El Nacimiento de Jesucristo, <?xml:namespace prefix = st1 ns = "urn:schemas-microsoft-com
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ersonName w:st="on" ProductID="la Navidad">la Navidad</st1
ersonName> o Natividad, constituye una de las fiestas capitales del calendario cristiano.<?xml:namespace prefix = o ns = "urn:schemas-microsoft-com
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Su celebración se remonta al siglo II de nuestra era, cuando fue instituida por san Telésforo. Durante casi dos centurias el festejo de <st1
ersonName w:st="on" ProductID="la Navidad">la Navidad</st1
ersonName> no tuvo día establecido ; fue el papa Julio I quien durante el siglo IV dispuso como fecha fija para la celebración del Nacimiento de nuestro Señor la noche del 24 de diciembre que, que desde ese momento, pasó a ser la “Nochebuena”, resultando el 25 como de Navidad propiamente dicho.<o
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Félix Coluccio, en su trabajo “<st1
ersonName w:st="on" ProductID="la Navidad">La Navidad</st1
ersonName> y los Pesebres”, sostiene que hasta el siglo VIII las fiestas en sí eran sencillamente aldeanas, sin gran brillo ; pero a partir de entonces, fueron adquiriendo magnificencia creciente hasta alcanzar contornos realmente apoteóticos ; se iluminaron especialmente los altares de las iglesias, y los ritos de variada naturaleza y los cantos litúrgicos, pusieron la solemnidad que el glorioso festejo merecía.<o
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El acto central y de mayor trascendencia Católica, está constituido por la “Misa del Gallo” ; es decir, la que se celebra el 24 de diciembre a las 24 :00 hs., durante la “Nochebuena”. Esta Misa es seguida por otras dos llamadas : de la “Aurora” : se oficia a la madrugada y simboliza el Nacimiento en el corazón de los justos con la adoración de los pastores ; y “del Día” : tiene efecto durante la mañana del 25 y señala el Nacimiento del Verbo o Espíritu Divino en el seno de Dios Padre. En muchos lugares sólo se oficia la primera de estas Misas (la del Gallo), que lleva ese nombre pues se inicia recién después que el grave sonido de las campanas anuncian el fin de un día y el comienzo de otro.<o
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(Diario <st1
ersonName w:st="on" ProductID="La Capital">La Capital</st1
ersonName>, 21/12/1980. Rosario - Santa Fe).<o
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La tradición del árbol de Navidad.<o
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El árbol de Navidad es una de las tradiciones más difundidas en todo el mundo. Tuvo su origen en la antigua Germania, según la tradición, cuando san Bonifacio fue a convertir a los antiguos sajones vio que en las noches de luna llena cortaban con pequeñas hoces de oro el muérdago, considerado por ellos sagrado, que crece a expensas del roble, al que también adoraban. Este rito pagano estaba consagrado al dios Odin.<o
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San Bonifacio, pudo reemplazarlo por la costumbre de tener en la casa, en la noche de Navidad, un Abeto cargado de regalos ; conservó el muérdago, que era el símbolo del amor y de la amistad.<o
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Desde el punto de vista Cristiano, los documentos más viejos que han podido encontrarse con referencia a la incorporación del árbol a la fiesta de Navidad, datan de 1557. Ellos señalan que en la ciudad de Estrasburgo se celebra la fiesta de un abeto.<o
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Crónicas posteriores hablan de las costumbres familiares en “Nochebuena”, de poner dentro de cada casa un pino adornado con luces, juguetes y golosinas.<o
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(Diario <st1
ersonName w:st="on" ProductID="La Capital">La Capital</st1
ersonName>, 21/12/1980. Rosario - Santa Fe).<o
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El Pesebre.<o
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Uno de los acontecimientos previos a la celebración de <st1
ersonName w:st="on" ProductID="la Navidad">la Navidad</st1
ersonName> que más atrae la atención familiar, es el armado del tradicional “pesebre”. La idea de representar el Nacimiento de Cristo se remonta al siglo XIII. Es usual indicar como año del inicio del pesebre Navideño a 1223 ; todo se debió a un conmovedor y célebre gesto cumplido por san Francisco de Asís en el convento de Greceio, sobre las colinas que rodean la cuenca de Rieti, en el Lazio, Italia. En la noche de Navidad de ese año, dentro de una pequeña gruta cercana a la ermita modestísima del santo, fue cuando surgió el primer pesebre, a partir de una idea muy simple pero llena de significado que iba a derivar en maravillosas consecuencias ; san Francisco pidió a su fiel compañero Giovanni Vellita, un pesebre lleno de heno y un burro y un buey vivos, y en medio de una bellísima noche, según afirma la tradición, hizo repicar las campanas ; acudió gente de la aldea cercana, y se asistió allí con reverencia y devoción a una Misa que no fue celebrada por el santo, sino por Ugolino del Conti, Cardenal y protector de San Francisco, quien pos su gran humildad nunca había querido ser consagrado sacerdote.<o
