Dejando las redes y tomando el arado

Cantor

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31 Enero 2002
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Dios les bendiga expondre en este foro algunos capitulos de un ensayo que estoy elaborando titulado "DEJANDO LAS REDES Y TOMANDO EL ARADO" Mucho les agradecere sus comentarios y aportaciones. Un abrazo en el amoroso nombre de Jesus Señor.
Coordialmente Prisci.

LA RELFEXION.

Cuando se inicia en los caminos del Rey, experimentando las bendiciones preciosas que sólo el Espíritu Santo da a sus hijos, cada culto es un anhelo y una desesperación por estar puntual en el servicio.
Analicemos estos momentos:

Puntualidad a los cultos.
Con alegría y reverencia durante el servicio.
Siente la presencia de Dios y da libertad al Espíritu del
Señor.

Cuando se llega al servicio, se saluda de mano o de beso, según sea el caso, sin excepción de personas.

Durante el culto, todos los cantos son hermosos, el mensaje se escucha con atención y respeto.

Se despierta el deseo de participar en los servicios ya que el hermano que está al frente se deja usar como un instrumento en las manos de Dios.

Si hay una misión en un lugar y queda lejos todo se hace con planeación y dedicación por estar allí.

Aparentemente no nota su comportamiento, pero Dios que no pasa por alto ningún detalle, decide llamarlo para servir en el ministerio.

Comienza uno de sus sueños más anhelados; servir en la obra del Señor, es tanta su alegría que quisiera que todos pensaran y tuvieran el tiempo necesario para dedicárselos al Amo y Señor de la viña.

Pasa el tiempo y comienza a descender el termómetro del gozo y la alegría del primer amor. Es aquí donde muchos no pueden continuar y prefieren elegir el camino de la frustración y el descontento.
¡ cuidado hermano ! no se deje llevar por sus sentimientos muy personales y por su falta de experiencia. Es aquí el momento de pedir asesoría al mejor Consejero: El Espíritu Santo. Este trabajo es 100% diferente al secular. Es una labor, si se quiere tomar en lo humano, “complicada, difícil e imposible.” Pero esta no es la mentalidad de Dios, lo que Él quiere es moldearlo para que cumpla su voluntad perfecta. Que tristeza da que, en esta etapa algunos de los nuestros retrocedan y entren al sótano de subestimarse con expresiones como: “no sirvo”, “no tengo capacidad.”

Jesús vino a libertar a los cautivos, no debe de entrar a ese grupo de oprimidos y esclavizados. No se rinda, no entre al terreno de la incapacidad mental y la frustración. ¡Luche!, ¡ Sea victorioso!, no se quede a medio camino, porque nos espera la recompensa de una eternidad con Jesús Señor, si le somos fieles.
El hombre de Dios mira los problemas como un pretexto para crecer y apropiarse de las bendiciones del Padre Eterno.

Cuando el Cristiano reconoce que Dios dirige su vida personal, familiar y congregacional, ha logrado entrar en el nivel de la obediencia y experimentar las más grandes bendiciones que jamás haya soñado.

¡ Ánimo hermano, adelante, tome bien el arado y no voltee hacia atrás!
¡ Todavía faltan muchos lugares por conquistar !.
 
En el desierto la preparacion

En el desierto la preparacion

Las situaciones que le suceden en la vida del hijo de Dios no son obra de un destino caprichoso. Sino que, están controladas por la mano Poderosa del Creador; teniendo un propósito especial; como es el caso que a continuación se expone:

“Un varón de la familia de Leví tomó por mujer a una hija de Leví, la que concibió y dio a luz un hijo y viéndole que era hermoso, le tuvo escondido tres meses. Pero no pudiendo ocultarle más tiempo tomó una arquilla de juncos y la calafateó con asfalto y brea, y colocó en ella al niño y lo puso en un carrizal a la orilla del río. Y una hermana suya se puso a lo lejos, para ver lo que le acontecería. Y la hija de Faraón descendió a lavarse al río, y paseándose sus doncellas por la ribera del río, vio ella la arquilla en el carrizal, y envió una criada suya a que la tomase. Y cuando la abrió, vio al niño; y he aquí que el niño lloraba. Y teniendo compasión de él, dijo: De los niños de los hebreos es éste. Entonces su hermana dijo a la hija de Faraón: ¿Iré a llamarte una nodriza de las hebreas, para que te crie este niño? Y la hija de Faraón respondió: Vé. Entonces fue la doncella, y llamó a la madre del niño, a la cual dijo la hija de Faraón: Lleva a este niño y críamelo, y yo te lo pagaré. Y la mujer tomó al niño y lo crió. Y cuando el niño creció, ella lo trajo a la hija de Faraón, la cual lo prohijó, y le puso por nombre Moisés, diciendo: Porque de las aguas lo saqué. En aquellos días sucedió que crecido Moisés, salió a sus hermanos y los vio en sus duras tareas, y observó a un egipcio que golpeaba a uno de los hebreos, sus hermanos. Entonces miró a todas partes, y viendo que no aparecía nadie, mató al egipcio y lo escondió en la arena. Al día siguiente salió y vio a dos hebreos que reñían; entonces dijo al que maltrataba al otro: ¿Por qué golpeas a tu prójimo? Y él respondió: ¿Quién te ha puesto a ti por príncipe y juez sobre nosotros? ¿Piensas matarme como mataste al egipcio? Entonces Moisés tuvo miedo y dijo: Ciertamente esto ha sido descubierto. Oyendo Faraón acerca de este hecho procuró matar a Moisés; pero Moisés huyó de delante de Faraón, y habitó en la tierra de Madián.” Éxodo 2:1:15.

Analicemos estos versículos:

· Llevado por la corriente del río, su única protección física, una canastilla de juncos. Aparentemente desamparado por la Divinidad y a merced de una muerte inminente.

· Tiene claro su origen y no lo olvida. Criado en la opulencia y riqueza de Faraón. Algunos se pierden bajo esta circunstancia y nivel de vida. Pero él prevaleció.

· Se siente desesperado por no ser parte importante para un cambio en la vida de su nación. Mata a un egipcio y reprende a su hermano.

· Comienza a ejercer su fe, huye de Egipto y se va a prepararse al desierto.

A continuación veamos el llamado que tuvo el siervo de Dios:

“Apacentando Moisés las ovejas de Jetro su suegro, sacerdote de Madián, llevó las ovejas a través del desierto, y llegó hasta Horeb, monte de Dios. Y se le apareció el Ángel de Jehová en una zarza; y él miró, y vio que la zarza ardía en fuego y la zarza no se consumía. Entonces Moisés dijo: Iré yo ahora y veré esta grande visión, por qué causa la zarza no se quema. Viendo Jehová que él iba a ver, lo llamó Dios de en medio de la zarza, y dijo: ¡ Moisés, Moisés! Y él respondió: Heme aquí. Y dijo: No te acerques; quita tu calzado de tus pies, porque el lugar en que tú estás, tierra santa es. Y dijo: Yo soy Dios de tu padre, Dios de Abraham, Dios de Isaac, y Dios de Jacob. Entonces Moisés cubrió su rostro, porque tuvo miedo de mirar a Dios. Dijo luego Jehová: Bien he visto la aflicción de mi pueblo que está en Egipto, y he oído su clamor a causa de sus exactores; pues he conocido sus angustias, y he descendido para librarlos de mano de los egipcios, y sacarlos de aquella tierra a una tierra que fluye leche y miel, a los lugares del cananeo, del heteo, del amorreo, del ferezeo, del heveo y del jebuseo. El clamor, pues de los hijos de Israel ha venido delante de mí, y también he visto la opresión con que los egipcios los oprimen. Ven, por tanto, ahora, y te enviaré a Faraón, para que saques de Egipto a mi pueblo, los hijos de Israel. Entonces Moisés respondió a Dios: ¿Quién soy ya para que vaya a Faraón, y saque de Egipto a los hijos de Israel? Y él respondió: Vé, porque yo estaré contigo; y esto te será por señal de que yo te he enviado; cuando hayas sacado de Egipto al pueblo, serviréis a Dios sobre este monte.” ÉXODO 3 1:6.

Estudiemos este llamado:
· Interés de Dios por los que están en esclavitud.
· Llamado especial.
· Le reitera su apoyo.
· El Señor le recuerda que el ministerio es obediencia y consagración.

En los fragmentos se puede percibir el trato cariñoso de Dios para con su siervo: “Entonces Moisés respondió diciendo: He aquí que ellos no me creerán, ni oirán mi voz; porque dirán: No se te ha aparecido Jehová. Y Jehová dijo: ¿Qué es eso que tienes en tu mano? Y él respondió: Una vara. Él le dijo: Échala en tierra. Y él la echó en tierra, y se hizo una culebra; y Moisés huía de ella. Entonces dijo Jehová a Moisés: Extiende tu mano, y tómala por la cola. Y él extendió su mano, y la tomó, y se volvió vara en su mano. Por esto creerán que se te ha aparecido Jehová, el Dios de tus padres, el Dios de Abraham, Dios de Isaac y Dios de Jacob. Le dijo además Jehová: Mete ahora tu mano en tu seno. Y él metió la mano en su seno; y cuando la sacó, he aquí que su mano estaba leprosa como la nieve. Y dijo: Vuelve a meter tu mano en tu seno. Y él volvió a meter su mano en su seno; y al sacarla de nuevo del seno, he aquí que se había vuelto como la otra carne. Si aconteciere que no te creyeren ni obedecieren a la voz de la postrera. Y si aún no creyeren a estas dos señales, ni oyeren tu voz, tomarás de las aguas del río y las derramarás en tierra; y se cambiarán aquellas aguas que tomarás del río y se harán sangre en la tierra. Entonces dijo Moisés a Jehová: ¡Ay, Señor! Nunca he sido hombre de fácil palabra, ni antes, ni desde que tú hablas a tu siervo; porque soy tardo en el habla y torpe de lengua. Y Jehová le respondió: ¿Quién dio la boca al hombre? ¿o quién hizo al mudo y al sordo, al que ve y al ciego ? ¿No soy yo Jehová? Ahora pues, ve y yo estaré con tu boca, y te enseñaré lo que hayas de hablar. Y él dijo: ¡Ay, Señor! Envía te ruego, por medio del que debes enviar. Entonces Jehová se enojó contra Moisés, y dijo: ¿No conozco yo a tu hermano Aarón Levita y que habla bien? Y he aquí que él saldrá a recibirte, y al verte se alegrará en su corazón.” Éxodo 4:1-14.
 
Analicemos los textos anteriores:

En el caso de Moisés no fue la excepción, sus excusas fueron: No me creerán que tu me enviaste, soy tardo para hablar, envía al que debes de enviar. ¿Qué actitud toma el hombre cuando se siente incapaz?: “no tuve estudios seculares”, “tengo un negocio y temo dejarlo porque siento que la comodidad ya no estará conmigo”, “quiero seguir estudiando”, “El señor me ha llamado pero creo que no es el momento.”

El Señor atiende la petición de Moisés, que su hermano le ayudará en el ministerio, sin saber Moisés que su petición le sería un dolor de cabeza, al ser Aarón el promotor principal de la creación de un becerro de oro y su posterior adoración.
Hermoso sería que no pusiéramos objeciones al Señor, cuando él nos invita a colaborar en su viña.

Cuando Dios llama para el ministerio él lo respalda.
Veamos el siguiente ejemplo:

“Y Moisés dijo al pueblo: No temáis; estad firmes y ved la salvación que Jehová hará hoy con vosotros; porque los egipcios que hoy habéis visto, nunca más para siempre los veréis. Jehová peleará por vosotros, y vosotros estaréis tranquilos. Entonces Jehová dijo a Moisés: ¿Por qué clamas a mi ? Dí a los hijos de Israel que marchen. Y tú alza tu vara, y extiende tu mano sobre el mar, y divídelo, y entren los hijos de Israel por en medio del mar, en seco. Y he aquí, yo endureceré el corazón de los egipcios para que los sigan; y yo me glorificaré en Faraón y en todo su ejército, en sus carros y en su caballería; y sabrán los egipcios que yo soy Jehová, cuando me glorifique en Faraón, en sus carros y en su gente de a caballo. Y el ángel de Dios que iba delante del campamento de Israel, se apartó e iba en pos de ellos; y asimismo la columna de nube que iba delante de ellos se apartó y se puso a sus espaldas, e iba entre el campamento de Israel; y era nube y tinieblas para aquéllos, y alumbraba a Israel de noche, y en toda aquella noche se acercaron los unos a los otros. Y extendió Moisés su mano sobre el mar, e hizo Jehová que el mar se retirase por recio viento oriental toda aquella noche; y volvió el mar en seco, y las aguas quedaron divididas. Entonces los hijos de Israel entraron por en medio del mar, en seco, teniendo las aguas como muro a su derecha y a su izquierda. Y siguiéndolos los egipcios, entraron tras ellos hasta la mitad del mar, toda la caballería de Faraón, sus carros y su gente de a caballo. Aconteció a la vigilia de la mañana, que Jehová miró el campamento de los egipcios desde la columna de fuego y nube, y trastornó el campamento de los egipcios, y quitó las ruedas de sus carros, y los trastornó gravemente. Entonces los egipcios dijeron: Huyamos de delante de Israel, porque Jehová pelea por ellos contra los egipcios. Y Jehová dijo a Moisés: Extiende tu mano sobre el mar, para que las aguas vuelvan sobre los egipcios, sobre sus carros, y sobre su caballería. Entonces Moisés extendió su mano sobre el mar, y cuando amanecía, el mar se volvió en toda su fuerza, y los egipcios al huir se encontraban con el mar; y Jehová derribó a los egipcios en medio del mar. Y volvieron las aguas, y cubrieron los carros y la caballería, y todo el ejército de Faraón que había entrado tras ellos en el mar; no quedó de ellos ni uno.” Éxodo 14:15-28.

