tales en el organismo viviente. La idea del alma es muy antigua, se remonta a la idea pura de Platón en el plano filosófico y en el aspecto religioso podemos advertir que todas las religiones primitivas han visto en el universo, en la vida, en los animales, la existencia de un espíritu que los animaba a funcionar. Era el sistema animista. La palabra alma tiene un soporte o sustrato material: "anemos" en griego significa viento, aire. La Biblia reproduce esa noción animista cuando nos narra en el Génesis como "El Señor Dios formó al hombre del polvo de la tierra, le insufló en sus narices un hálito de vida y así el hombre llegó a ser un ser viviente" Pero los conocimientos adquiridos en la actualidad nos permiten prescindir de la idea del alma una vez conocida su base animista y religiosa. La vida es lo mas importante, al menos para mi. Salvar la vida es la prioridad fundamental. En otros tiempos no fue así. El alma era lo primero, la vida era algo accesorio e insignificante. si había algo terrible no era perder la vida, sino perder el alma. A los inquisidores de los siglos XV y XVI les importó un comino la salvación de vidas puesto que su objetivo era la salvación de las almas, una vez purificadas por el fuego de la hoguera. El Papa Inocencio III, en su cruzada contra los cátaros, a la pregunta, "¿Qué hacemos, Señor?" exclamó "¡Matadlos a todos, Dios elegirá a los suyos!" Te he expuesto una serie de razones por las que no defiendo la existencia del alma y por las que creo que hemos de concebirnos a nosotros como lo que realmente somos, seres efímeros, finitos y limitados, seres que estamos perdidos en un Universo Gigantesco, que no entramos y salimos de una película voluntariamente, que nacemos sin pedirlo y que morimos sin desearlo. La gente seguirá siendo eternamente religiosa porque nunca aceptará su propia condición: material inestable, reciclable y biodegradable. Como animales que somos no nos hemos liberado del todo del instinto. La cultura, en todo caso, lo ha remodelado, le ha marcado sus propios tiempos y momentos de eficacia, lo ha reprimido y, lo mas que hemos conseguido ha sido construir un instinto culturalizado, idealizado y sublimado. Al instinto sexual lo llamamos Amor, su base no-racional nos induce a creer que tiene un origen místico.
No solo los seres vivos "funcionan", todos los electrodomésticos que nos rodean funcionan mediante un adecuado suministro de energía ¿La energía es prueba de la existencia del alma? ¿La electricidad que alimenta el televisor es el alma?. Entonces también los alimentos que ingerimos para convertirlos en calorías necesarias poner nuestros cuerpos en funcionamiento son también el alma. ¿No sería el alma en este caso algo demasiado material? ¿Cuál sería la autonomía de lo "espiritual" en un mundo tan material como el nuestro? Una vez que hemos desechado el criterio de la energía, que es enormemente material, ¿Qué nos queda? Podemos cambiar de estrategia e identificarlo con la información: nuestros cerebros son procesadores neurológicos de información, el código genético es una estructura de información que provee al organismo de las instrucciones necesarias para su desarrollo y supervivencia, el software de un ordenador, como conjunto de programas que contienen información estructurada en códigos binarios, ¿Serían los componentes propiamente “espirituales" de la materia? Podría ser, pero, ¿Qué son sin el soporte material que los provee de los medios necesarios para su ejecución? La información que procesamos con nuestro cerebro podemos convertirla en ideas, las ideas las propagamos a través del lenguaje y la escritura pero, ¿Qué es el lenguaje hablado o un libro escrito sin otro cerebro receptor que lo pueda decodificar y asimilar? La información emanada de distintos centros exige sus propios sistemas de decodificación para poder ejecutarse. Las enzimas y hormonas ejecutan las instrucciones del ADN. El soporte material del ordenador, el hardware, ejecuta las instrucciones de los programas informáticos, las sinapsis neuronales ejecutan las instrucciones de nuestros cerebros trasladándolas al resto del organismo.
¿Hasta dónde pretendo llegar? A esta idea fundamental: sin materia no hay espíritu, sin cuerpo no hay alma, sin ordenador o sin soporte magnético no hay programas informáticos. No nos podemos imaginar la existencia de un alma humana independiente como tampoco nos podemos imaginar la existencia de un programa informático absolutamente espiritual e imposible de ejecutar por los medios materiales: en suma, no hay respiración sin sistema respiratorio, digestión sin aparato digestivo, pensamiento sin los centros nerviosos correspondientes. No niego la existencia de energía pero si la existencia mística de vida en el aire. La vida podemos considerarla como una forma específica de organización de la materia, como un sistema dinámico y autónomo de integración y asimilación de energía y como un sistema constituido por elementos altamente inestables como lo son las macromoléculas de proteínas que solo pueden persistir como tales en el organismo viviente. La idea del alma es muy antigua, se remonta a la idea pura de Platón en el plano filosófico y en el aspecto religioso podemos advertir que todas las religiones primitivas han visto en el universo, en la vida, en los animales, la existencia de un espíritu que los animaba a funcionar. Era el sistema animista. La palabra alma tiene un soporte o sustrato material: "anemos" en griego significa viento, aire. La Biblia reproduce esa noción animista cuando nos narra en el Génesis como "El Señor Dios formó al hombre del polvo de la tierra, le insufló en sus narices un hálito de vida y así el hombre llegó a ser un ser viviente" Pero los conocimientos adquiridos en la actualidad nos permiten prescindir de la idea del alma una vez conocida su base animista y religiosa. La vida es lo mas importante, al menos para mi. Salvar la vida es la prioridad fundamental. En otros tiempos no fue así. El alma era lo primero, la vida era algo accesorio e insignificante. si había algo terrible no era perder la vida, sino perder el alma. A los inquisidores de los siglos XV y XVI les importó un comino la salvación de vidas puesto que su objetivo era la salvación de las almas, una vez purificadas por el fuego de la hoguera. El Papa Inocencio III, en su cruzada contra los cátaros, a la pregunta, "¿Qué hacemos, Señor?" exclamó "¡Matadlos a todos, Dios elegirá a los suyos!" Te he expuesto una serie de razones por las que no defiendo la existencia del alma y por las que creo que hemos de concebirnos a nosotros como lo que realmente somos, seres efímeros, finitos y limitados, seres que estamos perdidos en un Universo Gigantesco, que no entramos y salimos de una película voluntariamente, que nacemos sin pedirlo y que morimos sin desearlo. La gente seguirá siendo eternamente religiosa porque nunca aceptará su propia condición: material inestable, reciclable y biodegradable. Como animales que somos no nos hemos liberado del todo del instinto. La cultura, en todo caso, lo ha remodelado, le ha marcado sus propios tiempos y momentos de eficacia, lo ha reprimido y, lo mas que hemos conseguido ha sido construir un instinto culturalizado, idealizado y sublimado. Al instinto sexual lo llamamos Amor, su base no-racional nos induce a creer que tiene un origen místico.