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San Francisco cantó y explicó trozos del Evangelio y, en cierto momento, un caballero aseguró haber tenido la visión de un niño en los brazos del santo. El heno del pesebre fue repartido entre los presentes y conservado como cosa valiosísima, que podía preservar de las pestilencias y curar cualquier enfermedad.<o
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El arte y las artesanías de <st1
ersonName w:st="on" ProductID="la Edad Media">la Edad Media</st1
ersonName>, el Renacimiento, el Barroco y las edades fueron enriqueciendo y marcando la evolución de los pesebres. Progresivamente, las reconstrucciones del Nacimiento de Jesús fueron abandonando los elementos vivos, reemplazándolos por figuras esculpidas, talladas o modeladas.<o
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En 1280, el gran escultor toscano Arnolfo di Cambio, creó un famoso pesebre que se conserva hoy en <st1
ersonName w:st="on" ProductID="la Capilla Sixtina">la Capilla Sixtina</st1
ersonName>, en Santa María Maggiore, de Roma, con estupendas figuras de piedra.<o
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El Renacimiento enriqueció estas representaciones sagradas, que llegaron a su esplendor con el Barroco.<o
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De Italia, la tradición se diseminó por todo el mundo. Llegó a América después del Descubrimiento y <st1
ersonName w:st="on" ProductID="la Conquista">la Conquista</st1
ersonName>, evolucionando y enriqueciéndose con aportes indígenas de artesanía y fantasía.<o
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Actualmente, en diversas partes, se ha vuelto a la representación del Nacimiento de Cristo con seres humanos y animales ; o sea, según la idea original de san Francisco de Asís.<o
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Hay tradiciones conocidas en ese sentido ; en nuestro país, en Rosario se realizan anualmente, y en otros lugares del mundo forman parte de las celebraciones Navideñas, y han adquirido sellos especiales, según las culturas dentro de las cuales se produjeron y evolucionaron hasta hoy.<o
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El pesebre no viviente de nuestro siglo ha entrado a formar parte de la decoración hogareña para la fiesta de Navidad.<o
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Además del arbolito, el pesebre realizado con elementos diminutos aptos para una mesa o un rincón de la sala de estar, se ha convertido en una costumbre muy querida. Hoy la técnica avanzada, las luces, la música gravada, añaden “hechizo” a estas celebraciones de Navidad, en el seno de la familia.<o
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(Diario <st1
ersonName w:st="on" ProductID="La Capital">La Capital</st1
ersonName>, 21/12/1980. Rosario - Santa Fe).<o
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La tradición del buen papá Noel.<o
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Las costumbres pasan de pueblo a pueblo, sin que importen mayormente las incongruencias. Los chicos, verdaderos motores de las celebraciones navideñas, esperan ansiosos en la “Nochebuena” la llegada de “papá Noel”, “Santa Claus”, o simplemente el “Niño Dios” y no es para menos, saben que si se han portado bien durante todo el año, algún premio han de recibir.<o
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“Papá Noel” tuvo su origen en Francia, donde se lo conoce como el “bon homme Noel” ; el nombre Noel proviene de la canción popular francesa de Navidad análoga a nuestros villancicos. Es el típico personaje de la larga barba blanca, de capucha y manto rojos, cubiertos de nieve que trae en una enorme bolsa los juguetes para los niños : los que se han portado mal, su acompañante el padre Jonettard trae una vara para castigarlos.<o
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“Santa Claus” : su tradición nació en la fría Holanda, desde donde se extendió al resto de Europa y el mundo. En el país de los tulipanes se lo llama “san Niklaus” : en cada Navidad llega montado en un caballo de cualquier mala acción, dejan en los establos el mejor heno para el caballo de “san Niklaus”.<o