El estar envuelto en cualquier actividad de la iglesia del Señor, tiene que estar en pie de lucha día a día, sin bajar la guardia. Mantenerse en vigilia, por los demás y por usted mismo, porque el enemigo atacará traicioneramente; y para eso debemos estar alertas para apagar los dardos del enemigo. Al ir al campo de batalla debemos estar viviendo en una consagración genuina y no pasar por alto los mandamientos del Señor. Cuando Moisés se dirige a la batalla, en ese viaje le sale al encuentro el Señor y quiere quitarle la vida; por desobedecer la palabra de Dios, de no circuncidar a su familia como lo dice el escritor del Éxodo: “Y aconteció en el camino, que en una posada Jehová le salió al encuentro, y quiso matarlo. Entonces Séfora tomó un pedernal afilado y cortó el prepucio de su hijo, y lo echó a sus pies, diciendo: A la verdad tú me eres un esposo de sangre. Así le dejó luego ir. Y ella dijo: Esposo de sangre, a causa de la circuncisión.” Éxodo 4:24-26.

Una vez emprendido el trabajo de Dios, no va a ser fácil la batalla. Será de poder a poder, con armas poderosas, de los gobernadores de las tinieblas; una lucha con la incredulidad y necedad de un Faraón (Satanás), enfermo de poder y dispuesto a continuar con su opresión y esclavitud, atacando al evangelio a costa de lo que sea; es aquí donde el siervo de Dios tiene que apropiarse de la fe, de la oración, el ayuno, escudriñar la palabra de Dios. Donde podrá ser testigo de las proezas y maravillas que Dios hará por su pueblo.

Cuando comiencen los días a pasar los servicios son cada vez más apagados, se llega tarde, no se asiste a los servicios con regularidad, existe rebeldía y desobediencia. Como líder, es reprobado por los que sustentan “conocimiento, experiencia y madurez”. Aprovechará Faraón para hacer que sus hechiceros hagan “milagros.”
Tomemos las armaduras de Dios. Ellos serán avergonzados y confundidos con la manifestación del poder de Dios y esas víboras serán absorbidas, así Dios exhibirá el “poder de Faraón.”

No con la primera respuesta de Dios, doblará su brazo y se sentará en una rutina de no orar, ayunar, ni leer la palabra de Dios, recuerde que Faraón es mentiroso y simulador, no fácilmente dejará libre a las almas, ni se rendirá fácilmente, aunque mire maravillas, sino al contrario, menospreciará y rugirá con más maldad. Mantegámonos en pie de lucha, pues la batalla continúa.
Cuando en la congregación se siente la presencia del Señor y los ojos de los ciegos se abren, los oídos de los sordos son restaurados y los enfermos son sanados; es aquí donde con mayor razón se deberá buscar una adoración verdadera y sincera.

Es importante hacer hincapié de que estos resultados no serán de mucha alegría para Faraón, una vez que vea la libertad del pueblo de Dios salir de la esclavitud, arreciará su mano contra la iglesia y mandará a sus aliados, sus jinetes, carros de caballo, (espíritus malignos) para que destruyan el gozo y victoria que tienen los hijos de Dios.
El enemigo se levantará como un río impetuoso, dispuesto a ahogar la bendición del pueblo del Señor, pero Dios levantará bandera de triunfo, con su Espíritu de Poder.
Cuando el pueblo de Dios esté pasando y cruzando el mar de problemas y adversidades (tibieza, indiferencia, desunión y apatía); Faraón perseguirá al linaje de Dios. ¡ No estamos solos, mayor es el que está con nosotros, que el que está en contra de nosotros!. ¡Iglesia del Señor unámonos y amémonos en el amor del Señor!. El Espíritu de Verdad avergonzará a las legiones de maldad que quieren dividir el ministerio local, regional, territorial, nacional y mundial. Que esos espíritus malignos no triunfen con sus artimañas, no se convierta en un aliado de ellos. Sino al contrario tomémonos de las manos, en un mismo sentir y veremos como el ejército de Faraón caerá con sus jinetes vencidos en la mar, y la nación de Dios celebrará cultos de victoria y júbilo en cada amanecer. (Cada servicio).

Es obvio que como congregación se pasarán diferentes etapas y vivencias. Como se muestra a continuación:

“Y llegaron a Mara, y no pudieron beber las aguas de Mara, porque eran amargas; por eso le pusieron el nombre de Mara. Entonces el pueblo murmuró contra Moisés, y dijo: ¿Qué hemos de beber? Y Moisés clamó a Jehová; y Jehová le mostró un árbol; y lo echó en las aguas, y las aguas se endulzaron. Allí les dio estatutos y ordenanzas, y allí los probó; y dijo: si oyeres atentamente la voz de Jehová tu Dios, e hicieres lo recto delante de sus ojos, y dieres oído a sus mandamientos, y guardares todos sus estatutos, ninguna enfermedad de las que envié a los egipcios te enviaré a ti; porque Yo soy Jehová tu sanador.” Éxodo 15: 23-26.

“Partió luego el Elim toda la congregación de los hijos de Israel, y vino al desierto de Sin, que está entre Elim y Sinaí, a los quince días del segundo mes después que salieron de la tierra de Egipto. Y toda la CONTINUARA
 
Espíritu Santo dice: “ Porque si pecáremos voluntariamente después de haber recibido el conocimiento de la verdad, ya no queda más sacrificio por los pecados, sino una horrenda expectación de juicio, y de hervor de fuego que ha de devorar a los adversarios. El que viola la ley de Moisés, por el testimonio de dos o de tres testigos muere irremisiblemente. ¿Cuánto mayor castigo pensáis que merecerá el que pisoteare al Hijo de Dios, y tuviere por inmunda la sangre del pacto en la cual fue santificado, e hiciere afrenta al Espíritu de gracia? Pues conocemos al que dijo: Mía es la venganza, yo daré el pago, dice el Señor. Y otra vez: El Señor juzgará a su pueblo. ¡Horrenda cosa es caer en manos del Dios vivo!.” Hebreos 10:26-31.

Cabe mencionar que la gracia es superior a la Ley de Moisés, más delicada por cuanto el sacrificio del Hijo de Dios está por encima de todo nombre, sombra o prototipo. Tengamos siempre presente que los siervos de Dios han tenido un llamado genuino. Con tristeza lo comento: Pasan hambre, desvelos, largas horas en el altar, consolándose con Dios por todas las acciones y comentarios sin sustento, criticados en su contra, desde la mesa del desayuno, comida o cena y aún peor delante de los niños.

Consecuencias y actitudes que asumen los que siguen los mismo pasos de Coré:

Se muestran siempre inconformes, porque no son tomados en cuenta y se sienten despreciados.

Sólo buscan un pretexto para criticar y reprobar la administración actual.

Van a los servicios y se muestran indiferentes.

Como los servicios están “llenos de errores”, mejor no asisten a los cultos.

Cuando el pastor los va a visitar o quiere entablar un diálogo esquivan siempre tal encuentro.

Traen siempre en sus pláticas, recuerdos pasados y quieren refugiarse en ellos, aferrándose con su idea “muy personal” que en su casa “buscarán la presencia del Señor ya que es lo mismo que ir a la iglesia.”

Ponen un ultimátum: si regresan a la iglesia; pero cuando se cambie de líder; porque el actual no los toma en cuenta y ellos “poseen talentos y dones y con el ministro actual no los pueden desenvolver”. De esta manera reclaman “un liderazgo vitalicio”.

Cuando uno de los miembros de la congregación los encuentra en algún lugar, sienten vergüenza por su actitud tan infantil, prefieren pasar por alto tal encuentro.

Lo más trágico de esto es que si su familia no es cristiana, ellos sienten desprecio por el evangelio o se muestran más indiferentes o si toda su familia es cristiana, es decir, si él, es la cabeza del hogar, influye para que no asistan a la iglesia y posteriormente con el paso del tiempo ellos se refugian en el cuarto de la tibieza.

Existen excepciones y hay hermanos y hermanas que no abandonan al que los ha llamado con amor eterno. Aunque lo excelente sería que no existieran actitudes y comportamientos que perjudican o ponen en juego la salvación de las almas. El Señor se expresa sobre esto así: “Dijo Jesús a sus discípulos: Imposible es que no vengan tropiezos; mas ¡ay de aquél por quien vienen! Mejor le fuera que se le atase al cuello una piedra de molino y se le arrojase al mar, que hacer tropezar a uno de estos pequeñitos.” Lucas 17:12.
Porque ser tropiezo y desparramar la semilla de la palabra de Dios que ha sido sembrada en corazones de almas por las que Jesús murió en una cruz de dolor. No se debe jugar con la unidad de la iglesia y pisotear la sangre de Jesús con sus hechos; bien dijo el Apóstol Pablo: “De manera que si un miembro padece, todos los miembros se duelen con él, y si un miembro recibe honra, todos los miembros con él se gozan.” 1 Corintios 12:26.

Muchas veces por la rebeldía, las bendiciones que los ministros debieran recibir se ven menguadas, se ven obligados a trasladarse a otro lugar por la presión de los “ancianos de la iglesia”. Analicemos los costos que esto implica en un cambio de administración.
En lo humano toda emigración se siente, tanto en la familia congregacional que se había acostumbrado a la administración del ministro. Por otro lado la familia del pastor que en cierta forma hizo raíces de confraternidad con la iglesia. Esto representa un desequilibrio para ambas partes. Por eso, reconozcamos y valoremos el liderazgo de Dios. Hagamos menos pesada la carga para los siervos del Señor y contribuyamos a engrandecer el radio de nuestra hermandad y que los demás sepan que en verdad somos hijos de Dios.

Siervos del Señor tengamos sumo cuidado de no dar a entender que los reconocimientos son para uno, como fue el caso de Moisés, que por su desesperación golpea la Peña dos veces:
“Entonces Moisés tomó la vara de delante de Jehová, como él le mandó. Y reunieron Moisés y Aarón a la congregación delante de la Peña, y les dijo: ¡Oid ahora rebeldes! ¿Os hemos de hacer salir aguas de la Peña? Entonces alzó Moisés su mano y golpeo la peña con su vara dos veces; y salieron muchas aguas, y bebió la congregación, y sus bestias.” Números 20:9-11.

La consecuencia que puede sufrir el líder por no dar honra y mérito al que lo merece. El Rey de reyes y Señor de Señores, Jesús el Hijo de Dios.
“Jehová dijo a Moisés sube a este monte Abarim y verás la tierra que he dado a los hijos de Israel. Y después que la hayas visto, tú también serás reunido a tu pueblo, como fue reunido tu hermano Aarón. Pues fuisteis rebeldes a mi mandato en el desierto de Zin, en la rencilla de la congregación, no santificándome en las aguas a ojos de ellos. Estas son las aguas de la rencilla de Cades en el desierto de Zin.” Números 27:12-14.
Con la primera ocasión bastaba. Toda la gloria es para Dios, Él no la comparte con nadie, no pretenda asumirla, ni en el pensamiento, porque será de consecuencias catastróficas, como lo fue con el ángel caído.
 
Hola Prisci


El estilo es bueno, pero encuentro que el contenido es "religioso" , y si hay algo que debemos evitar al estar en la Gracia, es crearnos cargas de tipo religioso:

"haz esto, no hagas lo otro"


Pues si habéis muerto con Cristo en cuanto a los rudimentos del mundo, ¿por qué, como si vivieseis en el mundo, os sometéis a preceptos tales como: No manejes, ni gustes, ni aun toques (en conformidad a mandamientos y doctrinas de hombres), cosas que todas se destruyen con el uso? Tales cosas tienen a la verdad cierta reputación de sabiduría en culto voluntario, en humildad y en duro trato del cuerpo; pero no tienen valor alguno contra los apetitos de la carne. (Col 2:20-23)



En la vida cristiana, no han de imponerse leyes..pues el Señor las pone en nuestros corazones y el Espíritu se encarga de recordarnos la verdad, guiarnos a ella y redagüirnos de TODO pecado.


El Amor ha de ser el que nos lleve a hacer las obras de Dios. No las imposiciones de hombres.


Con respecto a los que se aburren en los cultos.¿has pensado que la culpa quizá no es de ellos, sino que los mensajes están faltos de vida?. ;)


En cuanto al correcto ejercicio de los dones, lamentablemente, he visto y conozco muchos casos de congregaciones en los que el pastor acapara los ministerios (voluntariamente o no) y las ovejas (por comodidad o no) no ponen en práctica sus dones; el resultado: una congregación débil y mutilada. En el cuerpo, han de usarse TODOS los miembros, sino, se anquilosan.


Te animo a seguir escribiendo, pero buscando el corazón de Dios, no tan solo leyes de hombres.


Dios te bendiga. :corazon:
 
Dios te bendiga Maripaz.
Agradezco profundamente tu aportacion muy respetable, creo que esta exposición o punto de vista aun no termina, por eso prosigamos...
 
Mayordomia

Mayordomia

Mayordomía.

Analicemos lo que implica tal expresión.

· Delegación de un trabajo a una persona, a la cual se le transfiere confianza.

· Velar y cuidar los intereses del dueño, con suma responsabilidad, honestidad y capacidad.


· Comunicación precisa, clara y a tiempo con los que integrantes de un equipo.

· Dar cuentas claras de su mayordomía.


· Una responsabilidad que puede ser quitada cuando así lo disponga el jefe.

· Un trabajo recompensado según resultados evaluados por el dueño.

Quizás alguien se pregunte ¿y qué con los líderes que no cuidan la obra y se dedican a maltratar a sus consiervos, dando una mala imagen con su conducta, conllevando a que opinen los de fuera, que el evangelio es “devaluado y barato?.”

Analicemos algunos de los rasgos que asumen:

§ Tienen la facultad o autoridad y pueden gozar de ella, sin que nadie tenga derecho de llamarles la atención. “Lo saben todo.”

§ Pueden llegar tarde a cualquier actividad, ya que tienen idealizado que sólo su presencia da realce a dicho evento.

§ Les gusta sentarse en los primeros asientos y recibir “alabanza de los hombres”.

§ Como sienten que son “los mejores” les gusta que les rueguen para realizar una actividad de la iglesia.

§ Poseen facilidad de criticar y ridiculizar logros alcanzados por otros hermanos.

§ Tienen gran celo por su “puesto o posición” y no dejan que nadie tome su lugar, ponen trabas para obstaculizar el desarrollo de los nuevos talentos (ya sean nuevos predicadores, conferencistas, músicos o líderes que Dios va levantando).

