Maripaz:
El hecho de que haya cristianos en política puede ser una buena influencia, pero lamentablemente hay tan pocos "verdaderos cristianos" que la incidencia es mínima
Luis:
Pues habrá que preguntarse porqué hay tan pocos verdaderos cristianos en esos ámbitos. Yo más bien creo que no son pocos los que están, pero no hacen el ruido que deberían hacer
Maripaz:
La Iglesia, como tu la entiendes, como institución, no puede ser instrumento, ya que Dios usa individuos, no sistemas;
Luis:
Yo la Iglesia la entiendo como un pueblo, como un reino, como una nación de creyentes. Y un pueblo ha de estar organizado, no en plan anárquico donde cada cual va por su cuenta y riesgo.
Eso de que Dios utiliza individuos y no sistemas, no deja de ser irónico visto el "sistema" que Dios implantó en su pueblo, Israel.
Maripaz:
otro tema es entendiendo Iglesia en el sentido de miembros del Cuerpo de Cristo comprometidos con transmitir las enseñanzas de Cristo a las ideas políticas, de forma individual.
Luis:
Así nos va, Maripaz. Mientras vayamos en plan individual, poco podremos hacer. Precisamente en la unidad del pueblo de Dios estaría su fortaleza para trasnmitir las enseñanzas de Cristo. Lo que miles no pueden hacer cada uno por separado, lo pueden hacer si están bajo una misma bandera, bajo un mismo ejército, no haciendo la guerra por su cuenta.
Maripaz:
Pero siempre fallaremos, pues todavía vivimos en la carne; la utopía llegará, pero en los cielos nuevos y tierra nueva, donde la justicia sera para siempre, pues ya no existirá el pecado.
Luis:
Pues si fallamos, nos levantamos. Y si nos volvemos a caer, nos levantamos otra vez. Y así hasta que Cristo vuelva y lo perfecto llegue. El Reino de Dios no es sólo futuro. Ha de ser presente si realmente somos parte de ese reino. Sabemos que el príncipe de este mundo sigue actuando, pero mayor es el que está en nosotros que el que está fuera.
Maripaz:
Proféticamente hablando, vamos a peor y no hace falta ser muy listo para verlo.
Luis:
Ese es un de los grandes dramas de parte del cristianismo de hoy en día. En vez de luchar para cambiar el mundo, para transformarlo con el poder del Espíritu, millones están resignados a que la batalla está perdida y nada cambiará a mejor hasta que Cristo vuelva. Y encima algunos se sacan lo del rapto pretribulacional para que el Señor nos saque de en medio y así no tengamos que sufrir demasiado. O sea, algo así como "pooobrecitos los cristianos que no deben pasar por la tribulación. Las palabras de Cristo "no los saques del mundo sino líbralos del mal" se pierden en el barullo de tanta falsa profecía que nos rodea.
En definitiva, en vez de trabajar por el establecimiento del Reino de Dios en la tierra, en la esperanza de que Él volverá a terminar la obra que ha dejado en nuestras manos, lo que sucede es que estamos agazapados esperando que Él vuelva para hacer lo que nosotros teníamos que haber hecho.
Pues mal vamos, Maripaz
Maripaz:
¿Recuerdas cuando Pedro negó a Cristo, cuando cortó la oreja de Malco, cuando le dijo que en ningún modo debía de morir, o cuando prohibió predicar a los gentiles; cuando los discípulos se peleaban por saber quien ocuparía el primer lugar en el Reino y tantos otros casos?...............¿qué pasaba?
Luis:
Pasaba que no había tenido lugar Pentecostés,

Después hubo una transformación radical en la vida de esos hombres
Maripaz:
Cristo no tiene objetivos de que Su Iglesia gobierne el mundo, sino de que Su Iglesia predique el evangelio. Si crees lo contrario, dame las cítas bíblicas que lo avalen.
Luis:
De momento, somos nosotros los que hemos de juzgar al mundo (1ª Cor 6,2) y en ninguna manera permitir que el mundo nos juzgue a nosotros, tal y como está pasando cada vez que nos aislan porque pensamos que nuestro sistema moral es infinitamente superior al que ellos quieren imponernos.
No se trata tanto de que gobernemos el mundo por la fuerza sino que establezcamos, al menos entre nosotros, las bases del Reino de Dios de manera que quede bien clara la división entre un sistema político que no tiene como base los valores de la Iglesia sino los de la Ilustración humanista anticristiana. Y si no somos capaces de darnos a nosotros mismos un sistema teocrático con una organización piramidal en cuya cúspide esté Dios mismo, difícilmente vamos a poder plantar cara a ese otro reino que sí que está organizado y que sabe utilizar muy bien todas sus estratagemas para conducir a la perdición a millones de personas, entre ellas muchos de nuestros vecinos.
Maripaz:
Este mundo ya tiene su principe, y las promesas de Cristo para la restauración de todas las cosas es para un tiempo futuro, no para este sistema de cosas que está sujeto a pecado y a satanas.
Luis:
No, el Reino de Dios está AQUÍ Y AHORA entre nosotros si así lo creemos. Cristo reina hoy, no mañana, no cuando vuelva, sino HOY. Dijo Cristo que el Reino de los cielos sufría violencia desde Juan el Bautista hasta esos momentos. Y dijo que los violentos lo arrebataban. ¿Qué haremos pues ahora? ¿Dejar que nos roben ese reino en la espera de que el Rey venga? ¿o luchar la batalla de la fe como un solo pueblo, con una sola fe y un solo bautismo?
Prefiero no seguir para no meterme en el problema de la división porque entonces acabaremos otra vez enfrascados en un debate que no suele llevar a ningún sitio.
Maripaz:
Vivir conforme a la carne no es pecar de vez en cuando por causa de nuestras concupiscencias y esporádicamente; ahí se está hablando de pecaminosidad constante, de vida pecaminosa. ¿O acaso no lo vemos en nosotros mismos, en nuestras reacciones, tu eres perfecto?.....¡¡¡yo no!!!
Luis:
Ni, desde luego, yo tampoco. Pero aunque no diremos como el poeta "caminante no hay camino, se hace camino al andar" ya que nosotros sí tenemos un camino marcado que es Cristo, lo cierto es que nuestro paso ha de ser firme y, como dijo Pablo, poniendo los ojos en la meta sin mirar para atrás.
Y eso que es válido para cada cristiano, ha de ser igualmente válido para la Iglesia en su afán de establecer el Reino de Dios en la tierra.
Bendiciones