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Este tare junto con los juguetes un libro en el que ha anotado el comportamiento de todos los niños.<o
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Ambos personajes, proceden de regiones donde <st1
ersonName w:st="on" ProductID="la Navidad">la Navidad</st1
ersonName> transcurren en pleno invierno ; en nuestro Hemisferio no ocurre así.<o
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Pese a la incongruencia, tanto “papá Noel” como “santa Claus” son siempre bienvenidos por nuestros chicos.<o
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(Diario <st1
ersonName w:st="on" ProductID="La Capital">La Capital</st1
ersonName>, 21/12/1980. Rosario - Santa Fe).<o
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¿Por qué Jesús, el Cristo, no nació en el año cero ?.<o
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Examinando con detenimiento la bibliografía que trata el tema, un hecho surge como seguro : Jesús, el Cristo, no nació en el año cero, inicio de <st1
ersonName w:st="on" ProductID="la Era Cristiana">la Era Cristiana</st1
ersonName>, de Jesucristo o Vulgar.<o
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La anterior afirmación está basada en que el calendario que tenemos actualmente, fue creado en el año 525 D.C. con el propósito de resolver la cuestión litúrgica de la fecha correcta de <st1
ersonName w:st="on" ProductID="la Pascua">la Pascua</st1
ersonName> de Resurrección.<o
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Fue así que a petición del papa Juan T. un monje escita llamado Dionisio “el exiguo” (a causa de su corta estatura), trató de calcular la fecha exacta del Nacimiento de Jesús, el Cristo. Dionisio se basó más en argumentos históricos que en cálculos cronológicos, y concluye que el Nacimiento ocurrió el 25 de diciembre del año 753 de la fundación de Roma.<o
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La cronología de Dionisio fue puesta en duda desde muy temprano y con sobrados motivos. Es innegable que el monje cometió un error de cálculo, pues se sabe que Jesús nació durante el reinado de Herodes, que murió poco antes de <st1
ersonName w:st="on" ProductID="la Pascua">la Pascua</st1
ersonName> del año 750 de la fundación de Roma.<o
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Por lo tanto, y paradójicamente, <st1
ersonName w:st="on" ProductID="la Era Cristiana">la Era Cristiana</st1
ersonName> debe comenzar en el año <st1:metricconverter w:st="on" ProductID="4 a">4 a</st1:metricconverter>.J.C. (1) (3). Otra fuente bibliográfica (2), y en base al censo de población ordenado por los romanos, se basa en que dicho censo tenía lugar cada 14 años, y da el <st1:metricconverter w:st="on" ProductID="8 a">8 a</st1:metricconverter>.C. al 6a.C., como posible año del Nacimiento de Jesucristo.<o
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Extraído de :<o
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Almanaque Mundial 1978. De. América Pág. 188.<o
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Tradiciones de Navidad. Desmond Morris. Edit. EMECE. Resumido en Quincenario “Espacio” Roldán Nro. 19 - 23 - 12 - 94.<o
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Nuevo Diccionario Bíblico Ilustrado. Vila - Escuaio - Edit. Clie Pág. 579.<o
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No fue un 25 de diciembre cuando nació Jesús. El Cristo.<o
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La fecha del 25 de diciembre no apareció sino hasta el siglo IV d.C., y no tiene base histórica alguna. Como confiesa Agustín de Hipona, las antiguas fiestas paganas fueron asumidas, con cambios de nombre, para satisfacer las masas paganas “cristianizadas” que deseaban mantener sus festivales gozosos. El 25 de diciembre se corresponden con las saturnales (fiestas paganas de los romanos). (3).<o
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En el siglo II, los cristianos orientales, celebraban <st1
ersonName w:st="on" ProductID="la Natividad">la Natividad</st1
ersonName> el 6 de enero. En el año 354, algunas iglesias occidentales, incluyendo las de Roma, conmemoraban el Nacimiento de Jesús el 25 de diciembre ; las iglesias de Oriente se aferran durante un tiempo a la fecha del 6 de enero, acusando a sus hermanas de Occidente de adoración al sol e idolatría ; para fines del siglo IV, el 25 de diciembre había sido adoptado también en el Este.<o
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La fecha del 25 de diciembre era considerada entonces, erróneamente como el solsticio de invierno, se hacia el festival más importante del mitracismo (sistema religiosa fundado en el culto a Mitra - dios persa) (3).<o