Estudiemos el ejemplo de uno de ellos:

“Y descendiendo ellos al extremo de la ciudad, dijo Samuel a Saúl: Dí al criado que se adelante (y se adelanto el criado), mas espera tú un poco para que te declare la palabra de Dios.” 1 Samuel 9:27.
“Tomando entonces Samuel una redoma de aceite, la derramó sobre su cabeza, y lo besó,y le dijo: ¿No te ha ungido Jehová por príncipe sobre su pueblo Israel?.” 1 Samuel 10:1.
“Entonces el Espíritu de Jehová vendrá sobre ti con poder, y profetizarás con ellos, y serás mudado en otro hombre. Y cuando te hayan sucedido estas señales, haz lo que te viniere a la mano, porque Dios está contigo. Luego bajarás delante de mí a Gildad; entonces descenderé yo a ti para ofrecer holocausto y sacrificar ofrendas de paz. Espera siete días, hasta que yo venga a ti y te enseñe lo que has de hacer. Aconteció luego, que al volver él la espalda para apartarse de Samuel, le mudó Dios su corazón; y todas estas señales acontecieron en aquel día. Y cuando llegaron allá al collado, he aquí la compañía de los profetas que venían a encontrarse con él; y el Espíritu de Dios vino sobre él con poder, y profetizó entre ellos.” 1 Samuel 10:6-10.

En el liderazgo, uno de los requisitos para la continuidad del respaldo de Dios para el ministerio es la obediencia. A continuación veamos un ejemplo del mismo:
“Después Samuel dijo a Saúl: Jehová me envió a que te ungiese por rey sobre su pueblo Israel; ahora pues, está atento a las palabras de Jehová. Así ha dicho Jehová de los ejércitos: Yo castigaré lo que hizo Amalec a Israel al oponérsele en el camino cuando subía de Egipto. Vé, pues, y hiere a Amalec, y destruye todo lo que tiene, y no te apiades de él; mata a hombres, mujeres, niños y aun los de pecho, vacas, ovejas, camellos y asnos.” 1 Samuel 15:1-2.
Amalec representa la carne (deseos desordenados, bajas pasiones, pensamientos cautivos en el sexo). Tipificando que son éstos los que debemos de eliminar de nuestra mente y conducta.

Cuando Dios nos demanda a cumplir un precepto suyo debemos hacerlo sin titubear, sin disfrazar la obediencia en algo que a nosotros nos parece bien o a los demás. Como es el caso siguiente:
“Y Saúl derrotó a los amalecitas desde Havila hasta llegar a Shur, que está al oriente de Egipto y tomó vivo a Agag rey de Amalec, pero a todo el pueblo mató a filo de espada. Y Saúl y el pueblo perdonaron a Agag, y a lo mejor de las ovejas y del ganado mayor, de los animales engordados, de los carneros y de todo lo bueno, y no lo quisieron destruir; mas todo lo que era vil y despreciable destruyeron.” 1 Samuel 15:7-9.
La orden fue clara. Quitar de raíz el problema que causa el distanciamiento entre el hombre y El Espíritu Santo. Los frutos de la carne. Leamos que actitud y acción toma Dios cuando se pasa por alto su mandamiento:
“Y Samuel dijo: ¿se complace Jehová tanto en los holocaustos y víctimas, como en que se obedezca a las palabras de Jehová? Ciertamente el obedecer es mejor que los sacrificios porque como pecado de adivinación es la rebelión, y como ídolos e idolatría la obstinación. Por cuanto tú desechaste la palabra de Jehová, él también te ha desechado para que no seas rey.” 1 Samuel 15:22-23.

Cuando el líder toma como estilo de vida a la desobediencia y según él cree que no sucede nada, que su mayordomía es inmutable y que puede hacer lo que quiera con su cargo. Prosigamos en la lectura de nuestro caso:
“Entonces los filisteos se juntaron para pelear contra Israel, treinta mil carros, seis mil hombres de a caballo, y pueblo numeroso como la arena que está a la orilla del mar; y subieron y acamparon en Micmas, al oriente de Bet-avén. Cuando los hombres de Israel vieron que estaban en estrecho (porque el pueblo estaba en aprieto), se escondieron en cuevas, en fosos, en peñascos, en rocas y en cisternas y algunos de los hebreos pasaron el Jordán a la tierra de Gad y de Galaad; pero Saúl permanecía aún en Gilgal, y todo el pueblo iba tras él templando. Y él esperó siete días, conforme al plazo que Samuel había dicho; pero Samuel no venía a Gilgal, y el pueblo se le desertaba. Entonces dijo Saúl: Traedme holocausto y ofrendas de paz. Y ofreció el holocausto. Y cuando él acababa de ofrecer el holocausto, he aquí Samuel que venía; y Saúl salió a recibirle, para saludarle.” 1 Samuel 13:5-10.

En el liderazgo dado por Dios se deben respetar jerarquías de ministerios y no pretender usurpar funciones que desempeñan cada uno. Menos cuando no ha sido llamado por Dios. El rey Saúl pensó que por su posición, el sacrificio era algo fácil, demostrando así, ante los ojos de los demás, que estaba autorizado para ejecutarlo. Pero se llevó la sorpresa más grande de su vida al ser reprendido, como se puede ver a continuación:

“Entonces Samuel dijo a Saúl: locamente has hecho; no guardaste el mandamiento de Jehová tu Dios que él te había ordenado; pues ahora Jehová hubiera confirmado tu reino sobre Israel para siempre. Mas ahora tu reino no será duradero. Jehová se ha buscado un varón conforme a su corazón, al cual Jehová ha designado para que sea príncipe sobre su pueblo, por cuanto tú no has guardado lo que Jehová te mandó.” 1 Samuel 13:13-14.

Al Señor no le importa que posición tenga el hombre; antigüedad, conocimiento, rango eclesiástico, cuando éste se vuelve desobediente e indisciplinado, él se encarga de relevarlo por otro mejor.

Analicemos las consecuencias que le acontecieron al Rey Saúl por dejarse arrastrar por su soberbia. Sus pasos le condujeron a tomar la continuara...
 
decisión más triste de su vida, quedando desprotegido de la mano divina.

Por la desobediencia de un administrador suyo, sus planes no retroceden, sino avanzan vertiginosamente para cumplirse según los propósitos trazados por él. Veamos que piensa sobre este asunto de la mayordomía.

“Dijo Jehová a Samuel: ¿ Hasta cuándo llorarás a Saúl, habiéndole yo desechado para que no reine sobre Israel ? Llena tu cuerno de aceite, y ven, te enviaré a Isaí de Belén; porque de sus hijos me he provisto de rey.” 1 Samuel 16:1.

Dentro de los atributos que posee Dios y que lo hace ser único en majestad y gloria, es su justicia. Él pone y quita a quien quiere y en el momento que considera adecuado. Tal reflejo se vislumbra a continuación:

“Entonces dijo Samuel a Isaí: ¿son éstos todos tus hijos? Y él respondió: queda aún el menor, que apacienta las ovejas. Y dijo Samuel a Isaí: Envía por él, porque no nos sentaremos a la mesa hasta que él venga aquí. Envió, pues, por él, y le hizo entrar; y era rubio, hermoso de ojos, y de buen parecer. Entonces Jehová dijo: Levántate y úngelo, porque éste es. Y Samuel tomó el cuerno del aceite, y lo ungió en medio de sus hermanos; y desde aquel día en adelante el Espíritu de Jehová vino sobre David. Se levantó luego Samuel y se volvió a Rama.” 1 Samuel 16:11-13.
Los ojos humanos, cuando se les da la oportunidad de escoger, seleccionan aspectos externos como: textura, color, tamaño, volumen, peso, etc.; pero Dios mira lo que llegará a ser, desechando todo prejuicio, discriminación racial, él no encuentra ningún obstáculo para llamarlo, no está sujeto a presiones externas ni a un favoritismo personal.

El hombre que ha sido respaldado por el Creador, reflejará más tarde en el mundo espiritual, sus éxitos o victorias, no está solo, a su lado está el Comandante de los ejércitos de Dios, Jesús Señor. Veamos esto en las siguientes citas:

“Y se enojó Saúl en gran manera, y le desagradó este dicho, y dijo: A David dieron diez miles, y a mí miles; no le falta más que el reino. Y desde aquel día Saúl no miró con buenos ojos a David. Aconteció al otro día que un espíritu malo de parte de Dios tomó a Saúl, y él desvariaba en medio de la casa. David tocaba con su mano como los otros días; y tenía Saúl la lanza en la mano. Y arrojó Saúl, la lanza, diciendo: Enclavaré a David a la pared. Pero David lo evadió dos veces. Mas Saúl estaba temeroso de David, por cuanto Jehová estaba con él, y se había apartado de Saúl; por lo cual Saúl lo alejó de sí, y le hizo jefe de mil; y salía y entraba delante del pueblo. Y David se conducía prudentemente en todos sus asuntos, y Jehová estaba con él. Y viendo Saúl que se portaba tan prudentemente, tenía temor de él. Mas todo Israel y Judá amaban a David: He aquí, yo te daré a Merab mi hija mayor por mujer, con tal que me seas hombre valiente, y pelees las batallas de Jehová. Mas Saúl decía: No será mi mano contra él, sino que será contra él la mano de los filisteos.” 1 Samuel 18:8-17.

El mayordomo de Dios tendrá que enfrentarse con obstáculos que el enemigo le ponga en su camino, avanzar por caminos de victoria no será una labor de comodidad, tendrá que enfrentase con sentimientos de celos, rencor y hasta de muerte, por espíritus que no aceptarán conquistas y logros alcanzados por los que forman parte del equipo de Dios, los que sustentan las doctrinas del fracaso y frustración no se rendirán tan fácilmente sino que tejerán trampas múltiples para todo mayordomo de Dios. David sacó todo lo que pudo atraparlo de todo sentimiento de revanchismo y perdonó al rey Saúl, invitando a su vida la paz y el refrigerio de Dios.

Cuando el mundo y los demonios noten en el hijo de Dios algo extraordinario, lo reconocerán y respetarán como se puede apreciar en los siguientes textos:

“El Espíritu de Jehová se apartó de Saúl, y le atormentaba un espíritu malo de parte de Jehová. Y los criados de Saúl le dijeron: He aquí ahora, un espíritu malo de parte de Dios te atormenta. Diga pues, nuestro Señor a tus siervos que están delante de ti, que busquen a alguno que sepa tocar el arpa, para que cuando esté sobre ti el espíritu malo de parte de Dios, él toque con su mano, y tengas alivio. Y Saúl respondió a sus criados: Buscadme, pues, ahora alguno que toque bien, y traédmelo. Entonces uno de los criados respondió diciendo: He aquí yo he visto a un hijo de Isaí de Belén, que sabe tocar, y es valiente y vigoroso y hombre de guerra, prudente en sus palabras, hermoso, y Jehová está con él. Y Saúl envió mensajeros a Isaí, diciendo: Envíame a David tu hijo, el que está con las ovejas. Y tomó Isaí un asno cargado de pan, una vasija de vino y un cabrito y lo envió a Saúl por medio de David su hijo. Y viniendo David a Saúl, estuvo delante de él; y el le amó mucho, y le hizo su paje de armas. Y Saúl envió a decir a Isaí: Yo te ruego que esté David conmigo, pues ha hallado gracia en mis ojos y cuando el espíritu malo de parte de Dios venía sobre Saúl, David tomaba el arpa y tocaba con mano; y Saúl tenía alivio y estaba mejor, y el espíritu malo se apartaba de él.” 1 Samuel 16:14-23.

El cristiano tiene que transformar el mundo material con batallas espirituales, porque los filisteos (espíritus malignos) con su Goliat (Satanás) acamparán para pelear con el pueblo de Dios, presumiendo y exhibiendo su poderío. Leamos esta parte de las escrituras:
“Los filisteos juntaron sus ejércitos para la guerra, y se congregaron en Soco, que es de Judá, y acamparon entre Soco y Azeca, en Efes-damim. También Saúl y los hombres de Israel se juntaron, y acamparon en el valle de Ela, y se pusieron en orden de batalla contra los filisteos. Y los filisteos estaban sobre un monte a un lado, e Israel estaba sobre otro monte al otro lado, y el valle entre ellos. Salió entonces del campamento de los filisteos un paladín, el cual se llamaba Goliat, de Gat, y tenía de altura seis codos y un palmo. Y traía un casco de bronce en su cabeza, y llevaba una cota de malla; y era el peso de la cota cinco mil siclos de bronce, sobre sus piernas traía grebas de bronce, y jabalina de bronce entre sus hombros. El asta de su lanza era como un rodillo de telar, y tenía el hierro de su lanza seiscientos siclos de hierro; e iba su escudero delante de él. Y se paró y dio voces a los escuadrones de Israel, diciéndoles: ¿Para qué os habéis puesto en orden de batalla? ¿No soy yo el filisteo, y vosotros los siervos de Saúl? Escoged de entre vosotros un hombre que venga contra mí. Si él pudiera pelear conmigo, y me venciere, nosotros seremos vuestros siervos; y si yo pudiere más que él, y lo venciere, vosotros seréis nuestros siervos y nos serviréis. Y anadió el filisteo: Hoy yo he desafiado al campamento de Israel; dadme un hombre que pelee conmigo. Oyendo Saúl y todo Israel estas palabras del filisteo, se turbaron y tuvieron gran miedo.” 1 Samuel 17:1-11.

