REFLEXIÓN SOBRE EL TEMA
El diablo es un muy astuto desde que es diablo.
Adán no fue engañado, afirma la Escritura:
1Ti_2:14 y Adán no fue engañado, sino que la mujer, siendo engañada, incurrió en transgresión.
Adán pecó deliberadamente.
En el caso de Eva, el diablo provocó en ella la codicia, leemos:
Gén 3:6 Y vio la mujer que el árbol era bueno para comer, y que era agradable a los ojos, y árbol codiciable para alcanzar la sabiduría; y tomó de su fruto, y comió; y dio también a su marido, el cual comió así como ella.
La codicia entró por el oído:
"y seréis como Dios, sabiendo el bien y el mal"
Y se fortaleció con la vista:
"Y vio la mujer que el árbol era bueno para comer, y que era agradable a los ojos,"
Ambos, Adán y Eva fueron creados en un estado de inocencia, pero vulnerables por sí mismos.
Ellos dependían absolutamente de Dios para conservarse puros.
Y el árbol del fruto de la ciencia del bien y de la ciencia del mal, estaba allí presente, no de adorno. Sino que esta fue la manera de probar la relación entre la voluntad de Adán y la voluntad de Dios.
Desde su creación, el ser humano ha sido puesto a prueba y ha fracasado.
El profeta Isaías nos revela el propósito de Dios con nosotros:
Isa_43:7 todos los llamados de mi nombre; para gloria mía los he creado, los formé y los hice.
Vemos en las Escrituras que cuando Dios se revelaba a los hombres, demostraba su presencia con la manifestación de su gloria Shekiná, el resplandor refulgente de la luz de la presencia de su propia Persona.
Así que cuando Adán y Eva se escondieron, lo hicieron, no solamente por el sonido de su voz, sino también por el resplandor refulgente de su propia Persona.
Antes de pecar, ambos permanecían rodeados de la gloria del Señor, por cuanto leemos:
Gén_2:25 Y estaban ambos desnudos, Adán y su mujer, y no se avergonzaban.
Gén_3:7 Entonces fueron abiertos los ojos de ambos, y conocieron que estaban desnudos; entonces cosieron hojas de higuera, y se hicieron delantales.
Hemos escrito que Adán pecó deliberadamente, por cuanto aunque comió del fruto del árbol prohibido, él no fue engañado.
Adán contempló, por primera vez, su mujer desnuda con todos sus atributos.
El mandato de Gén.1:28
"llenad la tierra y sojuzgadla"
Al estar ambos cubiertos de la luz de la gloria del Creador, implica una relación santa, no en pasión de concupiscencia.
Pero luego que Eva fue engañada, se vio desnuda y cuando fue a llevar el fruto prohibido a su marido, a Adán se le paró el corazón.
Y se fue con su mujer dándole la espalda a Dios. Leemos:
Stg 1:13 Cuando alguno es tentado, no diga que es tentado de parte de Dios; porque Dios no puede ser tentado por el mal, ni él tienta a nadie;
Stg 1:14 sino que cada uno es tentado, cuando de su propia concupiscencia es atraído y seducido.
Stg 1:15 Entonces la concupiscencia, después que ha concebido, da a luz el pecado; y el pecado, siendo consumado, da a luz la muerte.
Finalizo diciendo que nosotros traemos el lastre de la concupiscencia, como el fundamento de la vieja naturaleza adámica.
El creyente posee dos naturalezas que tienen aspiraciones y gustos muy diferentes:
–la “carne” (o la vieja naturaleza), que es el estado natural de cada uno de nosotros, y
–una nueva naturaleza, espiritual, que recibimos de Dios.
Los pensamientos de la “carne” están dirigidos hacia todo tipo de codicias, mientras los pensamientos de la nueva naturaleza están animados por el Espíritu Santo, que nos habla de Cristo (
Romanos 8:5).
LA SOLUCIÓN PARA ESTE PROBLEMA
Rom_6:12 No reine, pues,
el pecado en vuestro cuerpo mortal, de modo que lo obedezcáis en sus concupiscencias;
1Co_6:20 Porque habéis sido comprados por precio;
glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios.
Dios nos ha dado un cuerpo, en el cual podemos servirle. Pero vamos a glorificar a Dios en nuestro cuerpo, sí somos santos.
Cuándo alguien ve pornografía...
¿Estará glorificando a Dios con su cuerpo?
O está labrando su propia desgracia.