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La elección del 25 de diciembre fue una decisión “inteligente”, pues el colocar el Nacimiento de Jesús, el Cristo, en medio mismo de las festividades paganas invernales, la “iglesia cristiana” aspiraba a absorverlas y convertirlas. Oficialmente era la “Misa de Cristo”, pero en la práctica también resultó un tiempo de parranda, de beber, bailar, intercambiar obsequios, encender fogatas, celebrar reuniones y de generar diversión. Se hicieron algunos intentos para desterrar las viejas costumbres, pero pronto se hizo evidente que el pueblo estaba demasiado apegado a ellas y poco dispuesto a abandonarlas, de modo que fueron absorbidas y “cristianizadas” (2).<o
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El intercambio de regalos, costumbre de siglos, ahora simboliza el “homenaje” al Niño Jesús con obsequios ; y varias facetas de la adoración del fuego, para convertirse en un compartir con el prójimo en “verdadero espíritu cristiano” ; fue así que la gente continuó con sus diversiones invernales, y a su vez adorando al Niño (2).<o
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Su celebración se remonta al siglo II de nuestra era, cuando fue instituida por san Telésforo. Durante casi dos centurias el festejo de <st1
Félix Coluccio, en su trabajo “<st1
El acto central y de mayor trascendencia Católica, está constituido por la “Misa del Gallo” ; es decir, la que se celebra el 24 de diciembre a las 24 :00 hs., durante la “Nochebuena”. Esta Misa es seguida por otras dos llamadas : de la “Aurora” : se oficia a la madrugada y simboliza el Nacimiento en el corazón de los justos con la adoración de los pastores ; y “del Día” : tiene efecto durante la mañana del 25 y señala el Nacimiento del Verbo o Espíritu Divino en el seno de Dios Padre. En muchos lugares sólo se oficia la primera de estas Misas (la del Gallo), que lleva ese nombre pues se inicia recién después que el grave sonido de las campanas anuncian el fin de un día y el comienzo de otro.<o
(Diario <st1
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La tradición del árbol de Navidad.<o
El árbol de Navidad es una de las tradiciones más difundidas en todo el mundo. Tuvo su origen en la antigua Germania, según la tradición, cuando san Bonifacio fue a convertir a los antiguos sajones vio que en las noches de luna llena cortaban con pequeñas hoces de oro el muérdago, considerado por ellos sagrado, que crece a expensas del roble, al que también adoraban. Este rito pagano estaba consagrado al dios Odin.<o
San Bonifacio, pudo reemplazarlo por la costumbre de tener en la casa, en la noche de Navidad, un Abeto cargado de regalos ; conservó el muérdago, que era el símbolo del amor y de la amistad.<o
Desde el punto de vista Cristiano, los documentos más viejos que han podido encontrarse con referencia a la incorporación del árbol a la fiesta de Navidad, datan de 1557. Ellos señalan que en la ciudad de Estrasburgo se celebra la fiesta de un abeto.<o
Crónicas posteriores hablan de las costumbres familiares en “Nochebuena”, de poner dentro de cada casa un pino adornado con luces, juguetes y golosinas.<o
(Diario <st1
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El Pesebre.<o
Uno de los acontecimientos previos a la celebración de <st1
San Francisco cantó y explicó trozos del Evangelio y, en cierto momento, un caballero aseguró haber tenido la visión de un niño en los brazos del santo. El heno del pesebre fue repartido entre los presentes y conservado como cosa valiosísima, que podía preservar de las pestilencias y curar cualquier enfermedad.<o
El arte y las artesanías de <st1
En 1280, el gran escultor toscano Arnolfo di Cambio, creó un famoso pesebre que se conserva hoy en <st1
El Renacimiento enriqueció estas representaciones sagradas, que llegaron a su esplendor con el Barroco.<o
De Italia, la tradición se diseminó por todo el mundo. Llegó a América después del Descubrimiento y <st1
Actualmente, en diversas partes, se ha vuelto a la representación del Nacimiento de Cristo con seres humanos y animales ; o sea, según la idea original de san Francisco de Asís.<o
Hay tradiciones conocidas en ese sentido ; en nuestro país, en Rosario se realizan anualmente, y en otros lugares del mundo forman parte de las celebraciones Navideñas, y han adquirido sellos especiales, según las culturas dentro de las cuales se produjeron y evolucionaron hasta hoy.<o
El pesebre no viviente de nuestro siglo ha entrado a formar parte de la decoración hogareña para la fiesta de Navidad.<o
Además del arbolito, el pesebre realizado con elementos diminutos aptos para una mesa o un rincón de la sala de estar, se ha convertido en una costumbre muy querida. Hoy la técnica avanzada, las luces, la música gravada, añaden “hechizo” a estas celebraciones de Navidad, en el seno de la familia.<o