La función de Goliat y su ejército será siempre de retar, subestimar, al pueblo escogido de Dios, su meta principal es: esclavizar y derrotar al pueblo del Señor. Por eso es necesario prepararse en el desierto y revestirse de doble porción del espíritu. Goliat y su escuadrón tendrán que retroceder y caer porque cuando los siervos del Señor y principalmente el León de Judá se levanten para pelear no habrá Goliat que dure en la batalla. Como se puede apreciar a continuación:

“Dijo Saúl a David: No podrás tú ir contra aquel filisteo, para pelear con él; porque tú eres muchacho, y él un hombre de guerra desde su juventud. David respondió a Saúl: Tu siervo era pastor de las ovejas de su padre; y cuando venía un león, o un oso, y tomaba algún cordero de la manada, salía yo tras él y lo hería, y lo libraba de su boca; y si se levantaba contra mí, yo le echaba mano de la quijada, y lo hería y lo mataba. Fuese león, fuese oso, tu siervo lo mataba; y este filisteo incircunciso será como uno de ellos, porque ha provocado al ejército del Dios viviente. Añadió David: Jehová, que me ha librado de las garras del león y de las garras del oso, él también me librará de la mano de este filisteo. Y dijo Saúl a David: Vé, y Jehová esté contigo. Y Saúl vistió a David con sus ropas, y puso sobre su cabeza un casco de bronce, y le armó de coraza. Y ciño David su espada sobre sus vestidos, y probó a andar, porque nunca había hecho la prueba. Y dijo David a Saúl: Yo no
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puedo andar con esto, porque nunca lo practiqué. Y David echó de sí aquellas cosas. Y tomó su cayado en su mano, y escogió cinco piedras lisas del arroyo; y las puso en el saco pastoril, en el zurrón que traía, y tomó su honda en su mano, y se fue hacia el filisteo. Y el filisteo venía andando y acercándose a David, y su escudero delante de él. Y cuando el filisteo miró y vio a David, le tuvo en poco; porque era muchacho, y rubio y de hermoso parecer. Y dijo el filisteo a David: ¿Soy yo perro, para que vengas a mí con palos? Y maldijo a David por sus dioses. Dijo luego el filisteo a David: ven a mí y daré tu carne a las aves del cielo y a las bestias del campo. Entonces dijo David al filisteo: Tú vienes a mi con espada, lanza y jabalina, mas yo vengo a ti en el nombre de Jehová de los ejércitos, el Dios de los escuadrones de Israel, a quien tú has provocado. Jehová te entregará hoy en mi mano, y yo te venceré, y te cortaré la cabeza, y daré hoy los cuerpos de los filisteos a las aves del cielo y a las bestias de la tierra; y toda la tierra sabrá que hay Dios en Israel. Y sabrá toda esta congregación que Jehová no salva con espada y con lanza; porque de Jehová es la batalla, y él os entregará en nuestras manos. Y aconteció que cuando el filisteo se levantó y echó a andar para ir al encuentro de David, David se dio prisa, y corrió a la línea de batalla contra el filisteo y metiendo David su mano en la bolsa, tomó de allí una piedra, y la tiró con la honda, e hirió al filisteo en la frente; y la piedra quedó clavada en la frente, y cayó sobre su rostro en tierra. Así venció David al filisteo con honda y piedra; e hirió al filisteo y lo mató, sin tener David espada en su mano. Entonces corrió David y se puso sobre el filisteo; y tomando la espada de él y sacándola de su vaina, lo acabó de matar, y le cortó con ella la cabeza. Y cuando los filisteos vieron a su paladín muerto, huyeron. Levantándose luego los de Israel y los de Judá, gritaron y siguieron a los filisteos hasta llegar al valle, y hasta las puertas de Ecrón. Y cayeron los heridos de los filisteos por el camino de Saaraim hasta Gat y Ecrón. Y volvieron los hijos de Israel de seguir tras los filisteos, y saquearon su campamento. Y David tomó la cabeza del filisteo y la trajo a Jerusalén, pero las armas de él las puso en su tienda.” 1 Samuel 17:33-54.

El rey Saúl perdido en su ideal de seguir gobernando, ordena la matanza de los Sacerdotes del Señor. Como se muestra a continuación:

"Entonces dijo el rey a la gente de su guardia que estaba alrededor de él: Volveos y matad a los sacerdotes de Jehová; porque también la mano de ellos está con David, pues sabiendo ellos que huía, no me lo descubrieron. Pero los siervos del rey no quisieron extender sus manos para matar a los sacerdotes de Jehová. Entonces dijo el rey a Doeg: Vuelve tú, y arremete contra los sacerdotes. Y se volvió Doeg el edomita y acometió a los sacerdotes, y mató en aquel día a ochenta y cinco varones que vestían efod de lino.” 1 Samuel 22:17-18.

Dentro de las leyes de Dios la consulta a los encantadores era una transgresión abominable. Esta prohibición se puede leer a continuación:

“No os volváis a los encantadores ni a los adivinos; no los consultéis, contaminándoos con ellos. Yo Jehová vuestro Dios. Levítico 19:31.

La decadencia espiritual del rey Saúl fue tan vertiginosa, que cuando no tuvo respuesta de Dios, en su desesperación opta por lo oculto y abominable para los ojos de Dios. Como se puede apreciar en este verso:

“Entonces Saúl dijo a sus criados: Buscadme una mujer que tenga espíritu de adivinación, para que yo vaya a ella y por medio de ella pregunte. Y sus criados le respondieron: He aquí hay una mujer en Endor que tiene espíritu de adivinación.” 1 Samuel 28:7.

Cuando el mayordomo subestima la presencia de Dios en su vida y opta por dar cabida a espíritus malignos en su corazón éstos se encargan de ahuyentar la paz, gozo y amor y traen a la vida de la persona dolor, frustración odio y muerte, porque finalmente ese es el objetivo de los demonios para el ser humano. Cuánta tristeza causa leer las siguientes escrituras:

“Y siguiendo los filisteos a Saúl y a sus hijos mataron a Jonatán, a Abinadab y a Malquisúa, hijos de Saúl. Y arreció la batalla contra Saúl, y le alcanzaron los flecheros, y tuvo gran temor de ellos. Entonces dijo Saúl a su escudero; saca tu espada, y traspásame con ella, para que no vengan estos incircuncisos y me traspasen, y me escarnezcan. Mas su escudero no quería, porque tenía gran temor. Entonces tomó su propia espada y se echó sobre ella.” 1 Samuel 31:2-4.

David aun cuando supo de la noticia de la muerte del rey Saúl y sus hijos, no se alegró sino que expresó las siguiente palabras:

“Hijas de Israel, llorad por Saúl, quien os vestía de escarlata con deleites, quien adornaba vuestras ropas con ornamentos de oro. ¡cómo han caído los valientes en medio de la batalla! ¡Jonatán, muerto en tus alturas! Angustia tengo por ti, hermano mío Jonatán, que me fuiste muy dulce. Más maravilloso me fue tu amor que el amor de las mujeres. ¡Cómo han caído los valientes, han perecido las armas de guerra!.” 2 Samuel 1:24-27.

Es seguro que Dios no quiere un final para sus mayordomos como el que tuvo el rey Saúl. El Señor no se equivoca cuando dice: “No os engañéis; Dios no puede ser burlado: pues todo lo que el hombre sembrare, eso también segará.” Gálatas 6:7.

Una vez que el siervo de Dios tenga victorias sobre Goliat y su ejercito, es seguro que volverán a agruparse para pelear con nuevas estrategias y derrotar a los hijos de Dios. He aquí la gran necesidad de velar y orar constantemente para no caer en tentación. El rey David con sus triunfos sobre el león, oso y Goliat se dejó gobernar por los deseos de la carne. Sin pensar que nadie descubriría tal acción. Sus ojos lo conducen a tomar decisiones de homicidio y posteriormente tuvo que pagar las consecuencias. Como lo narra la escritura:

“Jehová envió a Natán a David: y viniendo a él, le dijo: Había dos hombres en una ciudad, el uno rico y el otro pobre no tenía más que una sola corderita, que él había comprado y criado, y que había crecido con él y sus hijos juntamente, comiendo de su bocado y bebiendo de su vaso, y durmiendo en su seno; y la tenía como a una hija. Y vino uno de camino al hombre rico; y éste no quiso tomar de sus ovejas y de sus vacas, para guisar para el caminante que había venido a él, sino que tomó la oveja de aquel hombre pobre, y la preparó para aquél que había venido a él. Entonces se encendió el furor de David en gran manera contra aquél hombre, y dijo a Natán: Vive Jehová, que el que tal hizo es digno de muerte. Y debe pagar la cordera con cuatro tantos, porque hizo tal cosa, y no tuvo misericordia. Entonces dijo Natán a David: Tú eres aquel hombre. Así ha dicho Jehová, Dios de Israel: Yo te ungí por rey sobre Israel, y te libré de la mano de Saúl, y te di la casa de tu señor, y las mujeres de tu señor en tu seno; además te di la casa de Israel y de Judá; y si esto fuera poco, te habría añadido mucho más. ¿Por qué, pues, tuviste en poco la palabra de Jehová, haciendo lo malo delante de sus ojos? A Urías heteo heriste a espada, y tomaste por mujer a su mujer, y a él lo mataste con la espada de los hijos de Amón. Por la cual ahora no se apartará jamás de tu casa la espada, por cuanto me menospreciaste, y tomaste la mujer de Urías heteo para que fuese tu mujer. Así ha dicho Jehová: He aquí yo haré levantar el mal sobre ti de tu misma casa, y tomaré tus mujeres delante de tus ojos, y las daré a tu prójimo, el cual yacerá con tus mujeres a la vista del sol. Porque tú lo hiciste en secreto; mas yo haré esto delante de todo Israel y a pleno sol. Entonces dijo David a Natán: Pequé contra Jehová. Y Natán dijo a David: También Jehová ha remitido tu pecado; no morirás. Mas por cuanto con este asunto hiciste blasfemar a los enemigos de Jehová, el hijo que te ha nacido ciertamente morirá.” 2 Samuel 12:1-14.

Cuando el hombre de Dios cae en pecado y reconoce su falta en un arrepentimiento sincero, Dios es justo y perdonador. Es sin duda que para el rey David después de cometer tal transgresión no duda en recurrir a la gracia del Señor con el corazón en la mano y su espíritu se quebranta, prueba de ello su plegaria quedó para siempre plasmada en las Santas Escrituras. Como se puede apreciar a continuación:

“Ten piedad de mí, oh Dios, conforme a tu misericordia; conforme a la multitud de tus piedades borra mis rebeliones. Lávame más y más de mi maldad, y límpiame de mi pecado. Porque yo reconozco mis rebeliones, y mi pecado está siempre delante de mí. Contra ti, contra ti sólo he pecado, y he hecho lo malo delante de tus ojos; para que seas reconocido justo en tu palabra, y tenido por puro en tu juicio. He aquí, en maldad he sido formado, y en pecado me concibió mi madre. He aquí, tú amas la verdad en lo íntimo y en lo secreto me has hecho comprender sabiduría. Purifícame con hisopo, y seré limpio; lávame, y seré más blanco que la nieve. Hazme oir gozo y alegría, y se recrearán los huesos que has abatido. Esconde tu rostro de mis pecados, y borra todas mis maldades. Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí. No me eches de delante de ti, y no quites de mi tu santo Espíritu. Vuélveme el gozo de tu salvación, y espíritu noble me sustente. Entonces enseñaré a los transgresores tus caminos, y los pecadores se convertirán a ti. Líbrame de homicidios, oh Dios, Dios de mi salvación; cantará mi lengua tu justicia, Señor, abre mis labios, y publicará mi boca tu alabanza. Porque no quieres sacrificios, que lo daría; no quieres holocausto. Los sacrificios de Dios son el espíritu quebrantado; al corazón contrito y humillado no despreciarás tú, oh Dios.” Salmo 51:1-17.

Después de este arrepentimiento tuvo que cosechar los momentos más tristes de su vida, huir de su propio hijo, según palabras del Profeta Natán, por lo que hizo a escondidas con Urías, propiciando su muerte en una batalla y despojándole a su mujer. Obviamente que la sentencia del Señor vendría pronto y en el momento preciso, como lo podemos notar en las citas siguientes:
“Y un mensajero vino a David diciendo: El corazón de todo Israel se va tras Absalón. Entonces David dijo a todo sus siervos que estaban con él en Jerusalén: Levantaos y huyamos, porque no podremos escapar delante de Absalón; daos prisa a partir, no sea que apresurándose él nos alcance, y arroje el mal sobre nosotros, y hiera la ciudad a filo de espada.” 2 Samuel 15:13-14.
“Y Ahitofel dijo a Absalón: Llégate a las concubinas de tu padre, que él dejó para guardar la casa; y todo el pueblo de Israel oirá que te has hecho aborrecible a tu padre, y así se fortalecerán las manos de todos que están contigo.” 2 Samuel 16:21.

Dios perdona al pecador si este se arrepienta de corazón, pero las consecuencias demandarán un costo que cubrir de una forma u otra. Un momento de satisfacción carnal conllevará a una decadencia espiritual. El rey David lo pudo experimentar con lágrimas, huyendo de su propio hijo. Para Absalón le vino el veredicto del cielo y paga con su vida en la batalla donde pretendía matar a su padre.

El pueblo de Israel recordará por siempre a uno de los estadistas más prominentes en su historia. El cantor ungido por el Espíritu de Dios, desde tocar un instrumento hasta elevar un olor fragante de alabanza y adoración con sus salmos y danzando para aquél que lo llamó para servir y administrar los intereses del Alto Dios. Guerrero temido y respetado por sus enemigos, mayordomo que supo superar una de las crisis mas agudas de su carrera y culminó con la frente en alto, anciano y lleno de vida, dejando huellas profundas, tanto en lo social, espiritual y político para Israel su amada nación.
 
MINISTERIO LOCAL

MINISTERIO LOCAL

Sugerencias y recomendaciones

Al inicio del servicio dé la bienvenida a todos de forma personal.

Preguntar por los ausentes con un familiar o conocido presente.

Iniciar el servicio puntualmente.

Durante el servicio de necesidades pedir oración por los miembros y visitantes que no asisten con regularidad a los servicios.

Al término saludar a todos comenzando con los visitantes y después a los miembros.

Es recomendable llevar en su cuaderno u agenda las necesidades de los feligreses y visitantes.

Hacer un rol de visitación a todos los hermanos sin distinción o favoritismo.

Es recomendable que la visita sea de carácter pastoral.

No propicie la crítica entre los mismos hermanos sea un reconciliador y no una causa para entorpecer la unidad y la armonía de la iglesia.

Si nota que existen conflictos personales entre los hermanos propicie y sea el instrumento de solidaridad y amor cristiano que Dios quiere para con su iglesia.

Póngase en una postura imparcial entre ambos.

Si siente que no tienen que platicar usted y su hermano, es recomendable que no vea la televisión (novelas, chistes televisivos) esto no quiere decir que si con anticipación el hermano lo invita a ver un video cristiano usted tenga que decir que no.

Recuerde que usted debe tomar la iniciativa en hablar de un tema bíblico o contar una experiencia suya o si nota que existe necesidad invite a orar con toda la familia.

No extienda más de una hora la visita salvo casos muy especiales cuando el Espíritu así se lo señale.

Como ministro, siempre debe de orar antes de ir a visitar un hogar, recuerde que puede haber diferentes circunstancias de oposición o necesidades que atender.

Calendarice y déle tiempo a sus hijos y esposa (juegue con ellos dialogue con ellos) tome muy en cuenta su papel como Padre y esposo.

Es recomendable que los problemas de la iglesia no los comente con sus hijos ni muestre una actitud de desesperación e impotencia ante ellos.

Los problemas son el vehículo para seguir madurando y tener más elementos que le servirán para administrar, aconsejar, estimular y orientar vidas en situaciones dificiles.

Dentro de su profesión tiene la responsabilidad de lidiar con ellos muéstrese seguro y salga victorioso ante tempestades que se levantan. Usted es hijo de un Dios que no se cohibe ante la adversidad y siempre logra los objetivos y metas que se propone. En los problemas se aprende y se forja el carácter cristiano, tiene que pasar por ellos para aprender algo diferente y un mensaje de Dios estará al final de este problema. Ánimo y adelante como un siervo que no tiene de que avergonzarse. “Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de que avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad.” 2 Timoteo 2:15

La obra pastoral de un verdadero ministro.
“Pero tú habla lo que está de acuerdo con la sana doctrina. Que los ancianos sean sobrios, serios, prudentes, sanos en la fe, en el amor, en la paciencia. Las ancianas asimismo sean reverentes en su porte; no calumniadoras, no esclavas del vino, maestras del bien; que enseñen a las mujeres jóvenes a amar a sus maridos y a sus hijos, a ser prudentes, castas, cuidadosas de su casa, buenas, sujetas a sus maridos, para que la Palabra de Dios no sea blasfemada. Exhorta asimismo a los jóvenes a que sean prudentes, presentándote tú en todo como ejemplo de buenas obras; en la enseñanza mostrando integridad, seriedad, palabra sana e irreprochable, de modo que el adversario se avergüence, y no tenga nada malo que decir de vosotros.” Tito 2:1-8.


La conducta de un ministro de Jesucristo.
“Ninguno tenga en poco tu juventud, sino sé ejemplo de los creyentes en palabra, conducta, amor, espíritu, fe y pureza. Entre tanto que voy, ocúpate en la lectura, la exhortación y la enseñanza. No descuides el don que hay en ti, que te fue dado mediante profecía con la imposición de las manos del presbiterio. Ocúpate en estas cosas; permanece en ellas, para que tu aprovechamiento sea manifiesto a todos. Ten cuidado de ti mismo y de la doctrina; persiste en ello, pues haciendo esto, te salvarás a ti mismo y a los que te oyeren.” 1 Timoteo 4:12-16.

La obra de un ministro de Jesucristo.
“No reprendas al anciano, sino exhórtale como a padre; a los más jóvenes, como a hermano; a las ancianas, como a madres; a las jovencitas, como a hermanas, con toda pureza.” 1 Timoteo 5:1-2.
“Los ancianos que gobiernan bien, sean tenidos por dignos de doble honor, mayormente los que trabajan en predicar y enseñar.” 1 Timoteo 5:17.
“No impongas con ligereza las manos a ninguno, ni participes en pecados ajenos. Consérvate puro.” 1 Timoteo 5:22.
“Que prediques la palabra; que instes a tiempo y fuera de tiempo; redarguye, reprende, exhorta con toda paciencia y doctrina.” 2 Timoteo 4:2.
 
CELULAS DE CRECIMIENTO

CELULAS DE CRECIMIENTO

Células de Crecimiento.
Lugar donde se reúne un grupo determinado de personas, para estudiar las Santas Escrituras, bajo la responsabilidad de un encargado y evaluado por un supervisor. Teniendo como propósito final organizar una nueva iglesia.

El papel del pastor local en la Célula de crecimiento.

Tener una visión clara de cómo alcanzar las metas de mediano, corto y largo plazo, ver el lugar propicio para el inicio de la célula, hasta la compra de un terreno y construcción del templo.

Conscientizar a los miembros de la importancia de participar para el desarrollo de dicha actividad.

Es conveniente tener a la mano un mapa donde esté dividida la comunidad o ciudad; en zonas, secciones y manzanas. Esto con la finalidad de identificar la ubicación de las células de crecimiento, analizar estrategias de posteriores campañas de evangelización, detectar la creación de nuevas colonias populares. Por lo general son lugares donde la situación ecónomica es difícil y se requiere la presencia y participación de toda la iglesia en apoyos de ropa y despensa. Esto se puede realizar de acuerdo a la agenda programada con anticipación. Los ojos de la fe deben visualizar por lo menos dos células de crecimiento en dicho lugar.

Como líder debe propiciar que los miembros de acuerdo a su lugar geográfico apoyen donde esté más cerca una célula de crecimiento. Para esto se debe tener bien identificada la cantidad de miembros que pueden asistir a una determinada célula. En los casos muy especiales, donde los miembros no puedan asistir a la célula que les corresponde por diversas circunstancias, se debe tener controlada toda esta situación en un cuaderno u agenda. No olvidar sacar un informe semanal en forma gráfica sobre los avances, obstáculos, pendientes y la forma de superarlos.

¿ Cómo iniciar ?

Detectar qué casas de miembros o visitantes tienen la posibilidad de apoyar este proyecto.

Invitar a obreros que quieran hacerse cargo de dicho proyecto.

Si hay varias Células de Crecimiento nombre a un líder que tenga la función de supervisor, de preferencia casado.

La cantidad de supervisores se determinará de acuerdo al incremento del número de células.

Una vez que se tenga el lugar y el obrero dispuesto. Los temas acordes a las necesidades de los invitados, pueden ser los siguientes:
Salvación.
Nuevo nacimiento.
Santificación.




Sugerencias para el encargado de la Célula.

Programe con anticipación el tiempo del tema a tratar durante la reunión. Si está dentro de sus posibilidades, la programación de la reunión y el tema a estudiar lo puede fotocopiar y así sus invitados cuenten con el material de estudio.

Si es su casa donde está la Célula prepárese con tiempo, no espere que empiecen a llegar sus invitados para terminar de alistarse o empezar a acomodar sillas. Con mayor razón si la Célula no está en su casa y es encargado de la misma. Llegue temprano y aproveche para orar y preparar el material de estudio. Antes de iniciar la reunión salude a todos y también al culminar muéstrese agradecido por la presencia de cada visitante.

Durante el estudio muestre toda su atención y amabilidad, guardando paciencia y prudencia durante el aprendizaje; no pretenda que todos aprendan de igual forma. El tiempo jugará un papel muy importante para el avance del curso. Tenga un directorio de ellos. Diríjase con educación y muéstreles confianza.

Póngase de acuerdo con su pastor para ver la forma de estimular a los prospectos que en la culminación de su primer curso obtengan un reconocimiento, pudiendo ser un diploma u oficio.

No sea demasiado espléndido al término de la célula, es decir no ofrezca la primera vez, por su alegría, una cena o darles café con galletas y la próxima vez no darles nada por su situación económica. Quizá esto no sea importante para usted, pero si lo es para nuestros invitados, puede ser una causa de distanciamiento e inasistencia a las reuniones.

Invite a los prospectos a los servicios de la iglesia. Si nota disponibilidad pero viven lejos y son escasos de recursos económicos, pase por ellos, si no tiene carro, págueles el transporte o en su defecto invite a un hermano que tenga vehículo para llevarlos.

Invite al encargado de zonas desprotegidas a obsequiar ropa o artículos para el hogar para los prospectos con carencias.

Recuerde: una vez que asistan a la iglesia no los ignore, sino muéstrese con la misma actitud que en la célula de hogar.

Preséntelos la primera vez a la iglesia.

Una vez que Dios bendiga la célula, al paso del tiempo y si los que asisten son constantes, platique con su pastor para implementar un servicio normal. Es muy importante que no ignore a su pastor su apoyo y ayuda es de vital importancia y así Dios le seguirá bendiciendo.

Exponga la necesidad para adquirir un terreno.

Si por una causa extrema el enemigo le quiere desanimar por la poca asistencia de los invitados, esto es algo normal, es aquí donde tiene que aprender el mensaje de Dios y depender de él con más ganas e interés, recuerde que no es un trabajo secular es el mejor trabajo, el de Dios.

§ Después que vea la prosperidad del proyecto de la Célula, experimentará el placer de servir y ser un instrumento en las manos de Dios. Ver cómo las almas llegan a los pies del Bendito Salvador son los momentos más trascedentales e incomparables. Dios recompensa todo trabajo pequeño o grande. Siga siendo de gran bendición para los nuevos hermanos y para futuros líderes.

Algunas sugerencias para el Supervisor de Células de Crecimiento:

Dedique un día para visitar la Célula.

Lleve consigo a su esposa, su Biblia, aceite, pluma para escribir, cuaderno o agenda para anotar necesidades encontradas.

Sea siempre prudente, recuerde que está supervisando una obra nueva, comentarios que no sean pertinentes guárdeselos y analícelos con más cuidado en su intimidad devocional.
 
Ministerio regional (Distrito)

Ministerio regional (Distrito)

Ministerio regional.
Grupo conformado por varones y mujeres cuya finalidad es velar, coordinar, orar, ayunar, evaluar avances, metas de mediano, corto y largo plazo, de iglesias locales que estan dentro de una zona o divisón geográfica.


Tips y Sugerencias

Al visitar a una congregación local, no olvide llevar su agenda, cámara fotográfica o si sabe tocar llévese una guitarra acústica.

Tener actualizado el directorio de su departamento.

Es conveniente en cada cumpleaños del líder local, mandar una tarjeta de felicitación.

Si no hay un tablero informativo en su departamento, implemente uno donde se puedan plasmar reportes bimestrales, semestrales y anuales.

Aproveche una convención para exponer y difundir con fotos y gráficas los avances obtenidos.

Que durante su visita pueda dar conferencias sobre temas selectos.

Si no puede asistir a la supervisión comuníquese por medio de teléfono, carta, fax, telegrama o internet.

Motive y propicie siempre la unidad del cuerpo del Señor. Sea instrumento en las manos del Señor.

¿Cómo romper la barrera de la distancia y el problema del dinero que tanto obstaculizan para ejercer tal ministerio?

Antes que se realice la convención regional, es conveniente invitar a los líderes locales ya que su presencia apoyará en gran medida la instrumentación del proyecto regional.

Como líder regional, puede nombrar un líder de distrito por cada entidad federativa, por ejemplo: para Baja California Sur, si tiene 3 iglesias organizadas, el líder de Distrito supervisará una vez al mes a cada iglesia y tendrá íntima comunicación con los líderes y miembros de ese departamento, teniendo la facultad de organizar eventos como retiros, campañas de evangelización, congresos y campamentos a nivel distrital, invitando al líder regional.

Es muy importante que durante una convención o evento regional los líderes locales de cada iglesia expliquen avances y cuenten experiencias obtenidas, el líder regional tendrá que efectuar actividades para obtener fondos y estimular a los líderes locales, con reconocimientos, diplomas o premios como son: Biblias, cassettes o cualquier recuerdo de la convención o evento regional. De esta manera se estarán alcanzando metas propuestas por el supervisor regional, territorial, nacional y mundial. Esto demostrará que la iglesia del Señor está trabajando arduamente por complacer al esposo, que está próximo a mostrarse en las nubes y llevarse a su fiel y amada esposa.

Sumémonos para cumplir el mandato del Señor, de llevar el mensaje a todo el mundo. Como saliera de sus propios labios: “Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura. El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado. Y estas señales seguirán a los que creen: En mi nombre, echarán fuera demonios; hablarán nuevas lenguas; tomarán en las manos serpientes, y si bebieren cosa mortífera no les hará daño; sobre los enfermos pondrán sus manos, y sanarán.” Mr. 16:15-18.
 
Porque el Señor es el Espíritu; y donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad II Corintios 3.16

estimada hermana lo que nos estas propiniendo son normas y leyes y ya estamos bastante hamordazados, la verdad nos hace libres y hemos de servir a Dios por amor no por obligacciones
 
Dios le bendiga ricamente hermana Parusia, de antemano gracias por participar la sigo invitando a seguir en la culminacion de esta exposicion a lo mismo que a mi estimada hermana Maripaz. Nos vemos en el cierre. :cuadrado:
 