(Diario <st1
<o
La tradición del buen papá Noel.<o
Las costumbres pasan de pueblo a pueblo, sin que importen mayormente las incongruencias. Los chicos, verdaderos motores de las celebraciones navideñas, esperan ansiosos en la “Nochebuena” la llegada de “papá Noel”, “Santa Claus”, o simplemente el “Niño Dios” y no es para menos, saben que si se han portado bien durante todo el año, algún premio han de recibir.<o
“Papá Noel” tuvo su origen en Francia, donde se lo conoce como el “bon homme Noel” ; el nombre Noel proviene de la canción popular francesa de Navidad análoga a nuestros villancicos. Es el típico personaje de la larga barba blanca, de capucha y manto rojos, cubiertos de nieve que trae en una enorme bolsa los juguetes para los niños : los que se han portado mal, su acompañante el padre Jonettard trae una vara para castigarlos.<o
“Santa Claus” : su tradición nació en la fría Holanda, desde donde se extendió al resto de Europa y el mundo. En el país de los tulipanes se lo llama “san Niklaus” : en cada Navidad llega montado en un caballo de cualquier mala acción, dejan en los establos el mejor heno para el caballo de “san Niklaus”.<o
Este tare junto con los juguetes un libro en el que ha anotado el comportamiento de todos los niños.<o
Ambos personajes, proceden de regiones donde <st1
Pese a la incongruencia, tanto “papá Noel” como “santa Claus” son siempre bienvenidos por nuestros chicos.<o
(Diario <st1
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¿Por qué Jesús, el Cristo, no nació en el año cero ?.<o
Examinando con detenimiento la bibliografía que trata el tema, un hecho surge como seguro : Jesús, el Cristo, no nació en el año cero, inicio de <st1
La anterior afirmación está basada en que el calendario que tenemos actualmente, fue creado en el año 525 D.C. con el propósito de resolver la cuestión litúrgica de la fecha correcta de <st1
Fue así que a petición del papa Juan T. un monje escita llamado Dionisio “el exiguo” (a causa de su corta estatura), trató de calcular la fecha exacta del Nacimiento de Jesús, el Cristo. Dionisio se basó más en argumentos históricos que en cálculos cronológicos, y concluye que el Nacimiento ocurrió el 25 de diciembre del año 753 de la fundación de Roma.<o
La cronología de Dionisio fue puesta en duda desde muy temprano y con sobrados motivos. Es innegable que el monje cometió un error de cálculo, pues se sabe que Jesús nació durante el reinado de Herodes, que murió poco antes de <st1
Por lo tanto, y paradójicamente, <st1
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Extraído de :<o
Almanaque Mundial 1978. De. América Pág. 188.<o
Tradiciones de Navidad. Desmond Morris. Edit. EMECE. Resumido en Quincenario “Espacio” Roldán Nro. 19 - 23 - 12 - 94.<o
Nuevo Diccionario Bíblico Ilustrado. Vila - Escuaio - Edit. Clie Pág. 579.<o
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No fue un 25 de diciembre cuando nació Jesús. El Cristo.<o
La fecha del 25 de diciembre no apareció sino hasta el siglo IV d.C., y no tiene base histórica alguna. Como confiesa Agustín de Hipona, las antiguas fiestas paganas fueron asumidas, con cambios de nombre, para satisfacer las masas paganas “cristianizadas” que deseaban mantener sus festivales gozosos. El 25 de diciembre se corresponden con las saturnales (fiestas paganas de los romanos). (3).<o
En el siglo II, los cristianos orientales, celebraban <st1
La fecha del 25 de diciembre era considerada entonces, erróneamente como el solsticio de invierno, se hacia el festival más importante del mitracismo (sistema religiosa fundado en el culto a Mitra - dios persa) (3).<o
La elección del 25 de diciembre fue una decisión “inteligente”, pues el colocar el Nacimiento de Jesús, el Cristo, en medio mismo de las festividades paganas invernales, la “iglesia cristiana” aspiraba a absorverlas y convertirlas. Oficialmente era la “Misa de Cristo”, pero en la práctica también resultó un tiempo de parranda, de beber, bailar, intercambiar obsequios, encender fogatas, celebrar reuniones y de generar diversión. Se hicieron algunos intentos para desterrar las viejas costumbres, pero pronto se hizo evidente que el pueblo estaba demasiado apegado a ellas y poco dispuesto a abandonarlas, de modo que fueron absorbidas y “cristianizadas” (2).<o
El intercambio de regalos, costumbre de siglos, ahora simboliza el “homenaje” al Niño Jesús con obsequios ; y varias facetas de la adoración del fuego, para convertirse en un compartir con el prójimo en “verdadero espíritu cristiano” ; fue así que la gente continuó con sus diversiones invernales, y a su vez adorando al Niño (2).<o