Alcanzando las naciones

Alcanzando las naciones

Hombre que tuvo la comunión, el respaldo irrestricto de parte de Dios en todo tiempo y lugar, gran misionero y excelente administrador. Personaje que envuelve ternura, amor incondicional por el bendito evangelio de Dios, incansable promotor de la evangelización, tomó y asumió actitudes fuertes cuando fue necesario. Privilegiado por ser reconocido en el mundo espiritual y que su nombre esté escrito en el libro de la vida. Se denominó un esclavo y siervo del Señor. Nacido en Tarso Provincia de Cilicia y de la Tribu de Benjamín. Entregó su vida para el ministerio, sin titubeos ni arrepentimientos y en ningún momento simuló su entrega y pasión por las almas. Su arduo trabajo no estuvo sujeto a trabajar mejor, para ir ascendiendo a posiciones mayores. Ni esperó reconocimientos para trabajar en la obra. Sabía que el que lo llamó no lo defraudaría y que le sería fiel. Entendió que los problemas y obstáculos representan la antesala para entrar a la madurez cristiana y lograr victorias espirituales. Un hombre que poseía un carácter duro; pero a la vez dotado de un gran corazón, sencillo, sincero y con una vocación de servicio por la obra de Dios. Su mente estaba siempre disfrutando de la presencia del Señor Jesús, se entregó a si mismo por el servicio de Dios, un hombre que halló gracia a los ojos del Todopoderoso y se ganó la confianza de él. Antes de conocer a su Amo y Señor, vivía sumergido en las tradiciones ritualistas de la carne. Cuando el Señor Jesús lo llama para dejar las redes de la religión Judía lo hace en una forma que el apóstol Pablo no duda en seguirlo y predica en todas partes que Jesús era el Mesías prometido y Redentor de la humanidad. En los lugares que iba sembrando la palabra de Dios al paso del tiempo se fueron organizando misiones y posteriormente iglesias. En sus epístolas plasmó la naturaleza, el propósito y forma de organización de las iglesias locales. Fue el instrumento para desarrollar las doctrinas de la gracia como son: Justificación, regeneración, santificación, sanidad, resurrección, el matrimonio, la segunda venida de Cristo, santa cena, lavatorio de pies, fe, vida eterna, bautismo, la iglesia, la trinidad, etc. En las iglesias que estaba administrando había también desórdenes menores debido a la vanidad de algunos miembros de Corinto, al hecho de deleitarse infantilmente en el don de lenguas y milagros y no en una instrucción sobria, basada en la palabra de Dios (1 Co. 14:1-28). Defendió su apostolado porque éste fue estrechamente relacionado con la autoridad de la doctrina que por medio de él se ha revelado. En su segunda carta a los corintios se le ve en un estado de debilidad, de cansancio y sufrimientos físicos. Pero sus cargas espirituales eran aún mayores. En su epístola a los efesios denota: la exaltada posición del creyente por medio de la gracia; la verdad concerniente al Cuerpo de Cristo; y la conducta que está en armonía con la posición que el creyente disfruta en Cristo. Pablo nos enseña que la experiencia cristiana no es simplemente algo que ocurre en derredor del creyente, sino algo que ocurre dentro de él. El apóstol atacó al legalismo en su forma alejandrina de ascetismo “no gustes, ni aún toques” , con ciertas trazas de la observancia judaica de determinados “días”, todo lo cual tenía como objeto la mortificación del cuerpo (Ro. 8:13) y el falso misticismo “entrometiéndose en lo que no ha visto”, que era resultado de especulaciones filosóficas. Véase Colosenses 2:18. Exhortó a que avanzaran en la santidad, consolarles respecto a los que habían dormido en el Señor. Motivó con esmero a los tesalonisenses sobre la Segunda Venida de Cristo. Su mayor preocupación, la pureza de doctrina y la disciplina. El siervo de Dios en un tiempo de apostasía y decadencia espiritual en medio del abandono de sus consiervos siguió fiel al que lo había llamado.
Tuvo en su ministerio acusadores, críticos, “falsos maestro”, “falsos Apóstoles”, “falsos hermanos”. Una ola de personas que desacreditaron su ministerio y emprendieron la feroz persecución en contra de su persona y su ministerio. Véase 2 Corintios Capítulo 11.
Aún en la cárcel se dedicó al ministerio de la oración, intercesión por su pueblo y por la humanidad. Véase Efesio 4:1.
Su consagración fue reconocida por los demonios, lo respetaban y obedecían. Véase Hechos 19:15.
En su cuerpo llevaba las marcas del Señor Jesús, su dinamismo por la obra lo condujo a ser un sembrador del bendito evangelio por los lugares por donde pasaba y sus efectos eran visibles, por eso Dios lo llamó de las tinieblas a su luz admirable para ser instrumento útil, a tal grado que las vestimentas que usaba cuando los enfermos se los ponían sanaban de sus enfermedades. En sus cartas se le puede apreciar un espíritu de profunda preocupación por las iglesias del Señor, aunque encadenado y en una fría cárcel eso no impide que el apóstol tenga la libertad suficiente para seguir predicando, enseñando y animando al pueblo escogido de Dios. Se atreve a hacer la invitación más grande de su vida a que lo imitemos así como él imitó al Señor. Véase 1 Corintios 11:1; Filipenses 3:17.
Fue tanta su pasión y su entrega por la obra que no le importó pasar necesidades, sufrimientos, naufragios, desvelos, ser apedreado, azotado y de todos los obstáculos brotaron de lo más profundo de su ser las siguientes expresiones:
“¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación o angustía, persecución o hambre, desnudez o peligro, o espada?.” Romanos 8:35.
“Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro.” Romanos 8:38-39.
Cada persona que pueda leer y escudriñar las cartas paulinas con un corazón abierto al Espíritu Santo sin duda que podrá entender las razones el por qué dejó todo lo que tenía y se dedicó a predicar un mensaje de esperanza y salvación para un mundo perdido en sus delitos y pecados. Por eso a donde el iba siempre tuvo el apoyo de parte de Dios. Sus consiervos apóstoles siempre vieron en él a un siervo abnegado, sabio, humilde, sincero y dedicado a la obra.
Terminó su carrera con su mano en el arado sin voltear para atrás, tal expresión de victoria lo dejó escrito a su hijo Timoteo que dice: “He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe. Por lo demás, me está guardada la corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez justo, en aquel día; y no sólo a mí, sino también a todos los que aman su venida.” 2 Timoteo 4:7.
 
MINISTERIO DE LIBERTAD

MINISTERIO DE LIBERTAD

El hombre fue creado para disfrutar y respirar del aire de paz. El deseo de Dios para con el hombre ha sido con el mayor interés de proporcionarle alas de libertad, siendo su radio de acción el universo, para volar y alcanzar las aspiraciones espirituales, intelectuales, morales y económicas. Al paso de los años el hombre cegado por la ambición y el desenfreno por conquistar el liderazgo se corrompió y optó por poner en el yugo de la esclavitud a su prójimo. Etiquetándolo como una mercancía de su propiedad, deteriorando y poniendo en el cesto de la basura los valores universales de la humanidad y entre ellos, el derecho a la libertad. Principios sagrados que se pisotearon al paso de las conquistas y colonizaciones de los pueblos. El comienzo de la represión, despotismo, autoritarismo y la tiranía condujo al imperio de la cerrazón y la ausencia del amor a Dios y sus preceptos, por los gobernantes poseídos por el odio y la venganza. Cómo entender que la misma imagen de Dios reflejada en el hombre fuera de esa magnitud tratada, su explicación tiene forma y fondo; el causante de esta situación es un personaje con las vestimentas de crueldad, perdido bajo la sombra de la frustración, cobarde, traicionero, sarcástico y con un final de castigo eterno; se le identifica como Ángel caído, adversario y calumniador.
Sólo los que viven en carne propia la esclavitud pueden entender su magnitud y dolor. Cuánta desesperación e impotencia se vive en esta situación en una familia, tribu, y aún más una nación entera. El pueblo de Israel no fue la excepción y tuvo que pasar el trago amargo de experimentarlo con pueblos opresores como Egipto, Babilonia, Media, Persia, Grecia, Roma, Alemania, y en la actualidad por los pueblos árabes. Para el tiempo del nacimiento de Cristo el Imperio Romano, como una fiera voraz triturando a su presa sin piedad, la satisfacción de los Césares fue saciarse con la sangre de miles de inocentes al ser devorados por fieras salvajes. Un imperio represor con sus colonias, como lo fue con Israel, por lo visto se escogían a los procuradores y gobernantes más crueles como Pilato y Herodes. Es evidente que pagar tributo a Roma representaba una carga excesiva para los cientos y miles de israelitas. El Gobierno de Herodes tomó una y otra vez decisiones arbitrarias y crueles como la matanza de niños menores de 2 años por la sencilla razón de haber nacido un nuevo Rey: Jesucristo.
En lo religioso, estaban administrados por hombres, avaros, ladrones y exhibicionistas. Líderes que imponían cargas sumamente difíciles de llevar y de cumplir. Habían implementado sus tradiciones como leyes y sus dogmas como obligatorios. Mercaderes que se hicieron ricos a costa de sus tradiciones y de su posición al explotar a los pobres, cobrar cuotas por permisos de vender en el Templo de Dios. Un pueblo que llevaba doble carga, la de Roma y la de los líderes religiosos. En muchos corazones existía la esperanza de que el nuevo Rey pronto haría su aparición y quitaría el difícil yugo que estaban pasando. En el concepto y razonamiento lógico esperaban el retorno de su Mesías, éste tendría que haber nacido en un lugar priviligiado, rodeado de servidumbre y lujos materiales. Pero no obstante en el corazón de Dios sus planes eran otros. Para el nacimiento de su amado hijo preparó a sus ángeles para anunciarlo ¡hossana en las alturas, paz a los hombres de buena voluntad!, sólo algunos pastores pudieron presenciar esta singular escena en los cielos. La revelación de parte de Dios para algunos sabios del medio oriente, sobre la aparicion de una estrella distintiva y que esta los guiaría para conocer el Deseado de las Naciones.
Es sin duda que la misma naturaleza se conmovió y reconoció al majestuoso Señor Jesús al momento de venir a esta tierra y tomar forma humana. Sólo los humildes y sensibles de corazón pueden presenciar algo extraordinario en sus vidas. Por eso él escoge a una doncella virgen de Galilea para ser instrumento de la encarnación de su Amado Hijo, quien estaba desposada con un sencillo carpintero de la Tribu de Judá. Habían pasado largos años sin que saliera de su linaje un monarca. La promesa estaba dada como lo dice Génesis 49:10 “No será quitado el cetro de Judá, ni el legislador de entre sus pies, hasta que venga Siloh; y a él se congregaran los pueblos”. Es importante recordar que para la costumbre del pueblo de Israel la mujer no tenía el prestigio ni reconocimiento de la sociedad judía. Sin embargo esta regla pasaba a segundo término cuando Dios quería engrandecer a alguien sin importar el sexo. Para la joven de Galilea representó el mayor de los privilegios y sobre todo al oirlo de labios del mismo ángel del Señor que ella concebiría y daría a luz al guiador de la nación de Israel, el Rey de reyes y Señor de señores. Era el momento de de atar al hombre fuerte y finalizar así su imperio. Cuando se muestran los primeros rayos del Sol de Justicia en Belén, la densa obscuridad que cubría la faz de la tierra se ve como huye y desaparece, no pueden soportar su presencia y su imponente luz. Sólo algunos pudieron visualizar la hermosura del advenimiento del Eden del Getsemaní, pues estaban frente al inicio del nuevo panorama del reino de los cielos, he allí la persistencia de anunciarlo en alta voz ¡preparad el camino para el Señor! CONTINUARA...
 
toda senda, monte y valle sería allanada. Tenían que saber y reconcer el comienzo de una nueva vida, desplazando lo torcido por lo recto, la luz por las tinieblas, la verdad por la mentira, la libertad por la esclavitud, la vida por la muerte, el amor por el odio, la abundancia por la miseria. Habrá gobernadores y principados que se resistirán al cambio, harán lo imposible porque en la humanidad no se geste la libertad del espíritu en los corazones. Pero ni ellos ni su amo, el príncipe de las tinieblas, lograrán detener al poderoso de Israel. Saben que su imperio es caduco y se encuentra en el proceso de completa descomposición, tienen miedo y terror. Como víboras que huyen del fuego, velozmente, sus pasos los conducen a su refugio frío, fétido y lóbrego de las profundidades del abismo. Todos desde esa trinchera rechinando de miedo y bebiendo su misma ira planean como terminar con el Hijo de Dios, sus gestos son de impotencia, como en su naturaleza no existe la valentía, ninguno quiere opinar sólo se concretan a escuchar a su amo y obedecerlo al pie de la letra, su conducta es de: autómatas, frios, su abrigo es el miedo y su único deseo obedecer ciegamente. La paz y la tranquilidad no la conocen, viven encadenados, su miseria no tiene límite, día a día sufren y lloran, aún más cuando ven que el Hijo de Dios se acerca a sus refugios y guaridas. Saben que su tiempo es corto y su castigo está cerca. Cuando los que estaban poseídos por estos espíritus anhelaban que tan sólo pasara Jesucristo cerca de ellos para respirar la verdadera libertad del alma. ¿Quién mejor que Jesús de Nazareth para entender su situación espiritual y tener la autoridad y voluntad para liberar a los oprimidos y encadenados?. El mensaje de la libertad era anhelado por largos años por los esclavos, el trabajo del Señor Jesús comenzó por todas partes, en cada aldea, pueblo y ciudad los necesitados acudían a él para ser sanados y liberados. Muchos candados, grilletes y cadenas caían por donde él pasaba y se escuchaban gritos de júbilo como: “soy libre”, “puedo ver”, “puedo oir”, “puedo caminar”, “me ha levantado de la tumba”, “me liberó de siete demonios”, “me liberó de la lepra”. El tiempo de la gracia había comenzado y el hambre y sed de justicia comenzaban a tener respuesta y satisfacción. El nombre de Jesús tenía cada vez más auge en toda Judea y lugares aledaños, en los centros de reunión se oían testimonios de sus milagros y enseñanzas provistas de amor y misericordia. Los que eran liberados y los que recibían sanidades iban por los campos y aldeas testificando de su obra, por eso a los recorridos que hacía el Maestro cada día se añadían más adeptos reconociendo su ministerio, el impacto que tenía su personalidad en los necesitados y enfermos hacía que los adversarios del cambio rechinaran sus dientes de impotencia pues era la hora que ellos ya no seguirían engañando al pueblo. El tiempo de la verdad comenzaba y cual víbora que se arrastra en el polvo huyendo del fuego, el imperio de la mentira y falsedad tendrían que agachar la cabeza y no precisamente de vergüenza sino de humillación, pues uno superior en poder comenzaba su ministerio de salvación. En el caminar se le notaba una completa autoridad divina, tan sólo su presencia irradiaba paz, seguridad y dominio propio, la gente observaba con atención cada movimiento que efectuaba, sus enseñanzas estaban dotados de un sumo interés por rescatar al hombre del yugo de la esclavitud, cuando miraban sus ojos realmente no eran unos ojos comunes tenían sanidad, irradiaban amor, por eso cuando veía a los desprotegidos, inmediatamente ellos encontraban respuesta en las manos cariñosas del maestro. Sus pies estaban siempre llenos de polvo, llagados por tanto caminar, por eso María Madgadalena no dudó en apreciar el valor de ellos cuando lavó sus pies con sus lágrimas y luego los secó con sus cabellos. Pies que pasaron por alto las altas y bajas temperaturas de Israel. ¿Quién mejor que Juan el Bautista expresar lo siguiente?: “No soy digno de desatar la correa de su calzado”. La razón y fuente de toda dádiva y don perfecto mostraba su carácter, su propósito, su sentimiento, su servicio, su vocación y su gran amor por la obra, un hombre completamente desinteresado por deseos personales, no estaba sujeto a caprichos de terceras personas, su horario de trabajo era de sol a sol, dormía donde se le ocultaba el sol, cuando se obscurecía se retiraba a lugares desérticos para orar e interceder por la humanidad. Cuando a los oídos de sus adversarios llegaba la noticia que su fama cobraba más auge, éstos planean su muerte, el nivel de su odio se incrementa más cuando en su misma presencia ven como su gran negocio lucrativo en el templo estaba terminando gracias a la valiente intervención de Jesús al volcar las mesas y tomando un látigo expulsaba a los cambistas y vendedores ambulantes que estaban en el Templo de Dios. Jesús sabía que su ministerio terrenal estaba por terminar y que la hora de su muerte estaba próxima por eso estaba preparado y en el Huerto de Getsemaní llora abundantemente y se los notifica a sus discípulos; Judas, el que comía de su mismo plato, decide entregarlo por la mísera cantidad de treinta monedas de plata, los líderes religiosos contentos por la participación de uno de sus discípulos van dispuestos a aprehenderle con cizaña y despotismo. Una vez escuchada su sentencia y que el pueblo manipulado por los líderes religiosos deciden crucificarlo. Estando aún en la cruz él fue siempre fiel a sus enseñanzas y perdonó a sus enemigos. Pero ¿quién podrá detener al majestuoso hijo de Dios?, ¿Acaso serán los soldados romanos? ¿una tumba sellada? ¿el odio de los poderes de la maldad? ¿el rencor de los sacerdotes Judíos?. Quedó mostrado que Jesucristo exhibió públicamente a los gobernadores y principados del mal en la cruz y triunfó sobre ellos levantándose de la tumba al tercer día. ¿En dónde buscar a Jesús? las mujeres lo buscaban en la tumba pero escucharon de labios de los ángeles: “no está aquí, ¡ha resucitado!”. Los hijos de Dios salimos victoriosos con su victoria, nuestro Señor dejó clavado en la cruz todo decreto que el diablo tenía en contra de la humanidad. Por eso le amamos a él porque él nos amó primero, ascendió a los cielos pero su interés no ha disminuído por nosotros, nos sigue amando, cuidando e intercede por nosotros día a día y hoy tenemos a su bendito Espíritu Santo para consolarnos y guiarnos a toda verdad y justicia. Por eso anhelamos y esperamos con ansias su venida y su reino. Te amamos. ¡Ven Señor Jesús !.
 
DEJANDO LAS REDES POR UN ARADO

DEJANDO LAS REDES POR UN ARADO

Rumbo a la recta final de la exposición...

Gracias por participar amado hermano y hermana.

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Conocedor del comportamiento de las aguas, como son: mar, río y lago. fácilmente identiificaba las especies marinas. Uno de sus anhelos era adquirir una barca para pescar y lo consiguió al paso del tiempo. En él se aprecia un liderazgo natural, un carácter extrovertido, sencillo, comunicativo, sociable, sincero, espontáneo, impulsivo, efervescente, apasionado. Actúa muchas veces dirigido por sus impulsos sin analizar antes sus consecuencias. Pedro, el Apóstol, sin duda que fue un hombre que dejó profundas huellas para la humanidad. Recordar sus hechos es viajar al pasado y aprender de su carisma, de sus errores, de su transformación y de su amor por las ovejas del Señor Jesús. Veamos como tuvo el privilegio de que el Maestro lo llamara a trabajar en su equipo.
“Aconteció que estando Jesús junto al lago de Genesaret, el gentío se agolpaba sobre él para oir la palabra de Dios. Y viendo dos barcas que estaban cerca de la orilla del lago; y los pescadores, habiendo descendido de ellas, lavaban sus redes. Y entrando en una de aquellas barcas, la cual era de Simón, le rogó que la apartase de tierra un poco; y sentándose, enseñaba desde la barca a la multitud. Cuando terminó de hablar, dijo a Simón: Boga mar dentro, y echad vuestras redes para pescar. Respondiendo Simón le dijo: Maestro, toda la noche hemos estado trabajando y nada hemos pescado; mas en tu palabra echaré la red. Y habiéndolo hecho, encerraron gran cantidad de peces, y su red se rompía. Entonces hicieron señas a los compañeros que estaban en la otra barca, para que viniesen a ayudarles; y vinieron y llenaron ambas barcas, de tal manera que se hundían. Viendo esto Simón Pedro, cayó de rodillas ante Jesús, diciendo: Apártate de mí, Señor, porque soy hombre pecador, porque por la pesca que habían hecho, el temor se había apoderado de él, y de todos los que estaban con él, y asimismo de Jacobo y Juan, hijos de Zebedeo, que eran compañeros de Simón. Pero Jesús dijo a Simón: No temas; desde ahora serás pescador de hombres, y cuando trajeron a tierra las barcas, dejándolo todo, le siguieron.” Lucas 5:1-11.

Dios que conoce el futuro del hombre, revela sus designios divinos en el tiempo, lugar y a quien él quiere. Por eso la luz de la revelación brilló en la mente y corazón de Pedro, como se ilustra a continuación:

“Aconteció que mientras Jesús oraba aparte, estaban con él los discípulos; y les preguntó, diciendo: ¿Quién dice la gente que soy yo? Ellos respondiendo: Unos, Juan el Bautista; otros, Elías; y otros, que algún profeta de los antiguos que ha resucitado. Él les dijo: ¿Y vosotros quién decís que soy? Entonces respondiendo Pedro, dijo: El Cristo de Dios.” Lucas 9:18-20.

La emoción, curiosidad y espontaneidad del reconocido pescador lo condujo a enfrentarse a serios problemas, de no haber estado Jesús, perece en el mar. Por eso cuando él no está con nosotros nuestra vida tiende a hundirse en el mar del pecado. Veamos la experiencia de Pedro en los siguientes fragmentos de las Santas Escrituras:

“Mas a la cuarta vigilia de la noche, Jesús vino a ellos andando sobre el mar. Y los discípulos, viéndole andar sobre el mar, se turbaron, diciendo: ¡un fantasma! Y dieron voces de miedo. Pero en seguida Jesús les habló, diciendo: ¡ Tened ánimo; yo soy, no temáis! Entonces le respondió Pedro, y dijo: Señor, si eres tú manda que yo vaya a tí sobre las aguas. Y él dijo ven. Y descendiendo Pedro de la barca, andaba sobre las aguas para ir a Jesús. Pero al ver el fuerte viento tuvo miedo; y comenzando a hundirse, dio voces diciendo ¡ Señor, sálvame! Al momento Jesús, extendiendo la mano, asió de él, y le dijo: ¡Hombre de poca fe! ¿Por qué dudaste?.” Mateo 14:25-31.

El ministerio de Jesús siempre representó una revelación, admiración, majestuosidad y una enseñanza nueva. Tal hecho se ilustra a continuación:

“Aconteció como ocho días después de esta palabras, que tomó a Pedro, a Juan y a Jacobo, y subió al monte a orar. Y entre tanto que oraba, la apariencia de su rostro se hizo otra, y su vestido blanco y resplandeciente. Y he aquí dos varones que hablaban con él, los cuales eran Moisés y Elías; quienes aparecieron rodeados de gloria,y hablaban de su partida, la que iba Jesús a cumplir en Jerusalén. Y Pedro y los que estaban con él estaban rendidos de sueño; mas permaneciendo despiertos, vieron la gloria de Jesús, y a los dos varones que estaban con él. Y sucedió que apartándose ellos de él. Pedro dijo a Jesús: Maestro bueno es para nosotros que estemos aquí; y hagamos tres enramadas, una para tí, una para Moisés, y una para Elías; no sabiendo lo que decía.” Lucas 9:28-33.

Que precioso resultó para los discípulos el estar con el Maestro y aprender cada día de él, cada detalle, cada movimiento, cada palabra, cada milagro, cada parábola. A veces sus alumnos no lo comprendían y cometían incidentes imprudentes como los casos siguientes:

“Sabiendo Jesús que el Padre le había dado todas las cosas en las manos, y que había salido de Dios, y a Dios iba, se levantó de la cena, y se quitó su manto, y tomando una toalla, se la ciñó. Luego puso agua en un lebrillo, y comenzó a lavar los pies de los discípulos, y a enjuagarlos con la toalla con que estaba ceñido. Entonces vino a Simón Pedro; y Pedro le dijo: Señor, ¿tú me lavas los pies? Respondió Jesús y le dijo: Lo que yo hago, tú no lo comprendes ahora; mas lo entenderás después. Pedro le dijo: No me lavarás los pies jamás. Jesús le respondió: Si no te lavare, no tendrás parte conmigo. Le dijo Simón Pedro: Señor, no sólo mis pies, sino también las manos y la cabeza. Jesús le dijo: El que está lavado no necesita sino lavarse los pies, pues está todo limpio; y vosotros limpios estáis, aunque no todos.” San Juan 13:3-10.
“Entonces Simón Pedro, que tenía una espada, la desenvainó, e hirió al siervo del sumo sacerdote, y le cortó la oreja derecha. Y el siervo se llamaba Malco.” San Juan 18:10.

¿Qué secreto de nosotros hay que Dios no lo conozca?, él conoce nuestras debilidades, necesidades y problemas. Por eso nuestro Dios es hermoso, único en poder, amor, fidelidad y majestuosidad. Perdonar nuestras debilidades cuando nos arrepentimos sinceramente de nuestros delitos y pecados. Así lo pudo experimentar Simón, en las siguientes escrituras:

“Dijo también el Señor: Simón, Simón, he aquí Satanás os ha pedido para zarandearos como a trigo; pero yo he rogado por tí, que tu fe no falte; y tú, una vez vuelto, confirma a tus hermanos. Él le dijo: Señor, dispuesto estoy a ir contigo no sólo a la cárcel, sino también a la muerte. Y él le dijo: Pedro te digo que el gallo no cantará hoy antes que tú niegues tres veces que me conoces.” Lucas 22:31-34.
“Y prendiéndole, le llevaron, y le condujeron a casa del Sumo Sacerdote. Y Pedro le seguía de lejos. Y habiendo ellos encendido fuego en medio del patio, se sentaron alrededor; y Pedro se sentó también entre ellos. Pero una criada, al verle sentado al fuego, se fijó en él, y dijo: También éste estaba con él. Pero él lo negó, diciendo: Mujer no lo conozco. Un poco después, viéndole otro, dijo: Tú también eres de ellos. Y Pedro dijo: Hombre, no lo soy. Como una hora después, otro afirmaba, diciendo: Verdaderamente también éste estaba con él, porque es galileo. Y Pedro dijo: Hombre, no sé lo que dices. Y en seguida, mientras él todavía hablaba, el gallo cantó. Entonces, vuelto el Señor, miró a Pedro; y Pedro se acordó de la palabra del Señor, que le había dicho: Antes que el gallo cante, me negarás tres veces. Y Pedro, saliendo fuera, lloró amargamente.” Lucas 22:54-62.

Hermoso es que en cualquier circunstancia invitemos a Jesús a ser nuestro compañero inseparable ya sea en el trabajo, en el hogar, escuela, iglesia y por doquier que vayamos. Pedro olvidó hacerlo y no pudo pescar nada en toda una noche. Así se aprecia en los siguientes textos:

“Simón Pedro les dijo: Voy a pescar. Ellos le dijeron: Vamos nosotros también contigo. Fueron, y entraron en una barca; y aquella noche no pescaron nada. Cuando ya iba amaneciendo, se presentó Jesús en la playa; mas los discípulos no sabían que era Jesús. Y les dijo: Hijitos ¿tenéis algo de comer? Le respondieron: No. Él les dijo: Echad la red a la derecha de la barca, y hallaréis. Entonces la echaron, y ya no la podían sacar, por la gran cantidad de peces.” Juan 31:3-11.
¿Cuánto es nuestro amor por él? ¿Hasta dónde estamos dispuestos a entregarnos por el servicio de él?, porque el Señor Jesús tiene presente que su interés es incondicional, fiel y verdadero, por eso al escucharlo Pedro desde lo profundo de su corazón se entristece. Veamos las siguentes porciones de la Santa Escritura: Continuara...
 
“Cuando hubieron comido, Jesús dijo a Simón Pedro: Simón hijo de Jonás, ¿me amas más que éstos? Le respondió: Sí, Señor; tú sabes que te amo. Él le dijo: Apacienta mis corderos. Volvió a decirle la segunda vez: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas? Pedro le respondió: Sí, Señor; tú sabes que te amo. Le dijo: Pastorea mis ovejas. Le dijo la tercera vez: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas? Pedro se entristeció de que le dijese la tercera vez: ¿Me amas? y le respondió: Señor tú lo sabes que te amo. Jesús le dijo: Apacienta mis ovejas.” Juan 21:15-17.

El propósito del Dios trino es perfecto y benigno. Él pretende para con el hombre que éste llegue a conocerlo y tenga una comunión estrecha, su plan es regalarle al género humano vida eterna y una felicidad por siempre a su lado. Cada vez que escudriñamos su palabra conocemos más y más de su personalidad, que fluye a través de su carisma, su trato directo, humilde, sincero e incondicional para con la humanidad. Al ir descubriendo más su deidad y su esplendor no nos queda más que postrar nuestro corazón y rodilla en señal de reconocimiento y admiración. Cansados y sedientos en el desierto de la vida, encontramos su oasis de frescura y confortamiento para nuestras almas. Al llamar a sus colaboradores para servir en su Viña él no escatima tiempo para capacitarlo, moldearlo como un instrumento útil. El ejemplo de nuestro hermano Pedro nos ayuda a visualizar el proceso de transformación y renovación que puede suceder cuando nos dejamos llevar por su voz y la obedecemos. Cuánta razón tuvo Jesús cuando dijo:

“Y estando juntos, les mandó que no se fueran de Jerusalén, sino que esperasen la promesa del Padre, la cual dijo, oísteis de mi.” Hechos 1:4.
“Pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra.” Hechos 1:8.

Bendita presencia del Espíritu de Dios. Cuán admirable, qué hermoso es él, nos llena de gozo en saber que está con nosotros, su sensibilidad, su fuego, su apacible voz, su humildad y poder, sin duda que tenemos un Dios glorioso y maravilloso, se regocija nuestra alma en que esté aquí, que nos cuide, que interceda, consuele, purifique, liberte, bautice y sea nuestro mejor compañero. El Padre siempre nos da lo mejor. Por eso nos regaló a Jesucristo su Hijo , por eso al irse nuestro amado Señor, no nos desampara sino que envía al divino Espíritu Santo. Pedro lo pudo asimilar y comprender durante el ministerio del Maestro. Los tropiezos que tuvo no impidieron que el Alfarero Divino siguiera trabajando hasta formar una vasija útil y de servicio. Cuando Cristo asciende para irse al lado de nuestro Padre Celestial, Pedro y los demás discípulos serían dotados de poder con la llegada del Espíritu de Cristo. La potencia trasmitida en la vida del apóstol dejaría atrás, los miedos, temores e imprudencias. El discípulo estaba postrado de rodillas, triste por la partida de su Señor y arrepentido por sus fallidos actos y palabras; pero su vida ya no sería la misma, “cuando llegó el día de Pentecostés, estaban todos unánimes juntos y de repente vino del cielo un estruendo como de un viento recio que soplaba, el cual llenó toda la casa donde estaban sentados; y se les aparecieron lenguas repartidas, como de fuego, asentándose sobre cada uno de ellos. Y fueron todos llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les daba que hablasen.” Hechos 2:1-4.
“Entonces Pedro, poniéndose en pie con los once, alzó la voz y les habló diciendo: Varones judíos, y todos los que habitáis en Jerusalén, esto os sea notorio, y oíd mis palabras.
Porque éstos no están ebrios, como vosotros suponéis, puesto que es la hora tercera del día. Mas esto es lo dicho por el profeta Joel:
Y en los postreros días, dice Dios derramaré de mi Espíritu sobre toda carne, y vuestros hijos y vuestras hijas profetizarán; vuestros jóvenes verán visiones, y vuestros ancianos soñarán sueños; y de cierto sobre mis siervos y sobre mis siervas en aquellos días derramaré de mi Espíritu, y profetizarán. Y daré prodigios arriba en el cielo y señales abajo en la tierra, sangre y fuego y vapor de humo; el sol se convertirá en tinieblas y la luna en sangre, antes que venga el día del Señor, grande y manifiesto; y todo aquél que invocare el nombre del Señor, será salvo. Varones israelitas, oíd esta palabras: Jesús nazareno, varón aprobado por Dios entre vosotros con las maravillas, prodigios y señales que Dios hizo entre vosotros por medio de él, como vosotros mismos sabéis; a éste, entregado por el determinado consejo y anticipado conocimiento de Dios, prendisteis y matasteis por manos de inicuos, crucificándole; al cual Dios levantó, sueltos los dolores de la muerte, por cuanto era imposible que fuese retenido por ella. Porque David dice de él: Veía al Señor siempre delante de mí; porque está a mi diestra, no seré conmovido. Por lo cual mi corazón se alegró, y se gozó mi lengua, y aun mi carne descansará en esperanza; porque no dejarás mi alma en el Hades, ni permitirás que tu santo vea corrupción. Me hiciste conocer los caminos de la vida; me llenarás de gozo con tu presencia. Varones hermanos, se os puede decir libremente del patriarca David, que murió y fue sepultado, y su sepulcro está con vosotros hasta el día de hoy. Pero siendo profeta, y sabiendo que con juramento Dios le había jurado que de su descendencia, en cuanto a la carne, levantaría al Cristo para que se sentase en su trono, viéndolo antes, habló de la resurrección de Cristo, que su alma no fue dejada en el Hades, ni su carne vio corrupción. A este Jesús resucitó Dios, de lo cual todos nosotros somos testigos. Así que, exaltado por la diestra de Dios, habiendo recibido del Padre la promesa del Espíritu Santo, ha derramado esto que vosotros veis y oís. Porque David no subió a los cielos; pero él mismo dice:
Dijo el Señor a mi Señor: Siéntate a mi diestra, hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies. Sepa, pues, ciertísimamente toda la casa de Israel, que a este Jesús a quien vosotros crucificasteis, Dios le ha hecho Señor y Cristo.
Al oir esto, se compungieron de corazón, y dijeron a Pedro y a los otros apóstoles: Varones hermanos ¿qué haremos? Pedro les dijo: Arrepentíos y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo. Porque para vosotros es la promesa, y para vuestros hijos, y para todos los que están lejos; para cuantos el Señor nuestro Dios llamare. Y con otras muchas palabras testificaba y les exhortaba, diciendo: Sed salvos de esta perversa generación. Así que, los que recibieron su palabra fueron bautizados; y se añadieron aquel día como tres mil personas.” Hechos 2:14-41.

El pecado conduce a la muerte y con ello a la condenación eterna. La mentira es cual fuego destructivo que se propaga contaminando el alma y el espíritu y tiende lazos para atrapar al hombre y mantenerlo como su rehén. Blasfemar contra el Espíritu Santo es atentar contra la vida misma, tal es el ejemplo de Ananías y Safira:

“ Entonces Pedro le dijo: Dime, ¿vendisteis en tanto la heredad? y ella dijo: Sí, en tanto. Y Pedro le dijo: ¿ Por qué convinisteis en tentar al Espíritu del Señor? He aquí a la puerta los pies de los que han sepultado a tu marido, y te sacarán a ti. Al instante ella cayó a los pies de él, y expiró; y cuando entraron los jóvenes, la hallaron muerta; y la sacaron, y la sepultaron junto a su marido.” Los Hechos 5:8-10.

Andar en el espíritu conlleva a vivir una vida victoriosa contra las huestes del mal, ello implica que seamos de bendición para mucha gente que está esperando una oportunidad y respuesta para su vida. Para el apóstol Pedro vivir en santidad representó una satisfacción, un deleite, un compromiso y un estilo de vida, que le llevaba a ser un hombre exitoso en el mundo espiritual, sus redes eran de tal alcance que su sola silueta y sombra cambiaba corazones en donde él pasaba. Tal es el ejemplo siguiente:

“Y los que creían en el Señor aumentaban más, gran número así de hombres como de mujeres; tanto que sacaban los enfermos a las calles, y los ponían en camas y lechos, para que al pasar Pedro, a lo menos su sombra cayese sobre alguno de ellos.” Los Hechos 5:14-15.
Al ver su nuevo mar, lago, río, su barca, sus redes, sus peces, y compañeros; su nueva empresa le estaba proporcionado excelentes dividendos y con creces. Eran tantos los peces que pescaba con sus redes que no había necesidad de pasar noches enteras sin pescar. El abrigo de su red estaba lleno de amor, el poder que tenía hacía posible que los peces encontraban un arrecife natural para vivir y no para morir. Veamos el comportamiento de sus nuevos peces:

“Entonces Pedro, abriendo la boca, dijo: En verdad comprendo que Dios no hace excepción de personas, sino que en toda nación se agrada del que le teme y hace justicia. Dios envió mensaje a los hijos de Israel CONTINUARA...
 
anunciando el evangelio de la paz por medio de Jesucristo; éste es Señor de todos. Vosotros sabéis lo que divulgó por toda Judea, comenzando desde Galilea, después del bautismo que predicó Juan: cómo Dios ungió con el Espíritu Santo y con poder a Jesús de Nazaret, y cómo éste anduvo haciendo bienes y sanando a todos los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él. Y nosotros somos testigos de toda las cosas que Jesús hizo en la tierra de Judea y en Jerusalén; a quien mataron colgándole en un madero. A éste levantó Dios al tercer día, e hizo que se manifestase; no a todo el pueblo, sino a los testigos que Dios había ordenado de antemano, a nosotros que comimos y bebimos con él después que resucitó de los muertos. Y nos mandó que predicásemos al pueblo, y testificamos que él es el que Dios ha puesto por Juez de vivos y muertos. De éste dan testimonio todos los profetas, que todos los que en él creyeren, recibirán perdón de pecados por su nombre. Mientras aún hablaba Pedro estas palabras, el Espíritu Santo cayó sobre todos los que oían el discurso. Y los fieles de la circuncisión que habían venido con Pedro se quedaron atónitos de que también sobre los gentiles se derramase el don del Espíritu Santo. Porque los oían que hablaban en lenguas, y que magnificaban a Dios. Entonces respondió Pedro: ¿Puede acaso alguno impedir el agua, para que no sean bautizados estos que han recibido el Espíritu Santo también como nosotros? Y mando bautizarles en el nombre del Señor Jesús. Entonces le rogaron que se quedase por algunos días.” Los Hechos 10:34-48.

El mundo clasifica niveles sociales de acuerdo a su economía y valora al hombre por lo que tiene. El apóstol Pedro no tenía monedas de oro o de plata pero poseía más que eso, estaba lleno de valores espirituales que hacían posible que muchas vidas fueran cambiadas radicalmente. Y llevando a la práctica las enseñanzas de su Maestro que al decirle: “Sanad enfermos, limpiad leprosos, resucitad muertos, echad fuera demonios; de gracia recibisteis, dad de gracia”. Mateo 10:8. Acompañado de Juan sube a orar y en la puerta del templo había un hombre cojo de nacimiento que esperaba una respuesta para su vida, y por eso al verle el siervo de Dios le dice:
“Mas Pedro dijo: No tengo plata ni oro, pero lo que tengo te doy; en el nombre de Jesucristo de Nazaret, levántate y anda. Y tomándole por la mano derecha le levantó; y al momento se le afirmaron los pies y tobillos; y saltando, se puso en pie y anduvo; y entró con ellos en el templo, andando, y saltando, y alabando a Dios.” Los Hechos 3:6-8.

Todos los miembros de su cuerpo somos ante sus ojos “... linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquél que os llamó de las tinieblas a su luz admirable.” 1 Pedro 2:9-10.

La libertad que brinda Jesucristo no está sujeta a las prisiones terrenales, cuando sus siervos deciden servirle y obedecerle a costa de lo que sea, él no pasa por alto dicha entrega y su tierno cuidado se hace visible. Tal es el caso siguiente:

“Así que Pedro estaba custodiado en la cárcel; pero la iglesia hacía sin cesar oración a Dios por él. Y cuando Herodes le iba a sacar aquella misma noche, estaba Pedro durmiendo entre dos soldados, sujeto con dos cadenas y los guardas delante de la puerta custodiaban la cárcel. Y he aquí que se presentó un ángel del Señor, y una luz resplandeció en la cárcel; y tocando a Pedro en el costado, le despertó, diciendo: Levántate pronto. Y las cadenas se le cayeron de las manos. Le dijo el ángel: Cíñete y átate las sandalias. Y le dijo: Envuélvete en tu manto, y sígueme. Y saliendo, le seguía; pero no sabía que era verdad lo que hacía el ángel, sino que pensaba que veía una visión. Habiendo pasado la primera y la segunda guardia, llegaron a la puerta de hierro que daba a la ciudad, la cual se les abrió por si misma; y salidos, pasaron una calle, y luego el ángel se apartó de él. Entonces Pedro, volviendo en sí, dijo: Ahora entiendo verdaderamente que el Señor ha enviado su ángel, y me ha librado de la mano de Herodes, y de todo lo que el pueblo de los judíos esperaba.” Los Hechos 12:5-11.


La recomendación que da el Señor para con sus mayordomos es:

“Apacentad la grey de Dios que está entre vosotros, cuidando de ella, no por fuerza, sino voluntariamente; no por ganancia deshonesta, sino con ánimo pronto; no como teniendo señorío sobre los que están a vuestro cuidado, sino siendo ejemplos de la grey. Y cuando aparezca el Príncipe de los pastores, vosotros recibiréis la corona incorruptible de gloria. Igualmente, jóvenes, estad sujetos a los ancianos; y todos, sumisos unos a otros, revestíos de humildad; porque: Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes.” 1 Pedro 5:2-5.

En la iglesia del Señor las posiciones y jerarquías eclesiásticas no son un pretexto para vanagloriarse y para tener complejos de superioridad, sino al contrario de servicio y humildad, bajo este marco lo entendió Simón Pedro al aceptar una reprensión del apóstol Pablo, uno del misioneros más grande de todo los tiempos. Leamos este caso:

“Pero cuando vi que no andaban rectamente conforme a la verdad del evangelio, dije a Pedro delante de todos: Si tú, siendo judío, vives como los gentiles y no como judío, ¿por qué obligas a los gentiles a judaizar?.” Gálatas 2:14.

Después de haber tenido el privilegio de servir con entusiasmo y vocación, ahora le toca palpar su galardón y llegar ante la presencia de Dios con la frente en alto, lleno de gozo y agradecimiento por el deber cumplido, con júbilo indescriptible de darle las mejores cuentas al Dueño de la Viña. El deseo del Apóstol Pedro antes de su partida fue la siguiente:

“Por eso, yo no dejaré de recordaros siempre estas cosas, aunque vosotros las sepáis, y estéis confirmados en la verdad presente. Pues tengo por justo, en tanto que estoy en este cuerpo, el despertaros con amonestación, sabiendo que en breve debo abandonar el cuerpo, como nuestro Señor Jesucristo me ha declarado.” 2 Pedro 1:12-14.

La convocatoria del Señor Jesús sigue vigente hoy en día, él nos invita a dejar en la playa nuestra barca, nuestras redes y todo aquello que nos impide seguirlo. Él esta llamando a todos aquellos que quieran dejar sus redes (actitudes y conductas indiferentes) e iniciar un nuevo panorama de trabajo, un nuevo mar, un nuevo cielo y rescatar los cientos y miles de peces que mueren en un mar contaminado, ellos necesitan de tí y de mí, para tener aguas sanas, tranquilas, que les proporcionen un bienestar espiritual y moral. Accionemos nuestro arado (talento, dones) para ayudarlos, no seamos espectadores sino sensibles y llenos de misericordia. Para conducir el arado necesitamos despojarnos de toda indiferencia, tibieza, cobardía y de todo fruto de la carne. Al tener firmeza en nuestras manos, una visualización clara de nuestra meta a seguir, nuestros surcos espirituales serán rectos. Uno de los requisitos para no voltear para atrás es no distraernos en las cosas terrenales y que nuestro corazón realmente esté en el territorio de Dios. Él te ha puesto en el lugar correcto, te guía por lugares de delicados pastos, junto a aguas en reposo, tú eres útil para engrandecer su reino, no importa tu edad ni tu sexo, a él le importa tu disposición y lo que llegarás a ser, no dejes pasar más tiempo: en tu casa, en la iglesia, con tus familiares, amigos, en tu escuela, en tu trabajo, en tu colonia, pueblo, ciudad y país, llevemos la palabra de Dios. Déjate guiar por su dirección y voluntad. Cuando nos pongamos a arar cual ejército gigante y cada uno contribuya a hacer lo que nos corresponde, conforme a nuestra capacidad y responsabilidad delegada de parte de Dios, propiciaremos que las almas encuentren paz y salvación en los brazos de nuestro amado Señor Jesús. ¡ Dios te siga bendiciendo !. :corazon:

un abrazo en el dulce nombre del Señor Jesus
Prisci

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